Partida Rol por web

¿No zoiz aventureroz? Penzé que también vozotroz lo éraiz. Ziempre podríamoz formar un grupo, loz mejorez trabajoz no zon fácilez de hacer en zolitario y tener un nombre "mazmola" da preztigio y ayuda a conzeguir mejorez precioz.- dice el semiorco a Samay.

Pero zi, yo también penzaba dezcanzar unoz díaz, llenar miz bolzilloz con la generozidad del pueblo y quizá ver zi puedo eztudiar un poco máz, puez el conocimiento nunca ez zuficiente y zirve de inzpiración.

Lamento decir que yo soy un errante, nunca me quedo en un lugar durante mucho tiempo, pues eso me podría traer problemas. Tenía pensado aprovechar el festival que se va ha celebrar para disfrutar los primeros días y luego marcharme de aquí, en busca de algún trabajo para ganar algo de oro.

Le digo a Kalimash, tras el ofrecimiento de un grupo.

La verdad es que resulta tentador. Sin embargo, estas parecen ser buenas personas, y no me gustaría que se vieran involucradas con mi pasado

Con un gesto de asentimiento y dando la vuelta a la jarra vacía que tenía frente a él, aceptó de buena gana el ofrecimiento del bardo. Estaba claro que había sido una buena idea ir allí, y la tabernera había tenido muy buen ojo juntando a aquél variopinto grupo. Lo cierto era que, para ser su primer día en el mundo real, estaba siendo todo demasiado bueno. 

Además, le resultaba divertido el cambio de voz del semiorco de cuando hablaba a cuando actuaba, y aunque estaba deseando preguntarle como era capaz de algo así, decidió que a lo mejor sería de mala educación hacerlo. Así que con una gran sonrisa en la boca terminó de escuchar lo que contaba y luego desvió toda su atención a Samay, que había dicho algo más interesante aún. 

- Hablando de eso, ¿qué es lo que se celebra aquí? - Había escuchado a los hombres del pueblo en su casa hablar del tema, pero no habían explicado gran cosa, y después, bueno, no había tenido tiempo de preguntar antes de irse de allí. Lo mejor, sin duda, era que aquella gente le explicara más -. Había oído hablar, pero no tengo ni idea de qué trata realmente.

Luego volvió a hablar Kalimash y le dejó un regusto amargo en la boca. Ya había dicho que no era aventurero, pero claro, ahora mismo ni él mismo sabía que era. Había abandonado su hogar después de saber, en su fuero interno, que él había causado el incendio de alguna manera. Sus padres habían muerto y también gente del pueblo. Le pasara lo que le pasara, no tenía sentido ninguno, pero no podía saber si volvería a ocurrir. Estar cerca de aquellas personas a las que estaba cogiendo tanto aprecio, ¿sería peligroso? No quería comprobarlo. Con un leve suspiro la sonrisa de su rostro se borró y un gesto de pena apareció en sus ojos, aunque rápidamente volvió a intentar animarse y quitarse esos pensamientos de encima. Había tenido días para llorar, culparse y sentir lástima de sí mismo, y ese no era el momento para empezar de nuevo...

Cuenta una leyenda que uno de los avatares de Desna cayó de los Cielos después de una gran batalla con Lamashtu. Un niño ciego huérfano cuidó a su avatar y lo trajo de vuelta a la salud, y para dar las gracias al niño, la diosa lo transformó en una mariposa inmortal. De esta forma, el niño podría volar para siempre en el día y la noche, viendo todas las maravillas del mundo.

En honor de este acontecimiento, la Iglesia cría mariposas, liberándolas desde un carro cubierto en el primer día de otoño, frente a una multitud de fieles. Estos “niños de Desna” llenan el aire durante el resto de la jornada, un día de canto, festejos y narración de cuentos.

Hombre, aventurera, aventurera... no es que sea, la verdad, no se mucho del tema, no se realmente que podría considerarme... -contesto a Kalimash- una siempre escucha las historias e intenta aprender, pero hasta que no te metes de lleno, no sabes que es eso -me encojo de hombros, y entonces miro a Caedum 

-¿Solo piensas en problemas? piensa un poquito en ti, diviértete ¡vive! si estas aquí es porque la vida te ha dado otra oportunidad, deja tu pasado atrás, al menos lo malo, e intenta disfrutar un poquito- le dedico un guiño divertido. 

-No tengo ni idea que se celebra, el festival de la mariposa he leido, pero ni idea, lo que cuenta, es que hay un festival y tenemos para divertirnos- me río con una risa algo infantil. Estoy deseando seguir con la diversión, tanta preocupación no puede ser buena. 

Sonríe y dice -penzar en problemaz te mantiene vivo. Pero ez cierto que ez momento de divertirze.- aclara su voz y añade -Cuenta una leyenda que uno de los avatares de Desna cayó de los Cielos después de una gran batalla con Lamashtu. Un niño ciego huérfano cuidó a su avatar y lo trajo de vuelta a la salud, y para dar las gracias al niño, la diosa lo transformó en una mariposa inmortal. De esta forma, el niño podría volar para siempre en el día y la noche, viendo todas las maravillas del mundo.

Entonces y después de carraspear y dar otro trago a su cerveza dice ya con voz normal -no ze zi habéiz vizto la iglezia, muy grande para un pueblo azí. Pero en honor de ezte acontecimiento, la Iglezia cría maripozaz, liberándolaz dezde un carro cubierto en el primer día de otoño, frente a una multitud de fielez. Eztoz “niñoz de Dezna” llenan el aire durante el rezto de la jornada, un día de canto, feztejos y narración de cuentoz.

Así que eso es lo que se celebra... día de canto, narración de cuentos y festejos... entonces solo sirvo para festejar, ¡así no voy a encontrar un trabajo nunca!- arrugo la naricilla, y ahogo un suspiro. 

Muchas gracias Kalimash, pero aún tengo algo de cerveza y no suelo beber en demasía, estar sobrío me mantiene vivo. Aunque agradeceré me permitas gozar un poco más de tu compañía y tus historias. - respondo con amabilidad al ofrecimiento.

¿Trabajar juntos? Claro ¿Por qué no? Toda aventura es más divertida si se inicia en grupo. Vamos anímense, siempre podemos encontrar un trabajo bien pagado y luego de eso cada quién para su casa, salvo que deseen seguir soportando mi compañía por algún tiempo más.

La nueva historia le hizo olvidar un poco el tema de la aventura, para la que no sabía si estaba preparado, y centrarse en algo más inmediato. Como Samay, él estaba algo perdido y sin lugar al que volver, por lo que si quería quedarse allí y pensar antes de hacer cualquier cosa, también necesitaría un trabajo. Por otro lado, seguir a Kalimash de taberna en taberna sería también algo digno de vivir, aprendería tantas cosas en tan poco tiempo que pronto dejaría atrás toda la inocencia - aunque otros podrían llamarlo credulidad o ingenuidad - causada por sus años de estancamiento en el pueblo al que había llamado hogar.

Por no saber, no sabía ni quienes eran aquellos dioses de los que hablaba el bardo, pues aunque en su aldea había una pequeña capilla dedicada a los dioses, el siempre había sentido cierto rechazo hacia aquellos temas, y jamás había prestado atención a ninguna de las enseñanzas que le habían intentado inculcar ni había asistido a ninguna de las ceremonias que se hacían. Y aunque lo hubiera hecho, estaba seguro de que tampoco habría aprendido cosas como aquellas, más bien hubiera descubierto lo que era el temor a los dioses y sus castigos por no tenerles contentos. 

No tardó mucho en hacer un gesto de negación con la cabeza, pero a una velocidad mayor de lo normal, como si lo que quisiera fuera simplemente librarse de algo que le molestaba. En cierto modo, así era, pues aquellos pensamientos le estaban devolviendo a tiempos en los que no quería pensar, momentos que no quería revivir. Así que sonrió mirando a los demás y habló con su voz habitual, a medio camino entre la curiosidad propia de la niñez y la picardía de un hombre que busca cualquier cosa para divertirse. 

- Primero disfrutemos del festival, nunca he visto nada igual, y luego podremos ver como nos las apañamos. Tal vez, de aquí, ¡salga toda una compañía de artistas! Venga, seguro que alguno de vosotros tiene también algún don con la música, o sepa alguna historia o algo. 

La verdad es que sería digno de ver, un grupo itinerante con Kalimash como la principal atracción mientras los demás pululaban a su alrededor. Y en sus ratos libres, al parecer, saquearían antiguas ruinas, asesinarían a gordos y ricos nobles para luego ayudar a los pobres con las ganancias robadas y, bueno, se pegarían a puñetazos en algún que otro tugurio cuando insultaran a su mestizo compañero de aspecto orco. Todo eso recorriendo el mundo y aprendiendo sus secretos. Ciertamente sería una vida interesante...

Muy bien, te haré caso, Samay, aceptaré pues el ofrecimiento de la ronda por parte de Kalimash, y a pesar de que formar parte de un grupo suene tentador, no se si compartís mis visiones de igualdad, así que no se si pego muy bien en un grupo de aventureros. Además, mi pasado podría perjudicaros, y prefiero que no salgáis lastimados por aquello.

Digo. La verdad es que nunca había estado en muchos festivales, y ese era tal vez el más grande que había visto en años. Me quedaré un poco más para disfrutar y luego me iré, a no ser de que haya problemas en el pueblo, pero estando en fiestas, dudo mucho que pase nada malo.

Espero que mi decisión no sea errónea, si bien nunca me han logrado coger, aunque no sé si es porque lo han olvidado o simplemente porque no saben que he sido yo. Al final, es mejor prevenir que curar, cuando terminen las fiestas me marcharé de aquí.

Ah... igualdad, vizionez. Idealez... eztoy zeguro que todoz tenemoz nueztraz formaz de ver laz cozaz.- dice con voz conciliadora, algo extraño viniendo de él -¿y que máz da, digo yo? ¿Conocéiz a alguien que vea laz cozaz exactamente igual que vozotroz? ¿Que ziempre ezté de acuerdo en todo?

Hace un gesto con su enorme brazo incluyéndoos a todos -yo tengo interéz en ezta unión, pocoz me acogerían amablemente o me elogiarían aunque hubieze narrado La Primera Hiztoria. ¿Zignifica ezo que tendremoz que decidir zi le parto la crizma a loz que me provoquen? Que azí zea.- parece que ha terminado, pero termina por añadir otra perorata -Pero vedlo de ezta forma, loz ozrcoz cuando dizcuten ze mazacran loz unoz a loz otroz, loz humanoz a vecez ze parten la cara, a vecez dialogan, loz elfoz plantean largoz debatez, porque todoz eztán en dezacuerdo antez o dezpuéz. ¿Pero alguien duda de que ezaz razaz zon incapacez de colaborar en zuz objetivoz?

La verdad es que si, es un grupo bastante curioso, pero me gusta y me siento cómoda con ellos, parece que no tienen intención de juzgarme, y eso es lo que importa. 

-Claro que si, podemos ser un buen grupo, aunque viendoos, me siento un tanto inútil la verdad, sería como... una doncella en apuros escoltada por cuatro buenos hombres, vosotros, parece que me aprovecho de vuestra compañía y esa sensación me resulta bastante rara, e incomoda. Así que ya veremos si encuentro algo que pueda hacer... la música no es un arte que se me de muy bien... quizá podría aprender a bailar o algo...-  me río al imaginarme bailando, niego levemente con la cabeza, claro esta, a mi familia le habría gustado, pero a mi... bueno, habría que verlo. 

Por otra parte miro al semiorco y arqueo una ceja ante lo que dice, no me gusta nada... -grandullón- le digo con cariño -aquí no estamos para juzgar a nadie, tu nos tratas bien, nosotros te tratamos bien, y punto. Si alguien nos trata mal, ya veremos como lo tratamos...- le guiño un ojo. En el fondo, hasta se le coge cariño a la gente en un ratito, y viendo por todo lo que han pasado, estamos todos en la misma situación. Así que los comprendo perfectamente.

Se acerca la camarera con el estofado de terneras y verduras de Kalimash y un galón de cerveza junto con cuatro jarras vacías Aquí tenéis y retira la comida ya terminada y las jarras usadas vacías.

Aunque la posada sigue con bastante gente ya hay algunos que se están retirando.

Tienez un pinchito de ezoz que oz guztan a loz humanoz y elfoz, también una armadura, azí que zeguramente zepaz pelear, ¿verdad? - replica el semiorco a Samay sin perder comba.

¿Y quien ze aprovecha de quien? Zi no podemoz zacar provecho alguno de la unión no tendría zentido hacerlo. La verdad, zi que oz guzta zacar problemaz, en loz cuentoz todoz aprovechan la menor ocazión para unirze y unidoz zon máz fuertez- el semiorco se apura la tercera cerveza antes de encogerse de hombros como una pequeña montaña sacudiéndose.

Puez en fin, mañana zerá otro día, el baile y loz cuentoz ezpero que mejoren nueztra dizpozición- dice Kalimash mientras se levanta y empieza a recoger sus cosas chasqueando la lengua entre los colmillos.

¿No vi ningún burdel en el pueblo, verdad?- No zuz durmáiz mu tarde, algunoz bardoz aporrean con zu laúd al público que bozteza o ronca.

Le dedico una sonrisa al semi orco -aprendí a defenderme simplemente- me encojo de hombros, sin añadir mas sobre el tema. Doy los últimos sorbos a la bebida. 

-Creo que tienes razón, empieza a ser hora de descansar que mañana será otro día- y al igual que Kalimash, si nadie tiene nada que decirme voy hacia la habitación que alquilé anteriormente a descansar. 

Me parece que tenéis razón, mis párpados ya me comienzan a pesar. Tras eso, apuro mi última cerveza, me ajusto mi capa y me dirijo a la sala común. Parece ser que Kalimash también se dirige allí. asegurando bien mis pertenencias, me preparo para entrar en trance.

Por fortuna podre madrugar, así podre dar un paseo y fijarme un poco en el pueblo

Pues lo dicho compañeros, cuenten conmigo para lo que sea y si alguien quiere tocarte las narices Kalimash, yo tocare la suya con mi puño cerrado. - digo con una sonrisa, antes de disculparme.

Lo siento es un viejo hábito de mi época de soldado, no me gusta que se metan con quienes me agradan.

Señorita Samay, creo que hablo por todos los presentes cuando digo que su simple compañía es más que suficiente para elevar el ánimo del grupo. 

Bueno señores, yo también voy a descansar. Mañana nos espera un día largo buscando algún trabajillo.

Ya en la sala común Kalimash se dedica a escribir en su diario antes de irse a dormir. No ha usado sus poderes arcanos por lo que prefiere aguantar más tiempo.

Así mismo su visión orca le permite ver sin luz, por lo que apenas es más que un sonido de rascado de la pluma contra el papel.

La noche parecía haber ido bien. Estaba disfrutando de aquél día más de lo que recordaba en mucho tiempo, tal vez toda su vida, así que no se preocupó cuando la cerveza a la que Kalimash había invitado empezó a hacerle efecto. Se sentía eufórico y a la vez cansado, y notaba como sonreía sin pensar en nada mientras evitaba las cabezadas. Sus compañeros hablaban, reían y hacían planes que podían o no tener futuro, pero que en aquél momento a él le parecían la mejor idea del mundo. 

Al final, cuando uno a uno se fueron levantando y recogiendo sus cosas, suspiro e hizo lo mismo. Ahora que lo que pensaba se sentía pesado tras la cena y agotado tras días de camino por el bosque y senderos solitarios. Al fin dormiría en un sitio cómodo, caliente y a cubierto, rodeado de gente. Era un buen cambio. 

Con un guiño hacia Samay, se despidió de ella deseándole una agradable velada mientras acompañaba al resto hacia lo que debía ser la habitación común. Allí ya había algunas personas, varias ya dormidas, así que se movió con cuidado mientras buscaba un hueco cerca de sus nuevos amigos para dormir. Cuando lo encontró se acomodó, dejando sus pertenencias a manos y bien guardadas, y cerró los ojos. Sentía como el alcohol iba haciendo efecto y le adormilaba, y dejó que pasara. Mañana será otro día... Eso habían dicho los otros, y estaba deseando que llegara.