Partida Rol por web

Observé al recién llegado en silencio y tras un breve momento me presente escuetamente para luego volver a mi actitud meditativa.

Buenas noches soy Eladamri Lorian. - digo a modo de presentación.

No discute más, el dios no se ha dignado en contestarles de verdad, sino que ha repetido exactamente lo mismo.

Comprende cuando alguien quiere evitar contar algo, por lo que en vez de eso frunce su rostro porcino y casi ni digna de una mirada al recién llegado, aún menos lo saluda. Con aire hosco avanza sin guardar su hacha, deseando que algo salga para que pueda rompérsela en la crisma.

Master, ¿A cuánto está el pueblo? Más que nada porque no tiene pinta de que pase nada extraordinario hasta llegar a allí XD

- ¡Mucho gusto también! Nada como un tipo simpático para alegrar la perspectiva de masacrar una ciudad llena de gente incapaz de defenderse - dijo con sarcasmo. Esbozando una sonrisa, se acercó a Tamlorm con la vista debatiéndose entre los ojos del recién llegado y el aura que lo rodeaba, y le tendió la mano. - Mi nombre es Caed... - se detuvo. Un reflejo, pero realmente carecía de sentido presentarse como Caedum si Tamlom iba a viajar con ellos. Él podría ocultar la verdad durante el tiempo que fuera necesario, al fin y al cabo llevaba años necesitando tener cuidado de esas cosas, pero no podía decir lo mismo de los demás. Probablemente a alguien se le escaparía en algún momento y sería peor.

- Oswyn - finalizó, acentuando su sonrisa. Era extraño presentarse con su verdadero nombre ante un desconocido, quizá hubieran pasado años desde la última vez. Había pasado a ser una verdad que revelaba tras un período de tiempo prudencial, sólo a aquellos en quienes había aprendido a confiar. O al menos lo más parecido a confiar de lo que él era capaz. - ¿Y... quién es tu amigo? - preguntó, centrando su atención en el aura que rodeaba a Tamlorm.

Samay puso en palabras lo que a él mismo le pasaba por la mente, aunque por supuesto sólo el tiempo diría si la respuesta que había recibido la humana era cierta. Kalimash había aceptado la tarea rápidamente, pero aún así parecía de muy mal humor y no lo culpaba; él también lo estaba. Y por otro lado, a pesar de haber aceptado finalmente, Eladamri parecía tan contrariado como al principio. Le preocupaba que el elfo intentase hacer algo al respecto, pues hasta ahora no había mostrado ser el tipo de persona que se conformase si no le gustaba cómo eran las cosas.

Tamlorm le estrechó la mano con una sonrisa que poco después se tornaría aún más amplia al ver como Oswyn se dirigía a lo que él consideraba como su sombra.

Simpatía es mi tercer nombre.... y hablando de la ciudad. ¿Tenéis algo en mente?.

Vais camino de Punta Arena, cuando falta una hora o menos para llegar aparece ante vosotros, de la nada y de repente, una criatura que da miedo, de unos dos metros y pico de altura, musculosa y con púas que sobresalen de todo su cuerpo. Os habla en común

Saludos viajeros, vengo en busca de Oswyn, tiene algo de valor para mi y podría ofrecer algo a cambio de ello. después os escudriña como si intentara leer vuestras intenciones.

Espero a ver la reacción de los demás aunque me fijo bien en Oswyn y también si al ser un ser celestial me tiene enfilado o no el demonio.

¿Oswyn? Lo siento no me suena señor demonio, quizá lo encuentre en Cima Cardo. - digo con seriedad mientras evalúo detenidamente a nuestro adversario y me preparo para echar mano de la Enlutada para lidiar con este adversario en particular.

Maese Kalimash ¿Conoce Usted a ese tal Oswyn?

Por muy poderoso que sea, su entrada es extremadamente simple... me fijo en si hay alguien escondido en el camino.

Tamlorm observó a la criatura y tras un breve espacio de tiempo dedicó su agudeza a cuanto le rodeaba... - demasiado simple - pensó.

No había nada ni nadie que los rodease salvo la criatura que frente a ellos se encontraba y eso, le hacía ver que no tenía el mínimo pavor ante el grupo que se encontraba; podría incluso tildarlo de despreciar el poder de aquellos que tenía frente a sí mismo, y eso, le ofendía.

No he tenido el placer de encontrarme con dicho individuo en ninguna posada del camino pero... si fuere el caso, me gustaría escuchar tu oferta.

Estás muy lejos de tu hogar, no se ve todos los días a un Hamatula por estos lares y menos con sus manos envueltas en sangre. Tiene que ser alguien importante aquel al que persigues como para que tu señor te haya encomendado la tarea de encontrarlo y dejar con ello abandonado parte de las cámaras del infierno. ¿Se puede saber que ha hecho tal ser como para llamar la atención de un diablo mayor?.

El diablo esbozó una especie de sonrisa con la que mostró una boca llena de colmillos ¿mi oferta? ¿queréis riquezas?¿preferís que mate a alguien? depende de lo que me pidáis así actuaré. Respecto a qué a hecho Oswyn, no es que haya hecho algo. Más bien tiene algo dice después de repasaros descaradamente a cada uno de vosotros 

Tamlorm sonríe ante la propuesta y la descarada forma en que la criatura los analiza.

En el hipotético caso de que aceptasemos ayudarte en tal empresa. ¿Aceptarías como pago acabar con un pueblo?. Eso, teniendo en cuenta que lo consiguiesemos, cosa que para empezar deberíamos saber que buscamos.

Sería un placer dice mientras se relame la boca

Maldición.... esto lo complica todo. - pienso mientras observo al diablo y evalúo mis opciones.

No puedo solo contra esta cosa, pero con la ayuda de Oswyn y Kalimash, las cosas cambian, pero la pregunta es ¿Cómo puedo convencerlos sin alertar al demonio. Tal vez, sí puede que funcione.

En verdad señor diablo, dudo que el maese Oswyn le entregue lo que busca sin oponer resistencia, en especial porque, tal vez sea la mejor opción que tenga para cazar a un terrible enemigo. - digo encogiéndome de hombros y relajando mi postura.

Desna si vas a intervenir, este es el momento, si este demonio consigue lo que quiere, todos tus seguidores serán masacrados.

Samay se preparó para lo que parecía un combate inevitable si la criatura detectaba que estaban mintiendo, de reojo miró la colocación de sus compañeros, mientras escuchaba la conversación. Sin embargo lo que no dejaba de preocuparle era la actitud del recién llegado al grupo, Tamlorm, parecía que se planteaba entregar a Oswyn sin remordimiento ninguno a cambio de la destrucción del pueblo. Todos esos pensamientos pasaron en décimas de segundo por su cabeza, y cuando volvió a la realidad se dio cuenta que se había colocado para atacar tanto al enemigo nuevo como al misterioso Tamlorm.

-Veamos quien actúa primero -pensó siendo paciente.

Puede que el recién llegado se creyese del grupo, pero Kalimash no lo creía así. Al igual que no estaba dispuesto a negociar o tratar con diablos cuyas voces corrompían a todo el mundo y siempre salían ganando si se les dejaba tiempo.
Además no podían entrar algo así como así en el plano material así que...
... Así que ya que no había guardado el hacha en ningún momento y había visto el gesto de Samay aprovechó a hacer lo que tantos orcos favorecían: un ataque a sorpresa.
No hubo gruñidos mientras su hacha se dirigía brillando con magia al pecho del diablo.
"Anula zu magia Samay"- dijo con la voz aún tranquila.
Desde luego iba a disfrutar esto, no poder replicarle a un dios dejaba al diablo en muy mal estado en comparativa para alguien que necesitaba descargar ira.

¿Pero que demonios les pasaba?. No querían acabar con el pueblo y ahora, la única opción que se les presentaba para no ensuciarse las manos, la iban a tirar por la borda...¿acaso eran tan sumamente hipócritas?¿es que ninguno se preguntaba que hacía uno de sus compañeros con posesiones infernales?.... malditas razas inferiores... - pensó.

Acto seguido un destello nubló sus sentidos dando paso a una visión.

Tenía frente a sí la figura de un guerrero, al que sentía que odiaba a la par que temía.

Ya te dije que habría consecuencias, nosotros no nos mezclamos con razas inferiores. Ahora, serás desterrado, no se te permitirá tener una muerte digna, vagarás por el mundo recordando lo que perdiste.

Tamlorm bajó los ojos y observó como sus manos estaban cubiertas de una sangre que no era suya.

Necio hasta el final.... ¡has perdido tu orgullo!.

No sabía que había pasado, en su rostro se podía apreciar como una de sus cejas estaba arqueada, dándole una cierta figura de ignorancia.

Solo la sed de sangre que surgía de su sombra lo hizo salir del trance. ¿qué ocurre? - pensó. Y entonces lo comprendió. Ahí estaba Samay, frente a él, esperando el momento en el que atacarle.

La miró desde arriba, con un semblante serio, duro y juzgador, como lo haría un padre a su hijo. Acto seguido, alzó al vista en dirección a la criatura, tras lo cual, se puso en marcha hacia el demonio.

Fue solo al pasar al lado de Samay cuando dijo.

No he sido convocado para ser vuestro amigo, sino para prestar mi poder y con eso os debería de bastar. Si alguna vez vuelves a ponerte en actitud amenazante conmigo te aconsejo que actúes directamente porque si no, será lo último que hagas. Para que lo entiendas, te demostraré la diferencia de poder que hay.

Tras ello permitió que el alma que había con él se fuese fijando como una armadura en todo su cuerpo. De repente unas llamas azuladas envolvieron su cuerpo; sus ojos se tornaron de un color carmesí y su rostro antes sencillo comenzó a emanar un aura entre lo celestial y lo infernal.

Lo siento Hamatula pero parece que tu insignificante existencia va a ser erradicada.

Me dirijo a la criatura mientras desenvaino el mandoble.

Tu ya me dices si ataco o no y que putas ocurre con la pifia que acabo de sacar en ataque.........

Así no se puede, te matas a rolear y ahora esto.....

Tamlorm desenvaina su mandoble contra la criatura.