Partida Rol por web

Joshep hace justo lo contrario de lo que aconseja Nicholas. En lugar de acelerar, frena súbitamente pisando el pedal hasta el fondo. El Ford que os sigue no se espera esta maniobra y no puede evitar chocar contra la parte trasera del camión. Guissepe vuelve a rodar por los suelos no sin antes ver cómo el frontal del coche se aplasta y los faros estallan. Los ocupantes quedan aturdidos momentáneamente.

A vuestro alrededor suenan los bocinazos de los pocos coches que os esquivan. Frente a vosotros, el otro Ford se ha detenido unos veinte metros más adelante. Nicholas ve algo en el coche que le hace lanzar maldiciones: el brillo metálico de las armas de fuego.

Sacó el rifle por la ventanilla y disparó a la rueda del coche que tenían delante - Corre, ¡acelera! - ordenó al sacerdote

Guissepe volvió a incorporarse entre los barriles mientras echaba mano al fusil. Era una encerrona. Seguramente alguna familia rival que quería interceptar el envío, pero ¿Por qué se habían parado? Si no se movían rápido se convertirían en un colador.

Nicholas asomó el rifle por la ventanilla intentando pinchar las ruedas del coche. El disparo falló por muy poco, haciendo un agujero en el chasis muy cerca del neumático. Maldiciendo miró hacia Joshep que seguía con la mirada perdida. Tenían que volver a moverse o serían un blanco demasiado fácil, como indicaba Guissepe.

Guissepe escuchó disparar a Nicholas y se sumó a la refriega. Agazapado entre los barriles disparó su fusil contra el vehículo accidentado. Falló por mucho. Maldiciendo, cargó una nueva bala e intentó ajustar la mira.

-¿¡Por qué demonios no nos movemos!? -preguntó.

El coche de delante giró hasta dar la vuelta y regresar hacia el camión. Del lado izquierdo se asomó un hombre con una pistola en la mano. Disparó dos veces rápidamente. El primer tiro se clavó en el chasis con un "plac" mientras que el segundo se perdía en la nada.

Joshep finalmente reaccionó y pisó el acelerador. El camión empezó a coger velocidad de nuevo acercándose al Ford que venía de frente.

- Joder, joder... - sentenció asomado por la ventanilla del camión mientras veía venir el coche de frente, apuntó con cuidado para disparar al conductor y apretó el gatillo cuando este estuvo en el punto de mira, después tiró atrás del cerrojo y volvió a disparar fallando por mucho y quedando con el fusil descargado.

El disparo de Nicholas impactó en el parabrisas convirtiéndolo en una telaraña. El coche osciló de izquierda a derecha por el impacto haciendo fallar el siguiente disparo. Pero el conductor era bueno y recuperó el control del coche. El camión pasó a su lado rápidamente. Guissepe pudo ver como el Ford volvía a girar y se acercaba a toda velocidad. El otro Ford también se puso en marcha con dificultad incorporándose a la persecución.

Viccini se estaba cansando de tanta persecucion, dios le habia dado piernas no ruedas, y eso de estar viajando atras de un camión y persiguiendoles dos coches no le apetecía disparo hacia el primer coche que había, pero debido al movimiento del jodido camion falló su disparo

Las habilidades de Joshep no eran tan buenas como para poder despistar a unos tipos que sabían lo que hacían tras el volante. El camión perdió terreno ante los dos coches a marchas forzadas. Guissepe era testigo en primera fila de cómo se acercaban los matones. Se asomaron las armas por las ventanas y las balas empezaron a silbar otra vez. Dos de ellas impactaron en uno de los barriles. De los agujeros empezó a manar un chorro de líquido ambarino. Whisky, sin duda.

Por si fuera poco, tras los dos Ford aparecieron tres coches de la policía con las sirenas a plena potencia. Aquello se estaba convirtiendo en un auténtico carnaval.

Tras recargar el arma durante unos momentos, se asomó por la ventanilla tratando de darse la vuelta y disparar hacia atrás, consiguió hacerlo con gran esfuerzo y apuntó de nuevo a las ruedas disparando dos veces y fallando ambas.

- ¡Me cago en! - gritó echando atrás el cerrojo del fusil para cargar una nueva bala.

Viccini escuchaba tiros, realmente no sabia si eran de los suyos o de los otros, tambien empezó escuchar sirenas de la policia-Cojonudo empieza todo esto cojonudamente-Decía Viccini para sí mismo mientras apuntaba al Ford y disparaba, para nuevamente fallar

Joshep intentaba abstraerse mientras conducía con la vista fija al frente. Todos los coches empezaron a quedarse atrás excepto uno de los Ford que se mantenía en la distancia. Sonaron más disparos que impactaron en la carrocería del vehículo. No eran malos estos tipos, si lograban ponerse a vuestra altura, serían capaces de pincharos los neumáticos.

Disparó nuevamente a las ruedas del Ford dando de lleno esta vez.

El certero tiro de Nicholas reventó el neumático delantero derecho del Ford con un estallido sordo. El conductor giró el volante frenético para compensar la deriva pero sin éxito. El coche termina invadiendo la acerca y estrellándose contra el muro que delimita el Oak Park.

Este momentáneo respiro da la oportunidad de perder al resto de perseguidores callejeando un poco. Después de unos minutos seguís vuestra ruta. Abandonáis la ciudad en dirección oeste siguiendo la carretera 23. Pasáis frente a la Cementera Belford Scott, oscura y fantasmal a estas horas de la noche. Un poco más allá hay otro desvío en la carretera. Tomáis ese nuevo giro y vislumbráis bajo la luz de los faros la mole de la Cervecería. Un muro de cerca de unos tres metros de altura rodea el perímetro. Dentro hay hombres esperando. Os hacen señas para ir atrás donde la verja está abierta. Allí, en un patio cubierto de hierbas, hay media docena de hombres esperando. La mitad lleva linternas.

-¿Qué tal el viaje? ¿Algún problema? -os pregunta uno acercándose a la cabina del camión.