Partida Rol por web

Llevaba tiempo sin pisar una biblioteca, mucho mas en pisar la sección infantil, y los recuerdos de mi infancia volvieron a aflorar con fuerza en mi mente y mi corazón, horas pasadas en la biblioteca de mi padre, leyendo todo aquello que caía en mis manos, eran tiempos felices, y extrañamente sentía que pasaría mucho tiempo hasta que volviese a tener tiempos así.

Comencé a hojear el libro, sus hojas desquebrajadas incluso algunas desparecidas, comentarios escuetos e inconexos , este libro, este documento parecía mas un manifiesto que un cuento infantil, y por esto, exactamente por esto ahora sabía que había cogido el libro correcto.

Comencé a leer con cuidado, sin perder detalle alguno sobre lo que leía y mi sorpresa fue sin duda a mayores.

 ¡Alicia! Esa pequeña niña que vino hace tanto tiempo ¿cómo se nos pudo pasar? Ella es la clave para ganar esta enorme partida de ajedrez, ella tiene que derrocar a la Reina. Es la pieza más importante, si la perdemos no hay nada que hacer. Menos mal que el joven príncipe la puso a salvo de los guardias de la Reina.

Conocía la historia de Alicia, y ciertamente era importante, era la protagonista, pero aquí parecía que su trascendencia era mucho mayor, como si fuese importante no solo en la historia, sino que en la vida “real” de los personajes, aquellos no tenía sentido, pero pensar que lo ocurrido en la plaza lo tenía tampoco era muy cuerdo…seguí leyendo.

Jaque Mate, casi podemos decirlo, casi hemos conseguido ganar... Mañana será el último día y Alicia podrá alzarse como nueva regente. La leyenda al fin y al cabo era cierta...

¿Leyenda cierta? El libro original no era mas que eso, un cuento , una fábula, ni siquiera había tenido la trascendencia como para convertirse en mito….¿como podía ser una leyenda?... pero el texto que leí a continuación me dejó los pelos de punta y la respiración  a medias…

El Príncipe de Corazones se ha unido a nuestra causa, pero... ¿podemos confiar en él? No sabemos si sigue teniendo su corazón. Si no es así, es peligroso, muy peligroso... Espero que sea verdad que quiere ayudar. Puede ser una buena pieza a sacrificar en la partida. 

¿El corazón? ¿Como Sebastian? Aquello me hizo temblar levemente de temor y sorpresa, cuando Zack apretó la piedra en forma de corazón Sebastian cayó muerto, pero ¿Cómo podía ser así? Era totalmente imposible, pero aquí estaba, aquí también pasaba. El príncipe de corazones, LA REALEZA DE CORAZONES, esto era un sinsentido pero aquí estaba, en este libro…

 La revolución ha comenzado. La Reina ha llegado muy lejos y no podemos permitirlo, sin el Rey esa mujer está destrozando nuestro país... Somos pocos los que nos hemos unido para esta causa, pero tenemos que hacer que el resto del País de las Maravillas se levante. Ellos son más, estamos en clara desventaja.

Así que de aquí se da el nombre al libro, la revolución del País de las Maravillas, pero ¿cómo era posible? El libro acababa bien o eso suponía, no lo recordaba, pero era un libro infantil, con un contenido bélico limitado, ¿Cómo era posible que hubiese una revolución?

Todo está perdido... la Reina ha unido fuerzas con otros seres igual de crueles que  proceden de otro mundo llamado Misthaven. Una terrible maldición está haciendo que la gente desaparezca. El Sombrero, el Príncipe y Alicia... No podemos hacer nada, el País de las Maravillas muere. Si alguien lee esto, quiero que sepa que nuestra locura hizo que casi alcanzásemos la libertad. Abajo la Sangre Roja. 

Absalom.

Me había metido tanto en la lectura que al llegar a esta parte me sentí aterrada, pero una palabra, una simple palabra me llenó de calidez, de esperanza y añoranza sin saber por qué, - Misthaven  -susurré, este lugar inventado en un libro, un nombre que no había oído jamás y que al mismo tiempo me era tan querido y preciado, acaricié la página con cuidado y sentí como una lágrima resbalaba por mi mejilla, el día de hoy, los últimos días habían sido de locos y era por esto que esta lectura me afectaba tanto, una perdida, tantas perdidas juntas al igual que aquí…

Sabía que nada tenía sentido, no podía ser real pero ¿podía negar lo que había visto y oído en la torre del reloj? ¿podía negar la similitud con el libro? No, no podía, quería hacerlo, mi mente me gritaba que me estaba volviendo totalmente loca, pero… no podía negar la evidencia, después de todo me ganaba la vida con ello.

Me levanté y miré a la mujer del mostrado r así como también miré a mi alrededor, sino había nadie mirando me guardaría el libro en el bolso y me lo llevaría a casa, era una locura, lo sabía, pero me parecía demasiado valioso como para dejarlo perdido y olvidado en la biblioteca del pueblo. – abajo la sangre la roja – fueron las palabras que susurré sin que las palabras saliesen de mis labios antes de cruzar la puerta de salida, necesitaba un café y hablar con alguien, con quien fuera antes de que mi locura fuera a mas, así que con paso decidido me dirigí donde la abuelita.

Llegas al Granny's que está un poco desértico. Hay tres clientes, uno es Smith Larsen, el otro es Scott Wiest y por último está Crustal Eiksen. Cada uno en su lado, sin prestarse atención. La mujer te sonríe al verte y se lleva una mano a la boca - oh cielo, perdona se me pasó... 

Entro donde la abuelita con paso tranquilo o al menos eso pretendo , y me siento en la barra directamente – no te preocupes abuelita, con el día que hemos tenido no te culpo por olvidarte – le digo con una sonrisa dulce y tono igual –¿ me puedes poner un café con nata y un trozo de tarta? – le pregunto para después mirar a quienes están dentro, miro a los presentes pero mi mirada se fija en Scott, - la realeza de corazones debe morir – recuerdo sus palabras y no me lo pienso dos veces, cuando la abuelita me traiga el pedido me sentaré con él… tengo mucho que preguntar  y estoy segura que él tiene alguna que otra respuesta.

La anciana en compensación te trae el café con mucha nata y el trozo de pastel más grande que tienen. Cuando te sientas con Scott este alza las cejas sorprendido. El hombre estaba tomando un té, mientras miraba fijamente un bloc en blanco que había sobre su mesa -¿le puedo ayudar en algo? - sonríe de oreja a oreja. 

Si siempre será así, te puedes olvidar de mi las veces que quieras - le digo a la anciana mujer con una enorme sonrisa y cojo las cosas para sentarme con Scott.

Le sonrío antes de hablar - Perdona por el abordaje pero necesito respuestas, y creo que puedes ayudarme - le digo cogiendo con la cuchara un poco de la nata de mi café y llevándomela a la boca - ¿que pasó en el país de las maravillas? - le pregunto con un susurro acercándome un poco a él intentando no mancharme con mi propia taza, en esta ocasión la sutileza se me había ido al garete, pero bueno...tampoco era tan raro.

La sonrisa de Scott se esfuma de un plumazo - creo que ese tema no deberíamos tocarlo aquí - coge el bloc y escribe algo en el con rapidez - aquí no todos son amigos. Pero primero dime ¿qué sabes?- te pasa la nota con rapidez junto al bolígrafo y te mira con los ojos muy abiertos mientras tamborilea con los dedos sobre la mesa. 

Donde quieras y cuando quieras - le digo con la misma seriedad que el , cojo el block y leo lo que escribe y pienso detenidamente antes de escribir.

Sé que hubo una revolución, que Alicia era la clave, pero que la reina ganó, trajo criaturas desde Misthaven y al final, la gente terminó desapareciendo...abajo la sangre roja

Escribí con mi mejor caligrafía y le entregué el trozo de papel para después comer un trozo de tarta , al escribir Misthaven el sentimiento que había tenido en la biblioteca volvió a invadirme, pero intenté no hacerle demasiado caso ya que no tenía sentido alguno, y además no era el momento ni el lugar. 

Termina su té y recoge sus cosas. Se pone en pie, te sonríe y se dirige a la barra para pagar y salir del local. Ves como te espera fuera a que termines tus cosas, mientras el mira la gente pasar. Tan tranquilamente. Una vez que terminas y sales, te mira y vuelve a sonreír - demos un paseo- comienza a caminar en paso tranquilo.

Comenzó a hablar con aire distraído - hace un tiempo el rey murió. Todos sospechamos que fue obra de la reina claro, pero lo que no sabíamos es lo que estaba por venir. Si esa mujer estaba loca, aún era peor sin el rey a su lado para gobernar y claro como el príncipe era un niño aún, no iba a dejar que subiese al trono. Pasó el tiempo y todo era cada vez peor, más muertes innecesarias, castigos... hasta que decidimos levantarnos y luchar contra la reina. 

Pago a la abuelita y salgo del lugar con algo de prisa, me moría por saber todo aquello que Scott tenía para contarme y no quería perder el tiempo, me puse a andar a su lado.

Tragué saliva mientras le escuchaba, estaba hablando en serio, realmente enserio …pero ¿por qué no me costaba creerle? - ¿Quién eras tú? En el País de las Maravillas digo, esto es un poco complejo de digerir espero que lo entiendas, hasta hace unas horas, vosotros erais meros personajes de cuentos para mi…

Suelta una risíta - oh, si, si ¡lo sé! - se mete la mano en los bolsillos mientras sigue caminando- me decían loco por decir que todo esto no era real, que somos de otros mundos... aunque en mi mundo también me dicen loco. Soy el Sombrerero- te mira con una sonrisa pícara- y dime mi chica curiosa ¿a quién quieres matar tú? ¿a la reina? esa frase solo la usamos en mi revolución, en la de mi mundo... que no es la única. 

Abro la boca de la pura sorpresa – ¿El sombrerero? Tienes que estar de broma, quiero decir… ¿de verdad? Vaya eso es… imposible, increíble y vaya… me he quedado sin palabras – no cabía en la sorpresa, estaba hablando con el sombrerero pero – espera, el libro te menciona , desapareciste por una maldición , junto con , con Alicia – le comento al recordar lo que había leído.

¿Matar? – pienso un momento en esas palabras, jamás había matado a nadie, ni siquiera me lo había planteado pero ¿y si era la única manera? – a todos quienes nos amenacen, la reina roja de momento encabeza la lista, bueno, es la única de la lista  - le respondo con tranquilidad pero en mis palabras no había duda alguna – por cierto, Soy Dominique.

El mismo, pero sin sombrero - ríe por su "gracia"- aunque aquí me llaman Scott y bien, bien. La Reina es muy cruel, si es lo que hay que hacer, acabar con ella- dice con una voz fría y una mirada llena de odio- por cierto ¿de qué libro hablas?

Tendremos que conseguirte uno - le digo riendo también, era bueno poder reír, en estos momentos era necesario - No puede seguir muriendo gente, somos gente normal, no te ofendas por favor, gente común y corriente o al menos eso creo, pero sea como sea, no puede seguir muriendo gente, hay que detenerla como de a lugar - dije totalmente seria y convencida.

A su pregunta abro el bolso y le enseño la portada sin sacarlo, no quería que nadie lo viese, no sabía si era importante, pero para mi lo era - lo encontré en la biblioteca.

Quizás tu puedas decirme pero... - me quedé en silencio unos segundos, no sabía que significaba pero era algo que necesitaba saber - ¿que es Misthaven?

Te mira ofendido -¿cómo que no va a morir más gente? ella debe morir, ¿te parce normal que mate al rey y diga que murió en un partido de croquet por accidente? ¿qué obligue a su hijo a matar a inocentes para castigarle por su rebeldía? ¿qué mande a decapitar a niños, hombres, mujeres y animales? ¿de verdad crees  que Cheshire y el Lirón se merecen estar disecados como un trofeo?- se da cuenta de que está demasiado alterado y comienza a coger aire - disculpa... - mira el libro- ah es el diario de Absalom... 

Cuando termina de relajarse, vuelve a mirarte ya más calmado - Misthaven, también conocido como El Bosque Encantado... la mayoría sois de allí. Por lo visto teníais también una revolución contra una reina malvada... la que hizo toda esta maldición. 

Me refiero a que no debe morir mas gente inocente, no te alteres - le digo levantando las palmas de las manos - estoy de acuerdo contigo en que ella debe ser ... eliminada, no podemos dejarla suelta haciendo su voluntad - se notaba que aquél tema le afectaba pero no podía culparle, - ¿Absalom?

No no, yo no soy de ahí, soy de Francia simplemente , ¿pero bruja malvada? me quieres decir que solo una persona a traído a personas de otros mundos hasta aquí?

Señala tu cabeza - eso son recuerdos falsos, puesto por la maldición, dime ¿cuántos nacimientos han habido? ¿cuánta gente se ha marchado del pueblo o se han mudado aquí? nadie ha nacido y nadie se ha ido...  pero esa no es vuestra verdadera vida ¿no te das cuenta de que la han robado?- mueve la cabeza de un lado a otro - no, no ha sido solo ella, ha necesitado ayuda. Solo conozco que la Reina de Corazones le haya ayudado, pero seguro que tiene más cómplices y todos están aquí y se mueven por lo mismo. Venganza. 

Medité su respuesta durante unos minutos - no, no han habido nacimientos , y la última persona en llegar fui yo, hace tres años - le respondí - pero ¿como puedo recuperar mis recuerdos? los verdaderos - vale, me había vuelto totalmente loca, pero no podía decir ni hacer otra cosa, si aquello era cierto, si realmente era cierto, tenía que saber quien era para poder entender todo esto.

Tenemos que encontrar a los demás que han hecho esto, pero...¿venganza de qué? - pasé mi mano por mi frente, esto era demasiado y comenzaba a dar dolor de cabeza, pero no podía parar, no ahora, no llegados a este punto, tenía que saber la verdad , fuese cual fuese y aunque me llevase de cabeza al loquero.

El hombre se encoge de hombros- por las revoluciones, los finales felices... ellos no quieren sufrir, quieren que suframos los demás. Egoístas, crueles y vengativos - dice casi escupiendo esas palabras. Se cruza de brazos y agacha la cabeza pensativo, mientras camina de forma exagerada - hmmm no-lo-sé,  cuando la maldición comenzó, yo ya sabía quien era... me temo que a los locos no nos afectó - suelta otra risita- quien te puede ayudar, serán los que ya conocen su identidad...

Me paro en seco y le quedo mirando atónita – ¿me estás diciendo que esto es porque las cosas no les han salido como querían? Querido mío, entonces el loco no eres tu – dejando a un lado que me había vuelto totalmente loca, por mantener esta conversación y aún peor, por tomármela en serio, era increíble que todo esto de la maldición fuese únicamente por despecho.

Sonreí ante su broma, algo recordaba de la locura del sombrerero en la historia de Alicia, pero al parecer eso también era verdad – Entonces creo que tardaré demasiado en saber quién soy realmente – dije algo desanimada, ya que estaba, ¿por qué no saber quién se suponía que era? – dudo que mucha gente sepa quienes son en realidad, pero dime ¿en quienes puedo confiar?

A pesar de que te paras en seco el hombre sigue caminando, con las manos en los bolsillos- no sé, ¿amigos? ¿familiares? nadie sabe nada y los que lo saben pueden mentir- comienza a canturrear-  ¿quién serás? ¿un héroe o un villano quizás? y ¿en quién confiar? ¡igual te pueden engañar! - ríe un poco y después continua la melodía, pero esta vez silbando.