Partida Rol por web

Respirando para tranquilizarse, la pelirroja camina por los alrededores en busca de algo, tratando de imaginar lo ocurrido sin llegar a la violencia de acabar con la vida de alguien. Desaparecidos, ataques, muertos... Algo no anda bien en el pueblo. No duda que los peritos ya hayan revisando, pero quiere constatarlo con sus propios ojos: hojas maltratadas por si hay indicios de pelea, el lugar donde el supuesto testigo vio todo, pasos que hayan aplastado el pasto para ver las direcciones, algún objeto que se haya pasado por alto... lo que sea.

No encuentras nada que pueda llamar tu atención en el suelo, ni hojas aplastadas, ni nada. Hasta que alzas la cabeza y ves algo entre los árboles. Te observa y cuando se da cuentas de que le has visto, comienza a introducirse en el bosque.

Antye se queda inmóvil ante su observador. No tiene idea de quién puede tratarse y retrocede un poco por desconocer lo que ocurra a continuación, pero aquella cosa se fue. Así, la pelirroja siente que puede volver a respirar y sus piernas no le pesan tanto.
-¿Qué es eso?
La joven agarra su móvil con sigilo y se dirige hacia donde estaban esos ojos brillantes.

La sombra se mueve entre los árboles sin esfuerzo, como si flotase. A lo lejos ves un cementerio, con na gran cripta en el centro. La sombra entra en la cripta, entonces alguien te coje de la mano y te hace girar bruscamente hacia él -Antye ¿qué haces aquí? - ves a Williams, con la respiración entre cortada y una ceja arqueada, extrañado.

Curiosa e intranquila por seguir a ese ser que le recuerda a un fantasma, Antye se pregunta con más incógnita  qué es lo que está pasando en ese pueblo que parecía ser inofensivo y tranquilo. Dispuesta a tratar de averiguar lo que sucedía, la pelirroja se iba a acercar a la cripta cuando esa voz familiar le provoca brincar un poco. Al ver a Williams, su susto disminuye un poco. <<Al menos no fue la alcaldesa o la jueza>>.

-Yo... yo.. estaba caminando por aquí tomando aire. Las cosas en la asamblea no salieron muy bien. Pero, ¿tú que haces aquí?

Se rasca la nuca, mientras sigue mirándote intrigado- salí a correr, solo eso...- mira a todos lados para después volver a fijarse en ti -¿pasear por un cementerio? Da un poco de escalofrio - frunce un poco los labios -sobre todo ahora, que comienza a anochecer... - ladea un poco la cabeza y mira al cielo - ¿quieres que te acompañe a casa?

Con una gran curiosidad, la chica mira la cripta una vez más. Sabe que Williams tiene razón, es tarde y es mejor no arriesgarse a que ocurra algo malo. Deja escapar un suspiro y le sonríe al chico.

-Vamos. Este lugar da calosfríos... Pero, ¿podemos pasar por la Torre? Me gustaría ver algo.

Le iba a tomar la mano al chico, pero se ruboriza y se disculpa. Le da una última mirada a ese sitio, decidida a regresar otro día.

Sonríe cuando se da cuenta de que ibas a cogerle la mano, en respuesta el coge la tuya y avanza -si claro, vamos, salgamos de aquí pronto...- mira a su alrededor como si fuese a salir un fantasma - ¿para qué quieres ir allí?

Cuando salís del bosque y entráis en la ciudad, Williams mira a otro lado algo ruborizado - oye Antye... - dice con un hilo de voz -¿tienes novio? Me gustas en secreto desde hace mucho y...- se rasca la cabeza nervioso- si... si no tienes, podrías darme una oportunidad

La pregunta y propuesta de Williams le toma por sorpresa y sin querer baja la mirada sin saber qué decir. Es consciente que el chico es un buen partido, pero sus sentimientos son para otra persona que al parecer, y según fuera de la lógica, le quitó su corazón, literal, para protegerlo de personas que quieren hacer daño. <<¿Acaso hay algo de raciocinio en todo lo que ocurre en el pueblo?>>. No obstante, sabe que no se juega con las emociones de otros.

-Esto... Williams...-dice la chica sin atreverse a mirarlo, pero es obvio que sus mejillas se colorean-. No se... no creo... no puedo... 

Deja escapar un suspiro y por unos segundos le mira a los ojos, mas se tensa y lo desvía nuevamente.

-Las cosas son un poco complicadas, ¿sabes? Ahorita no podría darte una oportunidad porque... debo aclarar algunos pensamientos que me tienen muy confundida...

La voz comienza a quebrársele. No quiere lastimarlo y en parte lo que dice sí es la verdad: está confundida.

-Y... no quiero herirte ni mucho menos. Eres un buen amigo y...

Ya no puede seguir hablando. Se está presionando y no quiere cerrarse como suele ocurrirle en este tipo de situaciones. Sus intenciones de ir a la Torre del Reloj disminuyeron considerablemente.

El chico agacha la cabeza ante la negativa y arruga la nariz - bueno...ok... - se rasca la cabeza, aún mirando al suelo - bueno, como dije te acompañaré a casa... si quieres claro - alza un poco la cabeza y sonríe forzado. 

Antye alza la vista y sonríe con timidez. No quiere perder una amistad como la de él, que la ha estado apoyando y que además parece ser de buen corazón. Es consciente que su negativa no fue la mejor respuesta, pero tal vez conforme pase el tiempo se percate que fue lo mejor.

-Me gustaría que me acompañaras, ahora si es lo que tu quieres, por supuesto.

La pelirroja sigue nerviosa luego de la confesión, pero debe tranquilizarse por el bien de ambos. 

-Si gustas te invito un café en casa o algo de cenar. Hiciste ejercicio y... debes recuperar fuerzas, ¿no lo crees?

Quiere ser amable y le nace hacerlo. Mientras se encaminan a la casa de la chica, la joven mira al cielo que comienza oscurecerse y se le ocurre una pregunta.

-Williams... ¿Tu qué opinas de la magia y los cuentos? ... ¿Y de los finales felices?

Sacude la cabeza  negando y sonríe un poco - no, gracias. Te acompañaré y me iré a casa - arruga la nariz - tengo que ducharme y cambiarme, así no cogeré frío.

Medita tu pregunta durante unos minutos y después te mira con una ceja arqueada- ¿a que viene esa pregunta? - frunce los labios - no lo sé, la magia... bueno es ilusionismo ¿no? sobre los cuentos y los finales felices, son eso... de cuentos.

-He estado leyendo los cuentos que me diste... y no sé, se me ocurrió nada más.

Antye responde eso ante la pregunta de Williams sobre el motivo de su interrogante. Solamente le picaba la curiosidad conocer la perspectiva de otro. No pudo evitar desilusionarse un poco cuando el chico no responde a lo que ella quería porque ha sido testigo de un acto de magia, no de ilusión. ¿Cómo convencer a alguien de lo contrario? Al escuchar que los finales felices son puros cuentos, la pelirroja para en seco y se coloca frente a él con las manos en su cintura. Intenta ser amenazante, pero no lo logra.

-Veamos... si para ti los finales felices son solo cuento donde la princesa se queda con el hombre amado al final o la bruja malvada es derrotada... te equivocas, Williams. ¿Eres feliz con tu familia? ¿Con tus amigos? Cuando hiciste ejercicio te sentías bien, ¿acaso esos no son momentos de felicidad? Como dice Benjamin Franklin: "La felicidad no se logra con golpes de suerte como en pocas ocasiones, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días".

La joven suspira y da un paso hacia atrás simplemente para dar espacio.

-Cuando te levantas y saludas a tus padres, cuando te encuentras con personas que quieres, cuando disfrutas la clase o algún entretenimiento, o un momento de relajación: eso es felicidad. Puede que no vea a mis padres, pero sé que me aman y eso me da felicidad; cuando te veo, o visito al Reverendo, o me encuentro fumando a Zack en los pasillos son momentos de felicidad porque miro a las personas que estimo; cuando aprendo algo nuevo en clase o leyendo... eso es felicidad para mi. Si lo piensas, también hay felicidad para ti.

Antye mira con aprehensión a Williams, esperando que el rubio entendiera lo que ella quiere decir. A pesar de que últimamente le han ocurrido cosas que le han lastimado, sabe que después de la tormenta viene la calma.

Cuando le das la charla, Williams se queda con la boca entre abierta, sin saber muy bien que decir. Asimila todo (tardando unos minutos), una amplia sonrisa se dibuja en su rostro y sin que te de tiempo a reaccionar te abraza con mucha fuerza. Te da un sonoro beso en una de tus mejillas y se aleja de ti - me tengo que ir, mañana te veo ¿vale? - dice sin dejar de sonreír. Comienza a correr, mientras te despide con una mano.

Antye se despide con una pequeña sonrisa cuando Williams se retira más animado. Esperaba que sus palabras le ayuden al chico y a sí misma, pues tiene el presentimiento que vienen cosas peores a pesar de que debe ser positiva. La pelirroja se queda de pie hasta que el rubio desaparece de su vista.

Después decide tomar otro camino hacia su casa, queriendo seguir hacia la Torre del Reloj. No esperaba ver algo, pero al menos intentar averiguar qué ocurre en Storybrooke.

Cuando llegas a la Torre del Reloj, la pintura en su facha está casi borrada por completo y las agujas siguen rotas. Si intentas acceder no podrás, ya que para ir a su interior debes entrar a la biblioteca que ya se encuentra cerrada. 

Antye observa con atención el mensaje que habían escrito, pues aunque no sepa quién pudo hacerlo con recordar el tipo de letra le basta. Luego centra su atención a las agujas y les toma una fotografía con el móvil, al igual que aquellas letras.

Pasando varios minutos, la joven se retira de ahí, antes de parecer una sospechosa más de los acusados del pueblo. En eso recuerda las palabras que le dijo Zack cuando estaba en la cárcel y trata de ubicar al tal Killian en el puerto. Sabe que se hará más tarde, por lo que se apresura en su paso.

Llegas al puerto, que está bien poco iluminado. Todo esta cerrado, los barcos cubiertos, pero hay algo que te llama la atención. Un enorme barco, que cuando te acercas a mirar ves que se llama Jolly Roger. No ves a nadie por allí cerca y nadie encima de cubierta.