Partida Rol por web

Durante el viaje, casi tan silencioso como la muerte, va golpeando con su uña la manija interior de la puerta siguiendo el ritmo y tarareando su canción favorita, "Sad Serenade" de los Bloodsucking Zombies From Outter Space. Una vez llegan al extraño lugar apartado del pueblo, se baja del auto y mira a Sebastian sospechosamente.

Si me querías matar y esconder mi cuerpo hay lugares más cerca del pueblo donde hacerlo, eh...

Lo sigue hacia el establo, donde puede ver un precioso corcel, que más se siente como viejo amigo que como un animal cualquiera. Incluso el mismo caballo se ve feliz, como celebrando su llegada, y ella no puede evitar el impulso de besar a Sebastian y correr a abrazar al caballo por el cuello, apoyando su mejilla en el mismo. 

No soy su dueña, soy su amiga. - lo corrigió - Pero gracias...

Sonríe satisfecho y alza ambas manos hasta media altura- bueno, bueno es tu amigo. Perdona no quería ofenderos - se acerca hasta donde estáis los dos y acaricia el cuello del caballo - se llama Khan-  por un segundo su mirada era algo triste. Vuelve a sonreír -dime.. ¿ya estás mejor? siento haber desaparecido esta mañana...

Ante las palabras de mi chica asiento con la cabeza a eso de pasar la noche en su casa. -Me parece una muy buena idea amor.- Contesto dando un beso a sus labios que me encantan. Cuando la doy el masaje su gemido de placer me excita un poco, y cuando dice que soy el mejor sonrío. -Tu no me tienes nada que envidiar.- Reconozco a mi chica de forma cariñosa.

Después me pregunta que tiene sentido. -Hay algo mágico en éste pueblo mi amor, pero no se como afrontarlo, aún no.- Reconozco, aunque por sus palabras esos médicos quizás si. -Que médicos hablaban sobre esas cosas extrañas y mágicas? Sabes sus nombres?- Pregunto a mi chica con la vena de investigador encendida.

Al hablar de la alcaldesa me escuece el corazón y ella lo nota. -No te preocupes amor, será que he fumado mucho hoy.- Reconozco aunque no es del todo cierto, pero no la quiero poner en peligro... Con la alcaldesa nunca se sabe.

-Críptico amor? jajajajajaja... nah.... un poco cansado nada más.- La comento quitando hierro al asunto, comemos un poco pero enseguida se pone a lloviznar. -Mierda. Seguimos en tu casa cariño?- Aconsejo levantándome y ofreciendo mi mano a mi chica para que se levante. -Sam, vamos para el coche, deja a las ardillas...-

Es raro, pero se siente como si lo hubiese extrañado. Aunque no estoy segura de haber montado jamás un caballo... - hizo una pausa mientras pensaba - quizás solo en aquellos sueños de los que te hablé.

Le despeina un poco la crin al caballo, como gesto de coscorrón amistoso, y luego se gira y apoya su espalda en Khan, cruzandose de brazos mientras mira al doctor.

Díselo al muerto. ¿Por qué faltaste, de todas maneras? Me hiciste preocuparme, pensé que le había pasado algo a Sally.

Sonreí al ver que de verdad le gustaba a lo que me dedicaba cosa que me pareció fantástica la mire y le dije:

-parece polvo de arena pero, no se brilla de esa forma, lo cual es curioso, lo encontré donde el reloj, quizás sea solo coincidencia pero, en mi campo nunca existe la coincidencia, muchas gracias por no reirte ni temerme no sabes lo que signigfica que una chica tan guapa diga algo así-dije mirando atrabes de sus ojos su alma

Khan relincha feliz mientras mueve la cabeza de arriba abajo. 

Podrías probar mañana, a ver que tal se te da...

Cuando oye tu pregunta,deja escapar un gran suspiro y se apoya en una columna con las manos en los bolsillos. Te mira con los labios fruncidos -no le pasa nada a Sally, solo la he llevado a un sitio para que esté a salvo. El pueblo se ha vuelto loco y no me perdonaría que le pasara algo... Pero cuando había terminado el tiempo había volado, ¿algo raro no crees?- se queda un momento meditando sobre lo rápido que pasó el tiempo hasta que decide volver hablar - dime ¿has tenido más sueños de ese tipo? 

Se ruboriza levemente cuando le dices que es guapa -eh...- mira nerviosa a otro lado durante un momento para que a los pocos segundos te vuelva a mirar -¿crees que la arena es la responsable de que vayan las manecillas del reloj al revés? 

-Creo que son los restos, de algo que a echo funcionar el reloj, aun que vallan las manecillas del revés ahora se mueve y eso es algo seguro, las cosas por aquí van a empezar a cambiar muy pronto estoy seguro-digo sonriendo cuando se ruboriza.

-El rojo de tus mejillas te hace juego, y mucho mas bella de lo que vi al entrar y eso es dificil

Se vuelve a ruborizar y bebé su refresco algo nerviosa. Carraspea un poco y te dice con tono de broma- ¿no estrás intentando ligar conmigo verdad?

Mira un momento su reloj y arquea las cejas -pero.. ¡que tarde es! - mira fuera y resopla al ver que esta lloviendo -quelata que haya empezado a llover, se me ha olvidado el paraguas... 

¿Quieres que cabalguemos juntos mañana, Khan? Será divertido, ¿no crees? - le susurró al caballo con cariño girándose hacia él y haciéndole cariño en por última vez en el cuello.

Se acercó a Sebastian, poniéndose frente a él.

¿Dónde llevaste a Sally? Y... sé que la gente del pueblo ha estado un poco rara ahora último, ni hablar de las desapariciones, pero de ahí a decir que se volvieron locos... De todas maneras, no he tenido más sueños desde que te dije, pero vamos, esos sueños son solo imaginación hiper activa. Que soñara con un caballo como Khan es mera coincidencia. 

-En una mansión en el bosque, muy adentro del bosque. La han acogido unos amigos, son gente de fiar. Me ha pedido que le visites de vez en cuando - una sonrisa algo idiota se dibuja en su rostro- así que cuando quieras puedes ir a verla, yo te llevaré. 

Te mira divertido, con una media sonrisa - ¿estás segura de que era un coincidencia? Un poco raro ¿no crees?- se cruza de brazos- se dice que el cerebro nos hace soñar a veces con recuerdos bloqueados, cosas que hemos vivido y no conseguimos recordar.

Sonríe y asiente ante la sugerencia de visitarla, seguro que lo haría. Sally era una niñita bastante especial, demasiado inteligente y manipuladora para su edad, por lo que no se le hacía molesto pasar tiempo con ella a pesar de sus cortos años de vida. 

¿Raro? .... Ehm, no es por ofender a Khan, pero no es el primer caballo negro que veo en mi vida. Cierto, este es hermoso y enorme, pero de tanto detalle no me acuerdo. Además, ¿De dónde demonios habría aprendido yo a montar con armadura puesta y como habría conseguido un caballo? No sé si lo has notado, pero esto de tener un sueldo y dinero para comer es nuevo para mí.

A mi “invitación” de que pase la noche en mi casa, asiente y dice que le parece una muy buena idea, - pues deberías pasar más tiempo en mi casa, sabes que hay espacio de sobra para los dos – le digo con una sonrisa encantadora  - Bueno, para los cuatro – digo refiriéndome a nosotros  y nuestras mascotas, para después besarnos dulce y fugazmente.

Dice que no tengo nada que envidiar cuando le digo que es el mejor y le lanzo un beso coqueta y divertida. También  dice que hay algo mágico en este pueblo y que no sabe cómo afrontarlo - ¿me lo estás diciendo enserio? Le pregunto alzando una ceja, la conversación que oí entre los dos médicos me pareció extraña pero no le había dado demasiada importancia, pero que mi chico me lo dijese que era así, comenzó a hacerme pensar si la que estaba equivocada era yo. Me pregunta por el nombre de los médicos,  - El doctor Lawler y el doctor Anderson ¿por? – le pregunto curiosa, aunque no debería sorprenderme si había algo que mi chico no hacía ,era dejar cabos sueltos o preguntas sin responder.

Cuando se queja y le pregunto que qué le pasa me dice que no es nada, y que debe ser que ha fumado mucho  - pues deberías ir a ver a un médico amor, que te hagan unas pruebas o algo ¿quieres? – le digo con tono cariñoso y preocupado y alzo mi mano para acariciar su mejilla.

Cuando le digo que está críptico se ríe y me dice que solo está cansado – Mmmm después de cenar te doy un masaje ¿te parece? Que te quiero descansado – le digo pícara. Seguimos hablando y comiendo pero se pone a lloviznar, mi chico se levanta y me ofrece la mano para levantarme  - Si vamos a casa -  la cojo y al levantarme me pongo los zapatos, sonrío al escuchar a mi novio llamar a Sam, y nos vamos a su coche cogidos de la mano.

-No tranquila, es mi forma genérica de trato- me quito mi chaqueta y se la doy:

-tomé, cubráse con ella de la lluvia y puede dejársela cuando pueda aquí a Rubí, o puedo acompañarla a  donde quiera y alli ya me la da, usted decide- digo guardandome el polvo brillante en el bolsillo

Tras la propuesta de mi chica no puedo menos que aceptar. -Claro mi amor, me encantaría estar unos días contigo.- Afirmo sincero, con mi último caso tuve que estar casi las 24hrs del día de seguimiento y apenas dormía en casa, me puedo dar el lujo de pasar unos merecidos días con mi novia.

Se sorprende que sea tan "creyente" pero si la cuento lo que me ha pasado ella será igual de creyente que yo. Entonces me dice los nombres de los médicos de la conversación. -Será hija de puta la enfermera!.... me dijo que no estaba hoy en el hospital el tal Lawler....- Niego con la cabeza. -Lo siento amor, es que ese tío es ahora mi nuevo caso.- Me justifico por mi exaltación momentánea.

Acaricio la mejilla de mi chica con cariño cuando me dice que debería ir al médico. -No te preocupes, ya estoy bien, habrá sido un pequeño achaque, luego me tomo un jarabe y listo.- Añado para que no se preocupe. Me comenta que luego me da un masaje y sonrío amplíamente. -Eso sería maravilloso cariño, me apunto.- Afirmo con una sonrísa traviesa.

Empieza a llover y mi novia me comenta que si, mejor que nos vayamos ya y vamos al coche, mi flamante DeLorean. -Sam, te toca atrás chico.- Le digo una vez llegamos y abro la puerta, del copiloto, de gaviota para que entre corriendo el asiento, una vez dentro lo pongo en su lugar para que pase mi chica y voy donde el conductor. Arranco el vehículo y me dirijo a la casa de mi novia.

-Verás... - guarda un momento de silencio, meditando como decirte lo siguiente- hay teorías que no son muy ciertas, no se pueden demostrar al cien por cien . Te hablo de la reencarnación, claro. Personas que sueñan con sus vidas pasadas, que incluso tienen habilidades que nunca antes no habían puesto a prueba ¿qué pensarías si te digo que esto es cierto? es más... ¿qué pensarías si toda nuestra vida en Storybrooke fuese una maldición?

Ves que te mira serio, buscas algún tic que delate que te está tomando el pelo, pero no. Está realmente convencido de lo que dice.

Lo mira, intentando no reírse, pero su boca empieza a delatar una sonrisa poco a poco sin importar cuanto intente ocultarla. Pronto, una carcajada escapa de su boca, forzándola a cubrir los labios con su mano para acallarse un poco mientras intenta calmarse.

¡¿Vidas pasadas?! ¡¿Una maldición?! - su carcajada sube de volumen, incapaz de silenciarla  - Que sabes tú de maldiciones, con la vida que llevas, hombre. - se ríe un poco más - "Te maldigo a tener una vida tranquila y una profesión exitosa! Abracadabra!" - se burla, casi sin poder respirar.

Te sonríe ampliamente cuando le ofreces la chaqueta y se vuelve a ruborizar un poco -vivo aquí cerca, de verdad que no hace falta- se dirige hacia la salida después de pagar su comida. Te mira y te vuelve a sonreír -espero que nos veamos pronto Naxael.

Sebastian te mira mientras te burlas, no parece que le moleste, es más te mira divertido. Mira el reloj de pulsera -creo que es tarde, deberíamos irnos ya-  se acerca al caballo y le da un par de golpecitos amistosos en el cuello con la palma de la mano -mañana te la traigo de nuevo, Khan -  el animal suelta un leve relinche.

Se encamina hacia la salida del establo -venga vamos, empiezo a tener hambre.

Sale del establo, dirigiéndose hacia el coche, sin prisa. Sin importar lo fuerte que llueve fuera. 

Maldiciones... - murmura por fin apagando su risa, mientras el doctor se despide de Khan. Ella, por su parte, se despide de lejos del animal, agitando la mano. - Ya nos vemos mañana - le dijo casi automáticamente, aunque en cualquier otro momento hubiese pensado que hablarle a un caballo no era racional. Quizás era porque el caballo le parecía inteligente y pensaba que podía entenderla, o quizás porque se sentía tan cercano que no parecía correcto irse sin despedirse.

Sigue a Sebastian al coche, con un paso lo suficientemente lento para mantenerse a su lado. Sinceramente, la lluvia nunca le había molestado demasiado.

Se subió al auto en cuanto él lo abrió, y una vez sentada se soltó el pelo y se lo puso a un lado del cuello.

Supongo que tu pagas la cena, ¿no? A modo de disculpa, digo... - le sonrió, divertida - ¿Dónde me llevas?