Partida Rol por web

Escuché la conversación desde el umbral de la puerta de la cocina, y aunque al principio me sorprendió lo que la chica decía, después tuve que taparme la boca para no soltar una carcajada – ¿le está tirando los tejos a Rapha? – pensé reprimiendo las ganas de coger una sartén para usarla de violin y salir a tocar un poco la moral.

Pero cuando Rapha le contó que el doctor había muerto y al escuchar la reacción de la otra chica se me hizo un nudo en el estómago, al parecer yo era la única persona en tooooodo el pueblo que le tenía manía a ese hombre – ehhh que le tuvieses manía se lo había buscado el solito – me reprendió mi mente ante el inminente sentimiento de culpa.

Asomé ligeramente la cabeza y me sorprendió la entereza de mi amiga que, minutos antes estaba igual que la muchacha, y cuando la invitó a entrar volví a mi asiento, no porque no me sorprendieran espiándolas, cosa que me traía sin cuidado, sino para darles intimidad a las dos mujeres que parecían sufrir enormemente la pérdida del mismo hombre, aunque esperaba que por motivos diferentes.

Arquea una ceja - ¿qué? chica, si supiésemos volver no te preguntaría - se cruza de brazos algo molesto- no soy ningún mago, ni nada de eso, así que lamentablemente estás tan atrapada como nosotros - se recuesta sobre su asiento, refunfuñando un poco-  en Misthaven me conocen como el Pequeño John. La maldición en algunos no funcionó, como en el loco de Scott y otros simplemente "despertamos"- se encoge de hombros- hay gente que consigue despertar por cualquier motivo y otras no...

Se frota los ojos con el jersey - no, no te preocupes. No quiero ser ninguna molestia...- vuelve a hipar un poco- pero si necesitas algo, mi casa es justo la de al lado... - agacha un poco la cabeza- estoy normalmente por las mañanas ya que trabajo de noche. Lo digo por si me buscas o algo...- alza la mirada- por cierto soy Calire Simmons. 

No es molestia, ven, pasa. Hay comida suficiente para tres. - dijo sonriendo, mientras abría la puerta completa y la abrazaba con un brazo para guiarla hacia dentro de la casa - Entonces, ¿Trabajas de noche? ¿En que trabajas?

¡Vamos Dom, nuestro primer cotilleo de barrio y te lo estás perdiendo!

Como un pelele se deja guiar por Raphaelle, mientras mira a la mujer un poco avergonzada- bueno, soy locutora de radio... el típico programa que se pone por las noches de música... esos que no escuchan nadie- se encoge de hombros- pero bueno, al menos me sirve para comer algo ¿sabes?- dibuja una tímida sonrisa- ¿y tú en que trabajas? seguro que algo super interesante- cuando llegáis a la cocina y ve a Dominique, levanta una mano hasta media altura - eh, hola.. ¿qué tal? Soy Claire Simmoms... la vecina entrometida... 

Desde donde me encontraba pude escuchar escasamente lo que decían, pero poco después ambas aparecieron en la puerta – Encantada, soy Dominique , la que trae el alcohol -  presenté sonriendo poniéndome de pie para acercarle otra silla y de paso acercar las botellas - ¿un traguito para entrar en confianza? Les pregunte a las dos aunque la respuesta de Rapha ya me la sabía.

Lo de siempre, preciosa. Una botella de lo primero que encuentres. - contestó divertida, para luego mirar a Claire nuevamente - Dom es la mejor abogada del mundo. Me ha sacado de unos líos que no te imaginas... - va a revisar los fideos, revuelve un poco y echa sal y aceite para luego dejar que se sigan haciendo - Deberías decirme cual es tu estación de radio. En el hospital los turnos a veces se hacen eternos, y así podría subir tu audiencia y divertirme un poco, ¿no te parece? Tienes una bonita voz, no me molestaría escucharla más seguido. - vuelve a sonreírle, pendiente de la reacción de la chica.

Se muerde el labio cabizbaja sabe que no debería recriminarle así, no es culpa suya. Muestra su arrepentimiento escuchándole así hasta que finalmente alza la cabeza. — ¿Por qué motivo despertó usted? — Medio sonríe. — Y... ¿Necesita algo más de mi..? — Murmura tras eso.

Abre la boca sorprendida y os mira a las dos de forma alterna -¿abogada? ¿hospital?- suelta una risita nerviosa- guau, nada que comparar con la mierda del mio- mueve una mano en señal de quitarle importancia el asunto- cada noche, sobre las 12 en la única frecuencia del pueblo, no tiene pérdida- sonríe un poco y esta vez mira a la doctora- pero insisto que aún no me has dicho tu nombre... ¿conoce a algún vecino más?

Raphaelle se ríe mientra separa la carne en el sartén, sin mirar a Claire. Vamos, guapa, esta bien que te ponga nerviosa, pero podrías prestarme un poco de atención, ¿no? - respondió sonriendo - Te lo dije hace quince segundos atrás, cuando apareciste en la puerta. Me llamo Raphaelle, o Dra. Hyde si prefieres. Aunque últimamente me he estado ganando otros apodos -mira a Dom con cara de "Ni te atrevas" - y no, no tengo idea quien más vive por aquí. Quizás me serviría una actualización...

Busca la salsa en la despensa y la echa a la sartén junto a una hoja de laurel, un poco de orégano y de albahaca en polvoal ver que la cebolla y la carne ya estaban casi listos.

Tiene mucha razón, nadie es lo que simplemente aparenta ser- dibuja una pequeña sonrisa divertida. Poco a poco va acabando sus tortitas- es una pena que tenga una esposa que necesite tanta atención- te guiña un ojo - y bueno espero que no sea nada- vuelve a señalar tu brazo- eso me refiero.

Termina su café y lo que queda de tortitas. Sonríe complacida - todo estaba delicioso, señor Maynard. Se merece una buena propina- coloca ambos brazos sobre la barra y se echa un poco encima- sobre Lawler, antes he hablado con algunos vecinos del pueblo... y bueno dicen que estaba algo loco. Decía cosas sobre que la magia existe y eso... pobre hombre, mucho estrés seguro. Seguro que buscaba una forma nada legal de relajarse, no sé si me entiende... 

Se tapa la cara con ambas manos, roja de vergüenza por lo del nombre- perdona, aún no tomé mi café de la mañana...- poco a poco vuelve a bajar las manos- uffff que bien huele... - mira por la ventana de la cocina- bueno verás en frente de esta casa viven los Tausch, nunca los he visto, pero su hija vive ahí sola. Es una muchacha muy simpática y la verdad es que me sorprende que no haga fiestas constantes..._{yo a su edad estaría todo el día pedo si mis padres no estuviesen en casa...-}se lleva un dedo al mentón- y enfrente mía vive Nessa Aldrich, es una mujer muy elegante. Pero pocas veces habla con alguien, dice que es así de agria desde que murió su marido en un accidente... 

Volví a la cocina con una botella en cada mano – Bueno señoritas, aquí tenemos Whisky y Ron – anuncio mostrando las botellas y dejándolas encima de la mesa, cogí vasos y me puse a servir el Whisky dando un vaso a cada una – por las vecinas amargadas – dije alzando mi vaso para brindar a falta de algo mejor.

Me senté y escuché la conversación - y la familia de Antye? - no sabía que vivía sola, aunque realmente poco o nada sabía de la muchacha aparte de lo que había hablado con ella en el hospital, pero me sorprendía que viviese sola. Pero a la mención de la jueza cerré la mandibula y apreté los dientes al punto de hacerlos chirriar, aún tenía grabada en la mente la escena de hace unas horas , y no podía creer que yo hubiese trabajado en alguna ocasión para semejante loca... - puta reina de corazones - pensé sin decir nada para después dar un largo trago a mi vaso.

Al mismo tiempo que escucha el nombre de la jueza, Hyde apaga el fuego de tanto salsa como fideos y cuela estos últimos, tomando la olla con las manos desnudas y quemandoselas levemente al sostenerla mientras el agua caía, con rabia en los ojos pero rostro sereno. Dándole la espalda a las chicas, empieza a servir los platos. 

¿Un accidente, dices? ¿Que clase de accidente? - dijo intentando sonar lo más casual posible, sonriendo mientras con el colmillo derecho se apretaba el labio hasta sangrar. Hoy era un día de buenas noticias. Ideas, tantas ideas...

Al darse vuelta, se lamió la sangre rápidamente, antes de que pudieran preguntarle como se había hecho eso y puso los platos en la mesa, junto a servicios y vasos. Lleno el suyo de whisky en cosa de segundos y dejo la botella sobre la mesa de nuevo.

Da varias palmadas de alegría al ver el plato- pero que buena pinta tiene y que bien huele ¿puedo venir a comer todos los días?- se sonroja levemente- es broma, lo decía en broma- se muestra claramente avergonzada por las confianzas que está cogiendo tan pronto. Antes de ponerse a comer prefiere responderos- sus padres siempre están de viaje de negocios, son dos personas de negocios importantes por lo que parece. Si te das cuenta es la casa más bonita y costosa de aquí junto a la de la jueza... - da un pequeño trago para aclararse la garganta- bueno sobre el señor Aldrich, nunca lo he conocido, murió antes de yo mudarme aquí... Por lo visto murió en un accidente de tráfico y bueno hay otro rumor, dicen que su hijo desapareció también... Aunque dicen que no tiene ninguna foto de ellos dos. 

-Pues lees textos que engloban ciertos universos o modos de ver la realidad... o fantasía. Pero te recomiendo que te expandas un poco. Incluso la biografía de un rey sería interesante... como la del Rey Arturo.

Wendy sonríe un poco más y niega la propuesta de Nick sobre pedir más si ella quiere. Mira de un lado a otro como si alguien fuese aparecer y le guiña el ojo al chico a manera de juego.

-Sólo espero que Merlín no se enoje conmigo. Como mago y hechicero, es alguien que le gusta reservarse sus secretos, pero es necesario que te los revele.

Se acomoda en su silla, da un sorbo al chocolate, se limpia los labios y se relaja un poco para sentirse a gusto.

-En tiempos antiguos, donde los caballeros usaban armadura y la magia estaba presente, en las tierras de Albión, vivía el rey Uther Pendragon, un señor déspota e inclusive asesino de aquellos que consideraba peligro o indignos. Debido a su personalidad tenía problemas con el duque de Tintagel, pero después de tanto quisieron llegar a un acuerdo de paz. Para eso invitó a su antiguo rival a su castillo, él accedió ir con su esposa y cuando Uther conoció a la duquesa Ingrayne, se enamoró a primera vista.

Al decir eso la sonrisa de Wendy desvanece un poco, pero es obvio que se trata por dar teatralidad a su narración, ayudada con movimientos de las manos y miradas discretas para hacer que Nick se sienta inmerso en ello.

-El poderoso rey enfermó de amor y, desesperado por tener en brazos a esa mujer, solicitó la ayuda de Merlín, el poderoso mago y hechicero que había encarcelado años atrás y que a cambio lo dejaría libre si todo salía a como él quería, además que el mago agregó al contrato que el rey ya no mataría a nadie más. Sin que le quedara de otra, Merlín se escabulló una noche a los aposentos de los duques y lanzó un hechizo a la pobre mujer para que creyese que Uther era su esposo. Gracias a ello, nació un niño llamado Arturo que, debido a que su nacimiento, causaría controversias y tal vez nuevos conflictos, por lo que Merlín se llevó al bebé para que fuese criado por sir Héctor de Maris, un señor poseedor de grandes tierras que prometió nunca revelar el origen del niño.

La pelirroja se lleva un dedo a sus labios como si indicase que eso era un gran secreto.

-Arturo creció creyendo que sir Héctor y su hijo Sir Kay eran parientes directos en una modesta aldea donde fue instruido en las cuestiones básicas de esa época; pero Merlín seguía viéndolo a escondidas, por lo que aprendió otras artes propias de los niños nobles. Tampoco se enteró que tenía otras tres medias hermanas, entre ellas Morgana, una niña que se hizo sacerdotisa de la Dama del Lago, una gran bruja que la escogió como descendiente y... esa es otra historia.

Wendy hizo un ademán en la mano para restarle importancia y así proseguir con la historia.

-Cuando Arturo tenía 16 años, un adulto hecho y derecho, partió con su familia a un pueblo que actualmente se le conoce como Londres, para que conociera cómo son las luchas de caballeros. Sin embargo, lo único que ven es una competencia donde aquellos valerosos hombres intentaban extraer una espada de una roca. Desde los más inteligentes hasta los más fuertes se esforzaban por retirar aquella reliquia, pero a pesar de que incluso entre parejas, tres o más hombres lo jalaban al mismo tiempo, era imposible liberarla. Es así que los tres se enteran que el rey había muerto hacía mucho tiempo, y que la leyenda decía que "quien pudiera sacar de la piedra la espada, lograba hacerse con el trono de Albion y unificaría todos los reinos".

Esta vez la joven se interrumpe para darle un sorbo al chocolate y continuar sin la garganta seca.

-Retan a Arturo para que lo saque, pues en ese entonces era flaco y delgado, obviamente no tenía el físico para realizar tal proeza. Pero el chico, sin más, sujeta la espada del mando y la saca sin problemas, alzándolo airoso y divertido. La congregación no da crédito a lo que ve y entonces todos hacen una reverencia para después exclamar al viento: "¡Rey Arturo! ¡Rey Arturo!" con júbilo, pues por fin tenían a alguien que los gobernara. En ese instante aparece Merlín y al reconocerlo, el silencio de hizo presente. El mago explica que Arturo es hijo del fallecido rey y, por tanto, legítimo sucesor; además, que la espada estaba encantada y sólo aquél merecedor del reino sería capaz de retirarlo de la roca y que por ello ese chico lo logró.

Wendy deja escapar un suspiro y se lleva una mano al mentón a modo de reflexión.

-Y es así que el rey Arturo gobernó con educación, justicia y nobleza, considerado una gran persona que tenía como mano derecha a Merlín y un séquito que se hizo llamar Los Caballeros de la Mesa Redonda, pero también tuvo que enfrentarse a poderosos enemigos, como la gran bruja Morgana y...-la pelirroja guarda silencio y encoge los hombros-. Pero como dije, eso también ya es otra historia.

Los ojos de la chica brillaban, alegre de relatar de nuevo una historia.

-¿Y qué tal? ¿Te gustó?

El niño se queda con la boca abierta, mientras narras la historia. Cuando terminas, ves que asiente un par de veces- si me ha gustado mucho, se te da bien contar historias ¿sabes?- en ese mismo momento escuchas como alguien aplaude. Cuando miras de quien se trata encuentras al mismo Hook, sin su garfio, con una especie de mano rígida en su lugar - si, desde luego que es una narradora nata- hace un leve movimiento con la cabeza en forma de saludo- vaya Nick Mills el hijo de la alcaldesa, espero que pase una buena tarde joven, y tú...- esta vez la mirada pasa a tiy ahí está el terrible pirata con una sonrisa lobuna. 

La sonrisa satisfecha de Wendy al notar que el cuento era del gusto de Nick se esfuma cuando reconoce a aquél pirata. La chica aprieta sus manos con fuerza y en sus labios se forma una fina línea. <<¿También él? ... ¿Sabrá que es Hook o no?>>. La mente de la pelirroja trata de darle posibles preguntas o frases para saber si ese hombre está bajo los efectos de la maldición o no, pero están aquella anciana dulce y Nick, por lo que no se puede dar el lujo de hablar abiertamente.

-Gracias... señor... Mi nombre... es... We-Antye, Antye.

Tose un poco como si quisiera aclararse la garganta y da el último sorbo al chocolate. 

-Me gusta contar historias... Iba a relatar una de... un temible pirata que navega un gran barco en busca de tesoros en una isla fantástica, pero consideré apropiado este. A Nick le gustó, y eso me basta. 

La pelirroja se incorpora y se acerca a la caja para pagar su pedido. Aún no iba a irse, pero espera notar la reacción de ese hombre.

Hace una leve reverencia- un placer señorita Antye...- mira un momento al chico, con una sonrisa divertida y después te mira - los piratas son geniales ¿verdad? con sus banderas negras y esa calavera...- se acomoda en un asiento sin dejar de mirarte- la verdad es que solo venía a comer algo, pero me llamaste la atención con tu historia... y ¿de qué pirata ibas hablar? Barbanegra, Long John Silver, Garfio...  hay un montón de ellos. 

Al terminar de pagar se sienta de nuevo cerca de Nick para protegerlo, sin invadir su espacio personal o verse muy obvia. No deja de mirara Hook mientras habla de cómo considera a los piratas y se turba cuando menciona a Garfio. <<¿Conoce esa historia o...?>> Nota que lo dijo al último, pero igual puede tratarse que sí admire a los piratas sin saber que él es uno de ellos.

-No lo dudo... los piratas poseen ciertas características admirables hoy en día. Pero...-traga saliva, el dato que iba a decir no sabe si le agradaría o no, por lo que mira a Nick para aclarar ese punto-. Respecto a la bandera, no era tanto el color, sino los símbolos o emblemas que oscilan en la tela. Además, también importaba cómo estaba colocada; por ejemplo, en la punta era para declarar un bando. Era como un lenguaje que entendían los marineros. La bandera blanca es paz y negra es de ataque, pero no necesariamente el último representaba piratas.... Digamos que era una especie de código*.

Después observa a Hook y respira hondo para serenarse. 

-Por cierto... ¿nos podría decir su nombre?