Partida Rol por web

Tras llegar a los calabozos, este no tardó demasiado en reconocer la celda de los traidores de la marina, pues aún llevaban puesto el uniforme militar. Aquella celda militar tenía un ambiente frío, maloliente, con un cubo de agua sucia y enturbiada y una barra de pan mohoso... y ahora con sentencia de ejecución sobre su cabeza por traición... las cosas no apuntaban bien para Alessio Narvaez ni para el otro que estaba ahí dentro.

En aquella celda tan solo se encontraban dos hombres, aunque había restos de que hasta hace poco había muchos más. A saber cuántos días estos llevaban ahí maltratados y casi desnutridos. Lo que sí era claro, es que uno de esos dos era Alessio Narvaez, el pescador vuelto marine vuelto desertor vuelto pre-cadáver.

Mientras aquellos dos charlaban, la puerta a los calabozos se abrió para mostrar la figura de un joven en buena forma fisica, y bastante apuesto, que en la mano derecha lleva un tatuaje y en la cabeza su tricornio de Capitán de la marina, aunque no su distintiva capa con la palabra "JUSTICIA". Al parecer estaba buscando algo o a alguien y se hizo más que evidente que los estaba buscando a ellos cuando este se detuvo frente a la celda de aquellos dos. Quizás viniera a llevarlos al patíbulo.

Viendo como Ryu Kaiyo se acercaba a ellos, Shuji Nijo, uno de los prisioneros de aquella celda que estaba tratando de hacer cuentas con los dedos para saber qué día era hoy exactamente, se llevó una, para nada, grata sorpresa. Pese a que Ryu Kaiyo era famoso por esos mares, sus intenciones no.

-¿Hoy es Martes o Miércoles?. ¡Porque juro que hoy pensaba que me iban a colgar hoy!. -Exclamó el prisionero- ¡Por lo que no podéis ejecutarme!. ¡Aspinach me dijo que me colgarían un día que pensara que no me colgarían!. ¡Y yo ya pensaba que hoy sí que era ese día!. ¿O es para él?. ¡A el le dijeron un día de la semana que empieza por M!.

Ryu miro al reo algo confuso, parecía tener la cabeza medianamente aquí para llevar el tiempo que llevaban encerrados, le gustaba aferrarse a la vida por lo visto.

-Vengo por el, tengo que hacerle unas preguntas.

Dijo señalando a Alessio.

-Quiero que me cuentes a que te dedicabas, y que ocurrió en aquella batalla para que huyeses.

Comento mientras buscaba una silla para sentarse

No hacía más que escuchar a ese idiota, diciendo que día es. A quien le importa el día, nos van a colgar de igual manera. Dije lleno de rabia, cuando entro ese capitán, que al parecer quería hablar conmigo. Me levanté y le seguí a la sala de interrogatorios.

De que servirá que cuente mi versión, si ya está decidido el final. Dije receloso a su curiosidad. Además, quien eres tú, para estar indagando en este asunto. Solo cuélguenme ya y acortemos esta estupidez. Dije haciéndome el valiente ante la situación.

Ryu se sorprendió al encontrar a alguien que no lo conocía, realmente aquel tipo era un novato.

-Bueno, puede que tu destino no este del todo decidido, por eso quiero que me cuentes a que te dedicabas y por que huiste de la batalla.

Suspiro, y decidió preguntarle al otro tipo, para que el tal Narvaez meditase un poco sobre aquello, no le habían hablado de el, pero su manera de intentar salvar el cuello le resulto lo suficientemente interesante como para darle una oportunidad.

-Y tu, ¿a que te dedicabas antes de ser Marine?, ¿Y por que huiste del campo de batalla?

Viendo esto como una oportunidad para sacar adelante una opción de salir con vida de ahí, el joven marine (un par de rangos superior a Alessio Narvaez), decidió que lo mejor que podía hacer en estos momentos era apelar por la compasión de Ryu Kaiyo para que lo sacara de ahí.

-Antes de ser marine no era nada, -comentó sin demasiados miramientos- mi padre murió en un accidente cuando se le cayó una calabaza en la cabeza y mi madre murió también luego de caer con la ventana cuando estaba llevando una calabaza. Así que me apunté a los Marines para no morirme de hambre. -Explicó el muchacho sin demasiados miramientos- ¡Huí porque no quiero morir y esos piratas nos estaban ganando terreno porque el Vicealmirante comentó no se qué de que aún no estaba en horario laboral o algo así!.

Por qué seguiría en ese campo de batalla, donde se nos mandó a morir. Cuando la cosa estaba perdida, no solo eran los piratas los que nos eliminaban. Dije con un tono mordaz y amenazante. Cuando estas bañado con los restos de tus amigos y el resto se arrastra mientras se muere, para que quedarse allí; alzo la voz. SI TANTAS GANAS TENIA DE GANAR, QUE PELEE EL EN VEZ DE ESTAR CON ESA PALOMA NARANJA.

Los oficiales de la marina eran conocidos por ser tipos duros e impasibles, que rara vez se dejaban llevar por sus sentimientos. Pero en el caso de Ryu, tubo que apretar los puños para contener las lagrimas cuando Shuji le conto su triste historia.

-Tenéis razón, el deber de los oficiales debería de ser cuidar de sus subordinados, sacrificarlos sin siquiera molestarse en participar ellos en el combate es muy ruin...

Se rasco la barbilla.

-Esta bien, intentare que os perdonen y os metan en mi pelotón, os prometo que yo sere mas cuidadoso a la hora de combatir.

Dijo finalmente mientras se levantaba de allí para dirigirse al carcelero de turno.

El carcelero de aquella isla no era otro que el Capitán Gal Lico, al parecer este ejercía esta profesión porque nadie quería tenerle cerca y escucharlo hablar era un dolor de cabeza para todos los presentes. Se rumorea que se comió una fruta del diablo, en concreto la "Gariago Gariago no mi" y que siempre está en su forma híbrida, siendo su única parte de gallo su garganta.

-¿Y_A O^S V_ÁI^S?. -Dijo gritando, lleno de altibajos en su voz- ¡A_SÍ ^QU_E H^OY _NO ^OS _EJ^EC_UT^AN!. ¡_QU^É S_UE^RT_E T^EN_ÉI^S!. ¡M_E D^AN _GA^NA_S D^E C_AN^TA_AA^AA_AA^AA_AA^AA_AA^AA_AA^AA_AA^AA_AA^AA_AA^AA_AA^AA_AA^AA_AA^AA_AA^AA_AA^AA_AA^AA_AA^AA_AA^AA_AR!

Al parecer la Marina lo usaba a él como carcelero provisional como método de tortura ligera, que se volvía insufrible con el paso del tiempo. Y todo esto sin darle los beneficios extras que cobraba el torturador. Este hombre era afamado por todos aquellos mares.

El carcelero abrió la celda dejando que tanto Alessio Narvaez como Shuji Nijo salieran al exterior. Al parecer la sola presencia de Ryu Kaiyo impuso lo suficiente como para que una persona del mismo rango que él, le hiciera caso y sin rechistar ni un momento abriera la celda haciéndole caso.

Por desgracia, todos tuvieron que soportar sus alaridos mientras este lo hacía, y esto era algo que había que remarcar, pues cuando se dice todos, es todos.

Con las manos en sus oídos, el Comodoro Hinata Kaiyo se había acercado a los calabozos siendo alertado por las voces que no callaban del Carcelero Gal Lico. Y pese a que al principio bajó para ver que pasaba y para aún más importante, hacerle callar de una buena vez, se encontró con aquel espectáculo.

-¿¡Pero se puede saber qué pasa aquí!?. -Dijo molesto con su hijo- ¡Te dije que solo Narvaez!. Tu ya no eres Capitán de nada hasta que no cumplas una misión. Porque está claro que no eres capaz de dirigir tu batallón. ¡Ya me arriesgo demasiado al darte a un lerdo bajo tu mando y-

Antes de que el hombre pudiera seguir discutiendo airadamente con Ryu Kaiyo, se pudo escuchar un sonido agudo y estridente provenir del piso superior. Esto hizo que el hombre mirara hacia arriba preocupado. Al parecer hoy no estaba siendo su día, y sumado con el temblor de los cimientos del calabozo, esto no auguraba nada bueno.

Pero al menos esta intromisión había distraído lo suficiente a Hinata Kaiyo de la bronca pública que le estaba dando a su hijo por abarcar más de lo que la Marina le estaba permitiendo.

A diferencia de los demás, Hinata Kaiyo reconoció a la primera qué era ese sonido inicial similar al alarido de una bestia, para finalmente convertirse en un claro rugido constante y un traqueteo desacelerado, como si el corazón gigante del monstruo abisal estuviera sobre ellos.

-Ya han vuelto... -Comentó para sí en voz alta por unos segundos antes de recuperar la compostura y dirigirse hacia aquellos tres que estaban en problemas- Como sea, vosotros seguidme u os esperará la horca a los tres.

Tras decir esto, y sin dejar opción a réplica se marchó escaleras arriba.

El joven acababa de recordar por que no solía visitar los calabozos, aquel oficial le ponía de los nervios, aunque le alegro no tener que discurtir con el para que soltase a ambos prisioneros, por desgracia, al comodoro no pareció hacerle demasiada gracia que decidiese por su cuenta perdonar la vida de una persona mas, y comenzó a reprenderlo... y diría que incluso degradarlo...

Ryu iba a explicarle a su padre por que era una buena idea contar con ambos hombres, pero antes de poder decir nada, comenzó aquel estruendo.

Con decisión miro a sus dos nuevos compañeros.

-Vamos muchachos, demostradle al Comodoro que vale la pena daros una segunda oportunidad.

Dijo animadamente mientras iba tras el oficial.

Tsk. Sonó mi lengua chasqueando al oír, la oferta de la comodoro. Sí, claro. Como si eso fuera a importar algo.

Si, si claro. Dije con nada de ánimo, a las afirmaciones del capitán. Que parecía eufórico por entrar en batalla; mientras farfullaba entre dientes. _{Claro, otra vez a ser carne de cañón del enemigo y los altos mandos. Que divertido.}