Partida Rol por web

Isla Tortuga, era una pequeña islita en uno de los extremos del East Blue, poco conocida…pero aun así siempre aparecía algún turista para conocer la famosa “isla en forma de tortuga”, aunque cuando llegaban…bueno, se llevaban un chasco, a fin de cuentas…no se parecía tanto, ¿sería por sus colinas?, ¿por las cuatro islitas de arena en los extremos de la susodicha?

Fuera como fuera…algunos vivíais aquí, otros estabais de paso y el resto…bueno, queríais vivir una aventura. Tal vez la isla no fuera gran cosa, pero aquello no importaba, ya que pasaríais más tiempo en el mar que en tierra.

La isla era algo “pobre”, unas cuantas casas, un pequeño puerto con tres o cuatro barcos pesqueros, un cuartelito de la marina abandonado y un bar, el cual era conocido como “Turtle Bar”. Por sus pintas en el pasado debía de ser un puesto turístico, ahora era el lugar donde se reunía todo tipo de gente, pescadores, granjeros, leñadores, borrachos…y piratas.

Allá adentro, os esperaba vuestro destino, aquel rumor. El cual invitaba a gente, los invitaba para emprender una aventura como piratas.

Por qué había decidido moverme a esta isla era algo que no tenía aún demasiado claro, necesidad, curiosidad, interés… Seguramente una combinación de todas ellas. Había llegado hasta la isla en un pequeño barco mercante que iba ha hacer una pequeña escala allí para reabastecerse de agua potable y víveres.

Sin mucho dinero restante después del viaje mire el pequeño cartel que había llegado hasta mis manos hablando sobre el capitán reclutando piratas… Preguntándome si no era una posible trampa de la marina para capturar aspirantes a piratas.

Asi que despues de llegar decidí dar un par de vueltas al pueblo investigando la actividad de la marina por la zona hasta asegurarme un poco que no se tratara de algún tipo de engaño o maniobra sucia para conseguir atrapar un puñado de malhechores despistados.

Finalmente me dirigí al bar si la investigación no me revelaba ningún tipo de peligro inminente. Soy una chica de 19 años de cabello plateado y ojos violetas. Conmigo llevo una gabardina larga que cumple con la función de capa, de color marrón desgastada que oculta mis ropajes y también si llevo algún tipo de arma.

Finalmente llevaré una mochila grande en la cual transporto todas mis pertenencias, lo poco que me queda para poder sobrevivir por mi cuenta.

Uff... hoy... ¿hoy era el día? ¿Ese día? Joe, que canguelo. Según mi madre, hoy era el día en el que ese capitán pirata vendría a por tripulación, o al menos eso decían los rumores que los dos oímos... glups. Llevaba en casa encerrado desde hace un mes debido a "eso", y hoy era el primer día en el que salía de mi cuarto. Me encontraba detrás de la barra ayudando a mi madre en el bar limpiando los platos, mientras que ella atendía las mesas y a toda la clientela que había. Tenía en un rincón de la barra dos maletas preparadas para cuando... pues eso, tuviera que irme... si es que me voy claro, no se si el capitán ese me dejará ir con ellos; y tampoco es que sea lo que más ganas tengo... pero supongo que en la situación en la que estoy tampoco es que tenga muchas opciones.

Estaba muy atento a todas las personas que fuesen entrando por si tenían pinta de querer meterse en una banda pirata, y también viendo a mi madre por si me hacía una señal o algo indicando que un cliente era el pirata reclutador. De momento, creo que vi a la primera persona que podría encajar en esa descripción. O bien la chica con gabardina y una pedazo mochila a la espalda iba a unirse a la tripulación... o bien se va de excursión a una zona muy fría... o quizás no es una mochila y es una joroba. No se... las posibilidades pueden ser muy grandes. De momento solo me quedaría en la barra... no me movería hasta que mi madre me diga que puedo acercarme... aún no me creo que lo vaya a intentar siquiera.

Llevado por un rumor, que decía que un pirata buscaba formar una tripulación, llegué a isla tortuga. Había estado trabajando como grumete en un barco comerciante que viajaba de un lugar a otro buscando mercancía, y les pedí el favor de que me dejasen en esa isla para cambiar un poco de aires. Aunque habían sido majos conmigo, la comida no era nada del otro mundo y el navegante era muy cabezón para escuchar mis consejos, así que agradecía estirar un poco las piernas y buscar la suerte en tierra firme. Me despedí de mis compañeros de viaje y bajé al puerto, hora de buscar a ese tal capitán pirata.

El pueblo parecía bastante humilde, pocos edificios y mucho silencio. Lo único negativo era un cuartel de la marina, pero por suerte, parecía vacío. No había demasiada gente a quien preguntar así que me decanté por la taberna, seguro que allí sabrían de todos los cotilleos del sitio. ¿Estaría ese capitán allí? ¿Sabrían donde se encontraba? Con suerte encontraría algo de información y si no, podría hacer la pregunta más importante. ¿Por qué se llamaba isla tortuga si ni siquiera había tortugas en la isla?

- Espero que al menos puedan responderme a la última pregunta, ¡Y que tengan sopa de tortuga! Si no, estaré muy decepcionado. -

Avancé a la taberna y entré en ella. Quizás el dueño fuese de ayuda.

Ya aquella mañana había empezado mal.

Inumaki se había atrevido a quejarse de que estaba harto de sopa de cebolla así que, aprovechando que estaban buscando tripulación en Tortuga, la envió a comprar alguna verdura más al barco mercante más cercano.

Amantine no tuvo muchas opciones de quejarse y emprendió camino hacia el primer comerciante que le convenció, cosa que solía ser una tarea arduo difícil.

Tras un regateo que casi acaba con el tío en el mar por fin consiguió otra verdura a un precio respetable y con buen paso se dirigió a donde había quedado con el capitán que, a partir de hoy comería sopa de zanahoria.

Tras una hora esperando aquel dichoso hombre no aparecía y ya iba siendo la hora de la hidratación así que mosqueada Amantine se acercó al Turtle Bar.

-Si ese patán no viene pienso beberme su oro –Se decía a sí misma, entrando al bar y acercándose a la barra, soltando las monedas- Quiero whisky. En jarra grande. No escatimes y… ¿Habeis visto a un cretino que me saca tres cabezas, rubio y con perilla que se hace llamar Inumaki?

Yo andaba perdido en mis pensamientos y con los nervios a flor de piel, hasta que el tintineo de unas monedas sobre la barra me espabilaron de golpe -¿E-eh?- me sorprendí un poco, más al ver a lo que me parecía una niña peliblanca de no más de dieciséis años a la que le sacaría sólo unos pocos centímetros... ¡mierda! ¡Un cliente que mi madre no atendió! -¿Whi-Whisky?- seguía bastante confundido... ¿Porque una niña me pedía una bebida alcohólica tan fuerte? Como le venda alcohol a menores a mi madre le cierran el chiringuito. Pero...

Bueno... quizás bromeando un poco se me pasen los nervios -Mar-marchando...- le terminé diciendo. De debajo de la barra, cogí una jarra grande como me lo había pedido la chica, más o menos como nuestras cabezas de grande. Y con el trapo con el que estaba limpiando, cogí la botella de zumo de manzana de la que estaba bebiendo yo para no pasar sed, y se la serví delante de ella tapando la etiqueta con la mano y el trapo y llenando la jarra hasta el borde y la botella se acabó... Va a tener una resaca de vitaminas que no veas -A-aquí tiene... es un whisky especial de la isla con sabor afrutado...- dije guardando la botella vacía -Por la bromita voy a tener que ir a buscar otra bebida...- pense.

Luego su otra pregunta. No me sonaba la descripcion para nada ni el nombre, por lo que seria un recién llegado -N-no, no he visto a nadie así o llamado así... aunque la verdad es que no es difícil encontrar a gente que nos saque tanto de altura ¿verdad?...- bromee un poco ya que ambos éramos bajitos, recuperando un poco la sonrisa... bien, parecía que me iba calmando un poco, eso esta muy bien.

La madre de Poe observaba al muchacho desde la barra, suspirando levemente.-El supuesto “capitán”, está ahí…entró hace un par de horas, pero parecía cansado y…se ha terminado durmiendo.-Exclamó negando mientras señalaba con la cabeza una mesa del fondo.

Ahí, en toda su gloria, estaba vuestro futuro capitán, el hombre con el que compartiríais vuestros sueños, esperanzas, alegrías y desdichas…era…bueno, un hombre impresionante a decir verdad, si no fuera porque tenía la cabeza apoyada contra la mesa, una botella de sake en su mano izquierda y roncaba suavemente.

No pasaba mucho por capitán, ¿estaría tras de el?, ¿tal vez había salido?, ¿o estaba sentado en otra mesa…¿Cómo podía serlo ese hombre que estaba dejando un pequeño charco de saliva ahí donde estaba su rostro uniéndose a la mesa.

El camarero sin duda no tenía mucho donde gentes, ¿por qué estaría trabajando ahí?

Amantine cogió la jarra sin fijarse en lo que el muchacho hacía, intentando más bien encontrar a su capitán entre tanto marinero sudoroso y con el doble de cuerpo que ella mientras de fondo escuchaba al camarero bromear.

-Bueno, si a mí me sacan altura es porque tengo más testículos que ellos y me tiran hacia abajo -Dijo la peliblanca con su particular forma de ser cuando de pronto la agradable dueña del lugar le indicó que Inumaki se había cogido una cogorza y se encontraba durmiendo sobre una mesa

-"Será patán..." -Pensó la pirata mientras cogía su jarra y se acercaba, dándole una patada a la silla en la que el hombre estaba

Me sorprendió bastante la respuesta de la chica ante mi broma, ¿sus padres no la regañaban por decir esas cosas? Llego yo a decir algo así y mi madre me tira de la oreja y me hacía lavarme la boca con jabón. Pero sonreí tontamente con ella... ¡me había hecho bastante gracia la chiquilla! Saqué mi fiel libreta del bolsillo trasero del pantalón junto a mi pluma y anoté la frase palabra por palabra con prestreza -Desde luego esa frase la tengo que usar con algún personaje pequeño y peleón que vaya a crear para un libro, jeje- pensé mientras terminaba de escribirla con caligrafía perfecta.

Iba a soltar alguna gracieta que complementara lo que dijo, pero mi madre se soltó un suspiro que no veas y parecía algo decepcionada -¿Ocurre algo mama?- le pregunté. Entonces señaló con un gesto de la cabeza a la mesa en la que un borracho llevaba unas dos horas durmiendo y formando un charco de babas... y lo que dijo a continuación desde luego no me lo esperaba -¿E-ese es el capitán?- pregunté sin creérmelo mucho... y me iba fijando más en él -Rubio... perilla... parece alto... ¿quizás...?- no me hizo falta pensar mucho más en mi teoría; ya que estaba viendo como ésta se hacía verdad. la chiquilla al que había servido "whisky afrutado sabor manzana" se había levantado para intentar despertar al borracho de una patada -Ains... si... se conocen...- suspiré mientras apoyaba la cabeza en mi brazo el cual descansaba en la mesa -El borracho capitán Inumaki... y su pequeña cojonera personal...- pensé al ver la escena -Ahora entiendo porque suspiraste mama...- terminé diciendole, viendo el paronama que quizás me esperaba... al menos aburridos o serios no son. Será mejor quedarse aquí a ver como transcurre la escena... quizás pueda anotar alguna escena cómica para la libreta.

Sasha entró a la taberna también. Había llegado de polizón en un barco de mercancía. Pan comido. Pero ahora que estaba en Isla Tortuga tenía que intentar encontrar un buen sitio en el que seguir su camino. Una tripulación imponente, de piratas cuyo nombre hiciese temblar al más valiente...

Nada más entrar, observó a todo el que había ahí. Le habían dicho que en esa taberna se solía juntar la peor chusma. Oyó como llamaban capitán a un borracho dormido en una mesa. ¿En serio? Suspiró. No iba a ser tan fácil. Una niña se le acercó, así que se sentó cerca de esa mesa a ver qué ocurría.

Levantó la mano y pidió una jarra de cerveza.

La taberna parecía animada y sinceramente a pesar del caos incluso podria llamarse un ambiente acojedor. Tras varios días de paranoias y sospechas me sorprenderá la paz en la cual se respira en el ambiente en comparación a lo que he estado viviendo los últimos meses.

Silenciosamente me acercare hacia la zona donde está el capitán sin interactuar aun en la situación, es obvio que soy una viajera y que llamo mucho la atención, pero tampoco tengo exactamente claro cómo se van a desarrollar los eventos.

Más aun cuando parece que no soy la única que parece interesada en la oferta.

Justo detrás de mi llegó una chica, de bastante carácter, que intimidó al pobre chico que atendía la barra. No pude evitar cotillear un poco y escuchar la conversación entre ambos. La chica no tenía pelos en la lengua y el chaval apenas sabía qué decir. Puede que por miedo a la respuesta que recibiese, era una escena muy divertida. Lo importante que pude sacar es que la dueña dijo que el capitán ya estaba allí. Un hombre desaliñado y medio inconsciente que estaba en una mesa junto a una botella de alcohol. - ¿Ha empezado la fiesta él solo? Espero que tenga ganas de tomar algo más. - Invitar a una copa puede ser un aliciente.

Seguí a la chica de cabello blanco que iba hacia la mesa del capitán y parecía querer despertarle de la forma más delicada posible. - Ey, ¿Es este el capitán que busca una tripulación? - Le pregunté mientras le alcanzaba. - ¿Ya le conoces? Me gustaría unirme a su tripulación. ¿Sabes si tiene hueco para un navegante? O necesita a alguien limpiando la cubierta. Si hace falta cocinaré, aunque no prometo que lo que yo haga sea comestible. - No era la mejor forma de venderme, pero la contaría como presentación.

Si había suerte, habría pillado al capitán en un momento de celebración y me aceptaría pronto. Si no, tendría que intentar convencerle.

El supuesto Sr Capitán, estaba durmiendo tranquila y felizmente, como un bebé…pero cuando le patearon la silla, dio un pequeño bote, soltando un fuerte ronquido que le hizo despertarse en un santiamén.

Rápidamente se puso de pie con una jarra en mano.-¡Bienvenidos, bienvenidos y tres veces bienvenidos!.-Exclamó sonriente mientras agarraba la botella de sake que tenía Amantine y la iba balanceando de un lado a otro, vertiendo el contenido en la mesa, pantalones, chaqueta, incluso en el suelo. Estaba haciendo un auténtico estropicio.

Aquel supuesto capitán, era un hombre rubio, con ojeras, una pequeña perilla y el cabello atado en una coleta. Tenía una mirada jovial y desde luego parecía estar alegre e ilusionado, pero…¿no era demasiado joven para ser capitán?. Desde luego era mayor que vosotros, ¿pero hasta que punto?.

-¡Me llamo Inumaki!, El temible capitán Inumaki…o Inu…para las señoritas.-Sonrió.-¡Si estáis aquí es porque buscáis una aventura, ¿verdad?, ¿la oportunidad de cumplir vuestros sueños?, ¡Entonces solo sentaos y compartid conmigo una jarra de sake!-Dicho eso se llevó la jarra a la boca y…bueno, no cayó una gota en su garganta, principalmente porque el contenido de la susodicha había ido a parar a todas partes.

-Huh…se ha quedado vacío…-Murmuró confundido antes de mirarse las ropas y guardar silencio unos segundos. Parecía incluso deprimido…¿estaría pasando por una mala racha?.-¡MÁS SAKE AQUÍ SEÑORA MÍA!.-Gritó feliz mientras la propietaria suspiraba.

Amantine paró en seco cuando un chico rubio la habló, mirándole con el ceño fruncido ya que estaba a punto de tirarle el contenido de la jarra a su jefe en la cabeza; menos mal que la habían parado.

-Sí. Se supone que busca tripulación, aunque viéndole así parece que no -Bufó, dándole otra patada a la silla y haciendo que el capitán despertara de golpe y se pusiera de pie robándole la jarra mientras soltaba un discurso y la desperdigaba por aquí y por allá; por suerte Amantine tuvo reflejos de colocarse detrás deñ rubio para que no le salpicara nada a ella-¿¡Qué sake ni que saco!? ¡Mamarracho! -Le exclamó Amantine tirándole de la oreja- Tienes a gente buscándote para unirse a tu barco y te dedicas a emborracharte. Seguro que antes de llegar aquí has dejado seca la bodega. ¡Espero que no hayas tocado mi alijo o te dejo en ayunas!

Cuando el capitán abrió la boca después de despertarse, el alma se nos iba cayendo todavía más a mi madre y a mi a base de suspiros, casi igual que el sake que iba derramándose por toda la ropa del pirata y el suelo. Un borracho... mi madre y yo vamos a dejar mi seguridad en las manos de un borracho -Como que el plan de quedarme escondido en mi cuarto encerrado toda mi vida va cobrando fuerza ante este panorama...- pensé mientras le veía gritar.

Ains, desde luego alegría no le faltaba al hombre... ¿pero de verdad sabría llevar un barco? ¿Como es que este tío tiene la fama como para que el rumor de que busca tripulación se extienda...? Hay misterios muy raros en este mundo. El hombre pidió una botella de sake a mi madre, y acto seguido la pequeña cojonera le tiró de la oreja insultando y diciendo que no haya tocado su alijo... -No... si los dos tripulantes de ese barco son borrachos y una no tendrá más de dieciséis... ¿si me uniese me volvería alcohólico? Porque tiene toda la pinta- pensé preocupado, antes de mirar a mi madre y suspirar -Ains... mama, llévale otra botella, a ver si así se relaja y se pone a explicar cosas importantes...- le indiqué a mi madre, que estaba ocupada suspirando. Tiene pinta que sin botella en mano este hombre no va a explicar nada de que tiene pensado -Yo mientras iré a limpiar el estropicio con la fregona... a ver si me entero de algo... ains...- terminé suspirando igual que mi madre mientras cogía un cubo y una fregona... trabajar no estaba en mis planes; pero tampoco lo estaba la embriaguez del capitan, por lo que otra cosa no puedo hacer. Así que me pondré ahí mientras hablan y así me entero de las cosas... no me quiero sentar con ellos no vaya a ser que por hacer eso esté insta-reclutado.

La peliblanca logró que el capitán se despertase al instante a base de patadas. Siendo sincero, parecía bastante joven. Quizás no tuviese mucha más edad que yo. Un chaval rebosante de energía y vitalidad... pero que no parecía tener demasiadas luces. En solo unos segundos tras despertarse empezó a derramar el alcohol de su botella por doquier pringando la mesa, el suelo e incluso a sí mismo. Y a mi. La chica de pelo blanco, que ya se lo esperaba, fue más rápida y pudo esconderse en mi espalda. Intenté secarme como pude la ropa con la mano mientras aguantaba la risa. ¡Era la mejor primera impresión que había tenido de un capitán en años!

Por lo menos no le iba a negar que parecía muy motivado, y contagiaba su ilusión con lo que decía. Tomé asiento mientras la chica le daba un rapapolvo y me puse a su lado. - ¡Nunca digo que no a nada gratis! Y menos si es comida o bebida. - Viendo a ellos dos sabía que al menos no podría aburrirme, si llegábamos o no a algún sitio... bueno, eso sería un problema del futuro Zeren.

- Y bien, parejita. ¿Cuántos somos en la tripulación? ¿Cómo de grande es el barco? - Mientras esperábamos a las bebidas, lo mismo podía aprender algo más sobre ellos. No sabía en qué barco habían venido, ni por qué buscaban una tripulación. Ni mucho menos dónde querían ir. No estaba de más saber un poco. - ¿Cuál es vuestro plan? ¿Algún objetivo en mente? -

Me quedare mirando un momento la mesa, varias personas se estarán congregando y parecerá que no soy la única interesada en la oferta, pensare unos segundos y cogeré aire.

Sin decir nada me acercare a la mesa, dejare mi equipaje a un lado de una silla antes de sentarme y dedicar a una mirada a todos antes de decir nada. No es que sea poco habladora pero tenía una imagen distinta de lo que iba a suceder en la taberna.

Si se me saluda directamente o se me hablara hare una reverencia con la cabeza y seguramente responderé pero por el momento estoy evaluando la situacion.

Cuando Amantine agarró de la oreja al pobre capitán, no tardó en comenzar a quejarse.-¡Ay, ay, ay, ay!...¡Sita Marshmallow, que la necesito para oír!...-Exclamó liberándose de ella y haciendo pose de karate, pero era una falsa alarma.-Ha…hay gente que quiere unirse a la tripulación, hay…hay que ser corteses y guay, no me puedes ir cogiendo de la oreja cuando te da la gana, es malo.-Exclamó inflando mofletes antes de aclararse la garganta, cerrar los ojos unos segundos y girarse en vuestra dirección, poniendo pose de aventurero/capitán.

-Pues yo soy Inumaki, el famoso capitán Inumaki, he peleado contra emperadores, derrotado a reyes, incluso ganado en un pulso a almirantes de la marina…-Sonrió emocionado.-Incluso mi recompensa ronda los…900.000.000 Millones de berri!-Aquello era una recompensa bastante sorprendente…cualquiera diría que estaba buscado por toda la marina, pero en el bar, un viejo vestido con uniforme de la susodicha y leyendo un diario no tardó en reir.

-Sigue soñando, eso es mentira.

Inumaki se quedó de piedra, girándose para enfrentarse a aquel nuevo contrincante.-No es mentira, es verdad, soy muy peligroso.

-No lo eres, solo eres un borrachuzo.

-¡Soy una amenaza para la sociedad!

-Tal vez para ti mismo, y no grites, estoy leyendo a la gente importante de verdad.

-Grrrr…¡…p…pues estoy buscando una tripulación pirata, y estos van a ser mis compañeros!.-Exclamó abrazándose a Zeren, Amantine e incluso al chico con el cubo y la fregona (Poe).-V…vamos a acabar con la marina y…y nos convertiremos en emperadores piratas, ¡O cumpliremos nuestros sueños en el proceso!.

El viejo no tardó en arquear una ceja y mirarle.-Fijate lo que me importa…me importa tanto que estoy corriendo ahora mismo para ir al cuartel y avisar de lo peligroso que eres…mamarracho…Tsk…-El viejo volvió a levantar el diario, dejando a Inumaki de lo más perdido.

Entonces volvió a aclararse la garganta y contener las lágrimas, agarrando algo de el bolsillo de su abrigo, eran un montón de papeles…o bueno, parecían contratos.-L…los que quieran ser parte de mi tripulación…q…que se unan, solo…solo han de firmar estos documentos y…y nada más…-Susurró con voz dolida.

-El que faltaba, un pirata abogado.-Exclamó de nuevo el marine antes de levantarse.-Me marcho ya…llego tarde  a mi ronda…-Bostezó dejando el diario en la mesa, pagando el desayuno y despidiéndose.

Desde luego Inumaki había hecho un poco el ridículo. Pero no tardó en tragarse esa angustia y mirar a Zeren.-S…seremos una gran tripulación, y mi barco es…es grandioso, es el mejor, es incluso mejor que el oro Jackson.

-¿Parejita? -Dijo la peliblanca ante el comentario de Zeren- No tengo nada mejor que hacer que ser pareja de alguien como este loco -Bufó, rodando los ojos tras escuchar cómo Inumaki se quejaba sobre que no debía cogerle la oreja frente a la tripulación. La muchacha se cruzó de brazos, quedándose de pie junto al capitán, esperando el alcohol ya que su "querido" capitán había derramado por todas partes su supuesto whisky.

Mientras esperaba escuchaba los alardes de grandeza del Gran Capitán Inumaki que no tardó en ser callado por un guardia de la marina que, además de llamarle "mamarracho" provocando así una sonrisa en Amantine, le había ridiculizado dejándole en su sitio. Amantine sabía que nadie le buscaba, de hecho a veces no le buscaría ni ella pero ¿qué le iba a hacer? se aguantaban mutuamente y le daba comida y alcohol. Antes de poder ladrar al marine que ya se estaba pasando Amantine volvió a rodar los ojos, poniendo ambas manos en la mesa.

-Bien, creo que es hora de que yo me presente. Me llamo Amantine, Amantine Marshmallow. Y con permiso del capitán, voy a aclararos un poco la situación: Es cierto que Inumaki es... poco conocido en este lado de los mares pero tiene toda la energía y las ganas de demostrar lo peligroso que es. Necesitamos una buena tripulación dispuesta a cumplir sus sueños y ayudar a cumplir los nuestros, viviendo aventuras y convirtiéndonos en los mejores piratas de los que jamás se ha oído hablar. Además también necesito a alguien que evite que lo lance un día por la borda. Llevo tres días con él y ya le odio -Dijo con sinceridad, mirando con desprecio a su capitán

Vale... no había más que escuchar a aquel capitán para que lo evidente se hiciera claro -Pero hay que ser fantasma...- pensé mientras escuchaba sus grandilocuencias. ¿Que la Marina pide casi diez cifras de berrys por el? Si fuese verdad que lo dudo... creo que antes de unirme a él le metería en el sake algún somnífero y se lo entregaría a la marina... a ver si así me "perdonan" y me dan la paga. Pero hablando de la marina... ver a ese viejo con la chaqueta de la marina me heló la sangre -¡Mierda! Limpia y actua normal... ¡Limpia y actua normal!- pensé mientras me tapaba la cara con la visera de la gorra y fregaba como si estuviese trabajando de verdad y no solo pasear la fregona seca por el suelo.

Después de que ambos intercambiasen palabras (que basicamente era el capitan lloriqueando)... de repente senti que me apretaban... ¡el borracho me estaba abrazando! -¡Ahh, mi espacio personal!- exclame... ¡que yo ni siquiera quería unirme!... aún. Aún tenía que pensármelo... y hablarlo con mi madre. Que esto seguía siendo para estar a salvo... y no se si con este tío lo estaré o acabaré chapoteando en el agua luchando por no ahogarme. Cuando sacó los contratos... me descolocó bastante. Creo que era la primera vez que veía u oía que los piratas firmaban cosas... menos aún un contrato. Oí el comentario del marine y suspiré -Como que este tío tiene la inteligencia para ser abogado...- pensé mientras ojeaba el contrato... me espero hasta faltas de ortografía.

La cojonera se presentó como Marshmallow... un apodo apropiado; más por su miniestatura y pelo blanco que por su "dulzura" inexistente. Y nos explicó lo que realmente pasaba: que el capitán era un novato que solo tenía muchas ganas de hacerse el duro -Seguro que no es conocido en este mar ni en ningún otro- pensé. Y tampoco es que las palabras de la pequeñaja diera muy buenos motivos para ello. Con la mano indiqué que mi madre viniera... era algo que quería hablarlo -¿Que... que opinas mama?- le pregunté no muy seguro.