Partida Rol por web

Todavía se encontraba preparándose, dolida por las heridas recién conseguidas, cuando el plan exclamado por el dichoso capitán alcanzó sus oídos. Claro, era un tanto menos extremo que lo que pensaba originalmente, pero el hombre parecía ser capaz de hablar con sentido y bueno, el que los otros mostraran su cooperación volvía obvio que dicho camino podría ser la mejor opción...

— ¡Hmph! ¡Qué rayos! — así que levantó su arma-intrumento con ambas manos y, variando acorde la trayectoria de la mira, pasó de su impulsivo objetivo inicial al mucho menos divertido pero más lógico que era uno de los aspersores; en su caso la morena no pretendía darle directamente al dispositivo, sino "activarlo" a través del impacto lo suficientemente cercano, más por mucho que activamente tratara de ignorar el ardor en su piel y la dificultad que el humo reinante suponía ante su visión, lo cierto es que Akasha estaba teniendo que esforzarse bastante para seguir actuando así, lo que a su vez comprometía un tanto su puntería...

La caballería no tardó en llegar, compuesta por Inumaki y una chica a la que no conocía, por un lado, y Poe y su versión Genderbender por otro.

A la orden del capitán de disparar a los aspersores todos comenzaron a movilizarse, intentando apagar ese ser de fuego con agua. La peliblanca no era como Poe o Illya, no tenía ningún arma a distancia, sólo los malditos cuchillos, así que aprovecho su pequeña estatura para intentar escabullirse y buscar la manguera más cercana.

Corriendo con la cojera la peliblanca llegó hasta lo que buscaba y se dispuso a sacar la manguera, con toda su fuerza, apuntando al bicho. Si la estrategia de Illya había salido bien y su manguera también funcionaba, seguro que lograban apagar a esa cosa.

-Por favor que no me lleve volando... -Era lo único que logró susurrar Amantine antes de abrir la manguera, apuntando a la criatura

El barco retumbó sonoramente cuando todos comenzasteis a hacer de las vuestras para extinguir o al menos achicar los fuegos de aquella criatura, consiguiéndolo con creces. Aquel ser comenzó a gritar una y otra vez intentando frenaros, pero no lo consiguió y finalmente su cuerpo terminó extinguiéndose.

Bajo todas esas llamas, se encontraba una mujer de pelo blanco y que estaba claramente molesta con lo ocurrido. Vestía un traje ajustado y apretado de cuero negro y sus fulminantes ojos rojos se clavaron en vosotros. Chasqueó la lengua con molestia, empapada de pies a cabeza y claramente incapaz de poder usar sus llamas para lo que fuera que planeara. A su derecha e izquierda aparecieron dos hombres, uno con los brazos cubiertos de sangre y el otro con escarcha recubriéndole el torso.

Ilyia no tardó en reconocerlos como los luchadores de la arena, ¿tenían algo que ver en todo aquel estropicio?, parecieron decir un par de palabras antes de girarse y  rápidamente se escabulleron por el tejado del casino, acompañados de la mujer de pelo blanco, dejándoos a vosotros en mitad de la plaza empapados y con agua por todas partes.

No tardasteis en escuchar apurados pasos, como si una tropa estuviera yendo a vuestro encuentro y antes de daros cuenta, estabais rodeados de la guardia del bote.

-¡Tirad las armas o os dispararemos!-¿Pensarían que vosotros erais los culpables de aquellos actos.-¡No lo repetiré más, tirad las armas!.-Zo reconoció a su jefe y vosotros al hombre que os acogió en el barco. Hawk.  

Estaban hablando en serio y más valía no hacer ninguna locura, incluso Inumaki dejó caer su arma y alzó los brazos con cierto nerviosismo.-Nada de héroes…no me gustaría veros recibir un balazo chicos…-SE disculpó el capitán.

Toda la cantidad de agua que habían liberado había logrado sofocar las llamas y contener a la criatura que resultó ser una mujer de pelo blanco que parecía bastante de mala uva. Por alguna razón, antes de que nadie pudiera lanzarse a detenerla ella y dos compañeros suyos escaparon... y la policía del barco apareció y les pidió que se quedaran quietos y tiraran las armas.

-¿¡Esto es en serio!? -Logró exclamar Amantine mientras veía como Inumaki dejaba caer las armas. Si el capitán ordenaba estar tranquilos... Pues habría que hacerle caso; así que la peliblanca suspiró y levantó las manos para que vieran que no lleevaba nada. Era la segunda vez ese día que parecían creer que era culpable de algo que ocurriera en ese barco- A buenas horas aparecen... ¿No podían llegar un minuto antes?

-¡Oh, venga ya! -exclamé, visiblemente indignado con el giro que habían dado los acontecimientos. Haciendo caso del sentido común y de la orden del capitán, envainé la espada en su funda de bastón y lo apoyé sobre el suelo. Miré a los presentes, sabiendo que iba a recibir a su vez malas miradas por no arrojar mi arma de inmediato al suelo. -Oh, por favor, ¿de verdad van a privar a un pobre viejales de su bastón? -me defendí. Ya que todo el mundo parecía pensar que era mayor de lo que realmente era, al menos iba a tratar de sacarle algún tipo de partido. De todos modos, alcé la otra mano, mostrando la palma en señal de que no pensaba liarla en absoluto y que iba a colaborar con las autoridades. -De todos modos, la tipa a la que buscan se les acaba de escapar hace un momento. ¿Y quiénes eran los otros dos? Os los habéis quedado mirando como si les conociérais... -pregunté a las chicas, en concreto a Ilya.

De alguna manera logrando el objetivo, aunque no sin la ayuda del esfuerzo grupal, la tiradora y artista sonrió de oreja a oreja cuando el fuego ajeno comenzó a apagarse y la jodida criatura que se había atrevido a quemarla fue haciéndose más y más chica hasta dar lugar a una extraña; entonces la sonrisa en Akasha cambió a una mueca de sorpresa...¿pero cómo era posible que una tipa se convirtiera en un monstruo? Pensándolo un poco, recordó las historias marineras sobre las frutas del diablo, tesoros que otorgaban poderes como el visto o incluso más locos aún, pero no es que la originaria de Drum tuviera muchos conocimientos sobre el tema además de eso, y para colmo antes de que pudiera hacer otra cosa la situación comenzó a cambiar de manera precipitada...

Súbitamente la dichosa mujer de fuego fue alcanzada y...¿salvada? o apartada por dos tipos que a la morena de cabellera le resultaron tan desconocidos como la primera, y por si eso no era ya suficientemente raro, la jodida seguridad del barco llegó exigiendo obediencia, y de paso acojonando a Inumaki o al menos esa impresión le dio a Akasha, ya que el capitán traficante de sueños fue rápido al ratificar la indicación.

— Tsk... — la artillera entonces refunfuñó, bajando su arma pero no tirándola pues prefería que le cortaran los brazos para arrancársela antes de dejar ir una parte tan importante de ella como lo era su también instrumento musical, no atacaría, más la cara de pocos amigos no le desaparecería ni aunque Inumaki fuera Dios y sus palabras ley. Paralelos a ella, otros de los presuntos conocidos del soñador comenzaron a mostrar sus propias reacciones, pero ella no les conocía de nada como para poder ayudarles o mostrarles demasiada complicidad...

Luego de todo el alboroto, finalmente acabamos con el problema, de cierta forma... Me mantuve al margen en todo momento; era capaz de enfrentarme a todo tipo de hombres duros en el casino, pero... ¿Eso? Quede en shock, apenas y pude hacer algo sin que nadie se diese cuente en lo más mínimo; y seguramente, mi ayuda ni siquiera fue útil para nada...

Entonces, los guardias llegaron, y entre ellos mi jefe.

-Jefe Hawn, estos... "clientes" se han encargado del culpable del incendio. Al apagar a la criatura se han revelado una mujer peliblanca de ojos rojos y dos hombres, los cuales escaparon antes de que pudiesemos hacer algo... -en ese momento no dude en dejar caer mi arma. Podría ser trabajador del casino, pero en esas situaciones todos eran sospechosos. -. Estuve vigilando a parte del grupo durante un largo rato. Estoy seguro de que no son responsables de lo sucedido, pero... no sabría como demostrarlo. Jefe, debemos movernos: los verdaderos culpables tal vez sigan cerca.

-¿Esos cabrones tienen algo que ver?- Dire reconociendo a los dos que acompañan la misteriosa mujer de fuego, reconociéndolos claramente. Sera bastante fácil cuando parte del dolor que siente mi cuerpo y mi nariz ha sido culpa de esos dos. Aun que a la vez es extraño teniendo en cuenta que hasta hace un momento había un mar de llamas ¿Estaban dentro del coloso o escondidos alrededor?

Cuando tomen la ancestral técnica de la retirada me propondré en salir corriendo detrás de ellos cuando escuche las advertencias de que nos van a llenar de plomo que me parare en seco en el sitio casi cayéndome al suelo. Mirare un momento la situación y suspirare.

-Mierda- Que dejare con cuidado el arma en el suelo y levantare las manos mientras Zo intenta hablar con ellos. De mientras agua goteara de mi pelo y de mi ropa, tal vez me he pasado haciendo volar la válvula del agua, peor es mejor que morir incinerada.

Meredith estaba anonadada con todo lo que estaba pasando. Montruos gigantes hechos de llamas, el capitán regresando con Poe y una desconocida. Sus compañeros heridos y quemados a diestra y siniestra.
Todo le parecía abrumador por decirlo poco.

De alguna manera, se trazó el plan de "extinguir" al monstruo activando los extintores. Aún así la situación era compleja cuando mucho, todos a su manera trataban de contribuir mientras que Meredith se vio paralizada por el pánico. Su profesión de médico y el entrenamiento de su maestro le habían dado la capacidad de mantener una mente calmada en situaciones de emergencia, pero esto, esto superaba con creces cualquier expectativa que tuviera, ¿estos eran los peligros de una vida de pirata? 

Toda su confusión mental se hizo a un lado, cuando el monstruo quedó apagado, revelando su identidad y una aparente complicidad con dos individuos que recordaba perfectamente de hace sólo unos momentos.
Cuando llegó el staff del barco y se puso en su contra, eso sí era el colmo.
-I, el helado y K, el sanguinario. A esos son a quienes buscan -dijo saliendo de su letargo mental-. Hace poco pelearon en la arena que está más atrás, quién se encarga de los combates debe tener toda la información sobre ellos -Se acomodó los lentes y subió las manos en posición de rendición.

Joe... ¿pero que pasa hoy que todo son problemas? Acabamos de activar aspersores para apagar a esa mujer de fuego, que encima se escapa... ¡y ahora somos nosotros los que estamos rodeados de guardias! Obviamente yo levanté las manos para que no me dispararan ni hicieran nada, aún con el juego de gomillas-tirachinas en mis manos -¡Yo no tengo arma, solo tengo gomas elásticas!- me excusé no me fueran a matar por ello.

Me fijé en algunas personas del grupo de manos arriba... espera, ¿hay gente de guardia en el grupo? ¿Desde cuando? ¿Pero que leches han estado haciendo mientras yo estaba fuera con Shiina? Bueno... seguro que lo mío era más interesante... y mucho menos peligroso desde luego.

En fin, yo estaba al lado de mi compañera de gorra, así que la miré algo asustado -¿No tendras una placa de detective que nos libre de esto verdad?- le pregunté a la chica.

Todos estabais claramente conmocionados, ¿la policía os detenía a vosotros?, ¡pero si no teníais nada que ver!, Lautrec intentó quedarse con su bastón, aunque no dudaron en quitárselo…y pobre de el si se oponía, aquel ejercito privado que guardaba el buque no parecía tener piedad alguna con los infractores. Incluso Zo trató de razonar con su jefe, pero Hawk negó.

-¡Me has fallado mocoso, debí haberte dejado en el agua cuando tuve oportunidad!...ahora no tengo más remedio que cumplir con la ley del barco.-Respondió antes de escuchar a Meredith hablar de I Y K, aunque se quedó un tanto extrañado.-Hoy no debía de haber ningún encargado en la arena, las inscripciones se hacen en el casino.-Espetó molesto.-Alguna otra artimaña por vuestra parte, estoy seguro…primero desaparece dinero de las cajas fuertes y después casi hundís el barco...-Y finalmente Poe intentó buscar una escapatoria, preguntando a su amiga si tenía alguna placa para librarse.

-¿Placa?...¿crees que servirá de algo con esta gente?, están al margen de la marina y de los piratas, son su propio “bando”.-Respondió mientras negaba.-Intentaremos razonar con quien esté al mando…ese tio no nos hará ni caso.-Respondió a Poe en voz baja para que no pudieran llegar a escucharla los soldados y su superior.

Por otra parte Hawk habló con un par de guardias y parecían asentir entre ellos a medida que conversaban, hasta que finalmente el hombretón que os acogió en el barco y era el jefe de Zo se giró.

-Os llevaremos a la isla, donde seréis juzgados por el señor Basilisk, no hay más que hablar…lleváoslos chumachos.-Respondió con gesto solemne, pero rápidamente uno de los hombres con los que hablaba carraspeó y le susurró algo al oído.-Muchachos quería decir…lo que sea, ¡venga, que no lo quiero decir dos veces!

Y poco a poco el ejercito que os rodeaba se acercó para esposaros y llevaros a los calabozos del navío.

Meredith trató de procesar toda la información sobre la situación. Lo cierto era que le parecía que esta gente estaba llevando todos los hechos en contra de ellos al punto de la incredulidad. Pensaba que se trataba de dos posibilidades: o los estaban inculpando, ya sean los criminales o el staff del barco, o había alguien corrupto en el lugar que estaba del lado de los maleantes.
¿Pero qué podía hacer? Les superaban en número. No importa que tan eficiente fuera la tripulación. No era una batalla que podrían ganar, y aún si ganaban, ¿qué les iba esperar? Un barco lleno de aún más ejercito privado armado todos en su contra, tomar el barco por la fuerza era imposible. Huir no era una opción en medio del mar.
¿Cuáles eran sus opciones realmente? Era un hecho que todos ellos iban a ser esposados sin falta y ser llevados a un juicio en una isla desconocida.
La única opción en ese momento era resignarse.

Puso su mano en el hombro de Lautrec. -Será mejor no hacer escándalo. Tendremos que confiar que todo va a salir bien -dijo al médico tratando de levantar los ánimos, aunque pareciera que se lo estuviera diciendo a sí misma-. Ese primer día cuando recién conocimos la enfermería, ¿te imaginaste que íbamos a terminar así?

-tsk- Ahora yo tambien chasqueare la lengua ante los acontecimientos que tengo delante mio. No parece que vaya a pasar un milagro y consigamos librarnos de esta de buenas, tal vez al final haberme apuntado a esta tripulacion puede que haya sido el peor plan de mi vida. Pero a lo hecho, hecho esta.

Asi que sin mucho mas remedio me dejare capturar mirando y pensando sobre la situacion. Una de las posibilidades mas razonables es que desde el principio nos querian inculpar, pero eso deja muchos agujeros en la situacion en si.

Puede que sea para librarse de la desaparecion del dinero de la caja, pero por que dejarse apalizar en el coliseo... De hecho si se estaban dejando ganar tendria todo aun mas sentido, no es posible que yo pudiera derrotar usuarios de fruta asi sin mas ¿Y el monstruo de fuego? De donde habia salido eso y que habria pasado si hubieramos corrido para evitarlo.

Me rascare la cabeza para despues dejarme esposar, si es que lo van ha hacer, permanecer calladita con cara de cabreo y estar mosqueada por todo. Intentando juntar piezas inconexas de informacion en mi mente.

-Eh... -hice un ademán de protestar cuando me quitaron el bastón, pero la mano en mi hombro de Meredith me detuvo. Sí, era mejor no buscarnos más problemas de los que ya teníamos. Aquella gente parecía que no iba a atender a razones en modo alguno. -Si te digo la verdad, era bien consciente de que podíamos acabar en una situación así. No tan pronto, desde luego -le respondí. Y desde luego, no atrapados por aquellos desconocidos que operaban al margen de todo, sino por la marina... -Pero sí, tenemos que confiar en que saldremos de esta. Esperar nuestra oportunidad... -dije, casi en un susurro para mí mismo. Luego, me dejé esposar junto al resto. Al menos, ahora íbamos a estar todos juntos.

A diferencia del rubio con bastón, ella no tuvo nadie a su lado para calmarla ni aconsejarle algo con sentido común cuando fueron a por su arma, claro que, incluso así, quizás la reacción de Akasha hubiera sido más o menos la misma:

— ¡Oye tú hijo de fruta! ¡Ese cañón, digo, guitarra, vale más que tu vida ¿me oyes?! ¡Y tú no me toques! ¡Buaaa! — osea impertinente, ruidosa y agresiva, tal como material flamable dispuesto a la combustión masiva ante una provocación así; por suerte para ella (y de paso para el resto) al disminuir la adrenalina conseguida por la batalla y convertirse solo en impotente mal humor, el dolor causado por las quemaduras que le provocó la criatura se volvió intenso obstáculo, deteniéndola de hacer o decir más idioteces.

Pero que no tuviera otra opción por el momento no significaba que hubiera aceptado la situación...

-¿Eh? ¿¡Eh!? ¿¡Y ahora porque vienes a reclamarme a mi!? ¡Yo solo hice mi trabajo! -sabía que gente como Hawn no era de confiar, pero era la única persona que tenía... No me quedaba más remedio que entregarme y ver a donde nos llevaría todo aquello.

Era un desastre mi situación. Te todas las personas que pudieron haberme encontrado, caí en manos de alguien que desconfiaría de mi a la primera duda. Obviamente, el grupo de piratas no ayudó en nada, pero no podía echarles la culpa por ello...

Era un inútil, y lo comprobaría según el resultado de todo aquello: solo esperaba poder vivir experiencias más allá del casino para recordar...

Ante la respuesta de Shiina... me encogí de hombros, nerviosos y asustado -¿Tal vez?- le dije, claramente no muy convencido... pero al menos podría probar algo, que la idea de irme a los calabozos a la espera de un juicio no me gustaba nada en absoluto. Pero no... aquí nadie estaba intentando nada por librarnos, por justificarnos... vamos, no estaban intentando nada de nada por evitar que nos enchironaran -Encima nos va a arrestar un tío que no sabe ni hablar...- terminé suspirando mientras nos marchábamos detenidos.

No me gustaba nada de esto... menudo fastidio más gordo -Ehhh... Shiina... no quería que te metieras en esto... lo... lo si... pe... pe... per...- básicamente estaba intentando disculparme... pero es que ni queriendo me salía las palabras de disculpas, y ella podía ver que de verdad me esforzaba -Tsk... no me sale, soy incapaz, pero me entiendes...- terminé desistiendo, pero que al menos supiera que estaba arrepentido -Bueno... el único lado bueno... es que vamos a poder hablar con Inumaki... porque ninguno puede irse por ningun lado...- intenté buscar lado bueno, pero... como que no, seguía nervioso, molesto y asustado.

Al final el tiro había salido de nuevo por la culata para la tripulación. ¿Es que no era posible ir a un lugar sin meterse en un solo lío?

Suspirando pesadamente, Amantine se dejó esposar, mirando al que la estaba apresando como si fuera un perro a punto de morder.

-Ojito que soy frágil -Le gruñó y si no fuera porque se metería en un lío más gordo incluso habría hecho amago de morderle.