Partida Rol por web

Poe con algo de dificultad, logró encontrar algo en sus enciclopedias, aquella extraña fruta, se encontraba en una página, más bien…era un dibujo, un objeto denominado, “Fruta del diablo”.

Espera, ¿fruta del diablo?, algunos habíais escuchado hablar de ello, ¿pero existían en verdad?, Ilya también cayó en la cuenta, era una fruta del diablo, ¿Qué significaba aquello entonces?

Un tesoro, un barco, una montaña y un árbol del cual salían frutas del diablo…¿¡Una oportunidad de haceros millonarios!?  

Tal vez no supierais demasiado sobre esos curiosos objetos, pero una cosa era segura, cualquiera pagaría una cuantiosa cantidad de dinero solo por coger una entre sus manos.

Estuve pasando hojas y hojas de mi enciclopedia hasta que al final me paré en una pagina con el mismo dibujo del monolito. La misma fruta, a la que ahora podía sin duda llamar... -Fruta del Diablo...- dije mientras que alternaba mi mirada entre el dibujo y la piedra. Aunque luego miré a Zeren que se comía mi espacio personal -Echate a un lado- le dije directamente al chico... no me gusta que la gente esté tan cerca de mi.

Luego de eso también escuché las palabras de la canija y su pregunta -Pues sí, si que lo hay. Según los grabados, creo que puedo decir con seguridad que... en esta isla hay una Fruta del Diablo, Nuez de Belcebú o como vosotros lo queráis decir...- les expliqué al resto del grupo. Sinceramente dudo que el capitán nos hubiera traído para esto... no lo veo tan listo. Pero si esa era la razón real por la que estamos aquí... -¡Me pido la fruta para mi!- terminé diciendo. Si la vendo me puedo sacar una fortuna que puedo compartir con mi madre... y supongo que también con los otros si me ayudan a conseguirlo. 

Miraré la reacción del chico de la enciclopedia que entenderé perfectamente la forma como ha actuado. Las frutas del diablo son objetos tremendamente valiosos, quiera o no consumirla cosa que ya no tengo tan clara, pero también me hace cuestionarme qué haría yo si consiguiera una para mi… No estoy nada segura cuál sería mi decisión final sobre ella.

-Es probable que si haya una fruta aunque habrá que decidir que hacer con eso si lo encontramos cuando llegue el momento- Me volveré a poner el guante tras mirarme un momento el dedo -Bueno, si es que los dibujos son reales y no son una trampa- Dire casi para arruinar el ambiente de optimismo o de misterio que pueda desprender el monolito.

-Los bordes de los dibujos están aún algo afilados, así que creo que los grabados son recientes… No creo que los hay hecho el capitán aunque era una de las posibilidades que han pasado por mi cabeza. Esto sea una prueba para demostrarle que valemos- Eso no explicara exactamente quien y por que se ha dibujado esto, no entiendo por qué la gente hace mapas del tesoro.

-Así que aún tenemos una posibilidad de conseguir lo que aguarde al final de este mapa del tesoro si nos ponemos manos a la obra-

Por más que miraba no lograba entender nada más de la piedra. Sí, el tesoro y tal, pero no sabía si un libro o acercarse a tocarla iban a ayudar de mucho. Aunque a ellos sí que les funcionó. - ¡¿Una fruta del diablo?! - Pregunté asombrado, alejándome un paso de Poe.

Ya había escuchado hablar antes de esas cosas. ¿Y quién no? Una fruta que otorgaba a quien la comía una habilidad inusual. Un poder sobrehumano que te permitía hacer grandes cosas. Seguro que valía una pasta, y seguro que era muy útil. - ¡Que le den al barco y a la madera! - Como Navegante estaba feo que pensase algo así. Pero el dinero es el dinero, y aunque Poe quisiese la fruta para sí e Ilya no estuviese demasiado entusiasmada, yo pretendía encontrar la fruta, estuviese o no.

- Vale, vale, qué tenemos que hacer, ¿Dónde vamos? Podrías hacer un dibujo del mapa para acordarnos, ¡Escritor! - No íbamos a dar la vuelta cada vez que quisiésemos comprobar las marcas de la piedra. - Podemos ir a ver los barcos, quizás haya alguno que tenga una pista. O subir a la montaña y mirar desde arriba a ver si encontramos algo por la isla. ¿Qué me decís? - Yo iba a votar sí a cualquier idea que implicase buscar un tesoro. 

¿Una fruta del diablo? ¿De verdad el pazguato de Inumaki los había llevado hasta allí para encontrar una fruta del diablo? Fruta que, además, el escritor se había adjudicado como si no hubiera tres personas armadas que lo acompañaban; aunque a ella las Frutas del Diablo... No le importaban en demasía... Había visto mucho mutante suelto por la anterior isla.

Por otro lado parecía que Zeren e Ilya estaban de acuerdo en ir a buscar esa fruta y Amantine sólo pudo rodar los ojos y suspirar.

-Nos iremos de aquí sin fruta y sin madera -Sentenció la peliblanca antes de emprender camino con ellos

Me cruzaré de brazos un segundo y mirare a Amantine.

-Podría llegar fácilmente a pasar, pero igualmente tenemos que rondar la isla en búsqueda de materiales para arreglar el barco- Me encogere de hombros, hay algo que me escama pero prefiero intentar buscar algo más que simplemente ponerme a investigar ruinas de barcos.

Aun así, la isla sigue siendo rara… Hay cosas que no tienen excesivo sentido, preguntas sin respuestas que me inquietan.

-Creo que nuestra mejor opción es dirigirnos a un lugar elevado y probar de ver la isla desde allí, necesitamos buscar barcos o árboles que resulten llamativos- Dire para intentar ponernos en marcha ya que Zeken parece motivado por la búsqueda y la idea de la montaña no me parece mala.

Desde luego los dibujos parecían ser recientes, lo que consiguió que pensarais en que el capitán os había preparado una jugarreta, pero no fue así…lamentablemente no. Así que todos los compañeros intentasteis poneros en marcha, a fin de cuentas ZEKEN estaba bastante entusiasmado…pero el problema ocurrió cuando empezasteis a escuchar aquellos estridentes e infernales aullidos, el ruido de un acordeón y las frutas, cocos y piedras que os comenzaron a lanzar desde los árboles.

Amantine seguía sin estar convencida del plan y menos de desviarse del camino,  aquellos sonidos de los árboles la estaban poniendo demasiado nerviosa; pero no discutiria con el resto y tampoco se quedaría sola para que,  seguramente,  la atacara un pájaro gigante o... 

De pronto unos aullidos y un acordeón anunciaron un ataque de "Fuego a discrecion"  contra ellos a base de fruta y piedras. ¿¡Ves como no era buena idea alejarse del rumbo!? 

-¡Cuidado! - Advirtió Amantine al ver el primer coco volar hacia ella,  apartandose de su trayectoria y cubriendose tras lo primero que encontró 

-Entonces el plan es ir para…- Iba a decir algo mas pero el ruido me hará quedarme callada cuando veré de repente salir del bosque toda la artillería pesada, serán frutas, cocos y piedras... Pero esas últimas dos cosas pueden llegar a ser muy dolorosas así que intentare esquivar por mi vida.

No dire nada mientras lo hago pero me llevare la mano a la pistola por instinto.

A pesar de que Amantine no pareciese muy convencida con lo de un tesoro en la isla, pusimos rumbo a una zona alta. A medida que avanzamos el ruido de los árboles empezó a hacerse más notable, y lo que en un principio parecía ser el viento, luego me empezó a parecer el sonido de animales rondando por ahí.

- ¿Oye, oye, estáis escuchando es- - Frutas y piedras comenzaron a volar hacia nosotros de todas direcciones. - ¡¿Monos?! ¡Al suelo! - Si nos quedábamos allí parados nos íbamos a convertir en la diana perfecta. -  ¡No, al suelo no, buscad algo de cobertura! - Sin pararme demasiado a pensar fui a lo primero que vi que podría servirme para protegerme de esos "proyectiles".

Al final todos habíamos quedado en desviarnos para ir a buscar ese tesoro y esa fruta del diablo (que obviamente me iba a quedar yo). Me había motivado un poquito el haber encontrado y descifrado ese monolito, estuvo chulo... pero muy poco me iba a durar la escasa alegría.

De repente, unos malditos ruidos y algo parecido a un acordeón... ¡y acto seguido una lluvia de frutas y piedras! -Odio ser tan listo y haber acertado... ¡pero os dije que habría monos agresivos!- exclamé mientras que esquivaba como podía y me ponía mi zurrón de libros delante mia, para ver si podía amortiguar o parar algún golpe con el. Tenían que ser monos... porque dudo que un humano nos ataque a base de frutas.

Todos lograsteis esquivar aquellas peligrosas y mortíferas frutas, algunos con más facilidad que otros, todo sea dicho…pero aun así, menudo peligro…la estridente música de acordeón inundaba el ambiente con una melodía sin ritmo y notas al tuntún. Aquello no era música, era una matanza.

Fuera como fuera, de los árboles no tardaron en aparecer los individuos que os tiraban cosas, ¡monos!, ¿Quién lo habría dicho? (aparte de Poe, claro)

Los susodichos bajaron de las ramas, armados con espadas oxidadas, ramas y garrotes, preparados para pelearse con vosotros. Curiosamente todos vestían como piratas, sombrero, algún que otro parche, pantalones, incluso chalecos.

-¡EEK, EEK!-Gritaron al unísono mientras se tiraban a por vosotros.

-En serio… Monos piratas… Esto es nuevo- Dire al ver a los primates comenzar a emerger entre los árboles armados. Parece que las ideas de Zeren no eran tan incorrectas pero aun asi… No quitará que sigue siendo extremadamente raro ver a un montón de monos vestidos y preparados para la batalla.

-El capitán sabía esto? Quiere que entrenemos practicando con monos?- Me preguntare cogiendo bien la pistola y incorporandome tras haber esquivado el ataque inicial que apuntare hacia los monos, si deciden cargar y alguno viene contra mi no dudare en dispararle.

Aun imaginándome ya que nos estábamos enfrentando a monos, no pude evitar sorprenderme cuando los vi bajar disfrazados de piratas, con ropita a escala y armas chiquititas -¡Monos pirata! ¡Son monos piratas monos!- no pude evitar hacer el chiste... pero era verdad que eran jodidamente monos, aunque también fueran muy raros y no se entendiera porque leches están aquí así vestidos -No creo que esos disfraces se los hayan hecho ellos...- pensé.

Tampoco sabía demasiado de prepararme para una pelea... y menos contra monos pirata, así que lo único que pude hacer es coger mis gomas elásticas para lanzar unos pocos frutos secos... aunque retirándome un poco hacia atrás del grupo grande (tampoco me quería meter en pelea teniendo otros tres escudos humanos compañeros que pelean) -Seguramente... y por eso no bajó- dije respondiendo a Ilya, pero de mientras no podía dejar de escuchar la música de fondo... -Dios, ¡¿pero pueden parar esa música de acordeón?! ¡Es más fea que pegar a una monja!- dije mientras miraba a mi alrededor buscando el origen. Joe, parece esas actuaciones en la que un mono baila mientras un bigotudo toca el acordeón diciendo "Baila Guisseppe, baila".

Además de la extraña música de fondo... ¡¿Lo que nos atacaban eran monos vestidos de pirata?! Poe estaba muy emocionado, demasiado teniendo en cuenta que nos habían intentado acribillar a base de cocos. - Monos o no monos, no tienen cara de querer hacer amigos. - Saqué mi daga, no iba a matar a un mono, pero tampoco iba a dejar que un mono me matase. - Para todo hay una vez. - 

- Poe, si no sabes pelear intenta mantenerte alejado. - No quería que le dañasen en el combate. Si Inumaki sabía la que se iba a formar y se había callado, luego íbamos a tener una charlita en grupo. Y esperaba que hubiese un grupo para volver. - Yo solo espero que no sean piratas malditos convertidos en monos... ¡Y que luego nosotros vallamos a convertirnos nosotros en monos! - Seguro que un mono con flequillo rubio era horroroso.

Me puse de pie alejándome y me preparé por si se tiraban a por nosotros.

-¡Fantástico! -Fue lo único que pudo pensar Amantine al ver a los monos tendiéndoles la emboscada

A Amantine no le extrañó nada el hecho de que fueran monos pirata pues en la isla había visto gente muchísimo más rara... y en el fondo parecía algo obvio... Al menos no eran pájaros.

El equipo sin duda... era peculiar...

Entre Zeren rezando por no convertirse en mono y Poe soltando frases con "gancho" en vez de preocuparse en su defensa Amantine no supo a quién aliarse si a los atacantes o a los atacados.

No creía para nada que Inumaki les tendiera una trampa pero sí que era tan cobarde que no había bajado del barco por no tener que enfrentarse a esos bichos.

Fuera como fuera Amantine cogió el cuchillo más grande que tenía y se preparó para el primer mono que saltó hacia ella.

Amantine no tardó en golpear al primer mono que saltaba hacia ella mientras los demás os manteníais tensos y parados, ¿¡a quien se le ocurría!? Los monos comenzaron a tirarse contra vosotros, armados y deseosos de daros una paliza.

El primer mono esquivó el ataque de Amantine con una agilidad sorprendente, algo normal teniendo en cuenta que clase de animal era, pero no se quedó parado, después de esquivar se lanzó a morder el rostro de la muchacha.

El segundo mono fue a por Zeren, era rápido y tenía brazos fuertes. Después de mostrar sus colmillos se lanzó contra el chico, deseoso de rajarle con la daga que llevaba en su mano.

A Poe le atacó un simio bastante lento, posiblemente distraído por la pistola de Ilyia o la gorra del muchacho, atacó con bastante lentitud, un golpe fácil de esquivar a decir verdad, pero habría que ver lo que el arqueólogo/escritor podía llegar a hacer.

Por ultimo, el primate que quedaba se lanzó contra la chica de la pistola, tal vez el temor de ser disparado afectó a su velocidad, pero aun así, no iba a ceder terreno.

Pero... ¡¿porque ataca a los monos?!- pensé algo nervioso ante el ataque de Amantine... ¡que antes estábamos extrañados pero sin atacarnos!. Y de repente, de un momento al otro, ya nos habíamos envueltos en un combate contra monos pirata... ¡claaaaro que si! ¡Y YO TAMBIEN ME INVOLUCRO! ¡GENIAL! -No hace falta ni que me lo digas- le dije a Zeren, mientras el mono venía hacia mi -¡Quita chimpance! ¡A mi ni te acerques!- exclamé al esquivar el golpe del mono que habían enviado hacia mi con un salto. Creo que era el equivalente a Inumaki de los monos: bastante inepto. Casi parecía que habían enviado al lento del grupo hacia mi... ¡Y lo agradezco desde luego!.

Aprovechando que me habían asignado al mongolo, pues intenté pensar alguna forma de escurrir el bulto y querer irme del combate. A ver... tampoco voy a dejar vendidos a los chicos... creo que necesitaré escolta para volver al barco, así que algo debería hacer -Vosotros pelead que yo... ¡busco el origen del acordeón ese tan incordiante!- dije... a ver si cuela y me dejan exento de pelear -¡Y alejate de mi gibon!- a lo mejor el mono es tan tonto que cuela y me deja en paz. Así que me puse a buscar un poco por la zona el origen de ese endiablado hilo musical... pero -Quizás debería haberme puesto las gafas... no estoy viendo nada de nada- pensé. Que tampoco mejoraba mucho mi vista... pero ellos no lo saben, y quizás así tengo excusa por no encontrar nada.

Miraré un momento a Poe mientras comienza a buscar de donde viene el sonido del acordeón.

-Cuidado de no despistarte, sus mordiscos deben doler- Tras ese comentario mirare para adelante hacia el mono que parece haberla tomado conmigo aun con la pistola humeante en mano. Me pondré en guardia retirandome ligeramente para ganarle distancia al primate.

(Sin duda estos monos son raros… Especialmente si son capaces de vestirse… Alguien debe dirigirlos) Me llevaré la mano izquierda a mi cinturón y retirare un saquito de papel y una bala con cierta pericia. Me prepare para esquivar el siguiente ataque del mono mientras echaré la pólvora y la bala en el canon.

-Ven monito…- Le diré desafiandolo un poco que cuando se lance. Cuando venta aprovechare para disparar a traición cuando haga una línea recta hacia mi. Por desgracia el hecho de la música atronante y la situación un poco anómala no ayudará a hacer el mejor disparo de mi vida.

Nunca antes me había enfrentado a un mono. Y la verdad es que tampoco estaba muy acostumbrado a meterme en peleas, la daga era para defenderme un poco y sobre todo como herramienta, pero eso a la bestia que tenía delante no le importaba. Se me tiró encima y la esquivé por los pelos echándome hacia detrás, aunque el arma del mono me rasgó un poco la ropa.

- ¡Cuidado chicos! ¡Parece que quieren ir en serio, no os contengáis! - Era complicado ver la situación en ese caos que se había formado en un momento, primero me libraba de mi oponente y luego ayudaba al resto.

Ataqué al mono con mi daga aprovechando que estaba cerca, pero sin intención alguna de matarle. Mi objetivo era herirle lo suficiente como para que acabase huyendo o incapaz de atacar.