Partida Rol por web

La gatuna notó el peculiar momento cuando Wanta y Ryuta intercambiaron miradas fijas por alguna razón, sin embargo ya que no sintió una amenaza por parte del hombre de negro cabello hacia su cómplice, en vez de erizarse ella solo mantuvo cierta cantidad de atención sobre el asunto pero sin ignorar el resto de la situación. Aquello también serviría para demostrar su confianza en la canina y darle oportunidad de mostrar su propia determinación… o eso pensó Nyagara.

— ¿¡De verdad!? ¿Solo así? — no mucho después comentó con sorpresa ante el ofrecimiento del espadachín, y este sentimiento se mantuvo hasta que la artista musical le susurró aquello; mirándole de reojo la albina asintió pues Wanta tocó un punto muy importante. — ¡E-entonces iremos con sus aliados y le diremos a Lux, pero a cambio de esa ayuda dejen que ayudemos también! — al notar la prisa que parecían llevar todos la gata exclamó, aunque no sabía si al ya ir poniendo distancia la escucharían o no.

Nyagara devolvió entonces su mirada a Wan-chan y la miró con determinación; ellas no eran del tipo que iba por ahí ayudando a todo el mundo, pero tampoco eran simples aprovechadas capaces de ignorar a los aliados en un conflicto como el actual, y menos si estos se mostraban tan amables. — Al fin y al cabo la tripulación de Shire y los Woodview son socios, ¿no? Y nosotras trabajamos para Kironyaki — le dijo a su compañera al tiempo que su sonrisa felina se ensanchaba hasta mostrar las puntitas de sus colmillos.

Que más arriba había un conflicto intenso era algo que a sus oídos gatunos no pasó desapercibido, así como las situaciones en general que habían hablado los que estuvieron a su alrededor, más precisamente por ello y porque había visto la cantidad de enemigos que estaban enfrentando Lux y Edward fue que Nyagara hizo tal ofrecimiento. — ¿Qué dices Wan-chan? ¿Te sientes con ganas de hacer una actuación conjunta? — claro que la acróbata no olvidó en la fórmula a su pareja de espectáculo, misma a la que dijo aquello con especial énfasis en el final esperando que lo entendiera. Acto seguido la albina se dispuso a ir hacia la habitación donde había visto a los dos pelirrojos, sin embargo para esto se puso en cuatro patas ya que temió tardarse demasiado y perder de vista a quienes tenían al mono de jade...

Durante el momento en el que demostré que Nyagara me importaba tanto como para protegerla a cualquier precio, di un respingo que me hizo erizar cuando su mirada se clavó en la mia... Por un momento sentí terror y pánico, incluso me ruboricé al ver que no me dejaba de mirar... Pero algo me hacía no querer apartar la mirada de su mirada, como si al intentar quitarle los ojos de los suyos fuera a atacarme o algo peor... aunque mis gestos y temblores demostraban que quería que dejara de mirarme o cortar aquella intensa mirada suya, entre ellos que tornara los ojos casi hasta salir del contacto visual... Quizás por pura sumisión, incluso hasta me sentía más pequeña

Cuando aquel duelo de miradas que yo no entendí como tal, sino como una alerta extra y una presión bastante grande de la cual sentía que si paraba de mirarle iban a hacerle algo malo a Nyagara, empezó a hablar de otra manera, de tal forma que empezaban a parecer buena gente al final de todo... Eso me hizo mostrar una timida sonrisa y tranquilizarme un poco, pues al menos parecía que no debiamos tener la guardia en alto. Por otro lado que mi compañera accediera a ayudar a cambio de ayudar me inspiró haciendo que la mirara con brillitos en los ojos - E-eso... D-dejennos a-ayuwanles... - aceptaran o no, tras la conversación Ryota empezó a alejarse en dirección a cualquiera que fuese su misión y aunque Drake dijera de quedarse con nosotros, luego desapareció para buscar a una tal Helena

-P-parece q-que por ahora no tendremos respueswan... - Acto seguido Nyagara decidió mirarme con aquella intensidad que solo veía cuando estaba decidida a hacer algo... Como aquella vez cuando escapamos juntas, o más bien cuando me rescato y decidió a llevarme con ella. Me sorprendió que me mirara así, pero tras su frase la sonreí e incluso empecé a balancear mi cola de nuevo - Claro. Adewan, tenemos que compensar al señor capiwan por llevarnos. Y si quieres ayuwanlos, yo no te dejaré sola, wan. - quizás no la miraba con la misma determinación que ella a mi, pero esa era mi determinación.

Acto seguido me levanté junto a Nyagara quien parecía ya tener un plan previsto - ¿Crees que Drake-wan nos podrá alcanzar? - pregunté un poco preocupada antes de escuchar sus preguntas ante las cuales la miré con una creciente sonrisa y cola en aumento de balanceo, por no decir unas estiradas orejas. Aquella pregunta en forma de petición siempre me encantaba oirla y tras asentí puse mis manos en mi pecho - Claro Nya-wan. S-siempre t-tengo ganas. - Agarrando tanto mi arco como la banda de mi mandolina.

La seguí muy de cerca de forma que no la perdiera tratando de ajustarme a su velocidad incluso a cuatro patas o saltitos si tenía que acortar distancia si me alejaba de mi compañera. Ahora tocaba recuperar el mono de jade y luego ayudar a la tripulación de Shire. No pensé que me podría sentir tan bien en esa misión hasta ese momento.

Ganamos la pelea y al ver cómo los dos marines que quedaban se rendían pude volver a respirar pero no antes de noquear al Marine que suplicaba de nuevo por su vida. Le hice una señal a Ed para que hiciera lo mismo y entonces pude relajarme del todo y una mueca de dolor apareció el rostro:-Madre mía, ha sido increíble, no sabía que podía hacer estas cosas. Ryuta me preparó bien.-dije y me llevé una mano al hombro:-No parece grave pero Drake tendrá que hacerme un remiendo.-dije a continuación. 

Rompí una de las camisas de de los Marines caídos y me vendé el brazo para que al menos dejara de sangrar, ya habría tiempo para curas más tarde. Me di una vuelta por los estantes en busca de algo que me llamara la atención, algo que pudiéramos sacar de allí como botín, ademas de lo descubierto en el almacén contiguo. 

Su reacción confirmó mis sospechas, no entendía como era posible pero estaba claro que esta mujer sabía de la existencia del siglo vacío y seguramente pudiese leer poneglyphs. Me relajé un poco, había ganado nuestro pequeño duelo en la que la primera en ceder perdía. Escuché orgullosa las palabras que había conseguido sonsacarle.

Conocía la historia que me estaba contando, yo no había nacido pero estaba entre los cientos de casos que había leído en los que los historiadores de mi isla cubrían a los poderosos. - Te sorprendería lo mucho que sé sobre el gobierno mundial y la marina, y por eso para cumplir mi objetivo lo que busco es destruir el orden que rige al mundo. Conozco la historia de Ohara, y como esa muchas otras similares, es en mi isla de procedencia donde se esconde la verdad y se le entrega al mundo una versión edulcorada de los hechos para preservar la imagen de la marina. Aunque no sabía que hubiese supervivientes.- Tragué saliva un poco alterada, siempre que recordaba mi vida antes de salir al mar una parte de mi quería explotar y decir todo lo que pensaba, pero no era el momento. Tome aire y le devolví la palabra a Miss All Sunday expectante ante lo que tuviera que decirme.

Me vi superada por los consejos y advertencias que me daba, no por sus palabras en sí, si no porque no esperaba que la conversación fuese por esos derroteros. Tardé un poco en asimilar todo lo que decía y no estaba segura de como sentirme ante ello, sobre todo porque en ella veía ahora a mi yo de hace no mucho. Desconfiada, rehuyendo cualquier tipo de acercamiento y muy insegura. No pude hacer más que esbozar una amarga sonrisa y negar. -En ningún momento les he contado todos los detalles sobre mi, tampoco los he ocultado, pero estoy segura de que a grandes rasgos se hacen una idea de lo que soy. Pero tienes razón, quizá deba dejarles todo claro cuando les vea.- Sin darme cuenta había bajado la mirada hasta el suelo como encerrándome en mis propios pensamientos, volví a elevar la mirada y me encogí de hombros. - No sé si es el camino correcto, de hecho hasta hace no mucho pensaba como tú. ¿Por qué iba a querer alguien arriesgarse por mi? Del mismo modo que no creía que yo fuese capaz de arriesgarme por otra persona. Pero me he dado cuenta de que hay gente lo suficientemente despreocupada como para que eso quede en un segundo plano, solo he tenido que levantar un poco la cabeza y ellos han hecho el resto.- De alguna manera mientras hablaba la sonrisa amarga que ocupaba mi cara se había transformado en una sonrisa genuina. - No sé a donde me llevará este camino, pero estoy disfrutando como nunca.

Tras separarnos del resto y ahora acompañados del pequeño Alvert continuamos nuestro camino, no tardamos en llegar a encontrarnos mas marines, muchos mas marines, al parecer aquella mujer estaba en lo alto con sus suposiciones y es que esto era definitivamente un puerto secreto en el cual se llevaba a cabo el intercambio o carga que se había previsto no tarde mucho mas en buscar con la mirada entre todos los marines alguno diferente... como no podía ser de otra manera se encontraba en la cubierta del barco observando como los demás trabajaban sin intervenir, trate de enfocar la vista en él para asegurarme de que fuera a por quien veníamos pero fui incapaz de verlo desde esta distancia así que tal vez la mejor idea fuera acercarse sin ser visto para tratar de tener una mejor oportunidad de identificarlo. Le hice una seña a los demás para que esperaran y se agacharan.

- Ahí tenemos a un alto cargo ¿podéis distinguirlo? Desde aquí yo soy incapaz, por otro lado se me había ocurrido que nos separáramos en dos grupos e intentemos pasar sin ser vistos -por si alguien mete la pata, como yo por ejemplo aún recordaba las últimas veces que había intentado lo mismo- Tal vez desde cerca podamos intentar ver si es Sadler o no, no tengo ganas de meterme en mas peleas innecesarias y este lugar son un montón de ellas ¿que me decís?

   Hmmmmm...- meditaba sobre la situación, pues aunque ya estaba planeando tomar el foco de atencion para que Lady y Ryuta tuvieran una via libre... lo cierto es que eran demasiados los Marines como para que esto no terminara siendo un latigazo en nuestra contra antes de que me diera tiempo para asimilarlo, por lo que haciendo caso al cocinero me mantuve quieto mientras el mismo daba su idea.

  ¿ espera... y si fingimos ser de ellos hasta llegar al de arriba ? - comentaba a mis dos compañeros - algo de ropa y con lo ocupado que están con las cajas dudo que estén revisando cara por cara a los suyos... sobre lo de evitar combate si no es Sadler... me parece bien... aquí no venimos a hacer pagar justos por pecadores... -comentaba pues aunque ambas situaciones llegaban al mismo resultado el por que era lo que nos diferenciaba.

Por fin acabó el combate y salieron vencedores, bueno si es que se podía decir eso, las heridas recibidas habían sido más de la que se podía esperar en un principio, pero de todas formas ahora se podían relajar, aunque fuera solo un poco.

El marine que estaba suplicando delante suyo le empezaba a dar un poco de pena, pero recordó los unos segundos antes y las heridas de su torso, y ya no le daba tanta pena, así que siguió la indicación de Lux e hizo lo mismo dejándolo fuera de combate, así que le golpeo con el mango del martillo lo justo para dejarlo inconsciente.

Ha sido más difícil de lo que pensaba- dijo intentando parar el sangrado de sus heridas aunque fuera un poco, lo suficiente para volver al barco sin desangrarse por el camino- espero no encontrar más inconvenientes por el camino, no me gustaría encontrar a más enemigos por el camino.

Era hora de volver a su trabajo inicial, saquear el lugar, aunque en el estado en el que se encontraban dudaba mucho que pudieran sacar algo pesado del lugar, pero llevarse algo era mejor que nada y después del mal rato que había pasado llevarse algo de premio ya era suficiente.

La reacción de la mujer al escuchar sobre tus orígenes fue igual de seria que como había hecho antes, tal vez un poco alterada, pero con el juego de sombras rodeándolas, era difícil decirlo con seguridad. -Solo una superviviente. Una sola testigo de una verdad de la que nadie jamás se enterara, y de justicia que nunca será hecha -Acomodó su sombrero cubriendo su rostro con la sombra-. Pero era una niña indefensa contra el mundo, así que probablemente ya no quede ningún superviviente.

Cuando la miraste y hablaste con amarga sonrisa. Miss All Sunday solo te miró con su expresión seria, por un momento pareció que iba a sonreír en el gesto que podías identificar como tan falso, sin embargo, se mantuvo con su gesto sobrio. Con su rostro tan transparente como ahora, costaba creer que se trataba de la misma mujer que se pavoneaba sobre su barco antes de que comenzara la invasión. Más su cara se descolocó por un momento, tan confundida como sorprendida con tus últimas palabras, y al ver la sonrisa sincera en tu cara, su pierna se apoyó hacia atrás como si hubiera perdido el equilibrio.

La mujer dio unos pasos, saliendo de la luz de la antorcha y pasando justo a tu lado. -La cuestión con la verdad. Es que no todos pueden afrontarla. Puede que tengas aliados, pero alguien que pueda verte y aceptar la verdad... no sé si pueda existir gente así -dijo mientras estaba dándote la espalda, e inesperadamente se le escapó una risa corta-. ¿Quieres saber una cosa? Esta debe ser la conversación que más he disfrutado en mucho tiempo. Creo que de verdad -decía la mujer subiendo un poco de ánimos, hasta que fue interrumpida por el característico sonido de una caracola sonando.

Miss All Sunday sacó el den den mushi de su bolsa y apretó el botón de del receptor.

-¡Nos están superando! ¡Vamos a retirarnos!

-¡¿Qué?! ¡Es muy pronto para eso! -Protestó la mujer a la bocina conectada al caracol.

-¡Señorita, Miss All Sunday, no podemos hacer más! ¡La gente de Masuda ya comenzó la retirada y ya hundieron el barco de los Woodview!

-Bien. Escuchen. Evacuen uno de los barcos, y asegúrense de ponerlo en el camino de los navíos de la Marina para que sirva como distracción. Eso nos debería dar algo de tiempo.

-¡Entendido!

La mujer guardó el den den mushi en su bolsa y te miró con una expresión algo tensa, pero con una media sonrisa como las que acostumbraba. -Ya oíste eso, Shire. Debemos salir de aquí antes que la base esté infestada de marinos -Miss All Sunday comenzó a andar hacia la salida del sitio.

Después de comprobar la suposición que había recibido del sitio, Ryuta intentó distinguir en a lo lejos a la figura de autoridad que estaba en el barco más adelante, sin embargo, era demasiado espacio entre él y el bote y lo único que pudo ver con claridad, era el abrigo blanco que lo identificaba como alguien de importante posición.

-Así que esto era lo que se escondía en este lugar -dijo la joven Ladovia para sí echando un vistazo al lugar. Después, ante la indicación de Ryuta trató de ver al oficial sobre el barco, pero al igual que el cocinero, la distancia jugaba en su contra y no parecía distinguir de quien se trataba-. Igual acá -Ladovia asintió a lo dicho por Ryuta y se acercó a Alvert-. Me parece bien. Hay que guardar toda nuestra energía para Sadler. Alvert, tú y yo... -decía la pirata hasta que escuchó la propuesta del granjero.

En vías de llevar a cabo su plan, Alvert examinó el área buscando un grupo de marinos alejados, los cuales nadie notaría si desparecieran. Y aunque casi siempre se les podía ver apurados, llevando cajas de madera al barco del Gobierno Mundial, el granjero pudo notar que a la derecha y casi al fondo, había unas grandes cajas más alejadas del resto, de forma que había dos marines que tenían que alejarse del resto para llegar hasta las cajas y poder llevárselas.

Después de una intensa batalla, esta había concluido con los piratas en el bando ganador. Fue así como Lux dejo al marino de rodillas inconsciente, para después Edward hacer lo mismo, mostrando más piedad que la que ellos les ofrecieron.

Lux hizo unas vendar improvisadas usando trozos de tela de la ropa de un marine en lo que esperaba un tratamiento del mini-médico de la tripulación. Igual que Edward quien a su manera vio sus heridas para tratar de detener el sangrado.

Podían ver a Samy sonriendo ante esta victoria, pero las heridas debían estar empezando a pesarle por que de pronto tuvo que sostenerse de la pared para mantener el equilibrio. -Tienes buenos movimientos -dijo la pirata mirando a Lux, para luego volver su mirada a Edward-. Tú tampoco estás tan mal -Hizo una señal de pulgar arriba antes de que el cansancio la llevara a recargar su espalda en la pared y lentamente bajar hasta quedar sentada en el suelo, sus ojos cerrados, con todavía algunas de las múltiples heridas en su cuerpo sangrando-. Si no les molesta, tengo que descansar un poco. No me roben nada mientras descanso, pues todavía puedo escucharlos -Bromeó Samy sacando la estatuilla del mono hecho de algún mineral verde de su bolsa.

Lux buscó en la armería algo valioso, algo que fuera útil y digno de llevarse, y justo en el fondo del cuarto pudo ver algo que sobresalía. Un aparato grande de apariencia pesada. Se trataba de un cañón, uno que según el conocimiento tecnológico de la navegante, era de mayor potencia que los que contaban en el barco. Y que con la habilidad de un buen astillero podría ser instalado en el Sakkaku y darles una gran ventaja en las batallas marítimas.

Edward se enfocó en la misión que los había traído aquí desde el inicio, fue por eso que exploró un poco la armería. Estantes de espadas con hoja como de cristal, pequeños cristales como del tamaño de una mano, pero filosos como cuchillos, escudos con puntos brillantes en su superficie. Todo cosas que ya había visto al entrar, hasta que su mirada se topó con algo que distaba de las bien acomodadas armas y escudos. Se trataba de una vitrina cubriendo lo que parecían piezas de metal.
En una inspección más cercana, la vitrina venía con una etiqueta que describía como lo que había ahí fueron deshechos de un experimento de la Marina de usar una aleación mineral especial que era el perfecto conductor de cosas como frío o calor. Sin embargo, fue un fracaso en la práctica, pues las armas que se fabricaron se calentaban o enfriaban en exceso así que el proyecto fue abandonado. Dentro de la vitrina, Edward pudo ver un montón de restos metálicos, pero entre ellos había lo que parecía la cabeza de un martillo, la única pieza que de hecho estaba completa. El resto eran piezas rotas y maltrechas de filos de espadas y placas, las suficientes para que si se fundían podía hacerse un arma pequeña... o una herramienta.

En ese momento, dos personas extra entraron al cuarto...

Al entrar al lugar que antes Nyagara había visto, Wanta pudo observar la misma imagen que había tenido la gata. Filas de espadas con hojas como de cristal, escudos con puntos brillantes acomodados en estantes, y el ocasional armero con armas de fuego largas. Esta debía ser un armería.

En el sitio, ambas fueron testigos de un escenario que contaba su propia historia, sus narices llenándose con el olor sanguíneo de óxido, además de pólvora. Tres marinos en el suelo cerca de la entrada, uno de ellos con profundas heridas sangrantes que delataban su condición de ya no estar entre los vivos. Más adelante, otros tres marines yacían inconscientes. Al parecer la batalla que hubiera estado ocurriendo en el sitio debía ya haber terminado.

En frente de una curiosa vitrina que parecía resguardar piezas rotas metal, parecidas a filos de espadas y cuchillos, podían ver a un joven de cabello rojizo y un parche negro cubriendo su ojos. Tenía unas cuantas heridas de cortes en el torso, pero no parecían ser demasiado graves. 

Al fondo del sitio, podían ver a una chica pelirroja, quien usaba una abrigo negro más parecido a una capa y que parecía ser de una talla más grande de lo que debería, miraba algo grande, que la aguda vista de Wanta pudo identificar como un gran cañón, como los que tienen los barcos.
La chica tenía un trozo de tela tan blanco como los uniformes de los marines, atado al hombro, pero lentamente se estaba tiñendo de carmín con el paso de los segundos.

En una la pared cerca de la entrada, se encontraba otra chica con cabellos rojo fuego. Su atuendo de chaleco y un sombrero tricornio delataban su naturaleza pirata, además de su pistola y espada enfundados.
A diferencia de los otros dos, ella no se veía nada bien, pues múltiples heridas de cortes en el torso tenían su ropa del mismo color que su cabellera. Con los ojos cerrados, parecía estar descansando, pues aún que estaban a cierta distancia, aún así la escuchaban. Aunque sin duda lo que más sobresalía de esta chica, era la pequeña estatua de un simio, de un mineral verde lechoso, que sostenía en sus manos apoyadas en su regazo.

Lux y Edward pudieron ver a una chica gato entrar al lugar caminando en cuatro patas, con una chica perro a su lado, quien cargaba un arco y una bandolina.

Si antes Lux había calificado a MewPaw como "adorable," estas dos chicas mink estaban muchos niveles más arriba en la escala.
La chica gato tenía unos ojos rojos tan exóticos como encantadores. Las enormes zarpas en sus manos con las que caminaba eran tan grandes y de apariencia suave que parecían pedir un abrazo a gritos. Sin mencionar su enorme cola de gato, debía ser la cola más esponjosa que hubiera visto en la vida.
La chica perro de dorado pelaje tenía una expresión en su cara era tan dulce e inocente que derretiría el corazón de un gigante de hielo, y su cabello imposiblemente sedoso junto con sus pequeñas orejas canina daba la impresión de que su cabeza existía con el propósito de recibir palmaditas.

No pasó mucho tiempo para que las nuevas personas en la armería recibieran una bienvenida, solo que una no muy grata, porque enseguida los oídos de las mink captaron el característico sonido del martillo de un arma ser activado, listo para disparar. Y este sonido vino nada menos que de la chica pelirroja del tricornio que estaba heridas en el suelo, y desde ahí apuntaba la pistola en su mano directo hacia Nyagara. -Una pregunta... una fácil... y tiene su respuesta correcta -decía la chica con esfuerzo. Se veía tan agotada que apenas y podía mantener los ojos abiertos, aunque eso no impedía que su brazo apuntara su arma, pues su mira no parecía moverse ni un centímetro-... ¿alianza pirata o malditos marines? -Con su otra mano sostuvo la estatuilla verde de un mono que cargaba, como si la intentar proteger.

— ¡Esa voz me agrada, Wan-chan! — efusiva la gata reaccionó al obtener respuesta de su compañera, al grado de que en un arranque de emoción no pudo evitar abrazarla y acariciarle intensamente la cabeza con sus patotas; como ambas eran mink, Nyagara sabía bien dónde le agradaría especialmente a la canina recibir mimos.

— No lo sé, pero si los que estaban allí son sus companyaros igual y nos encuentra luego — ella no movía tanto la cola como Wanta, pero lo que le faltaba de movimiento, le sobraba en expresividad dado que entonces su extremidad gatuna adquirió una forma similar a un signo de interrogación, más específicamente el de cierre. Ya luego tras obtener una nueva y positiva contestación de su amiga, la gata bailarina correspondió con similar ánimo — ¡Yo también! ¡Entonces preparémonos! — dicho eso fue que comenzó a avanzar a modo más animal que humanoide…

*****

Al volver a la habitación donde había espiado antes, la sorpresa más grande al menos para la gata fue notar que la situación había cambiado bastante en el poco tiempo que les tomó encontrarse con Drake y los otros, pues la intensa batalla de antes obviamente había terminado e independientemente del resultado los piratas de Shire (o los que suponía eran tales) parecían bastante tocados, al menos las chicas…

Una vez avanzó un poco hacia el interior, Nyagara se levantó para mostrar su estatura y complexión de “persona normal”, aunque con obvias características gatunas que le daban un curioso aire; sus ojotes recorrieron al trío de pelirrojos, pero al final terminaron posándose en la estatuilla que para empezar las había llevado hasta allí.

— Hola, soy… — estaba por decir cuando irónicamente la que se veía peor les apuntó, precedida por el sonido de su arma, y gracias a que el ruido le avisó segundos antes la albina pudo interponerse entre la línea de visión de la ajena y Wanta, a quien obviamente estaba dispuesta a proteger. Enseguida la acróbata se erizó de modo de que en cuestión de segundos tomó una apariencia más amenazante, incluso sacó los colmillos y garras, sin embargo al escuchar las palabras de la herida se sintió un poco fuera de lugar…

— Eh… esto… ¡espera! — pidió — soy Nya, venimos de parte del Capitán Kironyaki de la alianza, o bueno, de los piratas Woodview  — luego aclaró, más convendría destacar dos cosas en el comportamiento de la felina: la primera era que pese a decir eso no se apartó de su posición, pues seguía queriendo proteger a la perrita, y la segunda es que, luego de observar a los tres ajenos, sus ojos volvieron directamente a la estatuilla que la otra quería proteger.

— ¡Solo queríamos ayudar a Drake, Ryuta y al resto! — aseguró.

Con una sonrisa y mi cola expresando mi enorme felicidad por resultar tan útil a mi compañera, asentí para luego seguirla a la habitación que me tiñó la expresión con sorpresa y terror, pues el resto de mi pelaje cola para incluso, se erizó por completo al ver tanta gente caida y sangre en algunos lados. Huelga decir que ver aquella escena no solo me metió el miedo en el cuerpo, sino que me pegué totalmente a Nyagara, asustada y queriendo que no nos pasara a ninguna de las dos.

Por suerte, no todo era muerte, polvora y destrucción*, y quedaron allí tres personas pelirrojos los tres, los cuales podriamos ayudarlos sin duda alguna - N-Nya-wan... ¿L-les a-ayuwanmos? - Obviamente le preguntaba a tratar de aliviarles las heridas, pues no estaban demasiado bien. No obstante y luego de que mi propia compañera saludara, ambas nos pusimos en el mismo estado. Mi pelaje se volvió a erizar en extremo mirando hacia donde estaba ese martilleo, el cual salía de la chica más malherida.

-N-no... N-no nos dispare por favor, wan - nerviosa empecé incluso a temblar, siendo que la gallardía de Nyagara era mi cobardía y temor - N-no somos wanlos - muy nerviosa incluso ladré al decir malos sin querer. Me encogí incluso tras mi amiga gatuna esperando pues que pararan de apuntarnos.

Por su lado, Nyagara dijo su nombre y de nuevo el nombre del capitan del cual veniamos, pero también dijo la tripulación - Y-yo... s-soy W-wan... - me quedé ahí pues al resto dije que me llamaba Wan y no Wanta. - P-p-por favor... N-no nos d-diswanres - finalmente con voz quebrada y frágil rogué para que pudieramos estar más tranquilos.

Encuentro un cañón dentro de la armería, estaba segura de que era mejor de los que teníamos en el barco y seguro que entre yo y Ed podríamos instalarlo en el barco. marcaría diferencia en cualquier enfrentamiento en el agua:-Eh! Ed! He encontrado un cañón, seguro que esto lo podremos llevar hasta el barco.-dije y antes de que diera cuenta entraban nuevos visitantes. Dos Mink para ser exactos y en ese momento me acordé de MewPaw, sobretodo por que una de ellas era medio gata. Acto seguido Samy apuntó a ambos Mink, Nya y Wan y en cuanto ellos dijeron los nombres de la tripulación me acerqué a toda prisa.

.-Qué ha pasado? Están todos bien? Ed! ven aquí puede que tengamos problemas.-dije mientras me giré a Samy:-Baja eso Samy, por favor. Si quisieran atacarnos ya lo habrían hecho, los Mink son muy rápidos.-le dije a la pirata:-Soy Lux, navegante de los piratas de Shire. Nya, Wan qué ha pasado?-volví a preguntar.

Cuando por fin pudieron entrar y ver lo que había por el lugar fue un poco decepcionante, esperaba más de los marines, aunque por suerte y al rato de buscar pudo ver algo que le llamó la atención, entre toda aquella chatarra había una pieza utilizable y sobretodo algo que podía cargar hasta el barco, así que lo cogió y la guardó entre sus pertenencias, acto seguido se dirigió hacía Lux para ver ese bonito cañón que le decía.

Antes de poder decir nada se pudo escuchar dos voces a su espalda, rápidamente echo mano al mango del martillo, no quería que le pillaran desprevenido, al menos más de lo que ya lo habían echo, Samy hizo la pregunta que todos querían saber, pero en cuanto nombró a los demás Edward soltó el martillo y se relajó un poco, al parecer aquellos dos Mink no parecían ser hostiles hacía ellos.

No te preocupes, al parecer conocen a los nuestros- le dijo a Samy- Edward también de los piratas de Shire- si los demás los habían enviado con ellos, era probable que se hubieran encontrado con más problemas que Edward y Lux, si era así no tenían mucho tiempo para ir en su ayuda.

      Pssst..- susurraba luego de unos segundos de estar mirando lo mas rápido posible en las distintas esquinas del lugar, hasta dar con aquello que buscaba - _miren - apuntando al par de Marine - _{justo~justo por allí hay dos que podemos usar c...con recorrido y todo} -  mientras iba preparando ya mis manos las cuales dejaban ver unas uñas innecesariamente largas del que se avecinaba un liquido justo al final - ayuden me a que no hagan ruido al caer...

Mientras esperaba las respuestas de ambos ante mi plan Alvert propuso un pequeño cambio, pasar entre ellos haciéndonos como si fuéramos marines ¿pero como íbamos a...? Seguí su mirada hasta encontrar el punto donde él mismo se estaba fijando y no tarde en entenderlo. Si podíamos deshacernos de algunos cuando se acercaran a esas cajas podríamos quitarles la ropa para disfrazarnos de ellos... sería engorroso y probablemente luego no pudiera recuperar nuestra ropa pero tenía mas posibilidades de éxito que simplemente tratar de escurrirnos entre tanta gente.

- Me gusta el plan... -en cuanto termino de hablar el chico comencé a caminar cerca de la pared ocultándome detrás de las cajas y evitando las miradas hasta aquel lugar, en especial la del alto cargo que observaba todo desde arriba, si era Sadler podría llegar a reconocernos por nuestras caras y de hecho me preocupaba mucho mas la mía por la forma en que trate de plantarle cara, Ladovia por otro lado sería casi imposible que la reconociera

Ladovia se quedó en silencio por un momento, pero su ceja levantada y mueca expresaban perfectamente las dudas concernientes a este plan, aún así, en cuanto vio a Alvert y Ryuta ponerse en movimiento hacia donde había visto a ciertos marinos, ella hizo lo propio y los siguió.

Ryuta empezó a refugiarse detrás de las cajas más cercanas a la pared, quedando fuera de la vista de cualquier ojo curioso mientras avanzaba a los sujetos haciendo el recorrido más largo que el granjero había señalado.
De igual manera, Alvert avanzó con pasos medidos y sin hacer ruido, acechando a los dos marines sin que se dieran cuenta, y justo cuando estuvo lo suficientemente cerca de estos, se lanzó al ataque con la intención de que sus largas uñas se encargaran de dormirlos y que pudieran llevar a cabo el plan propuesto.

Los marinos no tuvieron tiempo de ni de pestañear cuando las largas uñas del granjero ya que se encontraban en los respectivos cuellos. Y antes de que siquiera pudieran hacer algún quejido o grito, ya se encontraban rumbo al suelo. En ese momento, Ladovia atrapó a cada hombre con uno de sus brazos y los bajó lentamente para evitar que hicieran ruido.

El plan había resultado. Ambos marines se encontraban profundamente dormidos en el suelo, tanto que no se despertarían al tratar de conseguir sus atuendos, y si bien, no eran exactamente de su talla, eran de suficiente de talla como para usarse normalmente.
Con lo apurados que se notaban los elementos de la marina subiendo cajas al bote, era probable que no notaran dos sujetos disfrazados... siempre que no llamaran la atención.

Lux avisó a Edward sobre el gran hallazgo que había hecho en la armería, algo que sin duda sería útil con los potenciales peligros que les esperaban en el mar de la Grand Line. 
El astillero tomó la única pieza completa de entre un montón de fragmentos de metal, y apenas lo puso en su mano, pudo confirmar lo que decía la etiqueta de la vitrina, ya que el frío metal pronto se tornó tibio con el calor corporal de su mano.
Y antes de que los dos pudieran examinar bien el cañón, vieron a aquellas que recién hacían acto de presencia.

Ante el paisaje con su parte de sangre y personas en el suelo, Wanta se arrimó a su compañera mink, mientras que Nya se levantó del suelo dispuesta a hablar. 
Lastimosamente, la herida chica recargada a la pared tomó su propia iniciativa, y la primera reacción de la gata fue cubrir a la chica perro con su propio cuerpo, erizando su pelaje en posición amenazante, garras y colmillos a la vista. Y como si fuera un reflejo, la mano de la chica siguió el movimiento de Nyagara con exacta precisión. Pero la mink gato no era la única alterada, por el pelaje de Wanta también se levantó, aunque con un poco más temblores, y hasta un ladrido en medio de sus oraciones.

Los ojos de la chica se abrieron por completo en cuanto escuchó la mención de los Woodview, pero aún así, su brazo no se movió un centímetro de lugar, con la misma determinación que Nyagara no se apartaba de su sitio. Ni siquiera apartó su pistola cuando Lux se acercó a ellas. Sim embargo, miró de reojo a la navegante mientras hablaba, y luego volteó a ver a Edward al escuchar sus palabras. Fue solo así que bajó su arma e hizo una débil sonrisa mientras cerraba los ojos y relajaba un poco su agarre en la estatuilla del simio verde. -¿Entonces ahora ese perezoso de Kiromaki recluta gente en las tiendas de mascota, eh? -dijo bromeando para después toser un poco-. Soy Samy Kiseki. Capitana de los piratas Diana Diez, también soy parte de la Alianza.