Partida Rol por web

Cogiendo una de mis katanas y desenvainando tres dedos de su hoja con un sonido seco y metálico, miro a Rino con aire feroz. Con voz siniestra y una sonrisa fiera, digo Ven... a... buscarlo... Todo tiene el aspecto de ansiar pelearse.

Rino se pone en postura de combate,preparado para una buena pelea-muy bien,peleemos...pero aqui no,que podemos destrozarle algo al hombre y no quiero tener que pagar mas,vamos a la calle-dice mientras se dirije hacia la mitad de la calle

Asintiendo con alegría, y sin mudar la expresión medio seria medio contenta, sigo a Rino a la calle. Justo al estar fura del establecimiento, me coloco frente a Rino y desenfundo ambas espadas.Con voz calmada, al menos en apariencia, pregunto ¿Estas listo? Cuando quieras empezamos...

Rino vuelve a ponerse en posicion de pelea-bien,empecemos

yo me siento sobre la silla donde estaba rino comiendo, y me quedo mirando como mis dos compañeros se alejan hacia la calle para empesar a pelear
hombres, uno es mas idiota que el otro... -mi mirada se dirije hacia aniki- ...puedes hacer algo para que se detengan?

El monje suspiró exasperado, lo último que le apetecía en ese momento era una pelea, lo único que iban a conseguir era llamar más la atención, con paso calmado y parsimonioso se interpuso entre ambos combatientes, momento en el que sus uñas crecieron hasta convertirse en garras largas y afiladas, de un color negro de aspecto perverso. Mirad ahora mismo no me apetece que la gente se fije en nosotros, y una pelea no es precisamente algo con lo que uno pase desapercibido, así que antes de empezar ninguna pelea estúpida pagar el maldito filete y os peleáis en el maldito barco, o dentro de poco tendremos a más de la mitad de la marina detrás nuestro y una ciudad destruida.

Los ojos del monje adquirieron un brillo salvaje mientras sus pupilas se tornaban de un color rojo sangre y una ligera capa de pelo empezaba a cubrirle la totalidad del cuerpo.

La amplitud de las pupilas se reduce a un leve hilo, mostrando una actitud medio indignada medio ansiosa ¿Quien te ha dado vela en este entierro, monje? Si no recuerdo mal quien debe el dinero eres tú, así que callate de una vez... Iba a pelearme con el capitán, no destruir la ciudad y, además, ¿crees que la marina de esta ciudad, con la de piratas que hay, se fijaría mucho en nosotros? Por favor... Los dientes se curvan, los músculos se tensan y las manos aprietan con fuerza destacable las empuñaduras de las espadas, hasta ponerse los nudillos blancos.

Perdona que te corrija-dice rino tras la charla de Ragnok a Aniki-pero el que debe dinero aqui soy yo,que él se trago su filete,asi que ya puedes estar dandome el dinero antes de que pase algo malo

Sin poder contenerme suelto una carcajada Ja ja ja ja... ¡¡Oblígame a hacerlo!!

Aniki esta vez se giró para encarar únicamente a Ragnok. Mira, no quiero cabrearme, porque si no tanto tus problemas como los míos no harán más que aumentar, tal vez no se fijen en unos piratas cualquiera, pero te recuerdo que a mi me persigue una flota entera y no precisamente pequeña, si montáis escándalo pronto llegarán hasta mi, y no dudes en que si caigo yo caes tú.

Mientras Aniki soltaba su discurso tranquilizador él mismo se ponía nervioso mientras volvían a crecerle una afiladas garras, de un color negro perverso, y el cuerpo se le cubría de un tupido pelaje igualmente negro. Calma Aniki, o volverás a matar inocentes.

Al poco tiempo volvéis a captar la atención de la gente, los transeúntes rodean a Ragnok y Rino y al unánime comienzan a gritar:

- ¡PELEA!¡PELEA!¡PELEA!¡PELEA!¡PELEA!¡PELEA!¡PELEA!¡PELEA!¡PELEA! - y así sucesivamente. Al poco tiempo el camero rehúsa decir algo más y se vuelve hacia su local. Entre el gentío comienzan a correr rumores y murmullos tales como – ¡Yo apuesto 15 por el de las espadas… -o – hacía tiempo que no veía de estas… pensaba que esta noche no tendríamos espectáculo… -

En general la gente, ya animada pedía sangre y eso quedaba entre navegante y capitán….

Abrís un poco la puerta, con tal de echar un vista a lo que hay fuera. Y lo que hay merece la pena: Un grupo de hombres con mono marrón –funcionarios parecidos a los de la barca – habían inundado la cubierta del navío, paralizando el trajín de los marineros del Duque Negro. No oís muy lo que dicen pero es de suponer que buscan algo… ¡y no solo eso! Al parecer algunos más han invadido vuestro barco registrando a conciencia el puente del barco…

El nerviosismo de Aniki aumentaba por segundos, el pelo totalmente negro y tupido ya le cubría todo el cuerpo, las garras ya parecían garras del mismo color, los ojos se habían tornado totalmente rojos, la fisiología comenzaba a cambiar, de fondo solo se oían los gritos de pelea, alrededor de ambos compañeros a punto de luchar solo se podía ver gente observándoles, en el ambiente se respiraba tensión y se percibían olores de sudor, pronto el cambio de Aniki fue total, ya no era un hombre, era una bestia.

El animal que ahora ocupaba el lugar de Aniki escrutó el ambiente que lo rodeaba con su mirada infernal que denotaba una gran rabia, en su nariz faltaba el aroma de la sangre y las vísceras, eso lo podía arreglar, y no dudó un instante en hacerlo, unas décimas de segundo después se había lanzado a por uno de los espectadores.

¡Ragnok!,¡dejemos la pelea para luego e intentemos detenerle!-digo poniendome ante los expectadores

La ferocidad de Aniki se podía ver en sus ojos, no solo iba a atacar, iba a matar, el destino inminente de aquél tipo era morir despedazado por aquellas garras, pronto, muy pronto, la sangre salpicaría a todos los espectadores.

veo con temor como aniki se transforma poco a poco en una bestia que termina atacando a la muchedumbre sin razon alguna, con una pizca de coraje y de estupides salgo corriendo de donde estoy y me pongo frente a la terrible bestia con ambos brasos extendidos

Basta! Deten esta Estupides Aniki!