Partida Rol por web

El recuerdo aun no terminaba, pues las paginas se volvieron a pasar. Ultima pagina del libro, la numero 20. Incluso mas desornada que las anteriores.

Tal vez lo que había en la pagina 13 te hubiera ayudado, pero al menos podras tener el inicio y el final del libro.

[Tirada 1D20+Historiadora]

[Dificultad: 11]

El muchacho llevo sus manos hasta los palos mirandoles con cierta desconfianza, no había otra cosa asi que tenía que conformarse con aquello, la chica parecía buscar abrirse ante él e incluso más de lo que una simple conversación inicial podría haberles llevado, sin duda era un salto de fé hacia una persona que quizás ni siquiera tuviera el mismo pensamiento que ella. -No podía hacer más que ir con las manos desnudas, no quedaba mucho de las cosas que tenía en mi hogar. -Pronuncio con seriedad dejando más incognitas que respuestas aunque tampoco era algo que necesariamente fuera importante para la instancia. El muchacho comenzó a mover las armas de un lado a otro jugando con ellas como si fueran reales aunque claramente al pasarlas por sus dedos sabía que solo eran un par de palos por lo cual no tenía peligro de cortarse. -Deje de pelear hace mucho... -Un pequeño recuerdo de infancia vino a su mente el cual ahogó con rapidez. -Bastante. 

Cuando escucho que sus puños iban de manera poco directa el joven le quedo mirando con tranquilidad. -No ataque directamente porque sabía que el sujeto era fuerte, tenía un arma y no se había decidido a usarla, tenía la suficiente confianza en su capacidad física como para no utilizarla. -Aclaro el muchacho aunque tampoco es que fuera de demasiada importancia, simplemente se mantuvo jugando con los palos. -Vale, entiendo, combates 1 vs 1. Quizás me servira ahora que tendré que proteger mi vida. -Aquello no sonaba bien, para nada ya que la últimas veces que había luchado no habían sido necesariamente para salvar su propia vida, más bien la de proteger otras. Kaito se puso en posición mientras colocaba el palo izquierdo por delante de su cuerpo mientras escondía de la vista el derecho. El peliblanco realmente no tenía dudas, no se preguntaba el porque deseaba hacer eso o el simple hecho de que quisiera ayudarle o acercarse a él, simplemente debía tener sus razones y respetaba aquello con un silencio complice, estaba listo para iniciar con el entrenamiento aunque la joven parecía estar mucho más afectada por la conversación que él, simplemente se acomodo bajando la guardia mientras escuchaba con atención lo que tenía que decir. 

-Tienes bastante convicción para seguir tal camino. -Pronuncio notando que aquello dejaba un poco de ser en relación a él y cada vez más en una representación de sí misma en las palabras que una vez nombró. Si bien aquello era bastante noble el carpintero no estaba de acuerdo en las últimas palabras de la chica, dio un leve suspiro al recordar algunos fantasmas del pasado que varias veces le atormentaban durante las noches, aunque las palabras de Hitomi lo dejaban bastante en claro. -Eres bastante amable, más de lo que antes podría alguien haber pensado, pero lamentablemente no puedo hacerlo. No puedo ser tu compañero ni tampoco el de nadie de esta tripulación, eso es porque no tengo la capacidad de proteger a nadie. Les falle en vida y también les falle luego de ella. -Había bajado un poco la mirada mientras sacaba desde su bolsillo el cuadernillo que había rescatado antes cuando Dante le había dejado colgando del barco. -No podría protegerte si estuvieras en peligro y tampoco busco matar a Dante en venganza, simplemente no puedo permitir que alguien como él se mantenga libre. Tengo pensado que sea arrestado y pase el resto de sus días sin hacer daño a nadie más. -Iba a continuar hasta que escucho como un pez gigante se abalanzaba contra el barco, se trataba de un sujeto que lo había subido, ¿El cocinero? quizás, aun así llevo su mano hasta los brazos de Hitomi soltando los palos para poder ayudarle mejor mientras se giraba hacia donde se encontraba el sujeto que había causado tal ruido.

Al agarrarme Kaito para salvarme de aquella caida, mi respiración se fue, y empecé a notar mi corazón latir muy fuerte durante un momento, ese momento que noté hace mucho tiempo, cuando la primera persona de mi vida me ayudó en algo, ese latir, volvía a mi... Aunque esta vez fuera diferente, sabía de todo corazón que podía contar con el aunque el dijera que no. Tras recobrar el aliento, miré a Kaito, con ojos cristalinos y con algo de rojez en mi cara, desde la posición en la que me tenía agarrada. - Yo creo... que sigues teniendo un don para proteger. - dije haciendo referencia al momento. Llevé mi mano hasta un hombro del carpintero - Y pienso que deberías usarlo Mas... - me interrumpí a mi misma al casi decir algo que no debía - Perdón ¿eh? Cierto, creo que aún no sé tu nombre. - Dije con un tono más interrogativo - Aún así, no te pido que me protejas como un guardían, sino que seas mi compañero de armas, se luchar y protegerme, pero no podré siempre estar atenta a todo, ni enfrentarme a Akumas pero... con tu fuerza, y la mia, estoy seguro de que podremos hacer cualquier cosa, además - Reí justo ahí mientras hacía fuerza con mi brazo para acercarme a su cara poniendo la mia a pocos centimetros mientras que con la otra alcanzaba su mejilla - Una navegante necesita un carpintero para no hundirse - Y mientras terminaba de sonreirle finalmente y con su ayuda, me volví a poner de pie.

Entonces miré a donde estaba aquel pez. - Mira que comprobé que no hubiera nadie despierto... aunque no comprobé a Dante... pensaba que dormiría como un gorrión - dije más para mi pero sin darme cuenta de que lo decía en voz alta. - Juntos podemos hacer mucho más, no lo olvides - dije mirando al carpintero antes de, por desgracia, terminar esta conversación de sinceridad y amistad que trataba de tener con él - Eh, tu, pescador de mano... ¿Qué haces despierto a estas horas? - Estaba muy segura de que era Dante, por ello no pregunté quien era, solo le llamé la atención con lo de pescador de mano mientras cogía mi bo

Luego de pescar ese gran pez, escuchaste a alguien llamarte. Era una chica, y por su voz, parecía ser la navegante

-Eh, tu, pescador de mano... ¿Qué haces despierto a estas horas?.- Dijo desde la zona del timón.

¿Que hacia despierta a esa hora? No lo sabías, pero tal vez tuviera sus razones.

Creía que el libro era ya totalmente indescifrable para mí pero no, no era así, las páginas siguieron moviéndose como locas, y acabaron en la última página. Al menos parecía que iba a poder saber el principio y el final de la historia de aquella isla...

Luego de ablandar y dejar totalmente quieto al pez a base de golpes con sus grandes puños, Bee escucha a alguien llamandolo. ¿La navegante? ¿Que hacía despierta a esa hora?.

Dejó el pez en donde había caído para dirigirse a la parte del timón, lugar donde se encontró con Kaito e Hitomi.

-¡Hola! Linda noche, ¿verdad? ¡Perfecta para pescar el desayuno!.- Dijo para luego reirse.

La vista cercana hacia la chica le parecía extraña, sus mejillas enrojecidas y los ojos casi cristalinos le hacían ver menos fiera que en un inicio cuando la vio por primera vez ¿A que se debía ese cambio? ¿Porque le recordaba a las niñas del orfanato? Desvió la mirada intentando olvidar aquellas preguntas mientras aún le sostenía, tampoco le podía soltar por el peligro que causaba una caida en la oscuridad de la noche. -¿Usarlo más? -La pregunta quedo en su mente debido a que si hablaban de proteger personas realmente no tenía con quien hacerlo, mierda había perdido tanto contacto humano a lo largo de los años que esta era la conversación más larga que había tenido desde su infancia, los clientes no gustaban de las platicas e incluso tenía un libro donde le indicaban que querían obtener y éste simplemente realizaba el trabajo, le complicaba el contacto social a estas alturas. 

Aunque la pregunta de su nombre cambiaba un poco el panorama, le relajaba algo más y tenía una respuesta que podía revelar sin mucho problema. -Kaito Freecs. -Respondió con rapidez, aunque no pregunto el nombre ajeno, quizás más adelante se lo preguntaria pero por el momento no sentía la necesidad de saberlo, la chica parecía bastante extrovertida y eso le causaba cierta desconfianza, el cambio tan repentino generalmente causaba que algo escondiera. Fue allí cuando sus rostros se acercaron causando que el peliblanco sintiera un leve temblor en el cuerpo pasando por nuca, su espalda, su entrepierna y culminara en la parte baja de las extremidades, un leve rubor que no se notó por la tez de su piel se hizo presente mientras escuchaba aquello, al parecer sus intenciones eran claras y ya las había explicado bastante. -Eso tiene bastante sentido. -¿Acaso no puedo hacer más que responder? 

Cuando ambos ya estaban en mejor posición el peliblanco observo la escena del pez, las suposiciones de la chica eran lejanas a las que él tenía en mente, había escuchado que las personas que comían una fruta del diablo perdían la capacidad de nadar, si aquello era cierto entonces no podía ser el capitán del barco. -Si Dante es un usuario de Akuma no debería poder nadar. -Pronuncio con seriedad cuando por su mente paso la última frase de Hitomi. "Juntos podemos hacer mucho más, no lo olvides" Una nube de humo salió desde su cabeza mientras su rostro se notaba mucho más acalorado al venir una escena comprometedora para ambos a su mente.

El peliblanco estaba un poco nervioso mientras desviaba la mirada y evitaba el contacto visual con los demás mientras reiteraba algo a Hitomi. -Vez...T-Te lo dije, no podía ser Dante. -Al parecer estaban un poco sorprendidos de que el sujeto de enorme tamaño se encontrara pescando a altas horas de la noche.

Kaito, así se llamaba, bonito nombre... puede que al final... haya encontrado otra piedra angular en la que apoyarme cuando mi vida se desmorone... - Masaru... ojala estuvieras conmigo - Pensaba mientras miraba a Kaito

Al fin el polizonte de la cubierta se mostró... y tras el reproche de que era imposible de que fuera Dante por la akuma, mi cara se torció en una gran torpeza con un rubor de vergüenza por no haberme acordado de lo básico... - Mierda, es cierto, creo que es por la falta de sueño, ya no pienso bien - Dije ante Kaito - A diferencia de vosotros no he dormido por llevar el timón bien la gran parte del tiempo... aunque el sistema de autonavegación voy a tener que renovarlo - dije mirando de nuevo al timón cuyo palo atravesado y apollado en la baranda hacía que no se moviera, sin embargo lo miré preocupada pensando cuanto tiempo duraría sin romperse el palo, ya era un milagro que hubiera soportado todo el tiempo que llevabamos aquí.

Entonces finalmente miré a Bee un tanto preocupada - Esto... señor Bee ¿tu no duermes? Aún quedan dos horas para que amanezca, y por lo menos otras dos para que todos estén despiertos y puedan desayunar tu pescado. - lo miré de cabeza a cola y aún me preguntaba como narices había podido con el... igual me equivocaba y el más fuerte del barco no era Dante, sino Bee - Puedes dormir más si quieres, Kaito y yo estabamos... - Me frené un poco para no revelar nada, y tras mirarle de reojo y sonreir dije - practicando el combate.

Realmente no quería quedarse en ese barco, no mientras estuviera Dante, no le agradaba en lo más mínimo y su forma de actuar había traído varios problemas a su mente luego de perder cosas valiosas sin ningún tipo de remordimiento, aun así cuando notó que la chica parecía esforzarse más de lo debido vino a su mente la idea de arreglar aquella situación, aunque no podía hacerlo en mar abierto por lo que sería necesario esperar llegar a puerto. Mantuvo el silencio esperando a que Bee dijera algo, no le importaba que no durmiese ya que quizás ese era su ciclo de sueño. Cuando el silencio goberno la escena el muchacho de cabellos blanquecinos simplemente dio un suspiró. 

-Ambos pueden irse a dormir. Yo me quedare cuidando el rumbo del barco o al menos que el "Sistema automatico" no se salga de curso mientras entreno lo que queda de noche. Aunque quisiera no podría dormir. -Pronuncio con seriedad mientras llevaba sus manos hasta los bolsillos, observaba a Hitomi y caminaba hacia donde estaba el timón. 

Al esperar quizás como Kaito, una respuesta por parte de Bee, me sorprendió que tras aquel silencio el que hablara fue Kaito. Y más con aquella afirmación - P-pero, debo ser yo quien navegue el barco, tengo que llevarlo hasta la siguiente isla aunque me cueste... - bostecé entre medias de la frase - ...algunas noches sin dormir... - Me di cuenta entonces de que Kaito lo hacía por mi bien ¿significa eso entonces que he podido encontrar, tras muchos años de torturosa soledad, un amigo en quien confiar? Realmente esperaba que sí, aunque... Dante era el clavo quizás de que Kaito se quedara cerca o no.

Tras pensarlo un momento me puse cabizbaja frente suyo ya que el había dormido más que yo y era cierto que estaba más descansado. - Está bien... te dejaré el timón a ti por lo que queda de noche... - Y volví a mirar al palo que sujetaba dicho timón - si hubiera una forma mejor de que el timón no se moviera, nadie necesitaría vigilar el timón, así todos podríamos dormir - propuse un poco en voz alta, pero mi fuerte no eran las manualidades... la prueba estaba en mi improvisado sistema. - Aunque... ¿te importa que duerma en cubierta? - Aunque realmente me sintiera segura en el barco, por el momento, no tenía la suficiente confianza como para abandonar el timón, y como para dormir con alguien que apenas acababa de conocer. - No ronco no te preocupes - Me fuí a un lado tirandome en el suelo y encogiendome en mi misma para bostezar de nuevo - No te preocupes, no te daré problemas - afirmé de nuevo, pero esta vez, no hablaba del tema dormir en cubierta, hablaba de ser compañeros. - Buenas... noc...hes... - Poco a poco me fuí quedando más que frita

La noche continuó. Bee dijo que se quedaría despierto en la cocina preparando la comida para que estuviera lista las 7:00AM, hora a la cual aparentemente el capitán pidió tenerla lista.

Y así fue. Exactamente a las 7, se escucho el llamado de Bee.

-¡A desayunar!... El Desayuno es la comida más importante del día! JAR JAR JAR JAR!- 

Las letras se juntaban, todo comenzaba a ser leible, pero antes de que pudieras comenzar la lectura, te despiertas.

Sin mas. Abres los ojos, estas en tu cama, e Hitomi no esta en la suya.

Fue el grito del cocinero lo que te hizo terminar de despertar.

¡A desayunar!... El Desayuno es la comida más importante del día! JAR JAR JAR JAR!- 

El recuerdo de tu pasado, uno que te atormentaba en todo momento pero que a la vez, te ayudaba a superarte tus limites una y otra vez.

No pudiste continuar el round con el desconocido, pues te despertaste repentinamente cuando el hombre se te abalanzo.

No hubiera sido la gran cosa si misteriosamente, una caja no estuviera colgando de las vigas sobre tu cama, causando que te dieras un buen golpe.

El grito del cocinero sono en todo el barco:

-¡A desayunar!... El Desayuno es la comida más importante del día! JAR JAR JAR JAR!- 

Sólo diré una cosa Intenso Odio Creciendo... XD

Realmente estaba sorprendido de que mas personas hubiesen estado despiertas tan temprano, para el buen Bee despertarse temprano era costumbre, ya que tenía que preparar el desayuno para los comensales al amanecer y él sabía que la mejor hora para pescar era precisamente antes del amanecer. Sólo asentía con la cabeza a las palabras de la pequeña Hitomi y el tipo de pelo blanco. -Yo ya he dormido!... siempre me despierto a esta hora, ¡es la mejor hora para una buena pesca!- Exclamó mientras levantaba el enorme pez que había pescado y que ahora yacía inmóvil gracias a sus puños.

Satisfecho con la pesca se dispuso a meter al pez a la cocina, donde empezaría a prepararlo, primero abrirlo a la mitad con un grande y filoso cuchillo para después sacar todas sus tripas valiéndose de ambas manos. Luego retirando la piel hábilmente para posteriormente trazar unos marcados cortes para filetear la blanca carne. Meticulosamente preservó lo que parecían patas de crustáceo, la cabeza, la espina dorsal, las aletas y la cola; a todo le puso algunas especias, sal y ajos para dejarlo adobando y con aquellos ingredientes prepararía una buena sopa luego. 

Pero ahora se concentraría en preparar sus famosas croquetas de pescado al estilo Don Z, ciertamente los piratas debían alimentarse bien y Bee sabía bien eso. Tras casi una hora de preparación finalmente empezó a escucharse en todo el barco el llamado a la mesa, dos grandes cucharones chocando sonoramente despertaron a toda la tripulación.

-¡A desayunar!... El Desayuno es la comida más importante del día! JAR JAR JAR JAR!- 

El aroma a pescado rebosado inundó la cocina y en la mesa podían verse los platos repartidos para cada uno de los tripulantes, Bee ya mordisceaba un buen trozo con un sonoro *Crunch* mientras animaba a los demás a tomar asiento abanicando su sombrero de cocinero de un lado a otro.

Me desperté muy enfadada. ¡No había podido leerlo! ¡Maldita sea, maldito cocinero que me había despertado cuando por fin iba a saber el final del libro!.

Me vestí y con cara de malas pulgas fui hasta donde oía los gritos, al menos llenaría el estómago.

- Hola.

Dije con voz enfadada mientras me sentaba entre los allí presentes para comer.

Apenas Hitomi se había quedado dormida el muchacho le entrego su chaqueta, una chaqueta de color rojos de material que a pesar de ser delgado lograba entregar calor además de la parte baja de una especie de capa que servía para poder tapar por completo el cuerpo de la chica, Kaito había quedado con una camiseta negra ceñida al cuerpo que marcaba su torso. Posteriormente se había dado el lujo de utilizar otros palos para mejorar el sistema de apoyo que había puesto Hitomi en el timón, había logrado crear una especie de base para fortalecer el palo principal aquello simplemente era gracias a la presión que ejercia la base ya que no tenía ningún tipo de herramienta aunque gracias a ello el rumbo no se había perdido. El tiempo siguiente el peliblanco lo utilizo para realizar flexiones de brazos, las pesadillas no le dejaban dormir y necesitaba utilizar su energía en otras cosas, estuvo realizando tales actividades hasta que el cocinero les llamo para comer. 

Había pasado cerca de una hora realizando tal entrenamiento y su frente sudaba levemente aunque el frió de la mañana causaba que no fuese tan evidente, se levantó mientras observaba a Hitomi y esperando a que ésta se levantara el muchacho se adelanto levemente. -Ahora puedes comer tranquila, no se movera el timón. -Una vez en el comedor el peliblanco se sentó en un lugar arbitrario y se sirvió con placer, la comida estaba exquisita y su rostro lo demostraba. Elevo la mirada para observar a Denna, se notaba enojada y aunque su mirada dejaba en claro que se daba cuenta no tenía la confianza como para preguntarle que le sucedía.

Al oir tanto ruido proveniente de la cocina me retrocí en el suelo de cubierta quejandome un tanto - Oh, Bee callate ya, que no he dormido nada... - dije intentando aumentar mi tono de voz, pero cada vez que lo hacía, este caia poco a poco a causa del sueño. Entonces abrí mis ojos con cansancio mirando que ya era de día - Oh... vaya si que he dormido... - Y me fijé entonces que estaba cubierta por una prenda de abrigo que conocía. Me puse un tanto colorada de vergüenza al ver lo que le había obligado hacer a Kaito, pero al mismo tiempo me sentía agradecida por su preocupación.

Me levanté del sitio y airee un poco su abrigo, quitandole la poca suciedad que pudiera tener encima y doblandolo muy cuidadosamente. Entonces entré hacia el pasillo de cocina y pasando por los camarotes, me frené para ver como la trampa aún podía surtir un mejor efecto. Con una sonrisa maliciosa, cogí uno de mis cuchillos y lo lancé hacia la cuerda que sostenía la caja encima de la cara de Kroo* y rápidamente me aparto lo suficiente para poder oir su quejido de dolor sin que viera a la culpable, y tras una leve risa escondida me puse de nuevo camino a la cocina antes de que me pillara.

Una vez allí me dirigí directo a Kaito - M-muchas g-gracias por prestarme tu abrig-go - dije devolviendoselo debidamente doblado - Y... gracias por lo del timón - dediqué una sonrisa a tanta ayuda, sin importar quienes hubieran allí. Entonces me senté junto a Denna mostrando una clara curiosidad ante su estado - ¿Ocurre algo Denna?

Mientras estoy desayunando, este cocinero cada vez lo hace mejor, veo entrar a Hitomi, parece que está de mejor humor de lo normal, de hecho hasta me pregunta que me ocurre, resoplo y le contesto.

- Digamos que mientras estaba soñando estaba a punto de descubrir algo muy importante acerca de la isla a la que nos dirigimos, pero al escuchar los gritos del cocinero me he despertado y me he quedado sin saberlo, lo cual me ha hecho levantarme de muy mal humor, ahora ya no se si podré volver a saber que es lo que iba a leer... 

Recuerdo las novedades que sé en cuanto a la ciudad.

- Aún así, he recordado alguna cosa más. Como que ahora mismo hay dos líderes en la ciudad, lo que no había ocurrido nunca.

Sigo comiendo mientras se lo cuento, ya menos enfadada al estar con la tripa llena de deliciosa comida.