Partida Rol por web

Otosan Uchi

Rojo Amanecer

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29/04/2010, 20:44
Director
Sólo para el director
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03/05/2010, 19:59
Director

 

Tenías una misión. Por eso estabas en la ciudad imperial. Vigilar a Bayushi Kusanagi. En principio era bastante sencillo. Te habían dado casa cerca de la mansión de su patrón, Otomo Fujimaki sama.
Te habían dicho que tenias que seguirlo, y observarlo, que vigilar que hacia exactamente para Otomo sama. Al parecer, había conseguido servir a las órdenes de un tipo muy poderoso, y nadie sabía cómo lo había logrado.

A ti desde el principio te olía todo muy mal. Sabias que debían de estar ocultándote algún dato. Pero el caso es que tenías una misión importante, y sencilla, que te permitía tener tiempo para pensar en ti mismo.

Vivías en una pequeña habitación, en la segunda planta de una posada. La habitación era pequeña, escasa en detalles, pero suficientemente confortable para vivir por el momento.

Sobre el suelo, cerca de la ventana, se acumulaban un puñado de libros que habías conseguido en la capital. Parecía que aquella ciudad podía proveerte de lo que necesitaras. Y ahora mismo, ya tenías tres libros sobre el Clan de la Liebre, y otro sobre historia pasada del Imperio.

No te habían aportado nada nuevo, pero la cantidad, podía marcar la diferencia.

 

 

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05/05/2010, 16:23
Bayushi Haru

Otro día amanecía en la Resplandeciente Ciudad del Emperador, y Haru se aferraba con desesperación a los últimos instantes de sueño que podía robarle a la mañana. Hacía rato que la radiante luz de Amateratsu pugnaba por invadir los últimos rincones de la pequeña habitación, pero el samurai se empecinaba en refugiarse entre las pocas sombras que quedaban. Sus esfuerzos eran inútiles. Por la estrecha ventana ingresaba ya el sordo rumor de la concurrida calle, y parecía que todo conspiraba contra los deseos del Escorpión. No tenía sentido renegar del Destino… al menos no de momento. 

Con gran parcimonia y desagrado, el samurai inició el lento proceso de emprolijar su hakama después de una noche agitada. Luego, tomó su kimono y el resto de sus vestimentas y abandonó la habitación. Aún vestido con sus ropas de cama, se dirigió a la planta inferior, aunque descendió por la escalera que daba a los baños, apartado de las indiscretas miradas de aquellos que deambulaban por la sala común. Ya había pasado la hora del desayuno, pero el lugar debería de estar aún bastante concurrido. Haru suspiró. Le vendría bien un poco de agua caliente. 

Había pasado casi toda la noche en vela, absorbido por la lectura de un voluminoso y desgastado libro que consiguiera en un poco frecuentado comercio Yasuki. El rostro del Escorpión, con sus sombras y dobleces, daba buena cuenta de ello. 

Inmerso en una desagradable confusión de casuchas que se apretujaban entre sí, el local habría pasado desapercibido para cualquier transeúnte ocasional. Haru había llegado hasta allí por casualidad, siguiendo con cuidado y desde lejos los pasos de Bayushi Kusanagi. Le había llamado la atención el tiempo que su presa se había demorado en la destartalada construcción, y finalmente decidió abandonar a su objetivo para investigar el asunto. 

Había sido una decisión arriesgada, pero las Fortunas lo habían premiado. En medio del caos de aquel lugar, donde se amontonaban cacharros, pinturas y telas sin orden ni concierto, el Escorpión divisó un humedecido y descuidado tomo de gran volumen, cuya cubierta de cuero había sido reducida a un simple parche chamuscado. Tras hojearlo unos momentos, pronto descubrió que se trataba de una serie de escritos referentes a la historia de los Clanes Menores. Como no podía ser de otra manera, allí aparecía el Clan de la Liebre, justo después del poderoso Clan Mantis. A pesar de lo que podía preverse por su estado, el libro no era demasiado antiguo, y quizás había sido escrito solo algunos años antes de que los hijos de Yoritomo alcanzaran su status de Gran Clan. 

Haru no necesitó siquiera discutir el precio, pues el encargado del comercio estaba encantado de que alguien limpiara de basura sus estanterías. Haru incluso dudó que el Yasuki supiera que el libro existía. 

Haciendo acopio de toda su disciplina y fuerza de voluntad, el Escorpión había leído todas y cada una de las historias, dejando aquellas que hablaban de su propio clan para el final. Desgraciadamente, el sueño lo había vencido antes de llegar a la mitad del grueso volumen, y aguardaba ansioso la llegada de Onnotangu para continuar su labor. 

Aunque claro, estaba la pequeña cuestión del Kusanagi ese. Haru no había descubierto gran cosa sobre el sujeto, y su indolente normalidad ya empezaba a fastidiarlo. Al menos, esta vez, solo debía aguardar la llegada de la noche.

 

 

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06/05/2010, 12:42
Director

El baño estaba desierto, y puedes disfrutar de la tranquilidad necesaria para ponerte a punto. El vapor y el agua caliente hacen un efecto rejuvenecedor en tu cuerpo, y parece que no hayas dejado de dormir ni una sola hora aquella noche.

Sales nuevamente hacia tus aposentos para pertrecharte, y notas que el establecimiento en el que te encuentras goza de cierto movimiento de personas. Sin embargo nadie se mueve indiscretamente hacia la zona reservada para los residentes. Y eso te llama la atención. 

La vieja mujer que ostenta el local, estas casi seguro que trabaja para tu clan. No sabes exactamente como ni porque, pero estas convencido de ello.

Ya en tu dormitorio, todo está donde lo dejaste, así que aprovechas para prepararte. Miras por la ventana. En una colina cercana puedes ver la Finca de Otomo sama. Desde que llegaste te ha llamado la atención, de que alguien de la familia imperial viva, tan lejos aunque sin dejar de estar cerca del palacio del emperador.

La mayoría de los Otomo tenían espacio de sobra dentro de los muros imperiales para hacer su vida, y sin embargo, este hombre vivía fuera, como un hombre más. Y si algo podías adivinar viendo su finca, y a sus trabajadores, era que no era un hombre normal.

Casi de casualidad, ves como sale un grupo de personas de casa del Otomo. Pero no son los que tú buscas. Son una grulla, un león, y un Unicornio. Un Moto casi con seguridad.

Observas un poco, y siguiendo la calle, ves como tu objetivo va acompañado de otro hombre. Del que no distingues mon alguno. Ambos van montados en poni, algo poco frecuente en la capital, pero tampoco imposible. Quizás se vallan de la ciudad. Y eso era algo que no tenías previsto.

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06/05/2010, 18:31
Bayushi Haru

 

Haru arrugó su nariz debajo de la máscara que ocultaba parte de sus facciones. No todos los días se veía a uno de aquellos oscuros y misteriosos Moto caminando alegremente bajo la luz de Amateratsu. Y mucho menos en la mismísima ciudad Imperial. Ciertamente aquel Otomo era un residente bastante peculiar si frecuentaba semejantes amistades.

De repente, mientras paseaba distraído su mirada por la calle contigua, descubrió a su objetivo. Se maldijo por haber sido tan descuidado y acabó rápidamente de acomodar su vestimenta. Luego, sin tiempo para nada más, se abalanzó sobre la escalera que daba al piso inferior, andando tan rápido como la etiqueta lo permitía, o quizás algo más.

Cuando pasó junto a la mujer que parecía regentear el lugar, se detuvo unos instantes para decidir su curso de acción. Había sido tomado por sorpresa, pero no podía dejar todo en manos de las Fortunas.

- Honorable señora. – se dirigió a la mujer haciendo gala de gran cortesía, incluso cuando el estatus de su interlocutora y la situación misma no lo ameritaban del todo. Haru nunca perdía oportunidad de ganar el afecto de una dama – Tal vez deba ausentarme de la ciudad por unos días, aunque sinceramente espero que no sea necesario. Si no es una gran molestia para vos, sería de un invalorable servicio para mí que cuidaras de mis exiguas pertenencias durante mi breve ausencia o, en todo caso, que al menos no os desprendieras de ellas.

Haru dedicó a la mujer algunos brevísimos instantes de aquella misteriosa y brillante mirada que guardaba para ocasiones más especiales. Sabía que no tenía necesidad de ello, pues la patrona no haría más que cumplir con un deber que podía redituarle jugosos beneficios. Sin embargo, dado el carácter particular de algunas de sus pertenencias, el Escorpión consideró que no le vendría mal aplicar un poco de celo en su trabajo.

Sin aguardar respuesta, se despidió de inmediato con una alegre y apresurada reverencia, evitando que la sorprendida mujer expusiera alguna objeción. Acto seguido, salió a la calle y trató de seguir los pasos de su objetivo.

 

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08/05/2010, 21:00
Director

Bajas a la carrera a la calle con la convicción de que la mujer que te da cobijo se ha divertido con tu explicación. Sin embargo no puedes pensar más en ese asunto.

Desde el nivel de la calle no tienes visibilidad de lo que pueda hacer tu objetivo, así que marchas hasta el inicio de la colina, justo a tiempo para seguirle la pista.

A pesar de que va montando en poni, no parece tener intención de marcharse a ningún lugar, es más, parece que este dando un paseo. Y como con todo lo demás, te llena de confusión. Qué clase de camino del samurái puede estar siguiendo ese Bayushi. No puedes entenderlo.

A pesar de que ambos estudiasteis en la misma escuela, no tienes muchos recuerdos de él. Quizás porque tu no eras el más comunicativo de los escorpiones, o quizás porque los había que te miraban por encima del hombro. Y sabes con seguridad, que este Bayushi en concreto no destacaba por ser muy listo.

Así que seguían asaltándote las dudas de como había terminado trabajando para alguien tan poderoso.

Los sigues desde la distancia, a ambos hombres, sin preocuparte mucho porque te vieran, puesto que ellos casi no son capaces de hacerse caso entre ellos, como para prestárselo a cualquiera que valla siguiéndolos.
Notas, que hay como una tensión física entre ellos, como si no fueran precisamente aliados. Y eso podía servirte de mucho, si lo necesitaras.

Llegan al barrio del Refugio de las Espadas, y se detienen en una pequeña plaza, parecen buscar algo entre la gente. Pronto entiendes que buscan un lugar. Paran sus monturas frente a una pequeña casa de Té que se hace llamar Té y Flores. Un nombre soso para un local que parece muy soso.

Atan las monturas en la puerta y se meten en el interior. Parece que ya han llegado a su objetivo.

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10/05/2010, 18:37
Bayushi Haru

Cuando se hizo evidente que el objetivo no tenía intenciones de abandonar la ciudad, al menos de momento, Haru se detuvo unos instantes para recuperar el aliento y acomodar un poco sus desarregladas vestimentas.

Un samurai no podía darse el lujo de andar corriendo por plena Capital Imperial, ni siquiera aunque llevara el más urgente de los mensajes, así que el Escorpión había tenido que apretar el paso tanto como la etiqueta se lo permitía. Esto implicaba un esfuerzo atroz, y los gemelos del bushi comenzaban a mostrar su descontento.

Haru permaneció recostado durante largo rato contra una columna de madera que sostenía un techo bastante trabajado, hasta que pudo recobrar la compostura. Luego, ya más relajado, buscó entre la gente que caminaba a su alrededor a alguien que pudiera darle alguna información sobre aquel comercio.

Notas de juego

Durante el tiempo que se encuentra apoyado en la columna, Haru observa a su alrededor en busca de alguien a quien preguntar. La idea es encontrar a cualquiera (samurai o heimin) que parezca estar trabajando o descansando en la zona, es decir, alguno que no sea un simple paseante ocasional sino un residente.

Otra cosa. ¿Se puede ver el interior de la Casa de Te desde la calle?

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20/05/2010, 18:33
Director

La casa de Te parece un lugar concurrido, pero no mas que los que habia al rededor de aquella diminuta plaza.
En el centro de la misma habia un monticulo de piedra con un banco, coronado por cenador con enramado. Flores y ojas colgaban, era un lugar que parecia perfecto para el descanso.

Y era mas, parecia que seria un sitio oportuno para observar el interior de la casa de Te, o al menos de su primera planta, pues sentado desde alli, podria verse el interior.

Decides preguntar a un foraneo, y eliges a un joven que sale de la trastienda de un restaurante familiar muy pequeño que trabaja por alli.

Has observado que parece dedicarse a las tareas de sacudir trapos en la calle, mientras oberva a los que recorren la calle, y de vez en cuando saluda con la mirada o con un gesto a alguien que pasa. Otros Heimin claramente.

Parece que al menos trabaja diariamente por la zona, lo que le convierte en la persona adecuada para obtener la informacion que deseas.

Notas de juego

Creo que tienes las repuestas a tus preguntas.
No obstante la planta de arriba de la casa de Te, no es accesible a ser observada desde el nivel de la calle.

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24/05/2010, 21:53
Bayushi Haru

Haru se acercó despreocupadamente al sencillo banco y se sentó en él. Luego, manteniendo su aura de aburrimiento eterno, recorrió la pequeña plaza con su vista varias veces, hasta que su mirada pareció toparse por pura casualidad con la del muchacho. Cuando sus ojos se cruzaron, el samurai los mantuvo fijos por unos instantes para llamar su atención. Finalmente, remarcando sus intenciones, le hizo un breve y casi imperceptible gesto con la cabeza, indicando al heimin que requería su presencia a su lado.

Notas de juego

En el espacio que Haru puede ver del interior ¿está el Bayushi con su compañero?

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27/05/2010, 12:30
Director

El joven bayushi puede observar claramente desde el banco la primera planta de la casa de Te. Al principio piensa en cambiar de lugar, pues si bien el puede ver al objetivo, este también podría verlo a él. Sin embargo, parece que una vez más, el otro escorpión no parece nada interesado en lo que pasa más allá de su persona.

Si algo tienes claro, es que no sería un buen espía en la vida. Pues parece tener una despreocupación evidente por lo que sucede a su alrededor. Algo completamente fuera de lugar en un hombre de tu clan.

Mientras ves como los dos hombres de Otomo se reúnen con un viejo y comienzan a hablar, el chico se te acerca para hablar contigo.

Si, Escorpión san, ¿me estaba llamando?

El chico parece algo incomodo. Aunque no parece que vaya a echar a correr. Es como cualquier otro Heimin del imperio, asustadizo por naturaleza. Y aunque muchas veces no sea tu intención, tu clan adoptivo es como poco, un clan que suele inspirar temor en muchos hombres, y este no era una excepción.

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27/05/2010, 16:18
Bayushi Haru

 

- "Bayushi-sama" - corrigió divertido y sin aparentar ofensa alguna, mientras se llevaba el dedo índice al mon que tenía bordado en su hombro derecho. - "Bayushi-sama".

- Pero ven, acércate, muchacho. Sin miedo. – dijo el samurai mostrándose abierto y afable, casi en un gesto de sincera camaradería  – Es un día hermoso para pasear por la ciudad, y eso me pone de muy buen humor.

- Veo que eres de por aquí, si no me equivoco. – continuó con su tono amistoso y jovial, alzando un poco las milenarias barreras sociales que separaban a ambos hombres. – Y debo felicitaros. Es un barrio magnífico. El aire es perfumado, las calles están limpias… si hasta la gente parece hermosa !!! – concluyó con una abierta sonrisa, que era claramente evidente a pesar de la máscara.

- Creo que me pasaré algún tiempo por aquí. Pero dime... ¿sirven buen te? Me recomendaron una posada de la zona, pero creo que me he perdido. ¿Será aquella, por caso? – dijo señalando a un edificio algo más lejano, al otro lado de la plaza.

- ¿O quizás esta? – concluyó con un levísimo movimiento de cabeza, bastante menos perceptible, para indicar el “Te y Flores”. - No recuerdo bien su nombre.

 

- Tiradas (1)

Tirada: 3d10
Motivo: Leer Labios
Resultados: 6, 3, 3

Notas de juego

Mientras escucho al sujeto, trato de leer los labios de mi objetivo o de alguien de su grupo para intentar hacerme una idea de su conversación.

La idea es hacerlo con discreción, por eso la charla/tapadera con el heimin.

Decime si para este tipo de situaciones puedo utilizar Vacío. Al menos para la próxima.

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29/05/2010, 00:24
Director

Tus observaciones de lo que pasa en el interior de la posada no te llevan muy lejos. Tu objetivo está sentado lateralmente, pero aunque estuviera de frente lleva una máscara enteriza que dificulta poder leerle los labios.
Aunque sabes que por su lenguaje corporal, no es precisamente quien más está hablando.

Su compañero de fatigas, está de espaldas a ti, y parece que es de los dos quien más está hablando.

Al único que podrías leerle los labios es al viejo con el que hablan y sin embargo, lo poco que pillas mientras indagas parece tener que ver con el Taoismo o curas milagrosas. El caso es que no parecen estar haciendo nada del otro mundo. Aunque la reunión en este lugar es un poco peculiar.

Mientras el joven te contesta.

Bayushi sama, pues vera. La mejor residencia está a dos calles, y sin duda la casa de Te de ahí enfrente - dice mientras señala a donde están tus objetivos- es la mejor de este barrio.

Suele ser frecuentada casi a diario por un samurái dragón. Hace años que llego a la ciudad imperial, y para muchos es como parte de la comunidad. Suele pasar el tiempo disfrutando de los tés y leyendo.

El joven parece dispuesto a hablar, sin tapujos, mas por lo que le has preguntado, y por darse cuenta de que realmente puede explicarte algo, que por querer hacerlo. Los heimin son gente sencilla, y la vez tremendamente complejas.

 

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02/06/2010, 14:19
Bayushi Haru
Sólo para el director

 

- Un samurai Dragón !!! – dijo Haru en tono de sorpresa, visiblemente intrigado – Vaya, eso sí que debe ser interesante. Espero que no se demore demasiado. Suelen ser tan misteriosos… y no es común verlos por aquí.

- Y dime... ¿sabrías por ventura el nombre de tan insigne personaje? ¿ O tal vez algo sobre los temas de sus lecturas? Si se trata de un hijo de Togashi, seguramente estará profundamente versado en los misterios del Tao ¿no crees? Ruego a las Fortunas que así sea. He dedicado largas horas de estudio a dicha cuestión, y sería un Honor poder compartir mis apreciaciones con alguien así. Quizás sepa algo sobre las curaciones del cuerpo… otro de mis temas favoritos.

El Escorpión seguía dándole charla al muchacho, ahora prestándole un poco más de atención. Sin embargo, no apartaba su mirada de los dos extraños que hablaban dentro de la casa de Té. Todavía necesitaba mucha información antes de dar el siguiente paso.

 

- Tiradas (3)

Tirada: 3d10
Motivo: Percepción
Resultados: 10, 1, 5

Tirada: 1d10
Motivo: Repito el 10
Resultado: 10

Tirada: 1d10
Motivo: Repito el 10
Resultado: 5

Notas de juego

Vuelvo a intentar leer los labios del viejo con el que hablan. No se si se puede hacer un nuevo intento, así que dejo la tirada por las dudas. Vos dirás.

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02/06/2010, 18:16
Director

Sigues la conversación con el joven muchacho. Pero hay poco más que averiguar sobre lo que lo que pasa dentro de la casa de té.
Al parecer el viejo ha establecido algo con los dos hombres a los que sigues, y sale de tu campo de visión.

Piensas en moverte, hasta que percibes como tu objetivo se queda quieto en el lugar. Sea lo que sea lo que estas tramando no parece dispuesto a levantarse de la mesa.

Sin embargo algo atrae tu atención. De alguna manera, el viejo sale ágilmente por una ventana, dándole un susto a una mujer un poco entrada en años y carnes que paseaba con ropa limpia. Luego se acerca y vigila el local, supones que controlando a tus sujetos.

Se acerca a un puñado de plantas que crecen cerca de una de la casa adyacente. Allí ves claramente como se dedica a coger hoja por hoja y romperlas en pedacitos dentro de una bolsa. Sea lo que sea lo que está tramando, dudas que tenga que ser algo legal, o al menos por la parte que a él le conviene.

A pesar de que el viejo, que no lo es tanto después de verlo moverse, pueda parecer un monje, incluso podría hacerse pasar un por un Togashi, tienes claro que no lo es.

Sin embargo, el chico de te devuelve la respuestas a tus preguntas.

Si, el dragón es Mirumoto Chuboko. Es un viejo maestro de kendo, pero suele leer poesía. No seria difícil distinguirle, pues viste con los colores dragón.

Mi señor, no quiero ofenderle, es un honor hablar con usted. Pero tengo tareas que hacer. ¿Puedo marcharme?

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02/06/2010, 18:56
Bayushi Haru
Sólo para el director

- Ohhh, por supuesto !!! – concluyó con tono despreocupado – No dejes que te entretenga con mi cháchara. Seguro debes de tener trabajo por hacer. Continúa, continúa.

- Creo que permaneceré todavía algún tiempo por aquí, disfrutando de este hermoso día. Ha sido todo un placer conversar con vos. Quizás las Fortunas vuelvan a ponernos por la misma senda.

Con un levísimo ademán, apenas perceptible desde la distancia, el samurai saludó al muchacho a la vez que lo despedía. Era ciertamente una desacostumbrada demostración de cortesía, sobre todo para con alguien de las clases bajas, pero Haru consideró que el joven se la había ganado.

Luego de un rato observando el discurrir de los paseantes, el samurai se puso de pie y se encaminó hacia el lugar donde estaban las plantas que el anciano había manipulado. Con gesto ausente, casi distraído, se acercó a ellas como si pretendiera sentir su perfume, mientras las estudiaba cuidadosamente.

Notas de juego

Me acerco a las plantas solo cuando el viejo se ha ido.

¿Acaso las conozco? Si puedo reconocer las que arrancò el viejo, o si quedan por ahì restos de ellas, tomo un puñado (siempre con la misma actitud distraìda, como por casualidad). Decime si tengo que tirar algo.

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03/06/2010, 12:59
Director

Cuando te levantas, el viejo aparece nuevamente dentro de la casa de Te, parece que se encaramo a un lado del edificio, y subió de nuevo a la segunda planta.
Empezabas a tener claro, que lo de viejo, era una tapadera. Quizás fuera maquillado, o simplemente gozara de una excelente salud para su edad.

Mientras ves como tu objetivo y el viejo discuten, seguramente por temas de dinero. Crees entender 7 zenni por la bolsa con plantas. Es mucho dinero, así que compruebas si lo valen.

Nadie te pone mucha atención, pues casi todos los que deambulan por la zona son himen, y no quieren inmiscuirse en tus quehaceres.
Observas las plantas con detenimiento mientras vuelves a tu posicion inicial.

No es que seas un experto en herboristería, te dices a ti mismo. Pero estas seguro que con aquellas plantas, lo único que puede hacerse, es estropear el sabor de cualquier comida. Son plantas comunes, de las que brotan en cualquier lugar.

Sentado de nuevo, ves como el viejo no suelta la bolsa, está esperando su dinero. Y tienes claro que se trata de una estafa. Sea lo que sea que piensa tu objetivo que está comprando, no es lo que le venden.

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04/06/2010, 14:42
Bayushi Haru

Al fin tenía algo. Después de tanto tiempo de pasiva y aburrida observación, por fin las Fortunas se habían dignado a recompensar su paciencia. Ahora solo quedaba jugar sus fichas con precisión.

Luego de tomar un puñado de hierbas, quizás las mismas que momentos antes había agarrado el sujeto de la casa de té, Haru se dirigió al establecimiento.  Ingresó y se sentó en una mesa apartada, lo bastante lejos como para pasar desapercibido, pero desde donde pudiera seguir el desarrollo de la conversación. Esperó indolentemente a ser atendido, evidenciando una completa falta de interés por cuanto lo rodeaba.

Aunque intentó pescar algunas palabras en el aire, no tenía intenciones de arriesgar su fachada, así que procuró no mirar directamente a los reunidos ni llamar su atención de modo alguno.

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07/06/2010, 17:51
Director

No tardan nada en darte la bienvenida y traerte algo para beber. Aunque estas poco interesado en conocer los sabores de los tés de aquella casa.

Sin embargo, entras con el tiempo justo como para escuchar lo que dice el viejo que has visto fuera. Que al caminar por dentro de la posada lo hace como si de un anciano se tratara. Cosa que no te sorprende en aquellos momentos.

Afinas el oido para escuchar al "viejo"

Bien, este es el remedio que buscáis. Tenía lo suficiente para hacer al menos 20 tomas, quizás un poco menos si lo aplicáis en buena cantidad. Pero con muchas menos debería de notarse una mejora evidente de los síntomas, y así poder luchar contra el mal que aflige a vuestro noble señor.

Tras estas palabras el viejo, que no es tan viejo como quiere aparentar, extiende la mano y habla otra vez.

Mi buenos amigos. Son solo 4 zenis. Por ser vosotros.

Sin mas se queda callado, y los dos hombres de Otomo parecen pensar en silencio si el remedio que piensan que estan comprando merece el precio dictado por el viejo.

Cargando editor
08/06/2010, 00:03
Bayushi Haru

Haru se mantenía distante, procurando no demostrar demasiado interés por lo que ocurría a su alrededor. Se entretenía escrutando el sencillo pocillo de cerámica donde le habían servido la infusión, como si se tratara de una extraña obra de arte. Luego, indagó a alguno de los sirvientes sobre la procedencia del té que había bebido y se extendió un largo rato sobre las propiedades de aquella y otras variedades que conocía. Incluso se tomó la libertad de relajar un poco su vigilancia sobre el Bayushi, aunque dedicó algunas furtivas miradas a su compañero.

Había echado algo de luz sobre la misión de aquellos dos, al menos lo suficiente como para no tener que actuar a la desesperada. Visto que no tenían intenciones de abandonar la ciudad, Haru podía moverse con algo más de cautela, y planificar su próxima jugada.

Notas de juego

Haru aguarda a que los samurai cierren el trato y se vayan del local.

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09/06/2010, 19:31
Director

Durante unos segundos no dicen nada. Luego ves que tu objetivo saca el dinero y lo cuenta dandoselo al viejo y diciendole

Muchas gracias Dragón-san nos tenemos que ir si quiere beber una taza de té, le invito, Posaderoo una taza para este señor.

Luego se levantan con tranquilidad y salen del bar. Parece que ni siquiera se han dado cuenta de que estabas alli.
Por otro lado, el viejo se frota las manos y se apresura a subir a la segunda planta. E intuyes que saldra por la ventana en cuanto los dos hombres de Otomo se marchen del la zona.

Sabes que los han timado. Y a eso has de sacarle partido. Siguiendoles y viendo lo que pasa, para averiguar mas sobre su señor. O quizas diciendoles que le han timado y ganandote su confianza. Aun no lo has decidido.

Pones atencion a lo que hablan fuera, pero solo atinas a escuchar hablar sobre Etas. Puede que esten buscando uno.