Partida Rol por web

Carolina rechazó el arma.

¿Lo hizo realmente? Algo tiró de ella para a tras hasta que cayó de culo. ¿Que cojones..? Robson  miró a Carolina algo inquieto. Hizo ademán de ayudarla a levantarse pero Carolina lo hizo rápido, sin dar tiempo a nada mas.

-¿Que dispare?- Preguntó Robson con cierta incredulidad. - Se suponía que la pistola era para ti. - Pensaba en qué demonios le pasaría a la chica por la cabeza. A quién estaría realmente  "protegiendo".

Su madre volvía a hablarle. La cosa parecía de locos y Robson empezó a sentir un dolor en la cabeza. Normalmente era él quien mandaba y manejaba la situación, pero aquello se le estaba yendo de las manos. Por lo menos sabia que tenía que proteger a Carolina como fuera. !Era imposible que su madre estuviera allí! A no ser... A no ser que esos hijos de puta la hubieran secuestrado!!

- Victor...- Masculló casi en un susurro aunque Carolina lo oiría. Nuevamente la idea de que Victor estaba detrás de esto se movía por su cabeza. Tampoco era algo descabellado. A Charlotte y Valeria las secuestro Victor y después... después...

-Madre. No tengo ni idea de porque estoy aquí. ¿ Como llegó usted? Vine con unas personas y todo se desmadró. Alguien nos persigue y quiere... Nos quiere muertos - Corrigió Robson en el último momento.- Solo quiero que nadie mas salga herido. Se lo debo a ellos. Si sabe algo que pueda ayudarme, dígamelo ahora. Usted vendrá con nosotros- Añadí pensando seriamente si ella estaba allí o alguien nos estaba jugando una mala pasada.- Pero si nos engaña... esto es un aviso.

Robson asió de nuevo la pistola y miró a Carolina nuevamente. La cogió por la mano. No sabía si eso haría que tuviera mas fuerzas la chica. Pero necesitaba tenerla cerca. Asirse a algo que fuera realmente real, y ella lo era. Había entrado con  ella, y con ella saldría de aquella mierda.

Sin decir una palabra disparó a la pared contraria, cerca de donde estaba su madre pero lo suficientemente lejos para no darla.

Una sonrisa timida se dibujo en los labios de María tras escuchar a Hugo hablando, no habia percibido ningún sonido inusual, le brindó una respuesta susurrante y serena.- Cierra los ojos Hugo...dentro de nosotros existe también la oscuridad...pero es nuestra...no me asusta estar a oscuras.- Se rascó el cabello de la nuca como hacia siempre que se quedaba dubitativa de algo y entonces le respondió.

-No...entre mis pertenencias solo traigo una botella de agua, cigarros, encendedor...y mi telefono celular., ah y claro y las llaves de mi departamento... Lamento no ser de mucha ayuda- Murmuró un poco apenada María, y aguardó en silencio a la respuesta de Hugo.

Extrañado cerró los ojos como decía María, y entonces Hugo también notó esa tranquilidad que decía María. Realmente él tenía que dar consejos sobre ello en algunos casos, pero como quien dice, a veces te tienen que dar a ti los consejos.

Una vez entonces Hugo más relajado y con la respuesta de María dada, se propuso por seguir. - Tienes razón, estamos seguros aquí, pero necesitamos seguir. Te prometí que saldríamos sanos y salvos, y aunque aquí parecemos estar bien, no creo que quieras hacer de este lugar de locos tu nuevo hogar  - Intentó decir en broma para que la oscuridad misma no les abrumara tanto como al principio. Puede que el golpe de no ver nada les asustara demasiado, pero ahora estaban más tranquilos aunque Hugo ya no sabía quien ayudaba a quien. - Bueno, no tenemos unas gafas pero igual puedo hacerlo sobre nosotros mismos, probaré conmigo primero. - Fue entonces cuando Hugo se llevó su mano a la cabeza y ojos...

Desde hace mucho tiempo cuando comenzó a interesarse por la Parapsicología a Hugo siempre le interesó todo de ello, y algunas de esas cosas le resultaban muy curiosas, como la visión del aura. Algo que parece irreal y que realmente es invisible al ojo humano pero según dicen algunas culturas se puede ver con el tercer ojo, y no hace falta una visión realmente dicha para verla. Según documentales vistos por él las auras se ven mejor sin ver, en la oscuridad, y aquel campo era el mejor lugar para hacerlo. Incluso en muchoa dibujos los vió gente viendo a traves del aura con los ojos cerrados, o incluso sin ellos. En ese momento Hugo tenía muchas ganas de poder ver el aura de todo lo que había a su alrededor, incluso de los objetos inanimados.

Era un total alivio que la capa de sombras que rodeaba la sala se hubiera desvanecido.

Fue una total carga haber tenido que afrontar la oscuridad. Noches se revivían en la mente de Matthew, donde le temía fuerzas que solo tuvieran cabida en su mente, y que fuera de esta eran una simple broma para niños. No importaba cuanto tiempo pasase, o cuanto madurara, el vacio de la oscuridad siempre lo aterraba. Se había paralizado completamente mientras duraba la negrura, todo su cuerpo le dolía, malestar que se esfumo en un olvido cuanto volvió el brillo de la luz. ¿Todo había sido una simple sugestión? Se extraño y le empezó a temblar su mente de miedo al imaginar de que serian capaces sus perturbados anfitriones. Sintió alivio…o más bien extrañeza, al ver que el ser de acero fundido había vuelta a ser humano, ¿Dónde había estado todo el tiempo? ¿Acaso él fue quien devolvió el brillo? No importaba ahora, a Matthew aun le temblaban las piernas por la acogida de la oscuridad.

Pero no terminaba ahí, ya que al ver la creciente ira que se denotaba en el extranjero. Le incomodaba, o más bien le temía a la gente iracunda. No entendía el porqué, pero se sentía una molestia al lado de alguien estallando. Esa imagen no podía más que recordarle a su padre recordándole cada uno de sus errores, y eso era otra de sus inseguridades. Ahora lo único que le quedaba era esperar a seguir al enfadado extranjero. Una posible protección frente a su debilidad física.

-¡Eh!...C-creo que ya podemos salir de aquí…¿N-no es así?-Comentaba Matthew dirigiéndose hacia Malcolm, con su voz temblorosa bien sea por la oscuridad reciente, o la ira de este.

Ese disparo era lo que necesitaba, el último grito de cordura de su cerebro para despejar la penumbra de confusión, aunque sabía que causaba el desconcierto del policía. Cuando volvió a por ella y cogió su mano le dio un apretón, susurrando con palabras mudas y una sonrisa confía en mí. Se tapó los oídos como pudo con la mano libre ante el fuerte ruido del disparo, dando un leve respingón por la impresión, pero no tenía miedo, no con él a su lado.

Se separó una vez el disparo fue realizado, dando pequeños pasos hacia el agujero de bala, como si se acercara a un futuro descubrimiento o esperara resolver el misterio de la vida a través de ese orificio. Levantó la mano, acariciando con la yema de los dedos la superficie y sutil olor a pólvora. Estuvo así segundos, puede que minutos, analizando ese agujero, como hipnotizada.

En un momento dado se giró, mirando a Robson de arriba abajo. Cuando terminó con su inspección hizo lo mismo con su hermana pero, al acabar con ella, dibujó una amplia sonrisa.

- Lo tengo.- ¿Cómo no había podido caer antes en eso? Era una suposición pero respondía a todas las cuestiones que rondaban por su cabeza de la manera más lógica posible gracias a lo que sabía manejar, la ciencia. Antes de que “mujer con poderes” había sido una mujer científica, dedicada en cuerpo y alma a desentrañar los misterios que las fórmulas podían esclarecer pero, con los acontecimientos, había descartado cualquier posibilidad. Sin embargo estos últimos días había comprobado que había algo más allá que todavía no podía explicar, ¿no era ella misma la prueba de ello? ¿O el hombre metálico ignífugo? Sólo tenía que combinar ambas y tenía la respuesta ante sus ojos.- Sois reales. Ambos.

Abrió su bolso, buscando de forma apresurada una pequeña libreta con un boli. Pasó un par de hojas hasta que dio con una en blanco y dibujó en ella dos círculos, unidos por la parte central.

- Las ilusiones son percepciones erróneas a estímulos externos, intangibles, que no pueden afectar al plano real. Si fueras una visión creada por mi subconciente no podrías haber hecho un agujero en la pared.- Miraba a Robson mientras hablaba, explicándole la teoría expresamente a él.- Puedo tocarla, sentirla, y estoy segura que tú podrás hacer lo mismo con tu madre.- Dibujó una “A” en el primer círculo.- Eso nos lleva al siguiente punto.- Dibujó una “B” en el segundo círculo.- Aquí estaría el grupo, puede que el circo tenga un campo invisible o, simplemente, alguien con algún desconocido don. Lo importante es el centro.- Por último dibujó la “X”.- Es el punto de unión entre ambas realidades, aquél que puede ver, sentir y moverse por ambos planos. Aquí estaríamos cada uno de nosotros por separado. Es decir, en mi caso yo sería la X, Elena la A, y tú la B. Soy el punto de unión, pero no podéis veros entre vosotros, ¿entiendes? – Una vez lo dijo en voz alta sonaba a más locura si cupiera, ¿quién tendría esa clase de habilidad si estuviera en lo cierto? – Sabes tan bien como yo que no es tan descabellado lo que digo. No sabemos qué poderes tienen.

Por último le quedaba un problema por resolver. Tras su explicación lo más seguro es que su hermana estuviera flipando, pensando en números de loqueros para internarla. A la mierda. Cerró la libreta, guardándola de nuevo en el bolso y sentándose al lado de Elena, respirando hondo. Se había imaginado cientos de veces esta conversación y, ahora que la tenía enfrente, no sabía ni cómo empezar. Se mordió el labio inferior, nerviosa.

- ¿Recuerdas que cancelaron mi proyecto en la universidad? Bueno, hubo un pequeño…- Miró de soslayo a Robson, pensando que él era policía y estaba a punto de confesar un delito. ¿La iba a detener? Mejor no tentar a la suerte.- Incidente. ¿El incendio? Salió en los periódicos. Estaba allí cuando ocurrió. Es decir, me pilló recogiendo las cosas para irme.- Estoy más nerviosa por confesar un crimen que por decirle a mi hermana que tengo poderes. Siento que estoy en un interrogatorio.- Debí haber muerto, Elena, pero no lo hice.- Sintió un leve escalofrío al recordar el momento, el miedo, el calor de las llamas y el humo.- Algo cambió en mí, genéticamente hablando. Sigo siendo yo, pero a la vez no.- Sonrió, cogiendo las manos a Elena.- Sé que debes tener muchas dudas, pero esos asesinos pueden estar vigilándonos ahora mismo. Cuanto menos diga en voz alta más segura estarás.

- ¿Qué? ¿María? ¿Qué haces aquí? ¿De qué va todo esto? - No podía creer que realmente María estuviera allí y mucho menos que mostrara aquella tranquilidad, invitándole a sentarse a su lado y charlar, como si se hubieran cruzado en un parque. Pero Andrés tampoco podía pensar que María estuviera en el ajo, o que realmente no fuera María y resultase ser una ilusión, como sin duda habría deducido con un poco más de calma, pero no en aquel preciso instante.

Luego Andrés oyó parlotear al policía y parecía estar padeciendo una visión cuyo objeto fuese su madre.

- ¡Estás chalado o qué! - Le gritó Andrés después que Robson disparase contra la pared sin motivo aparente. La detonación le había puesto todos los nervios de punta y el estampido aún retumbaba en sus oídos, al haber sido producido en un lugar tan pequeño.

La chica que iba con él parecía estar hablando con una tal Elena que él tampoco podía ver. Luego sacó una libreta y comenzó a hablar de una teoría que, de haber sido una charla de bar habría merecido un mínimo de atención, pero aquel lugar y aquel momento no eran como para ponerse a filosofar, era más urgente actuar.

Andrés volvió a mirar a María y accedió a sentarse a su lado. Le tomó la mano.

- Yo creo que la cosa sí es para estar asustado. ¡Mierda! Somos como una especie de Patrulla X a la española. ¡Torrente con superpoderes filmado por un Álex de la Iglesia colocado hasta las trancas!

Tardó unos instantes en recobrar la compostura.

- Mira, María, yo... puedo ver lejos sin moverme del sitio y...

- (...) esos asesinos pueden estar vigilándonos ahora mismo. Cuanto menos diga en voz alta más segura estarás.

- Tiene razón. Es mejor que guarde silencio. Mira, todo lo que hemos vivido, mis rarezas, los problemas del insti, todo eso tiene una explicación que, de no ser una completa locura, sería sencilla. Y estos que están por aquí también tienen poderes. Y nos han metido en una ratonera para acabar con nosotros o robarnos los poderes o para darnos por culo o todo eso a la vez.

Miró a María a los ojos. Con determinación.

- Vámonos de aquí. Puedo intentarlo. Sé que puedo conseguirlo. Hace un momento casi me da un yuyu y pensé que me quedaba en el sitio, pero estando tú, por salvarte a ti, no puedo dudar. María. No volverá a pasar. ¡Vámonos de aquí!

Al comprobar que Matthew y Malcolm estaban bien, y que el espejo estaba destruido, decidieron abandonar la sala y en lugar de avanzar por la puerta que habían encontrado, prefirieron dar media vuelta y reunirse con el resto de sus compañeros. Pero cuando salieron tras la puerta, allí no había nadie. Algo había cambiado, pues todo se había quedado a oscuras, la luz de emergencia que había iluminado el descansillo y las tres puertas ahora estaba apagada. 

Por suerte, Malcolm volvió a transformarse en Metal Ardiente y su resplandor pudo volver a iluminar el lugar para volver a comprobar que no había peligro alguno.

Alisson miró sorprendido a su hijo, ¿qué has venido con unas personas? Preguntó incrédula mirando hacia la puerta por donde había entrado. ¿Hay más gente aquí? ¿Por qué crees que estáis aquí? ¿Por qué os están haciendo eso? ¡Tienes que saberlo! ¿Te has metido en algún lío? Dijo negando con la cabeza muy preocupada. ¡Por qué os quieren muertos! ¡Con qué clase de personas has venido! ¡Quiénes son y por qué dices esas cosas! Estaba muy alterada. Las palabras de su hijo le habían hecho agobiarse bastante. ¡Claro que iré contigo! ¡Pero primero dime qué pasa! ¡Creo que lo sabes, pero que no quieres meterme en líos! ¡Puedes confiar en mi! ¡Soy tu madre! Entonces sintió como apuntaba cerca de ella con la pistola y disparó. La bala golpeó contra la pared pero la Sra. McNorman no pudo evitar ponerse la mano en los oídos. El disparo la dejó impresionada, pálida y muy asustada. ¿A cuento de qué has hecho eso?

Elena estaba flipando. No entendía qué hacía haciendo el dibujo, y no comprendía lo que le estaba contando. Pero cuando vio el dibujo que formó asintió. Entiendo. ¿Hay alguien más en esta sala? Dijo como si hubiera entendido lo que estaba sucediendo. ¿No estamos solas? ¿Qué pasa, Carol, dime? Entonces la mujer comenzó a contarle lo que había pasado en el laboratorio donde había trabajado. Cuando escuchó todas sus palabras, colocó un brazo por encima de su hombro para consolarla. Su hermana había estado a punto de morir y eso le dolía casi tanto como a ella. Sabes que yo no soy cientifica como tú, en mis clases no nos enseñan nada de genética. ¿Qué quieres decir con que ya no eres la misma genéticamente hablando? ¿Ya no somos hermanas? ¿Te ha pasado algo? ¡Yo te sigo viendo igual que siempre! ¿Me estás diciendo que eres capaz de ver cosas que el resto no vemos? ¿Ves personas, o tienes imaginaciones que parecen reales? Quizá mejor sea ir a un psicólogo a que te miren. Puede que esa explosión te haya afectado al cerebro y algo no esté bien ahí dentro. Dijo dándole un par de toquecitos con el dedo índice en su cabeza. 

Puede que también se trate de una enfermedad, de ser así, creo que podría ayudarte.

María le devolvió el apretón a su amigo. Asintió ante todo lo que decía, y comprendió sus palabras, aunque no sabía con quién hablaba cuando no se dirigía a él. Cariño, le dijo con ternura, creo que estás teniendo alucinaciones. No sé de qué Patrulla X estás hablando pero aquí solo estamos tú y yo. Pero he venido por una razón, tengo la solución a todos tus problemas. Dijo asintiendo segura de sí misma. Es muy probable que lo que tengas sea una especie de virus, mutación genética o enfermedad.  Y yo tengo la solución para ello, podría ayudarte si lo quisieras.

Hugo se llevó las manos a la cabeza y quiso cambiar algo en su modo de percibir las cosas en aquel lugar. ¡Y lo logró! Con los ojos cerrados pudo sentir "el aura" o lo que fuera de María. Era de color verde, aunque a veces cambiaba de tonalidad, incluso llegaba a hacerse azul. Había logrado percibir el aura de su acompañante, pero era incapaz de percibir ningún aura más. Tan solo la suya que era de tonalidades rojizas y granates. 

Siendo de nuevo aquella especie de titán de acero y fuego, Malcolm se sentía mucho más seguro...

Pero descubrir que sus compañeros no estaban, le dejó perplejo.

[color=#FF0000]¿Por qué narises no han esperado? [/color]-preguntó en voz alta. Se obligó a calmarse un poco. El chico que estaba a su lado había pasado de ser un valiente a estar tembloroso. No estaba muy seguro, pero quizá le empezaba a ver con miedo. Lo cierto es que aquellos bastardos estaban consiguiendo que él perdiera los estribos... y él no era así. Era una persona inteligente y razonable, asi que se obligó a tranquilizarse pensando qué porqué puerta se habrían ido o que habría pasado.

Casi volviendo al tono tranquilo que solía usar empezó a decir:[color=#FF0000] Creo que hay varias posibilidades: o bien les pillaron por sorpresa en este tiempo y les dieron muerte o los atraparon... cosa que no nos gustaría a ninguno de los dos, o bien el agente de polisía salió por la puerta con la chica fantasma y se metieron por la puerta de la familia... [/color]-señaló la puerta.[color=#FF0000] Claro que lo mismo eligieron la otra puerta... [/color]- Se acercó a las puertas para ver si veía algún tipo de señal o rastro o alguna pista acercando la mano al rojo vivo dando algo de luz.

[color=#FF0000]También existe la posibilidad de que la misma persona que ha hecho lo del espejo nos esté manipulando mentalmente. [/color]-elevó los hombros-[color=#FF0000] La Vida es Sueño ¿no es así como se llama ese libro español? [/color]-elevó los hombros-[color=#FF0000] Nah, no es positivo pensar en eso. Yo digo que vayamos por la puerta del agente. [/color]-dijo señalando la puerta de la familia-[color=#FF0000] ¿Qué opinas tú? [/color]-terminó interpelando a su compañero de desventuras.

Con los ojos cerrados y tratando de concentrarse "miró" a su alrededor y volvió a mirar a su compañera - Bien tengo buenas y malas noticias. La buena - Supuso que preferiría oir la buena Maria ya que... en la situación en la que estaban, cualquier noticia buena viene bien - es que ha funcionado, y por suerte - o por desgracia - estamos solos. Solo puedo ver auras, veo la tuya y la mia, pero no consigo denotar caminos, esa es la mala. Puedo probar suerte si con la visión por sonar, como los murcielagos. Aunque lo mejor sería que intentara hacerlo en ti, para no perder la visión aurea y denotar si hay más gente aquí a parte de nosotros - Por suerte ahora Hugo se mostraba mucho más relajado y  con lo último dicho, intentaba pedir permiso a Maria para tratar de hacer su poder sobre ella. - Solo durará hasta que salgamos de la oscuridad - Intentó tranquilizar de esta forma a su compañera. Si no tenían otra forma de ver que no fuera usando poderes, solo podrían recurrir a ello para tratar de avanzar.

-Hazlo- Dijo María con un tono de voz cargado de intriga e incertidumbre, a su cabeza habia llegado un viejo relato de horror de uno de sus escritores favoritos.

-Alguna vez leiste el pozo y el péndulo de Allan Poe.- se quedó callada unos segundos antes de añadir de nuevo. -Si la cancion de Alanis Morisette no se equivoca...y creeme, no se equivoca, en estos momentos seguramente una cuchilla gigantesca se debe de estar balanceando sobre nosotros...saltamos al pozo o morimos por la guadaña.- Le habia dado permiso ya a Hugo para que usara sus poderes en ella. Nunca habia intentado canalizar su poder sin tener a la mano su cigarrillo y no estaba segura de que pudiera pasar, pero si usaba su poder, si alguien mas se encontraba con ellos adentro de aquel cuarto entonces...María podría hacer valer su poder, si una cuarta persona se encontraba ahí, sería afectada por su poder, de lo contrario, nada pasaría...Aguardó a que Hugo intentase usar su poder con ella, mientras la mujer, mentalmente, utilizando su memoria corporal, intentaba imaginar la sensacion de tener un cigarrillo prendido y fumarlo, expulsar el humo...y activar el don que poseía.

Sonrió Hugo al oir la seguridad de María, y trató de hacerlo notar con el sonido de la misma. La referencia que le había dado del maestro de cuentos de terror que para el era el mismo Edgar Allan Poe. - El pozo y el pendulo ¿Eh? "Se trataba de una figura muy singular, la imagen pintada del Tiempo, tal como acostumbra a representarse, pero en lugar de la guadaña sostenía un objeto que, a primera vista, parecía un enorme péndulo [...] Advertí entonces que su extremo inferior estaba formado por una media luna de reluciente acero [...] Las puntas estaban curvadas hacia arriba y el corte, que miraba hacia abajo, evidentemente tan afilado como una navaja barbera." - Dijo  citando el mismo cuento de terror del mismo Poe, pero se calló al notar la frialdad con la que lo citaba, la cual era la misma cuando la leia, a fin de cuentas los cuentos de terror de Poe era algo digno de leer de aquel modo, pero en dicho lugar... igual no era el mejor momento.

Hugo rió de nuevo - Perdon, es uno de mis autores favoritos de los cuentos de terror, en cuanto a la canción, me temo que no la he oido, pero tienes razón, evitemos los obstaculos juntos, y viendo de maneras diferentes. Con tu permiso - acercó entonces sus manos a la cabeza de María, siguendo la estela de su aura que ahora veia, y una vez las tenía encima se concentró en proporcionarle la visión de sonar que como los murcielagos y otros animales, tienen para ver, ya sea ciegos o en zonas oscuras o el fondo del mar por el sonido.

Una vez hubiera hecho efecto, Hugo retiró sus manos y preguntaría - ¿Y bien? - bajó el tono al hablarla entonces - Procuraré hablar más bajo por si ahora oyes más, al menos espero que consigas ver la estructura del lugar. - Y realmente es lo que esperaba, si Hugo podía ver los seres vivos, y María la zona, trabajando juntos saldrían en un abrir y cerrar de ojos... metaforicamente

El disparo hizo entrar a todos en razón.

-Lo siento madre. Cosas... policiales. No puedo hablar mucho sin ponerte en peligro. Simplemente confía en mi. Si no puedes confiar, me temo que tendré que irme sin ti. Es mas seguro.

Incluso vió tras de ellos a Andres. No sabia realmente si  era producto de su imaginación también o cualquier otra cosa hasta que hablo. Pero tratándose del chico fantasma, bien podría ser un proyección suya. Quien sabe!

La madre de Robson habló tras el disparo mientras Carolina explicaba su teoría "interdimensional".

- Lo siento cariño, no entiendo muy bien de cosas técnicas. De eso se encarga Debbie. Pero si te refieres a que estamos en varios sitios a la vez y que nuestros visitantes no se pueden ver entre si... bueno. Tendré que creerte- Vaya, ademas de guapa es lista.

Robson se dirigió a Andrés.

- ¿A quien ves tu, Andres? Yo veo a mi madre y ella, ¿Su hermana? No estaba seguro realmente de quien era. Carolina, pensemos un segundo. Si ellas están en, por ejemplo, su casa, y nos vamos con ellas de aquí. ¿No las estaremos poniendo en peligro? ¿No las estamos... "trayendo" ... hasta el circo de los horrores? Te pregunto, no lo afirmo. Venga, tu eres la lista aquí !.- Apremió intentando que se lo tomara como un piropo.