Partida Rol por web

-Ja ja ja, evitar a Jabba... pero sí nos hospedamos en su casa, imbécil.

-Cállate Sono. Este hombre me resulta interesante. Además nos vendrá bien alguien que conozca el lugar. Todavía no nos has dicho tu nombre.

Dice Zadra acercándose más de la cuenta a Kal.

-Esta noche ven al palacio de Jabba en la ciudad. Di que vienes a verme y que te lleven ante mí, allí te explicaré los pormenores de nuestro asunto. ¿Te parece?

O mucho te equivocas o Zadra te está tirando los trastos.

-Eso lo tendríamos que discutir con... el jefe. No creo que...

Empieza a decir el alienígena, para ser brúscamente cortado por Zadra.

-Puedes discutir lo que quieras con quien quieras. Pero luego tendrás que discutir conmigo en la arena. ¿Entendido Puggles?

El cazarrecompensas calla de inmediato, con gesto compungido.

-Tengo potestad para reclutar a quién crea necesario, así que deja de tocarme la moral, que estoy harta ya de tus tonterías.

Mientras se desarrolla el enfrentamiento, escucháis un follón al fondo de la cantina. Un vistazo rápido os revela que en el lugar donde un tipo reclutaba cazarrecompensas, en un reservado, ahora hay dos humanos con blásters desenfundados, y apuntando al reclutador.

-Pero qué demonios... ¿Es que no se puede estar tranquila ni en la cantina? Ve a ver qué pasa ahí Puggles. Y tú, encanto -dice dirigiendose a ti-. Ahora déjanos solos, nos veremos esta noche. ¿De acuerdo?

La mujer te guiña un ojo, y centra su atención en los sucesos de atrás, dejandote de lado, mientras que el tal Puggles se levanta y se dirige hacia allí.

Si mi señora

Dice Kal mientras se levanta, el tono es de completa sumision, pero es evidente que va sobre unos tiros que no son precisamente ser sumiso, o al menos solo serlo hasta que haya un encuentro entre ellos.

No se queda a ver si lo mira o no, sale de la cantina, pero a donde si que echa un vistazo es a la trifulca que hay en el fonde de la cantina, quiere enterarse de queines son los competidores.

No los conoces. Son dos humanos rodeados de cazarrecompensas.

Kal sale finalmente de la cantina del espaciopuerto sin mas miramientos.

Aunque ahora seria lo logico que buscara a sus compañeros, lo cierto es que pensaba darse un paseo por el lugar y comprobar durante un par de horas que no le estaban siguiendo. Que era una posibilidad y sinceramente no le extrañaria demasiado.

Ademas en algun momento podria dejar alguna nota informativa para informar de como iba su extraña mision.

Sales de la cantina y te das una vuelta por el espaciopuerto. Nadie te sigue, eso es seguro, ya que en ocasiones te escondes en un quiebro a ver si algún despistado aparece por allí, sin encontrar a nadie. Pasan casi dos horas y supones que tus compañeros estarán buscandote. Quizás sea buena idea una llamada al comunicador.

Me doy otro paseo hasta la zona del mercado. Luego doy tres toques al intercomunicador. Lo suficienta como para que haga ruido al otro lado, pero sin hablar por el.

Me acerco a un puesto de comida, y me siento a comer algo.

Habiamos acordado que este seria uno de los puntos de encuentro. Solo esperaba que el jodido trasto que llevaba el ingerio no descubriera el pastel y se le tirara encima nada mas verlo.

Ellos tenian que entender que tenian que pasar por ahi, y tomarse algo, alli intercambiarian la informacion.

Ademas tenia la esperanza de que fuer Dheeron, tenia que pedirle disculpas por el golpe en la cabeza, estaba seguro de que no habia sido nada. Pero era necesario para dotar de realismo la charada que montaron en la cantina. Y habia funcionado. Pero queria dejarle claro que no tenia nada en su contra y que no volveria a pasar, aunque no lo pareciera, le caia bien, y no solia zurrarle a sus conocidos.

Kal deja a sus compañeros en el refugio, y sale a la ciudad, deliberando consigo mismo su próxima acción.

Kal sale, se da cuenta cuando se cierra la puerta tras de si, que otra vez esta solo. No es una sensacion desconocida para el, aunque reconoce que no le hace demasiada gracia.

Ahora tenia que ingeniar un plan para no ser comida para la jefa de esa banda y conseguirse un hueco en el grupo de cazarecompensas.

En el planeta tenia ya alguna fama. Mas de busca lios y de ladron de que de otra cosa. Y eso podia suponer una ventaja, o un inconveniente, porque mas de una vez, habia robado al Hut. Tampoco habia mas gente a la que robar.

Asi que decidio ponerse guapo para la ocasion. Camino hasta su antiga residencia. Una casucha medio abandonada. Saco a rastras a un renacuajo que solia colarse dentro.

Sentado en la semi oscuridad de aquella destrozada casa, se pregunto una vez mas si estaria haciendo lo correcto.

Tenia la opcion de dar la espalda a la Alianza y quedarse con los cazarecompensas si la cosas se ponian feas. Pero no era lo que mas le apetecia. Y tenia la impresion de que esa decision iba a matarlo en algun momento del futuro. Un futuro no demasiado lejano.

Viendo que estaba solo desenterro un arcon que habia bajo una pequeña alfonbra. Lo abrio con una clave numerica, no era demasiada seguridad, pero solo era ropa.

Solia ponerse siempre un pantalon, una camiseta y un chaleco. Era lo mas comodo para trabajar. Pero para el dia de hoy necesitaba tener un poco mas de presencia. Aunque se sonrio pensando, que con lo payaso que solia ser no serviria para nada.

Asi que estiro un poco la ropa que tenia en el arcon y se fue cambiando. No era un cambio muy espectacular.

Al final se miro y se dijo.

Tio estas igual, solo llevas el chaqueton y unos pantalones limpios.

Cogio sus armas, las miro bien. Reviso que funcionaran y las coloco en su sitio.

Bin maqueado y listo para la acción, te presentas en la casa de Jabba el Hut en Mos Eisley, la cual no te resulta difícil de encontrar. Es un gran edificio reconvertido. Hay buena presencia de guardias y se ve que es la finca más lujosa de la ciudad. Hablas con uno de los guardias de la puerta, quien se muestra confuso ante tus palabras, pues le dices que estás invitado por Zadra. El tipo hace llamar a otro tipo, y finalmente viene un gamorreano con malas pulgas, que te hace un montón de preguntas. Reconoces rápidamente al gamorreano como Gorrt, uno de los lacayos de Jabba que suele ir acompañado de un jawa llamado Akkik, y que suelen ser su brazo en la ciudad.

Gorrt comienza a hacerte preguntas embarazosas, y te empiezas a cansar de él hasta que... un deslizador llega a la puerta, y de él bajan Zadra, Puggles y Sono.

-Ah, ya has llegado. Perfecto, acompañame.

El necio de Gorrt os deja paso, y entras con Zadra y los demás al palacio, atravesando un pequeño patio, para llegar a unas amplias estancias plagadas de objetos lujosos y ostentosos. No te da tiempo a ver mucho, pues Zadra te lleva directamente a una habitación, con una enorme cama y con todo lujo de detalles.

-Bien chaval, a ver si vales lo que parece que vales.

El joven levanta las cejas y los hombros. Viendo cómo va la situación no piensa dejarse intimidar, y menos en un terreno que conoce tan bien.
Si lo que quieres es probar mi puntería, adelante, pero no te voy a decepcionar.

Habla con voz ronca y pausada mientras se abre la gabardina. Se ve el blaster, pero lo que pretende que ella mire es otra cosa.
Luego da un par de pasos por la habitación. Dándole la espalda adrede.

La verdad es que no espera que eso sea una cita de ensueño. Sabe que seguramente ella intentara sonsacarle, o al menos usarlo. Y no precisamente en el sentido más físico y satisfactorio de la palabra.

Así que está alerta, esperando la reacción de ella.

Escuchas un ruido detrás tuya, y unos pasos acercandose, luego unos brazos que te rodean, y un empujón que te lanza a la cama. Al darte la vuelta ves a la mujer totalmente desnuda, que se tira encima tuya, y empieza a quitarte las botas, con una sonrisa pícara en la boca.

Kal hace un esfuerzo enorme por no babear.

Veo que eres una chica activa, pero tengo que avisarte que yo no soy precisamente de los hombres pasivos.

Mientras ella empieza a desvestir por abajo yo lo hago por arriba. Me pregunto cuanto durara esta situacion. Seguramente mi vida este en juego tanto si cumplo con la inmediata mision bien como si no. Pero preferia al menos disfrutar la situacion. La chica era exhuverante y el no era de los que se lo pensaban mas de una vez.

Cuando se encontro desnudo se sintio comodo de repente. Era extraño, pero siempre que estaba completamente desnudo era liberador. Y que una mujer lo estubiera devorando no le quitaba gracia al asunto.

Bueno, es hora de pasar a la accion.

Tomo a la mujer del brazo acercando su cara a la de ella, la sonrisa tonta que solia poner habia desaparecido, en su lugar habia una mueca de generoso placer.

Lo que ocurrio despues era historia.

Tras consumar un acto sexual placentero pero bastante mediocre en cuanto a duración, la mujer en lugar de sonreirte, se da la vuelta y te dice:

-Ahora déjame descansar. Ve a donde tengas que ir, y vuelve mañana por la mañana, al primer alba en la cantina.

No parece haber quedado muy contenta

-Ah, y si te dejo compartir mi lecho alguna otra vez... espero que vengas en mejores condiciones. Ahora vete.

La conciencia de Kal estaba jugandole una mala pasada. Tenia claro que la mujer era de armas tomar. Pero no habia podido dejarla muy satisfecha. Asi que empezo a vestirse.

Seguramente la cara de cierta compañera mientras follaba habia tenido algo que ver con que se le hubiera escapado la situacion de las manos, o de la entrepierna, segun se quiera mirar.

El coso es que ahora la cazarecompensas estaba de mal humor, y nada podia cambiar eso. Y  eso era bueno para el negocio. Estaba en el palacio del Hut en la ciudad, y era un buen momento para fisgonear por ahi, y enterarse de algun que otro plan.

Cuando se hubo vestido no se molesto en despedirse, salio de la habitacion haciendo el menor ruido posible. Queria que pareciera que estaba avergonzado, pero nada mas lejos de la realidad, el se lo habia pasado en bomba. Solo necesitaba que todos se olvidaran un poco de el y enterarse de algunas cosas, esta era su oportunidad.

Mas alla de la puerta, que cerraba lentamente observo el pasillo. Con suerte podria colarse en alguna habitacion o por algun hueco, y llegar a algun sitio donde matones descerebrados hablaran de sus planes haciendo apuestas de cuanto tardaria uno en degollar al otro.

Vamos Kal, ahora si que tienes que triunfar.