Partida Rol por web

venia un poco meditabundo entre mis cosas en el camino del aeropuerto al hotel, poco me importaba si era comodo o no, al fin y al cabo en mi labor ya por varios sitios de distinta clase habia pasado, pero si pensaba bastante en que cosa traeria esto para mi vida, un fila de taxis se amontonaba en frente de la puerta del hotel, bastante bien para una convencion de este tipo, unos minutos debia aguardar para que mi taxi se apostara justo en la entrada, bastante gente arribaba hoy, una voz decente y cortez daba la bienvenida mientras abria el taxi, mientras otro tipo que se mutliplicaba torpemente tomaba las maletas, ante la bienevnida sonrio y sigo rapidamente hacia el hotel ya que es mas del almuerzo y aun no e tragado bocado

buen dia caballero, gracias por la bienvenida, seguire a la recepcion

Durante dodo el viaje estuve mirando por las ventanas, ya fuera un rato en el avión o en el taxi, los paisajes eran nuevos para mi pues no acostumbraba viajar mucho, en cuanto baje del taxi y me saludo el portero le extendí mi mano –que tal buenas tardes, Demian Wolfang mucho gusto Bruford, ¿me harías el favor de mandar a alguien por las maletas? Tengo que cuidar a este condenado o me hará una travesura- con el pulgar hago una seña por encima del hombro señalando al can que se encontraba todavía en el asiento trasero del taxi

-Vamos chico ya es hora de que uses tus patas- le pongo su correa y saco al “perrito” del taxi
-Gracias señor, hasta luego- le digo al taxista

-Valla hay mucha gente reunida, bueno haber que aprendemos hoy- saludo igualmente al botones con un pequeño movimiento de cabeza pues con las maletas no era posible hacerlo con la mano y le sigo hacia el interior del edificio

El trayecto se me hizo corto... apretujada como iba en aquel asiento de atrás junto a Chloé y Marcos... entre las risas nerviosas y las pupilas brillantes perdidas por la ventana... y los ”woouuww” y los ”has visto?” y los ”será genial”...

Los dedos se me entretenían dentro de la pequeña mochila rosa que, con los laterales de rejilla, descansaba sobre las piernas... y el olor suave a heno inundaba el taxi mientras me embelesaba en el paisaje de cemento y hormigón... mientras el azul de los ojos se me afilaba en las formas, en las esquinas, en los colores...

Nos detuvimos... y salí del taxi casi de un salto... sosteniendo la mochila en una mano mientras recogía el bolso caqui con la otra... y los ojos azules se replegaban y se elevaban al cielo observando una fachada que no acababa mientras de un solo gestó cruzaba el bolso sobre el pecho obligandolo a descansar sobre la cadera y el tejano azul... cruzando a la inversa aquella otra mochila, rosa con calaveras blancas dibujándose por toda su tela, en la que Iron observaba curiosa todo a su alrededor...

Igual que hacía yo...

Gracias!... Había enredado los ojos en aquel portero a su voz, y no dije más.. la sonrisa amplia en los labios lo hizo por mí...y el gesto de aquel hombre me dio paso al hotel y a la nueva experiencia...

El pelo rubio oscilo sobre la espalda cuando me adentré en ella...

Al ver a Alicia entre la multitud levanto las manos alegremente mientras le grito:

¡Alicia!!! ¡Alicia!!! Y levanto a Mateo lo suficiente para que alcance a verlo mientras camino hacia ella chocando con la gente que viene y va mirandome como bicho raro

Sobre la cabeza de mi amo y a unos metros mas arriba de lo acostumbrado observo hacia todos lados y comienzo a ladrar como un cachorro que soy

¡Guau! ¡Guao!

Cuidado me haces caer

Rapidamente bajo del taxi, ya no queria pasar un segundo mas en viaje, sinceramente, es algo que me molesta demasiado, uno se siente tensionado, fastidioso y cansado.
En la puetra del hotel, un hombre mayor, muy bien parado y con gran personalidad, solo se hacerca y me da la bienvenida...
Buenas tardes, señooor, ya me cuesta hasta leer la identificacion, Bruford, por fin he llegado, no se da una idea lo cansador que resulta esto para mi, no veo la hora de darme un baño y descansar un rato.
Solo espero tener un tiempo para relajarme y meditar un poco...
Entro al hotel, muchas caras, muchos movimientos algo alterados, gente por aqui y por alla, botones, maletas...
El agobio era cada vez mas impactante.
Recien llego y ya me quiero volver a la montaña tranquilo... Pero bueno, este viaje es por una buena causa.

me vi interrumpido por nikolay, un tipo arisco y serio

la convencion dara comienzo mañana señor

---

buenas tardes señor wolfang, ya mismo le mando al botones

le hice señas a ching ao para que venga de inmediato

---

buenas tardes, le dije al hombre de la barba, viene de muy lejos usted señor?

Se acercó al portero del hotel mirando a un lado y luego al otro.

Buenas. Vengo por lo de Paraiso se quedó delante de la puerta esperando que aquel tipo con tan ridiculo uniforme le aclarara algo.

-Grracias ... le respondí al botones el cual me tuvo esperando casi un día entero para recibir una respuesta ...

Amerricanos ... incompetentes ...

Sin mas dilación me adentré hacía el interior del hotel con la maleta en la mano ...

de nada caballero...

---

si viene por la convencionde paraiso, esta en el lugar indicado, pase dentro porfavor y registrece con nuria

Miro hacia el esterior con cara soñolienta y un segundo despues mi mirada se mezcla con la de Alvaro que puede ver las chispas de escitacion que brillan en mis ojos.

!EMpecemos la aventura! y saco mi cuerpo entumecido del taxi con una alegria que me sorprende hasta a mí.
!Buenos dias!, le digo con una sonrisa al portero, ¿ alguien puede hacerse cargo de nuestras maletas? ¿Por favor? y intento absorver la belleza y la ostentacion del lugar con una sola mirada antes de dirijir mis pasos a la recepcion- !Vamos Alvaro!, corre , que no quiero perderme nada .

La Gran Manzana deslumbraba a Álvaro mientras el taxi que compartía con su novia recorría el trayecto que separaba el aeropuerto del celebrado hotel que albergaría la convención. Probablemente su conductor se permitía la indulgencia de no seguir el itinerario más corto, con las vistas puestas en lograr sacar tajada de la ignorancia de dos españolitos recién aterrizados. Pero a Álvaro no sólo no le incomodaba, consciente como era de la política de 'gastos pagados' que los cubría en su aventura americana, sino que de hecho agradecía esa suerte de paseo turístico que les ofrecía el hispano y que parecía prolongar sin escrúpulos con cada giro de volante. Con la cabeza apoyada en su hombro Andrea dormía. Como si no hubiese tenido bastante con la sesión de ronquidos del avión. Aún se le ha de dormir el sentido...

Nunca había salido de la Península Ibérica, aun habiendo tenido la oportunidad, así que Álvaro, abandonado en su excitación, se entretenía admirando el paisaje metropolitano. Lo que no entiendo es por qué una organización como Paraíso escoge para una convención precisamente un lugar tan poco ecológico como éste -caviló mientras el camión que los precedía les regalaba un nubarrón de humo proveniente de su tubo de escape que casi envolviera el parabrisas con una opacidad impenetrable.

Tras unas cuantas vueltas más -¿Ése restaurante no lo pasamos hace ya un rato?- el taxi por fin se detuvo delante del hotel. A Álvaro le faltó tiempo para dejarse abrumar por cada una de las cinco estrellas que ostentaba aquel majestuoso edificio. Una sonrisa repleta de optimismo después, el joven se deslizaba por el asiento sosteniendo a su amada con suavidad.

-Cariño, ya hemos llegado.

Por la ventana ligeramente abierta del taxi veo pasar las multitudes de edificios de Nueva York, hasta que finalmente nos detenemos frente al imponente hotel.

Bajo con cuidado del taxi, mirando a mi alrededor mientras el portero me saluda y el botones se escapa con dos de mis valijas.

-Ah sí, muchas gracias.- digo en buen inglés, y antes de que pueda añadir nada más, mi taxi se ha ido y el hombre ya está dando la bienvenida a otro visitante. Comrpuebo rápidamente que no me he dejado nada en el taxi mientras entro por la puerta, tratando de encontrar al botones.

Con Mateo en mis brazos tropiezo con toda la multitud de gente que va llegando al lugar llendome al suelo de cara y perdiendo por completo de vista a Alicia asi como a Mateo quien se me escapa de las manos

¡Mateo! ¡Regresa!!!

El cachorro sin prestarme atención alguna corre en todas direcciones

Corro de un lado a otro orinando aqui y alla y escabullendome entre las piernas de la multitud mientras me dirijo hacia adentro del hotel

Parecía que nada más despertar Andrea era ya capaz de utilizar a pleno rendimiento todas esas energías repuestas tras su más reciente infidelidad con Morfeo. Le gustaba mucho verla así, derrochando vitalidad como la mitad más dinámica que era de la pareja. Y le agradó, además, que sus posibles prejuicios ecologistas no le impidieran sentirse deseosa de exprimir al máximo esas pequeñas vacaciones a todo tren que les acababan de llover del cielo.

Ante la enfática huida de su novia, Álvaro supervisó el paso del equipaje desde el maletero del taxi hasta las manos tan elegantemente enguantadas del sufrido botones, mientras dirigía un apocado saludo al portero y se preguntaba, presenciando los malabarismo de los que hacía gala el botones para poder ahorrarse un segundo viaje, si se esperaba o no de él una propina. Todo era nuevo en un lugar de aquella categoría y la situación sólo ganaba en excepcionalidad por el mero hecho de hallarse en un país extranjero, a miles de kilómetros de todo lo que conocía. Y la continua afluencia de clientes hacía que la situación fuese más confusa todavía. Aunque para caótico el comportamiento de aquel cachorro hiperactivo -como Andrea le eche el ojo se lo come a besos- al que un joven pretendía futilmente llamar a la calma repitiendo insistentemente su nombre. Le daba seguridad escuchar voces en su propio idioma.

Una vez hubo garantizado la seguridad de sus maletas se encaminó con prisa hacia el interior del edificio, sobrepasando al amable portero con una amplia sonrisa que sencillamente no era capaz de reprimir; aunque más templada que la Andrea, también su excitación lo tenía bien sujeto a un plano en el que una infinitud de posibilidades se desplegaba hasta donde alcanzaba su imaginación, ociosamente desperdigado el ánimo en intentar disfrutar de todo aquel lujo al lado de la persona más importante en su vida.

buenos dias señorita, y bienvenida al hotel!
le digo a maria con una sonrisa muy formal
desde luego, ya mismo viene el botones

el oriental corria detras de mateo con un trapito limpiando todo el desastre que este iba dejando a su paso

agghh!!! hichiming!!!

Lucia sale agitada del taxi, coge una gran maleta poniéndola en una de sus manos y una caja de transporte donde lleva a su perro "Peke".

Sonríe al observar lo lujoso que es el hotel, y saluda al portero.

-Buenos días, vengo para la convención de paraiso. ¿donde tengo que dirigirme, o donde puedo dejar mis cosas?.- preguntas mientras mira su maleta, que pesa muchísimo.

Peke está dentro de la caja de transporte para perros. Dentro se está bastante oscuro, aunque en la parte delantera hay unos agujeritos por donde puede mirar y olisquear.

Anda hasta allí, y mira a través de los agujeros, viendo como su dueña habla con el portero del hotel. Ladra y mueve su cola intentando mostrar que quiere salir de la caja cuanto antes.