Partida Rol por web

Dalía se retiró hacia la herrería. 

- Vigilad -dijo simplemente.

Después de concentrarse unos segundos más en la magia que emanaba de ese lugar maldito, Alatar sigue al resto de sus compañeros hacia la herrería

Eredhir intentaba encontrar sentido a lo que había visto, pero estaba bastante seguro de no haberse enfrentado a nada parecido antes...

Alatar intentaba encontrar sentido a lo que había visto, pero estaba bastante seguro de no haberse enfrentado a nada parecido antes...

Sin embargo se dió cuenta que había un área de intensidad fuerte que se concentraba bajo la baldosa y de la que parecían emanar ondas periódicamente que permeaban toda la estructura de la casa. No necesitaba recurrir a sus conocimientos para saber que la nigromancia era la fuente de esta energía.

Teniendo tiempo para reflexionar y meditar en la relativa paz de la herrería, Dalía pudo identificar a qué tipo de peligro se enfrentaba al grupo dentro de la cerería...

...se enfrentaban a un edificio que estaba sin duda maldito, poblado por un espíritu maligno que utilizaban el propio miedo antinatural de sus víctimas contra ellas para hacerles creer que se estaban quemando o asfixiando, sin duda reviviendo los últimos momentos de la desafortunada dueña de la cerería.

Cualquier conjuro que les hiciese inmunes al miedo debería, en teoría, hacerles inmunes a los ataque de la casa maldita. Y seguramente bajo la baldosa se encontraba la clave para exorcizar al espíritu inquieto que tantos problemas había causado. Pero para eso se necesitaba ser capaz de proyectar grandes cantidades de energía positiva para hacer temporalmente segura la zona y así poder explorarla sin problemas.

El clérigo se mantuvo aparte, vigilando que no apareciera ningún enemigo nuevo mientras los demás intentaban liberar al Inquisidor y la Oráculo se concentraba para tratar de identificar al no muerto que, temía que temporalmente, habían liquidado.

- Es un edificio maldito. El espíritu de un no-muerto lo domina, actúa sobre nuestros propios miedos, haciéndonos revivir los momentos finales de la dueña de la cerería. Habría que usar algún conjuro que nos hiciese inmunes al miedo, y después usar grandes cantidades de energía positiva para hacer segura la zona mientras exploramos en busca de lo qeu hay bajo la trampilla, que seguramente será el modo de exorcizar al espíritu que la domina. Sea como sea implicará gastar muchos recursos y tiempo... Así que la pregunta es si queremos gastar esos recursos y tiempo ahora o nos centramos en nuestra misión.

"Si bien soy partidario de exorcizar la casa y dar descanso a los espíritus, también entiendo que debamos centrarnos en la misión" dijo mientras buscaba con la mirada el apoyo de Garv. "Si optamos por seguir adelante, sugiero que investiguemos la casucha al este. Recuerdo que Phos comentó que el mono había visto allí un grupo de bolas de pelo con colmillos que disparan ramas torcidas..."

La cerería permanece silenciosa en la distancia, como desafiándoos a entrar de nuevo...

¿Y si echamos la casa abajo?

-Puede que se trate de lobos del principe, dado que el hombre lobo que se nos escapó, del clan de los lobos demoniacos, huyó en otra dirección. Creo que valdría la pena comprobarlo.
- En cuanto a la Casa, confío en el criterio de aquellos cuyos conocimentos sobre la magia y la muerte van mucho más allá de lo que soy capaz de comprender

El clérigo negó ante la idea del enano -No creo que sea suficiente, y como ha indicado Dalía hacen falta ciertas circunstancias que esta jornada no tenemos-quedó meditando un rato valorando qué hacer. Se resistía a irse sin más dejando esa morada del mal atrás

-Tal vez... si tal vez se pudiera realizar otro círculo contra el mal, pero centrado en la casa impidiendo que salga nada de lo que en ella habita hasta que podamos retornar y eliminarlo definitivamente.-resumió su idea en una sóla frase-Contener lo que en ella habita y avisar con carteles o alarmas-no era lo mejor, no era lo óptimo, pero era lo único que se le ocurría dadas sus limitadas posibilidades y más habida cuenta que debían proseguir para evitar un mal mayor.

- No Garv, duraría una hora y media, o un poco menos. Tendríamos que volver demasiado rápido. Si la casa está encantada, no se va a desencantar.

Alatar niega con la cabeza consternado.

Creo que lo único que podríamos hacer es anular la magia maligna de la casa temporalmente, y explorar la casa detenidamente por si encontramos una forma de desencatarla definitivamente. Sería una tarea extremadamente complicada y peligrosa. Además, puedo sentir como una fuerza maligna aprisiona mi aura mágica. Mi poder ha disminuído enormemente, así que no sería de mucha ayuda...

- Creo que estamos perdiendo demasiado tiempo. Vayamos a ver si esos hombres-lobo son amigos o enemigos. Unos aliados no nos vendrían mal en esta situación tan caótica, y hasta vulnerable, en que nos encontramos.

- Si la criatura a la que nos acabamos de enfrentar puede reaparecer, ya conocemos sus puntos fuertes y sus debilidades. Además, su radio de acción parece vinculado a la casa, no nos debería preocupar tanto. Hemos escapado a su emboscada, y la siguiente batalla sería en nuestros términos.

Ignorando temporalmente la cerería y dirigiéndose hacia el este tras rodearla, el grupo divisa entre la niebla a aproximadamente 60 metros una casa de madera de una única planta, rectangular de 4 metros de lado. Se halla en un estado de conservación bastante aceptable pese al tiempo que lleva abandonado Feldgrau.

Suponeis que debe de tratarse de otra de las antiguas tiendas de la ciudad, pues hay un pequeño mostrador de madera bajo varias ventanas con las contras entreabiertas, aunque desde vuestra posición no se ve el interior...

Dalía, como siempre, se queda al final de la fila para proteger la retaguardia y que su torpeza no desvele la posición a los demás.