Partida Rol por web

Kei tomó la carta y la miró. -Destrucción, violencia, guerra…- dijo cuando la tenía delante. Elnara ya había remontado el vuelo y ella era la experta en magia arcana, quizás ella podría encontrarle un mejor sentido a aquello más tarde.

Dispuesta a seguir a un Lybious que alejaba corriendo como alma que lleva el diablo, se montó en un camello y salió en dirección al campamento.

El enano no desobedeció la orden de su superior. Si hubiese sido una distancia cercana sus pies lo hubiesen llevado allí sin problema pero no era el caso, por lo que se subió al camello y lo espoleo con un -¡vamos animal pulgoso e infecto! ¡Hia! ¡Corre! ¿Pero es que te pesa el culo o que?- aunque era bastante ágil su entrenamiento como montaraz era inexistente y quedó pronto demostrado.

Elnara cabalgó a Roxie con decisión pero sin forzar al animal. 2 minutos después, se encontraba sobrevolando el campamento. Su prioridad era el árbol, por supuesto. Lamentablemente, sin ayuda no podía pensar en ninguna manera de proteger el árbol, así que dió varias pasadas para hacerse una idea de la situación general.

Edriel, llevado por la emoción del momento, saltó sobre un camello y comenzó a espolearlo con alegría. Lamentablemente, la monta no era una de las especialidades del elfo y no tardó en perder el control y verse en verdaderos problemas.

-Ayayay...

Si he llegado el primero, intento enfrentarme a las llamas como buenamente pueda

"¡Me manda Garavel!" digo en Kellish, y repito enseguida en lengua orca "Garavel Zaz Ok Eg Dez! Ok Niz!"
"¡Apaguemos esto cuanto antes!"

Dispuesto a arriesgarme mi insignificante vida por la de los demás, veo una cosa clara: Hay un árbol que ha prendido, y que las carretas siguen prendiendo al acercarse a él, contagiandose de las llamas como si de la plaga se tratase contagiando a una familia, un miembro cada vez.

Si es posible, intento detener a las reses para redirigirlas y que no vayan hacia el árbol, sino hacia otro sitio lejos de las llamas

"Tch! Tch! Alé! Alé!!" le jaleo a las bestias "¡Al fuego no! ¡A la derecha, jamelgo!"

Lybious sale corriendo nada más oler el fuego, y Elnara le sigue poco después desde el cielo. Aunque el gladiador está corriendo a toda velocidad, Elnara mantiene el ritmo desde el aire sin forzar mucho a Roxie y llega solamente 2 turnos más tarde que Lybious.

Guijarro y Edriel siguen a Garavel, montando en sus camellos e intentando convencer a las bestias de que aceleren el paso, aunque sin mucho éxito, finalmente llegan algo después (12 turnos) que Lybious. Keylissa, que se había ilusionado al ver la paloma y salió más tarde, es la última en llegar (15 turnos más tarde).

Cuando llegáis a la Garra del Sultán, podéis observar el campamento de Lady Almah. Lo que antes eran los diversos vagones de su caravana dispuestos alrededor del enorme árbol, ahora es un remolino de llamas y humo. Uno de los vagones parece haber prendido en llamas y es de donde sale la enorme columna de humo, pero el fuego parece haber empezado a propagarse a las ramas del anciano árbol por el viento árido de los páramos.

El campamento entero parece estar sumido en el caos: cuatro soldados atuendados con la armadura de quitina de color azulado que marca a los Guardias del Pacto intentan apagar el fuego haciendo una cadena de cubos de agua; mientras que otros cuatro intentan mover un vagón cercano al que está ardiendo para evitar que también estalle en llamas. Un anciano mediano está arrodillado al lado de otros dos guardias con graves quemaduras, intentando rápidamente mezclar ingredientes en un juego de alembiques alquímicos. Finalmente, varias cabras y camellos corren entre las carrozas, claramente escapados de su corral mientras que el camellero y su esposa intentan controlar a los animales y llevarlos de vuelta al corral, pero sin mucho éxito.

Cuando Lybious llega, aunque su presencia es agradecida, la gente parece demasiado ocupada intentando controlar el fuego.

Poco después de la llegada de Garavel, la solapa de un lujoso pabellón de tela negra se abre, dando paso a la figura de una hermosa mujer de porte noble que solamente puede ser Lady Roveshki. Lady Almah viste un lujoso hiyab rojo y cubre su cabeza con un velo de color beige decorado con lujosas joyas. En su cintura porta una cimitarra ceremonial decorada con grabados de oro que no parece diseñada para luchar sino para imponer respeto. Al darse cuenta de la gravedad del fuego, la princesa mercante le grita a sus hombres:

Almah: ¿Qué está pasando? ¡Apagad esa llama ahora mismo!

Reparando en la presencia de Garavel y su compañía, se gira hacia ellos:

Almah: ¡Ahh, Garavel! Justo un momento más tarde que justo a tiempo, como de costumbre. - fijándose directamente en el pintoresco grupo que acompaña a su mayordomo, Almah se dirige directamente a los protagonistas de nuestra historia - ¡No os quedéis ahí parados, encontrad alguna manera de ayudar!

Elnara sentía ganas de llorar al ver el fuego prendiendo el hermoso y anciano árbol. Sin embargo, nada podía hacer por evitarlo. Los animales, sin embargo, eran otra cosa. Elnara hizo que Roxie se plantara frente a ellos y trató de tranquilizarlos y llevarlos a su redil.

Edriel llegó medio muerto, cubierto de polvo y arena y bastante magullado por la cabalgada carrera que se había pegado. Para colmo de males, llegó justo a tiempo para recibir una buena reprimenda de parte de la autoridad al cargo, Lady Almah en persona.

El elfo se la quedó mirando unos segundos (quizás demasiados) hasta tomar una decisión.n Al llegar había visto a un par de guardias tratando de mover un carro en llamas para alejarlo del resto.

-Esperad! Os echo una mano!

Lamentablemente, parece que la cabalgada lo ha dejado bastante debilitado.

Tras ver la gravedad del fuego en toda su magnitud y viendo como sus compañeros se disponían a ayudar cada cual a su manera. Las capacidades físicas de la sanadora eran exiguas pero a fin de cuentas era, como su nombre indica, una sanadora. Por lo que salió disparada hacia el lugar en el que se encontraban los heridos para aplicarles un tratamiento de urgencia.

"¡Vamos, compañeros!" aun sin esperar a Edriel, voy a tratar de ayudar al resto a mover el carromato que está a punto de prender también en llamas.

Mucho he pensado en estos dias acerca de como vencer al fuego, y lógicamente, lo primero es evitar que se propague.

"¡Vamos! ¡Empujemos duro, a la una, a las dos y...!"

Lybious, que es el primero en llegar, se pone a intentar ayudar a los Guardias del Pacto a mover el carro lejos del fuego. Ni siquiera entre los cinco consiguen mover el antiguo carromato, mientras el fuego sigue ardiendo en los restos medio quemados del antiguo carro.

Elnara rápidamente se pone a intentar calmar a uno de los camellos que está desbocado y, aunque al principio parece que el animal se está tranquilizando ante la gnoma, de repente el fuego ruge más al crecer por las ramas secas del árbol y una chispa cae encima del animal, que muge ruidosamente y tira a Elnara al suelo de la sorpresa. El camellero rápidamente coge las riendas del animal y lo intenta calmar también, consiguiendo evitar el desastre.

De mientras, llegan Guijarro, Edriel y Garavel, que ante las órdenes de Almah corren rápidamente a ayudar también. Garavel se coloca con los guardias a lanzar cubos de agua al fuego, mientras que Edriel intenta ayudar a Lybious y los guardias a mover el carromato. Lybious hace un esfuerzo sobrehumano, casi levantando la parte de atrás del carromato a pulso, pero solamente uno de los guardias y Edriel consiguen reaccionar a tiempo para aguantarlo y apenas logran moverlo 5 pies.

De mientras, Keylissa corre apresuradamente a ver a los guardias heridos. El mediano, con cara sorprendida agradece su ayuda asombrado cuando, con movimientos expertos le venda las heridas a uno de los guardias que parecía gravemente herido por las quemaduras, rápidamente estabilizándole.

Padre Zastoran: ¿Eres una sanadora? ¡Alabado sea Nethys! Por favor... ayuda a este viejo hombre y ve a por mis extractos, están en mi carromato. ¡Con ellos podemos curarlos!

Lady Roveshki se dirige hacia el centro del campamento, examinando la situación mientras grita órdenes a los Guardias del Pacto:

Almah: ¡Rápido, formad dos cadenas para lanzar cubos de agua al fuego!