Partida Rol por web

El sol atraviesa las vidrieras en la vieja Catedral de Aroden, que ahora sirve como Logia de la Sociedad Pathfinder, en Almas, la capital de Andoran, la tierra de la libertad.

El ornamentado escritorio del Capitán Brackett esta totalmente cubierto de paquetes de documentos cuidadosamente apilados.

- Necesito que investigueis a la familia Irrica, del centro de Isger- Brackett comienza sin levantar la vista.

Los caballeros del águila han liberado documentos de los primeros días de las Guerras de Sangre Goblin, cuando lucharon junto a los caballeros infernales y mercenarios drumanos para contener la invasión de los goblins en el norte.

Asiente con la cabeza bruscamente a un joven al otro lado de la habitación, que lleva las charreteras doradas de un caballero águila.

¿Capitán Bascomb?

El oficial da un paso adelante con elegancia.

- Los irricos fueron partidarios de la Casa Thrune durante la Guerra Civil Chelaxiana. Después de que la familia Thrune llegó al poder, los irricos se enfrentaron a la extorsión de un oficial de Thrune. El agente de Thrune aparentemente desapareció; el rumor fue que los irricos lo mataron usando algún tipo de ayuda sobrenatural.Los irricos no fueron castigados por su transgresión; por el contrario, la familia recibió varios contratos lucrativos de la Casa Thrune y se hizo bastante influyente a nivel regional. ” Los ojos de Brackett se estrechan.

- Cualquier cosa que pueda asustar a la Casa Thrune es algo que no queremos que abandonado. Id a la la finca de verano de Irricas y descubrid qué tipo de ayuda sobrenatural tenían. Preparense para salir antes del amanecer de mañana .

¿Alguna duda?

Reclinada en uno de los asientos, ambas manos detrás de la cabeza y una extraña espada en el regazo, no parecía estar prestando demasiada atención a lo que se discutía en ese momento. Resoplaba. 

¿Por qué nos han tenido que llamar a nosotros? Bostezó. Este tipo de historias son un aburrimiento...

*¡Compórtate! Estás delante de un capitán de expedición, vigila esos modales.* Pareció pronunciarse la espada. 

¡Ya empezamos con las monsergas! Métete en tus asuntos, baratija. Susurró mientras se rascaba la oreja derecha con el meñique. 

De forma casi imperceptible, el arma arremetió contra el cuerpo de su portadora. 

¡Ay! Está bien, está bien... Refunfuñó. 

Recomponiéndose, se volvió hacia Bascomb mientras se llevaba ambas manos hacia su costado.

¿Que nos podéis contar acerca de esos irricos? ¿Y sobre los Thrune? Que esto acabe pronto, que desazón... 

*¡¿Que te acabo de decir acerca de esas maneras?!* Propinó otro golpe, quizá con más intensidad que el anterior. 

El clérigo había llegado hasta Aroden y disfrutaba de la magnificiencia de la catedral. Era un gran lugar aunque él se sentía más cómodo en la naturaleza. Estas tierras parecían relativamente tranquilas y al escuchar en qué consistía el trabajo no le agradó demasiado tener que entrar en una vivienda a investigar a una familia aliada de los Thrune. Sentía recelos pero no hacia el infernalismo sino hacia las criaturas gigantes que depredeban a los humanos. Esta misión parecía ser diferente pero no por ello la iba a rechazar. Sabía que era un simple iniciado y que necesitaba años de progreso para lograr ser quien quería ser.

- Quieren que asaltemos el lugar y nos llevemos toda la información posible. Que alcancemos sus salas secretas. Suena bien.

Sonrió un poco porque eso sí le gustaba. Descubrir ese conocimiento escondido le resultaba motivador.

- Por casualidad no tendrán un mapa de la zona para que la recorramos primero.

Iban a encontrar el lugar cerrado y protegido así que necesitarían una vía de entrada.

Es mejor ver que pasos dan en esta conversación antes de hilar fino en preguntas más acertadas

Es todo lo que piensa el elfo mientras se mantiene de pie en una esquina, cerca de un librero que proyecta sombra y acentúa más sus facciones afiladas. Como todo miembro de su clan posee un atractivo enigmático, de alguien que siempre está buscando especular y estar dos pasos delante de todos manteniendo sus cartas escondidas hasta que sea el momento acertado de poder darlas a conocer.

Como es de costumbre lleva una túnica de color negra pulcra con el cuello cubierto que destaca el azabache de su cabello peinado lustroso hacia atrás además de la negrura en sus globos oculares. Escuchando detenidamente la explicación y estudiando el comportamiento de cada presente mientras que con la punta de sus dedos de la mano derecha empieza a golpear su brazo izquierdo aun manteniendo su espalda apoyada en la pared.

Debemos ver que más nos revela , una cosa es la historia de conspiración y mapas pero aun desconocemos cientos de elementos a considerar. 

Mantiene la expresión seria en su rostro mientras sus ojos se clavan en los presentes, observando la actitud excéntrica de Circe en ese momento y el ímpetu del clérigo.

Nunca he trabajado con una Magus creo

Piensa de buena gana aun en su total silencio.

No pensaba que su primera misión se la diera un tipo tan estirado, tanto uniforme y dorados es algo raro en un guerrero, parece más algo pensado para la fiesta que para pelear, las pieles que cubrían su cuerpo si era algo verdadero, cazadas y preparadas por sus manos, daban protección y calor, mucho mejor que esa cursileria inútil.

- Será mejor tener una buena excusa preparada, ninguna familia va a querer que metamos la nariz en su casa sólo por rumores, sobre todo si es sobrenatural y todas esas cosas, no pueden poner buena cara y apuñalarnos por la espalda tranquilamente...

A Jarlan eso no le preocupaba, Colmillo Veloz le cubría siempre, aunque ahora lo había dejado fuera por si acaso algún blandenge de estos se asustaba, pero lo sentía cerca y eso le daba tranquilidad, saber que contaba con sus colmillos era como tener otro espadón como el que llevaba a la espalda.

De sus compañeros la muchacha parecía bajo los efectos de alguna hierba perniciosa, al clérigo le apétecia dar ostias y el otro tipo se quedaba callado como para darse un aire misterioso, lo mismo no pasábamos del primer cruce.

El capitán Bascomb responde a las preguntar.

- Os hemos llamado por que como agentes podeis enfrentaros a los problemas que surjan. 

La familia Irrica desapareció hace años, durante las Guerras de la Sangre Goblin. Su residencia de verano, ahora abandonada, esta cerca del río Conerica y os acompañaremos gran parte del camino, no os preocupeis.

Sobre los Thrune ... poco os puedo decir sobre la casa gobernante de Cheliax, el país de la esclavitud y los diablos. Pero lo que si hemos encontrado en los archivos es que Vegoran Thrune, un primo lejano de la reina, un bruto que abusaba de su posición fue el que desapareció según los rumores tras reclamar impuestos abusivos, gracias a una ayuda sobrenatural que recibieron los irricos. Parece que su familia no le hecho de menos ... o incluso algunos se alegraron de su ausencia.

Con la siguiente explicación las cosas quedaron un poco más claras. Le pareció bien que la mansión estuviera abandonada pues de no ser así habrían tenido que ser mucho más violentos. Quizá ahora estaba llena de criaturas, que era lo que solía suceder en cualquier lugar que quedara solitario. Tampoco le parecía que tuvieran un mapa, tan sólo tenían una sospecha y alguna historia macabra.

- Está bien, yo puedo ir en cuanto despunte el sol. El pago será el habitual.

Al no hablar de costes entendía que podrían quedarse todo lo que encontraran y les darían alguna paga para mantenerse. Era lo que Jiro vería justo. Miró al estirado esperando que estuviera de acuerdo.

Jiro tomaría su martillo de guerra y el escudo de metal, esperaba poder practicar con su técnica martillera y la habilidad divina de crecer de tamaño.

Un aún joven Zerebos, de casta guerrera Padaprayna y facciones claramente vudrasianas, se postraba en cuclillas desde el inicio del encuentro, sin haber movido casi un músculo y con su espalda reclinada en el frío muro de piedra del antiguo edificio. La piel de su liso cráneo quedaba tan sólo interrumpida cromáticamente por sus cejas, una densa barba trenzada de pelo oscuro y un par de decenas de sobrios tatuajes de significación seguramente desconocida para muchos de los presentes.

Bajo una tenue luz cuasi calidoscópica, compuesta de un sinfín de colores desgranados a través de los altos ventalanes de la antigua Catedral, la reunión tenía una atmósfera algo enigmática (más aún observando el hechicero sombrío callado de la otra esquina de la habitación). El clérigo, el cazador y la magus parecían el típico grupo de aventureros reunidos en taberna, pero a Zerebos no le parecía que prejuzgar a desconocidos le hubiera llevado a fortuna o sabiduría alguna. Quizá los conocería a lo largo de las próximas jornadas de camino y búsqueda de los irricas.

Suponía que la mayoría se habría reunido ante los capitanes Brackett y Bascomb por causas de origen mercenario, aun no era ése su caso. Ya hacía casi una década que había abandonado su hogar en búsqueda de su hermana gemela, secuestrada por disconformidades entre familias por las que ambos hermanos habían luchado y jurado lealtad. Una de las últimas pistas le trajo cerca de los quehaceres de Vegoran Thrune, el matón barriobajero de los Thrune, cuya presencia había parecido esfumarse tras su contacto con la familia Irrica. Había escuchado rumores sobre una posible expedición organizada desde la Logia de la Sociedad Pathfinder de Almas, y no había cesado en intentar llegar a tiempo de tal encuentro. Al fin había llegado, tras días y noches de viaje ininterrumpido, sin vacilaciones, para poder acercarse un poco más a la verdad que le había estado eludiendo tanto tiempo.

Si en la finca veraniega de la familia Irrica pudiera encontrar algun vestigio de lo que ocurrió con el contacto Thrune de la familia, extorsionador por naturaleza, estaría un paso más cerca de saber dónde podría estar Broesze, su otra mitad, la gemela desvanecida en el tiempo.

- ¿A cuántas jornadas de camino se encuentra tal finca de los Irrica? -pensó teniendo en cuenta las raciones de comida en la mochila que aún le sobraban del viaje desde su tierra- ¿Cuándo fue la última vez que se vio al tal Vegoran -lo dijo sin dejar entrever que el nombre le era más que familiar-... por las cercanías de la ciudad?

Si no le echaba de menos nadie -cosa a bien suponer-, ¿no podría ser que los mismos irricos y thrunianos, esclavistas por naturaleza, hubieran confabulado su muerte? ¿Ojo por ojo, quizás, dentro de su misma familia, que tuvo que resolverse de cara al público desde fuera, pero cuyo pago acabó conllevando a la nueva familia más riqueza de la esperada?

- Una última pregunta...¿cuándo desapareció la susodicha familia irrica? ¿Lo hizo al mismo tiempo que el tal Verogan? -quizá exageraba demasiado, pronunciando mal el nombre del pendenciero-

...

Tras la reunión, Zerebos volvió a la humilde choza donde unos amigos de su casta le habían permitido alojarse unas noches gratuitamente. Recogió sus armas, sus ropajes, su alimento, y, tras vislumbrar desde la pequeña ventana de su habitación la majestuosidad de Almas, cerró los ojos para devolver su mente al estado de calma pura al que requería mantenerse para no perder una brizna de concentración o agudeza, tanto en combate como en el rastreo de ínfimas pistas y detalles.

El capitán Bascomb mira extrañado a Jiro.

- Bueno, yo pensaba que los Pathfinders actuaban en el fondo movidos por la sed de Justicia y ...

El capitán Brackett le interrumpe.

- Claro que sí, Caballero del Águila. La Justicia y todo eso. Sí. Pero Jiro es nuevo y no sabe como funciona administrativamente todo esto*. A ver ... traéis todo lo que encontréis, lo tasamos, se pagan los impuestos que marca Abadar, los costes del mantenimiento de las logias, la organización de la próxima reunión, ... y lo que sobre se reparte equitativamente.

Brackett sonríe, como un mercader que acabase de vender algo por encima de su valor.

- Zerebos, sobre Vegoran, creemos que desapareció al principio de la guerra, hace casi veinte años. Los Irrica fueron destruidos por una tribu goblin cuando el conflicto estaba terminando, unos cuatro años después. Son unas dos semanas de viaje.

No sería extraño encontrar bandidos o bandas de goblins ... pero hasta donde sabemos la villa sigue vacía. Aunque gente de vuestros recursos podría averiguar algo más, sin duda.**

Si me disculpáis, voy a prepararme para el viaje.

Jiro quedó un tanto sorprendido por la forma en la que criticaban el tema monetario. Algo tenían que cobrar para poder financiar su trabajo y no había pedido más que eso.

- Sí, tranquilo que queremos la parte justa. -

Era mejor no hablar mucho más de eso. Tenía razón en que causar un perjuicio a los Thrune era algo positivo para todos, el clérigo además no veía con buenos ojos el tipo de adoración que hacían aquellas personas. Él era más bien adepto a la libertad y digamos, a la seguridad.

- En ese caso vayamos al pueblo a preguntar. Cualquier cosa que descubramos será útil. - 

Miró al resto esperando sus palabras y poder partir cuanto antes. 

Preguntando a varios comerciantes, sacas en claro algunas cosas:

Los Irricas eran una importante familia de Isger, aliada  con la casa Thrune de Cheliax. Su casa principal estaba en la ciudad de Elidir pero a menudo viajaban por el campo en sus tratos. como comerciantes 

Tenían una casa de verano en el sur Ribera del río Conerica, donde realizaban negocios. y entretenían a invitados de todo Isger y Cheliax. El último de los Irrica murió defendiendo esta finca, que era la más expuesta a los ataques goblin de sus posesiones. 

Soy yo

Tras dos semanas de viaje, el capitán de expedición Brackett señala una silueta oscura en el horizonte.

- Ahí está la antigua finca Irrica. Revisadla, y luego reuniros conmigo en Elidir para informarme. Me quedaré en la taberna del Hechicero Corto, cerca de la puerta de la Carretera Druma.

Tened cuidado.

Al partir Brackett os aproximáis a la enorme mansión, parcialmente chamuscada hace tiempo. Las ventanas están selladas con madera desde dentro. Las puertas están cerradas y parecen en buenas condiciones. El techo del edificio de dos plantas parece haber caído hace tiempo.

Observáis dos entradas, una principal grande (derecha del mapa) y otras dos más pequeñas (izquierda del mapa).

Tras un viaje sin incidencias por fin llegan a su destino, un lugar donde empezar a rastrear y encontrar respuestas, con aire pensativo rasco el cuello de Colmillo Veloz, estaba algo inquieto tras el camino, deseoso de entrar en acción como su dueño, su pelaje gris se mecía con el viento y su mirada era tan inquisitiva como siempre, desde luego su lobo siempre había demostrado ser incluso más astuto e inteligente que los demás de su especie.

- Bien compañero olisquea los alrededores, por si esto no esta tan abandonado como parece... 

Mientras los demás deciden que hacer Jarlan se agacha y mira si hay huellas recientes, nunca se sabe...

El clérigo había aprovechado para preguntar por las cercanías. Durante el viaje a aquella hacienda se mostró sereno, meditando en su deseo de llegar más lejos. Jiro sabía que esto era un simple inicio para él, que su porvenir no podía alcanzarse en poco tiempo. 

Montando en caballo, fue charlando con los demás viajeros y explicó esas historias que habían sobre esta familia desaparecida "Los Irricas eran una importante familia de Isger, aliada con la casa Thrune de Cheliax. Su casa principal estaba en la ciudad de Elidir pero a menudo viajaban por el campo en sus tratos. como comerciantes tenían una casa de verano en el sur Ribera del río Conerica, donde realizaban negocios. y entretenían a invitados de todo Isger y Cheliax. El último de los Irrica murió defendiendo esta finca, que era la más expuesta a los ataques goblin de sus posesiones."

Ya allí pudo ver que disponían de varias entradas y que no había movimiento. El cazador del grupo envió a su animal a investigar así que Jiro pensó que podían dejar pasar algunos momentos. Estaba bien contar con un lobo a su lado.

- Si encuentra algo lo investigaremos. Si no, una puerta trasera nos puede servir. Cuestión de pegar la oreja en ellas por si se escucharan sonidos.

Jarlan encuentra algunas huellas humanoides en el barro, pero sin precisar cantidad, raza o momento exacto.