Partida Rol por web

Eli miró alrededor y se volvió a hacia Segismundo. Había materiales que se podían usar para sus propósitos. 

- ¿Puedo coger cosas? Creo que con lo que hay aquí puedo enseñarte a hacer una funda para un cuchillo a prueba para las manos de un troll y además puedo arreglar un poco el tirachinas. He visto que te queda un poco grande...

Como Segismundo era más pequeño que ella, había calculado mal. Pero era normal, después de una semana cosiendo una cartera para un troll. Una pierde las proporciones. Además, en un taller le iba a quedar mejor. Como lo había hecho en clase, la presión de la clase de matemáticas la había desconcentrado de su tarea. Así que podía retocarlo aquí y quedaría muchomejor. 

-Supongo...que puedes coger cosas...es un taller...nadie va a echar de menos lo que hay detrás de la primera linea de cosas. ¿No?

El chico estaba interesado en como se estaban desarrollando las cosas, le recordaba a los dias en los que iba de aventuras con los otros miembros de su anterior linaje.

Eli se encoge de hombros. 

- Bueno, tu eres el que viene más aquí. En Globo de Nieve puedo usar lo que quiera siempre que pida permiso. 

Sí, y siempre que no fuese altamente inestable. Pero eso lo omitió, por si acaso. 

- Ayudame a buscar materiales. Yo voy a por las herramientas. Pim - dijo sacandose a la quimera de la travilla de donde seguía colgada -, tú también. Busca cosas chulas que podamos usar, cosas quiméricas. Así la funda estará en los dos sitios. Necesito...

Dicho esto, empezó a enumerar lo que recordaba que le iba a hacer falta. 

Pim salió disparado hacia los estantes ansioso por ayudar. Se le escullaba haciendo ruiditos entre los cacharros llenos de polvo. Incluso estornudó dos veces. 

Segismundo dejo el tirachinas en una mesa cercana a Eli mientras ayudaba a Pim a buscar materiales. La idea de hacer algo para Cortapanes le entusiasmaba, igual hasta quedaba bien y todo.

- ¿No deberías decirle a él que busque a ver si por aquí cerca hay alguno de tus artefactos?

Eli arrugó la nariz antes de respondes, escogiendo sus palabras. 

- No puedo. No hasta que recuerde qué tengo que buscar... Pim puede buscar cosas, pero está en cierto modo ligado a mi memoria. Por eso pensaba que... igual había historias de objetos que se habían vuelto contra sus propietarios o registros de cosas malditas. Una vez que lo sepa, Pim puede encontrarlo. Por eso te di la varita. Eso apunta a cualquier cosa que se parezca a mí, pero si lo uso yo sería redundante, ¿no? Porque me apuntaría a mí... Pero todavía tengo que arreglarla para que te quepa en las manos. 

No fue difícil encontrar todos los materiales que necesitaban. Había cuero de sobra para hacerle una funda para el cuchillo a Cortapanes, porque alguien había intentado hacer una armadura de ese material sin demasiado éxito y la había dejado abandonada en un rincón. En cuanto a lo demás, bastó con coger un poco de aquí y de allá.

El tirachinas no se había movido desde que Segismundo lo había dejado sobre la mesa, junto a las herramientas que habían encontrado.

Mientras Eli trabajaba en el tirachinas, Segismundo cosía lo que sería la funda del cuchillo. El ambiente era silencioso mientras ambos trabajaban cada uno en su tarea. El sluagh cosía dedos rápidos y ágiles y puntadas certeras la vaina de lo que creía que era el cuchillo de Cortapanes. Una vez terminadas las costuras, usó una de las herramientas del taller para grabar en el cuero un diseño de espirales que recordaba a la niebla cuando caía desde las montañas, inundándolo todo lentamente. Al terminar levantó la cabeza.

-Eli, he estado pensando, me gustaría que esta funda tuviera unas propiedades especiales. ¿Podrías extraer algo de la sustancia de mi Quimera? Luego ya se irá curando.- Era cruel pensar en su sombra como un ser independiente del que se pudiera extraer material de sombras como leche de una vaca. Sobretodo porque el proceso para la muda quimera se auguraba doloroso.

Eli levanta la cabeza del tirachinas y arruga la nariz. Inspira fuerte y observa a la quimera, o lo que cree que es la quimera. Entorna los ojos y se lleva la mano a la barbilla, pensativa. 

- Me tienes que decir qué hace tu quimera primero, para saber qué quieres conseguir poniendo ese material en la funda. Además, ¿no se defenderá si trato de cogerle un trozo? Puedo intentarlo - continúa mientras salta del taburete y se acerca a mirarla de cerca. 

Después, rebusca entre las cajas de herramientas hasta que encuentra una lupa de aumento. Se acerca de nuevo a la quimera, pensando cómo sería la mejor forma de coger el material y, después, forjarlo. 

-Puedes pincharle una aguja y coger el "jugo", ¿Crees que si no supiera que lo puedo hacer te lo pediría? No te preocupes, mientras no me intentes hacer daño a mi, no opondrá resistencia. Me hace falta un poco de oscuridad condensada eso es todo. 

Miró con curiosidad como trabaja con el tirachinas.

Tocar la sombra era como acariciar una capa de hielo sobre el agua; estaba frío y era tan fino que daba la sensación de que podía agujerearla con los dedos si no tenía cuidado. E igual que el hielo, hizo que se le entumecieran los dedos. Suponía que podía coger un trozo fácilmente si tenía cuidado. Estaba con sus cálculos cuando la invadió la sensación, intensa y acuciante, de estar causando problemas, de estar siendo observaba. La sombra se deslizó para alejarse de ella.

Cuando se inclinó para examinar la sombra, Eli se puso tan blanca que las espirales de colores de sus pómulos parecieron agrandarse y brillar. Pim gorjeó y se refugió en el bolsillo de su señora y detrás de los dos niños se oyó un sonoro chasquido.

El tirachinas mágico, que Eli acababa de arreglar, se había partido por la mitad.

-Mundo ¿Has sido tú?-Preguntó Segis al aire, tal vez su quimera había decidido actuar de forma autodefensiva, aunque sería raro. El niño Sluagh miraba alrededor, tal vez no estaban solos después de todo, aunque a simple vista todo parecía un efecto de su quimera.

Eli tardó unos minutos en recuperar los colores, seguía observando la sombra mientras Pim temblaba. 

- Oye, Segis, ¿desde cuándo tienes a tu quimera? ¿Sabías que se podía defender así? 

Pero entonces sus ojos repararon en el tirachinas. Su perfecto y magnífico tirachinas hecho pedazos. Las espirales brillaron rojas a la vez que Eli se ponía colorada del enfado. Fue entonces cuando la turba de insultos y maldiciones salió por su boca haciendo que hasta Pim huyera de su lugar a salvo en el bolsillo y se fuera a refugiar en una lata de tornillos vacía. Desde ahí, se le escuchaba gorjear jugando con el recién descubierto eco. 

- ¡Todo el trabajo para nada! ¡PARA NADA! ¡Tengo que empezar de cero! - protestó Eli mientras poco a poco, conseguía dejar de escupir maldiciones para volverse a centrar en cómo arreglarlo. 

-Si, pero se supone que me defiende a mi, no esperaba que fuera a reaccionar así. Al fin y al cabo te acabo de dar de permiso para hacerlo. - Los dedos del sluagh repasaban las espirales eliminando los restos de cuero que tenía de pelar el diseño.- Es mia, es mi sombra, la tengo desde que desperté en ésta vida. ¿Por qué?

Eli respiró hondo varias veces y llamó a Pim: 

- Pim, ya puedes salir.

El bichito salió de su escondrijo y se posó en la palma extendida de Eli. 

- Por un segundo, pensé que podía haber sido una de mis creaciones. Tuve la sensación de que te conocía del algo. Eso fue ayer. Pero si no me recuerdas tú a mí, pensé que lo que igual me sonaba era la sombra...  ¿Quieres que lo intente otra vez o pruebas tú siguiendo mis instrucciones? Una vez que tengas la esencia, puedo terminarlo yo. Igual Mundo se siente más cómodo, o algo así..., si eres tú quien lo coge. 

-Vale ¿Estas segura de que conoces el procedimiento? Si me das las herramientas y las instrucciones lo haré yo mismo.- Soplando con suavidad segismundo retiro los restos que  se habían levantado al rascar el cuero.

- Por supuesto que me sé el procedimiento - contesta Eli con total convicción. 

Acto seguido, rebusca en la caja de herramientas hasta que encuentra unas pinzas, unos alicates y una caja de tornillos en la que solo quedaban dos, así que la vació del todo para dársela a Segis junto con las pinzas. 

- Los alicates son para mí luego. Yo creo que con las pinzas será suficiente. Ahora presta atención - dice Eli al tiempo que le describe la sensación de frío helador que notó al tocar a Mundo, y que aunque él por su linaje puede que no le resulte incómodo, que igual mejor era usar las pinzas para coger solo un poquito. 

Según sus cálculos, la esencia tendría que desprenderse suavemente, como si fuera una textura de algodón. Después tenía que meterlo en la caja para que así ella no tuviera que tocarlo, por si volvía a pasar lo mismo. Un un poquito, sería suficiente para crear una cera con la que embadurnar la piel de la vaina. Además de hacerla impermeable y proteger mejor la daga, así conseguirían el efecto que Segis había pedido a Eli. 

-Bien, manos a la obra entonces ¿No?

Con las pinzas en una mano saltó del taburete en el que estaba sentado y se acuclilló. Su mano libre acarició su sombra, donde era un poco más densa que el resto de la oscuridad que había alrededor.

-No pasa nada, Mundo, solo será un poquito y podremos descansar en el Feudo para que te recuperes después.- susurró el niño en tono amable a su otra mitad.

Era necesario ser firme y a la vez suave, no quería asustar a su pobre sombra.