Partida Rol por web

Rosario continuaba apoyando a Kiko...

**OVERSEER ANNOUNCEMENT**

With a shudder, the machine begins to fold up again. The ethereal tendrils dissipate as the machine closes, locking tightly. With only a barricaded door between them and Charvion, several of the stronger Pathfinders put their collective shoulders into the door.

The walls and floor of the room revealed within are made of pale, roughly-finished sandstone. They curve upward to an almost dome-like structure above, and the level of the floor is slightly lower than that of the entry door. Squared arches of polished sandstone are cut into the curved walls, creating fantastic columns. The walls are covered to a height of 30 feet with enormous bookshelves full of tomes, scrolls, and leather-bound books. Several ladders, used to climb to the higher shelves, are scattered about the room.

At a half-dozen points throughout the room, the rough, sandstone floor has been breached, smashed open as though someone were looking for something. Standing above one such hole is Charvion Eater-of-Bones. Flinging aside his sledgehammer, he raises his arms to the ceiling and screams in an ancient, guttural tongue. A nimbus of white flame erupts about him and then explodes, sending several different versions of Charvion flying about the room. Each Charvion stands and laughs, and in one loud chorus they say, “Come and fight me, Pathfinders. Your days are numbered!”

(Traducción)

ANUNCIO DEL SUPERVISOR **

Con un estremecimiento, la máquina comienza a plegarse de nuevo. Los zarcillos de energía se disipan a medida que la máquina se cierra, bloqueandose con fuerza. Con solo una puerta entre ellos y Charvion, varios de los Pathfinders más fuertes se pusieron juntos a derribarla.
 

Las paredes y el piso de la nueva sala están hechos de un color pálido, con acabados ásperos en arenisca. Las paredes se curvan hacia arriba a una forma casi de domo estructura arriba, y el nivel del piso es ligeramente inferior a el de la puerta de entrada. Arcos cuadrados de piedra arenisca pulida tocan las paredes curvas, creando fantásticas columnas. Los muros están cubiertos a una altura de 30 pies con enormes estantes lleno de tomos, pergaminos y libros encuadernados en cuero. Varias escaleras, utilizado para subir a los estantes superiores, están dispersos por la habitación. En una media docena de puntos en toda la habitación, el áspero, piso de piedra arenisca se ha roto abierto como si alguien estaba buscando algo, y de algún lado en la habitación, oís un fuerte golpe.

Charvion está rompiendo furiosamente el piso con un pesado martillo. Con un rugido de furia sobrenatural, Charvion Comehuesos levanta sus brazos hacia el techo y grita en un antiguo lenguaje gutural. Un nimbo de llama blanca estalla a su alrededor y luego explota, enviando varias versiones diferentes de  Charvion volando por la habitación. Cada Charvion  se ríe, y a coro dicen: "Venid y luchad conmigo, Pathfinders. ¡Vuestros días están contados!"

Stryga guardó la varita de Kiko, sacó la suya y se pegó un varitazo. Al instante empezó a crecer, aunque sabía que le llevaría un buen rato alcanzar de nuevo el tamaño de antes.

Antes de entrar a la sala, Rosario Utilizo su Varita de Escudo...

Arlanzor se unió a sus compañeros para entrar en la sala, allí vio como Charvion les reta. Sonriendo el guerrero aceptó el reto y salió a la carga a por éste.

-¡¡Pagaras por lo que has hecho!!

Stryga dejó caer la varita de agrandamiento, sacó su otra varita, la de protección, y se lanzó un nuevo escudo de fe. La clérigo echó un vistazo a la impresionante sala y añadió, seria:

-Impresionante arquitectura. Que pena que haya que mancharla de rojo contigo, Charvion!

Arlanzor golpea con fuerza Charvion y este avanza rugiendo hacia el grupo, ignorandole.

- ¡Temed mi poder!

Y lanzo un hechizo con el que un cono de vibrantes colores sale de su mano, envolviendo a Rosario, Peter, Thiran y Kiko.

Quizás por la labor en la sala anterior, el pícaro tenia la autoestima por las nubes. Y aquel dia la fé de Kiko no sucumbiría...

Rosario al entrar en la sala, se quedó alucinada, vaya cantidad de libros y pergaminos, mejor no utilizar su llamas dracónicas, no querría ser la culpable de destruir el conocimiento o arte que guardaban. Y allí estaba Charvion, el cual desafío a todos los Pathfinder, creando múltiples copias de si mismo.

Todo había pasado muy rápido, y cuando la paladina, quiso actuar, Charvion, se había acercado y lanzo un hechizo a varios del grupo… y que bonito que era el hechizo con forma de arcoíris digno del más hermoso amanecer. Pero la fuerte voluntad divina de Rosario hizo que resistiera. Acto seguido, Rosario Gallardo, se dejó llevar por su sangre dráconica y transformanos sus delicadas manos en escamosas garras doradas, se lanzó al cuello de Charvion.