Partida Rol por web

Peligro en Desembarco del Rey

Empieza el Torneo del Rey

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14/01/2018, 21:50
Director

La ciudad de Desembarco del Rey amaneció tarde aquel día, especialmente entre aquellos que habían asistido al banquete de bienvenida, aquellos nobles de muy distinguidas casas y caballeros de alta galantería que habían agotado las existencias de vino y cerveza de las bodegas de la Fortaleza Roja durante la noche anterior. No era un día para madrugar, obviamente. A excepción de aquellos humildes trabajadores que habían adelantado su jornada laboral para poder asistir a los eventos del torneo. La principal atracción del torneo era sin duda la justa. Era el evento que más atención reclamaba, y que más prestigio tenía entre todas las que se iban a suceder durante aquellos días de contiendas. Y no era para menos, ya que las justas permitían ver a caballeros de todos los lugares y rincones de los Siete Reinos compitiendo por gloria y honores que harían que los trovadores y los juglares repitieran sus nombres y ensalzaran sus virtudes por toda la eternidad, más teniendo en cuenta la importancia de aquel torneo convocado por el Rey. Teniendo en cuenta todo eso, el Rey había convocado el comienzo de la primera ronda para la última hora de la mañana, en la cual, como enfrentamiento inaugural, se resolvería el juicio por combate entre Adham Dannett y el campeón de la casa Crogall.

La mecánica de las justas era sencilla. Dos caballeros enfrentados, cada uno en un extremo de la liza y con la misión de descabalgar a su oponente. Pese a todo era un duelo de caballeros, y un duelo civilizado que no buscaba la muerte del contrario, sino tan sólo su caída. Por ello, las puntas de las lanzas eran romas y estaban preparadas para romperse al impactar con el escudo del rival. Los caballeros vestían la armadura completa para atenuar los efectos de los violentos golpes recibidos a gran velocidad, pero pese a todo en ocasiones ocurrían accidentes que podían ir desde contusiones o roturas de huesos por las caídas a heridas más graves, y no sería la primera vez que una lanza mal colocada golpee en el visor, el gorjal y otro punto vulnerable de las protecciones. Una coraza aplastada puede causar lesiones serias, como también los cascos de un caballo asustado o las astillas que se desprenden de las lanzas al romperse si se cuelan por el visor hacía los ojos. Era una competición cargada de peligros, y por ello los escuderos de los jinetes no sólo se limitaban a esperar en los límites del campo para intercambiar lanzas con los caballeros, sino que también acudían prestos a ayudar a aquellos que pudieran caer en peligro.

La estructura del torneo era de lo más corriente. Se elaboraban unas listas en forma de series eliminatorias, el perdedor de cada competición queda eliminado del torneo mientras que el ganador pasa a la siguiente ronda hasta que sólo queden dos oponentes para la gran ronda final. Siendo un torneo de tal magnitud, con tal número de caballeros, se calculaba que contase con aproximadamente seis rondas. Lo que suponía sesenta y cuatro participantes para la primera ronda. Las reglas que el Rey había elegido para el torneo eran las clásicas: golpear el escudo del rival con la lanza hasta que sólo quede uno de los dos jinetes en pie, pero si tras tres cargas ambos jinetes continúan de pie, un juez imparcial determinará al vencedor según la calidad de sus golpes. Golpear deliberadamente a otro lugar que no sea el escudo del oponente era considerado malas formas, y podía acarrear una eliminación y posiblemente ser multado con un precio de honor. Por último, el oponente que era descabalgado quedaba eliminado del torneo y perdía su montura y su armadura en favor del ganador, aunque éste podía aceptar el pago de un rescate para devolverlas.

Aunque la justa era el principal evento, también existían otros torneos disponibles para deleitar a los asistentes, como la competición de arquería o la de monta, y también la asamblea de maestres organizada por el Gran Maestre Pycelle, aunque esta última era un cónclave en el que sólo los maestres dignos de llevar cadena podían asistir, y la mayoría de la gente ni siquiera la consideraba una competición. Aunque a decir verdad, las sutiles luchas académicas entre maestres la convertían en una batalla encarnizada de intelecto.

Pronto el terreno de torneos de la ciudad, fuera de sus murallas y a orillas del Río Aguasnegras, se convertiría en un lugar de ebullición a rebosar de gente. La mayoría del medio millón de almas de la ciudad se aglutinaría en ese preciso lugar para ver el espectáculo junto con el gran número de visitantes llegado desde todos los rincones de Poniente. Pero para los más madrugadores, el terreno se encontraba todavía silencioso y poco concurrido. Situación que no tardaría en cambiar. Los carpinteros habían finalizado las obras de construcción de las gradas para los nobles y las vallas que delimitaban la liza del combate y las zonas acotadas para las demás competiciones. Una gran tribuna se alzaba sobre las gradas con amplios asientos para el Rey y su familia. Conforme el sol ganaba en altura, el número de personas comenzó a aumentar en la zona destinada a la plebe, pues muchos eran quienes querían coger un buen sitio para poder ver el torneo sin andar a empujones con el resto.

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18/01/2018, 17:48
Whalen Crogall

Whalen había dormido poco y mal. Entre la borrachera, lo sucedido con su esposa y los nervios por el juicio por combate estaba que no cabía en su piel.

De amanecida ya remoloneaba por el patio seguido de su fiel escudero Wilard y no paraba de acariciar el cuello y el lomo de Bella. La yegua notaba el nerviosismo de su amo y piafaba inquieta.

El joven se moría por ir a visitar a su mujer, pero también tenía otros asuntos entre manos. Aunque creía que él sería el campeón de la casa, su padre no se lo había dicho abiertamente. ¿Confiaría en él lo suficiente? ¿Le haría un nuevo desplante?

No paraba de mirar por la explanada, en busca de su esposa.

Seguro que acude. Pensaba, con la esperanza de los enamorados. Quería hablar con ella. Saber qué planes tenía. No se podía creer que todas aquellas ideas que tenía para el feudo acabaran como habían acabado.

Wilard. ¿Ya has revisado las lanzas? ¿Los estribos? ¿Las herraduras? ¿Las cinchas? ¿Las...  Iba enumerando sin cesar las cosas que le preocupaban, para así desviar su atención de las cosas que verdaderamente le importaban. Su esposa. El combate Dannett. La intriga del Zorro.

Su escudero iba respondiendo con un escueto"sí" a cada pregunta de su señor, acompañado de un enérgico cabeceo. Pero Whalen no lo veía. Seguía escudriñando el campo, en busca de su adorado cabello de fuego.

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20/01/2018, 16:45
Lord Evan Crogall

Evan Crogall se levantó temprano aquella mañana. Con la edad, su sueño era cada vez más ligero y sus pensamientos le acompañaban en el estado de vigía, y su cuerpo estaba agitado y tenso, y notaba el dolor de la pierna más de lo normal. Sabía que ni siquiera la compañía de su amada Varya iba a serenar, así que se vistió en silencio y salió del pabellón.

Aún no había amanecido cuando se acercó al lugar donde se iba a celebrar el torneo. No era el único que había madrugado, pues los guerreros a menudo buscaban ese momento de paz y de soledad en la mañana antes de la contienda. Solo que en caso de Lord Crogall, él no iba a pelear. Otros iban a hacerlo por él para así decidir si él era culpable o no. En soledad, apartado del resto, notaba que su presencia les incomodaba a algunos. Las acusaciones habían sido públicas, y en presencia del Rey. A la espera de la resolución definitiva, Evan Crogall era un hombre marcado.

¿Qué justicia era ésa? ¿Cómo podía el simple azar y la habilidad de un campeón decidir lo que era verdad y lo que era mentira? ¿Discernir entre el bien y el mal?

El juicio estaba próximo, y aún sabiéndose inocente de los cargos de aquel día, al mismo tiempo sentía el peso de la responsabilidad de gobernar la Casa Crogall durante tantos años. Había tomado muchas decisiones, había ordenado castigar y ejecutar a malhechores y a traidores. Había defendido el honor, el nombre y la posición de los Crogall, y el suyo propio. Había matado y ordenado a matar. No a aquellos campesinos de los Dannett, pero los mensajeros…

¿Soy culpable? Seguramente. De muchas cosas. ¿Lo volvería a hacer? Sin duda.

Su mirada recorría ahora el campo de la justa. Recordaba a su padre Duncan participando en un torneo u otro. Y Evan también lo había hecho. Sin embargo, hoy iba a ser diferente. Hoy los Crogall se jugaban algo más que su prestigio. Una derrota les acercaba al abismo, mientras una victoria les solucionaba una parte de las acusaciones, aunque no todas. Pensando desde la perspectiva de quien carga con el pasado y mira hacia el futuro, Evan Crogall aguardó la llegada de Adrik. Vio llegar a su hijo Whalen y al resto de la familia. Le vio nervioso a Whalen, y quería acercarse para evitar que volviera a hacer el ridículo, pero necesitaba dirigirse primero con el hijo de Joseph delante de todos. Sentía un afecto especial por el muchacho, y veía en él la esperanza para los Crogall.

Le vio a Adrik preparado para la justa, y le puso la mano en el hombro. –Ser Adrik, nadie nos podía defender con más valor y con más honor, pues en ti veo lo mejor de tu padre.

Evan Crogall sonrió y por momentos parecía que sus ojos se humedecían de la emoción. –Esta Casa te necesita en estos tiempos difíciles, y te va a necesitar más mañana que hoy. Así que hoy debo elegir a Whalen para que lleve el escudo del lagarto-león.

Y entonces se giró hacia su hijo. –Whalen, ya lo has oído. Tu deseo se cumple, y depositamos en ti la esperanza de un juicio favorable. Tienes la verdad de tu parte, ya que nos sabemos inocentes de la matanza de los campesinos. ¡Defiende esa verdad, y consigue la victoria!

Incluso ahora, cuando más le necesitaba, cuando por fin lo miraba como el hombre en que se había convertido, cuando podía sentirse el orgullo de ser su padre y cuando iba a defender lo más sagrado para Evan; incluso ahora sus palabras carecían de afecto, y en ellas no había confianza hacia Whalen. Tal vez por ese motivo, o por el inminente juicio, Lord Crogall parecía abatido y cansado, aunque trataba de mostrar una fachada firme y fuerte.

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21/01/2018, 22:15
Whalen Crogall

El heredero se sintió pequeño ante su padre, como acostumbraba a pasar. Y así fue con sus palabras. Parecía apreciar más a su primo que a él, pero de golpe él será el campeón. Whalen. El heredero. Como tiene que ser. Aunque las palabras son apagadas, sin emoción. Como si cada día se fuera a jugar el honor y futuro de los Crogall en un combate.

Se irguió cuan largo era, y por un momento tuvo una pose gallarda, a pesar de su piernas arqueadas.

No os fallaré, milord. Por los Crogall.

Dijo, con emoción. Él confiaba en sus capacidades. Era un buen jinete. Siempre había sido su punto fuerte. Dudaba que aquel idiota Dannett fuera mejor que él. Seguro que grandes justadores como Jaime LAnnister le podrían desmontar con facilidad, pero no el Dannet. El Dannett no.

Se inclinó ante su padre, ante Adrik, y se alejó, dispuesto a revisar él mismo todo lo que había pedido a su escudero.

Wilard, ve a por unos huevos y algo de panceta. He de asentar este maldito estómago.

Ordenó, mientras revisaba los correajes de Bella.

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24/01/2018, 09:25
Lady Varya Crogall

Lady Varya despertó con el movimiento del cuerpo de su marido al levantarse, sabía que había momentos en los que la soledad era la mejor compañía, pero no quiso dejarlo ir sin darle su apoyo, extendió el brazo y acarició la mano de él antes que abandonase el lecho conyugal. Cuando Evan salió de la estancia se levantó rauda y se alistó para el día que se avecinaba, probablemente no sería agradable y quería estar preparada por si podía ayudar a su esposo.

Desayunó ligero, se guardó algo de fruta entre los pliegues del vestido y se dirigió a ver a Alysse. 

-Buenos días -dijo con voz suave cargada de desánimo -, anoche no fueron las cosas bien para la casa. -no quería que se enterase por terceros y su opinión respecto a la familia cambiase, la hija de un herrero podía parecer poco apoyo pero no sería Varya quien la tratase como a una inferior -Hemos sufrido más acusaciones falsas y el rey decidió que una de ellas se juzgase hoy, en combate. Espero que los dioses estén de nuestro lado, del lado de la verdad, pero no siempre las personas juegan limpio. -hubo un pequeño silencio en el que pensó en Scarlett y su traición, negó débilmente con la cabeza y continuó -Nos vemos cuando acabe.

No le ordenaba que se quedase, era libre de volver con su padre si así quería, pero en sus palabras se apreciaba que prefería que les aguardase allí. Esperó a que la muchacha contestase y salió a la zona común. 

-Iré a rezar a los dioses antes del combate. -anunció al guardia que se encargaba de su seguridad.

Estuvo tentada de decirle que iría sola, pero sabía que no le dejarían, que su esposo habría dado órdenes claras al respecto. Al salir de la zona destinada a su casa, la señora miró los estandartes tratando de localizar el de los Dannet, y con el disimulo del que siempre hacía gala los observó. La seguridad que rodeaba al joven Adam le dijo a la dama que no sería buena idea tratar de hablar con él. Apretó los dientes y marchó a la capilla* para llevar a cabo lo que había dicho, estuvo un rato rezando a los dioses y al acabar se fue a reunir con su familia en los terrenos del torneo.

En vista de las acciones que los jóvenes Crogall estaban llevando a cabo, el lord ya había emitido su decisión cuando ella llegó. Miró a uno y a otro, sopesando con quien hablar primero y se acercó al heredero.

-Whalen... -iba a decirle algo referente a su mujer pero, viniendo de ella, no tuvo claro que no se lo tomase a mal -Tu padre confía en tí para defender a la Casa de las falsas acusaciones, aunque que ya sabes como es. -era una clara referencia a su actitud distante y a que no la tomase en cuenta -Sabemos que puedes con el muchacho, Galdrín tenía fe en tí, todos la tenemos.

Notas de juego

*He supuesto que habrá alguna provisional en los terrenos de acampada para no colapsar las de la ciudad, si no es así, me avisas y modifico  ;D

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24/01/2018, 16:42
Whalen Crogall

A Whalen le sorprende la aparición de Varya, que casi da un respingo al escucharla, mientras está ajustando las cinchas de su yegua.

Se vuelve hacia ella y escucha lo que le dice. Su expresión es triste y algo abatida, que le devuelve una sonrisa cansada.

Mi señora... Os agradezco vuestras palabras. Y el apoyo a la casa Crogall en general y a mi padre en particular. Entonces suspira y se decide a usar el tuteo que ella misma ha utilizado. Ahora me doy cuenta de los estúpidos celos que he tenido de ti. Quizás fueran por la posibilidad de un hermano... O quizás al ver como mi padre deposita en ti el cariño que a mí nunca me ha dado. Sí, supongo que todo lo ha hecho por mi bien. A estas alturas lo único que deseo es que todo salga bien. No tengo un interés especial en ser el próximo lord Crogall. Lo que realmente deseo es lo mejor para mi casa. Y tú formas parte de ella.

Remata, con otra sonrisa cansada, pero más amplia. No tenía sentido sentir rencor hacia una extranjera que se había ganado el amor de su padre. Al menos no después de descubrir todos los alacranes que hay en los Siete Reinos. Desearle algo malo a Varya se le antojaba una imbecilidad de niñato. 

Gracias por tus palabras... Añade, antes de volverse a seguir revisando su caballo.

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24/01/2018, 23:46
Ser Roshar Blackfist

Ser Roshar apareció en la zona del torneo bien entrada la mañana. Su cara soñolienta anunciaba lo larga que se había vuelto la noche anterior. Lucía una sonrisa, como siempre, y buscó uno de los postes de madera puestos a modo de valla para apoyarse. No mostró la menor intención por acercarse hacia los Crogall y parecía mirar con interés el despliegue destinado a las justas. Se preguntaba como acabaría el día, o siquiera la mañana.

Buscó al joven Dannett entre el gentío intentando descubrir su estado de ánimo. El día anterior había bebido bastante y podría resentirse. Por desgracia, el campeón Crogall, de ser Whalen*, podía estar en unas circunstancias similares. Se preguntó por quién se habría decantado finalmente Evan. Una decisión complicada. Y buscó, casi sin darse cuenta, las señales que podían indicarle cual de ellos se preparaba para justar por salvaguardar la inocencia de la casa. 

Notas de juego

*Ser Roshar aún no lo sabe. 

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25/01/2018, 02:42
Ser Adrik Crogall

Ser Adrik escuchó las emotivas palabras que le dedicaba su tío, la mención a su padre fallecido hizo que al joven caballero se le enrojecieran los ojos, asintió con la cabeza en silencio y aceptó de buen grado la decisión de Lord Crogall sobre quien debía defender los colores y el honor de la familia.

Por si acaso resultaba el elegido para defender a los Crogall, Adrik ya había empezado a prepararse. Pero tras conocer que sería Whalen y no él, quien inaugurara el torneo contra el joven Dannett, se relajó y se empezó a quitar las protecciones. Ser Adrik justaría en el torneo, pero sería su primo quien se enfrentase a la justa más delicada de todas. Pues lo que estaba en juego era algo mucho mayor.

Adrik fue hasta donde Whalen se preparaba para darle ánimos antes del combate. Con el puño cerrado golpeó suavemente las hombreras de la armadura de su primo mientras Willard le ajustaba los correajes y le ayudaba a ponerse las pesadas protecciones. El escudero de Whalen había estado realmente atareado preparando todo para la justa de su señor, y más después de que Lord Evan anunciara su decisión.

-Estás preparado. -Dijo manteniendo una mirada firme en su primo. -Visualízalo Whalen, recuerda los consejos de Galdrín y su entrenamiento. Visualiza a ese hijo de puta en el suelo. -Mencionar a Galdrín había hecho que una lágrima saliera de sus ojos pero Adrik sorbió por la nariz y rápidamente golpeó de nuevo el hombro de Whalen sacudiéndole más fuerte en esta ocasión. -Sé que vas a ganar. Así que gana.

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25/01/2018, 11:22
Whalen Crogall

Miró a su primo cuando le daba ánimos. En su interior creía que Adrik defendería mejor a la casa que él mismo, pero empezaba a entender a su padre. Hay cosas que las ha de hacer uno mismo, aunque otros las puedan hacer mejor.

Le dedicó una sonrisa melancólica ante sus primeras palabras, que se tornó en una expresión más jovial cuando lo sacudió. Mencionar a Galdrín hacía que aquel combate fuera más importante.

Abrazó a su primo con fuerza. Bueno, con toda la fuerza que se puede aplicar entre personas embutidas en corazas de metal, pero el sentimiento era genuino. Tenía suerte de estar rodeado por gente como la de su familia.

Ganaré. Haré que ese gilipollas se trague sus palabras.

Tras una corta pausa, lo miró de arriba a abajo. Estaba imponente con aquella armadura. Todo un caballero.

Y yo estoy seguro que hoy vas a descabalgar a muchos caballeros, Adrik. Enséñales la parte letal de los Crogall.

Tras lo cual se despidió de él deseándole, una vez más, sus mejores deseos para aquel día.

Buscó con la mirada a ser Roshar, que estaba apoyado en un poste no muy lejos de allí, observándolo todo con su habitual pose como que todo aquello no iba con él. Se acercó hasta él, con paso inseguro. Al llegar a su altura no le dió tiempo a decir nada y fue directo.

Ser Roshar... ¿Sabéis?... ¿Sabéis dónde está mi mujer? Seguro que el espía sabía ese detalle, pero tampoco quería despertar recelos extraños. Quiero que me de su protección para la justa de hoy. Él sabía que le quería. Podía no gustarle la familia Crogall, pero a él no le negaría sus mejores deseos (o eso creía), de la misma manera que Whalen amaba a su mujer de forma genuina. De alguna manera creía que era importante contar con la bendición de su esposa para la empresa que tenía por delante.

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27/01/2018, 18:05
Ser Roshar Blackfist

Ser Roshar giró la cabeza con extrema lentitud al escuchar la voz de Whalen. Le había visto aproximarse y había decidido mirar en otra dirección, hasta que se dirigió a él. 

- Al amparo de los dioses, espero, mi señor. - dijo, sin mudar su sonrisa. Sabía que no era la respuesta que quería el heredero, pero en el rostro del caballero no había ningún indicio de saber más detalles. Aún así, tras unos segundos de silencio, volvió a hablar. - Por su cuna apostaría que podríais encontrarla en el Gran Septo de Baelor, mi señor. ¿Dónde si no llevarían a una noble que reclama la protección de los siete?

Se hubieran podido suponer muchas cosas si el Blackfist tuviera la información que Whalen pedía. Pocas buenas para su esposa. El caballero se preguntó si el joven tenía alguna sospecha y escrutó su rostro. Poco después volvió a perder la vista en los alrededores, sin saber si tenía alguna pregunta más para él. 

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27/01/2018, 21:56
Director

El corazón pedía a Whalen salir corriendo hacía el Gran Septo de Baelor y reencontrarse con su amada esposa, la persona más odiada en el seno de la familia Crogall y a la cual extrañamente él todavía quería. Pero moverse por las calles y callejones de aquella gigantesca ciudad no era tarea fácil. Desembarco del Rey era una vasta extensión de terreno construido entre las colinas que dominaban la ciudad. Sus calles eran cuestas de diferentes pendientes que no estaban diseñadas para moverse embutido en aquella pesada armadura. Y eso sin contar con la gente, para salir de allí tendría que moverse contracorriente entre una marabunta de personas ansiosas por llegar al campo de los torneos. Pero lo peor era que no disponía de tiempo, pues apenas quedaban unos minutos para que las trompetas anunciasen el comienzo de las justas y los heraldos vociferasen su nombre. Debería rezar a los dioses por que Lady Scarlett acudiera a verle en el torneo, pues desde el banquete de la noche anterior poco se sabía sobre la pelirroja y era toda una incógnita si acudiría a presenciar como su marido se batía en duelo por el honor de una casa vilipendiada con, entre otras, sus propias acusaciones.

Finalmente, la hora llegó. A la última hora de la mañana, tal y como estaba previsto, dio comienzo oficialmente el Torneo del Rey con la primera ronda de justas. La cual sería inaugurada con el enfrentamiento entre el Whalen Crogall y Adham Dannett, para resolver las acusaciones y disputas de la noche previa. Y no era un combate más del torneo, sino un juicio por combate que iba a determinar cuál de los dos tenía la razón, y el favor de los Siete. Al contrario que en una justa normal, y contraviniendo las normas del torneo, se había determinado que para esta ocasión el combate no terminaría hasta que uno de los campeones se rindiera o fuese vencido del modo en que aconteciese. Lo cual incluía la muerte. Por lo que ser descabalgado en esta circunstancia no era especialmente determinante. 

La noticia se había extendido como la pólvora por la ciudad, y tanto las gradas como la zona circundante a la liza estaban abarrotados por espectadores de las más dispares cunas. Señores y damas, plebeyos e incluso los más humildes de los muchachos del Lecho de Pulgas se concentraban alrededor de aquel lugar. De la misma forma, los miembros de las casas nobles importantes llenaban los pabellones privados de coloridos estandartes y pendones que flotaban en el aire movidos por la ligera brisa de aquel día veraniego. La familia real y los más nobles de entre los nobles se encontraban en la zona preferente del graderío y el orondo Rey Robert esperaba impaciente a que la contienda diera comienzo. 

Adham Dannett ya se encontraba en el campo mucho antes de que fuera requerida su presencia. Con taciturna determinación cabalgaba de un extremo a otro con la cabeza descubierta entre vítores de gran parte del público. Cuando los heraldos anunciaron su nombre fue aplaudido enérgicamente por prácticamente la totalidad del gentío. El banquete de la noche anterior lo había encumbrado, y todos se mostraban abiertamente favorables a su causa. Era la viva imagen de la caballería, luchando por defender las injusticias contra los indefensos y los débiles. Casi todo el público, y especialmente aquellos de baja cuna, le apoyaban. Aquellos mismos vítores se convirtieron en abucheos cuando se anunció el nombre de Whalen Crogall como su rival. Las acusaciones de Adham, y especialmente las de Lady Scarlett, habían hecho mucho daño a la reputación de los Crotall, y de nada habían servido sus intentos por ganarse el favor del pueblo o verter rumores contrarios a lo que se decía de ellos. Apenas unos pocos, entre los que se contaban los Lugus, Ser Bryan y un par más de nombres, se mostraban abiertamente en su favor.

Adham ignoró todo aquello, se dirigió a su escudero y este se aupó a una de las vallas para ayudarle a colocarse el yelmo, el escudo y la lanza. Lo cierto era que el joven Dannett lucía magnífico: su armadura era de factura reciente y relucía en la mañana tras haber sido pulida con esmero por parte del escudero del joven, su yelmo lucía una cimera de largas plumas de color bermellón, vestía una sobrevesta encarnada en la que podía verse una granada atravesada por una flecha tanto en el pecho como en su espalda. El escudo era blanco y también portaba con orgullo la granada en gules emblema de su casa.

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27/01/2018, 22:32
Willard Camfrid

El escudero de Whalen también estaba preparado para el combate de su señor. Como si el pequeño Willard hubiera percibido la importancia trascendental de aquel duelo, por primera vez desde que lo había tomado a su servicio no se había olvidado de ningún detalle. Había preparado lanza, escudo y yelmo para entregárselo a su señor en cuanto este montase a Bella, a la cual también había preparado durante toda aquella mañana. La había peinado, ensillado, y le había colocado con gran diligencia los elementos protectores de Bella, como la testera, la capizana y el peltral, logrando que Bella luciera como un imponente caballo de guerra.

Incluso, por primera vez y sin precedente conocido, Willard se mantenía extrañamente callado. Sin decir ninguna de sus tonterías ni aludir a importantes gestas caballerescas de las historias que le encantaban y embotaban la cabeza. Parecía saber leer la importancia de aquel duelo. Whalen pudo ver una lágrima brotar de su ojo y recorrer su mejilla cuando una vez ya subido en Bella, y tras colocar su yelmo, le paso la lanza que debía empuñar.

-Suerte. -Dijo escuetamente con voz temblorosa.

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29/01/2018, 10:23
Whalen Crogall

El joven heredero estaba hecho un manojo de nervios. Ser Roshar se había mantenido algo hosco en sus respuestas. Quizás pensaba que no era suficientemente Crogall. No le daba tiempo de tener unas palabras con su mujer. Se paseaba arriba y abajo, mirando de contener sus emociones. Pero llegó el momento que no deseaba que llegara nunca. Los vítores a Adham y luego los abucheos hacia él. ¿Qué había hecho para mercer aquello? Todo era terriblemente injusto. Alguien por allí debía de estar partiéndose de risa.

Se subió a su amada yegua y en ese mismo instante todos los nervios le bajaron hasta el bajovientre. Se sentía algo más seguro encima de su caballo. Allí era más que un joven noble perdido en sus deberes. Allí era poderoso. Con rostro apretado tomó la lanza que le ofrecía Willard.

Eres un buen escudero. Respondió a los buenos deseos de Willard. Era un chaval demasiado fantasioso y excitable pero era bondadoso. Durante los últimos días había aprendido a valorar mucho más aquella rara virtud.

Picó espuelas suavemente, para ir hacia el campo de liza, a presentar sus respetos al rey y a su oponente. Aunque perdiera la vida, debía de demostrar ante todo el pueblo que los Crogall eran honorables.

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01/02/2018, 02:25
Ser Roshar Blackfist

La hora llegó y la preocupación se incrementaba en la mente del caballero. Las normas impuestas por el rey podían complicar el resultado deseado. Una cosa era vencer una justa y otra conseguir someter a tu rival. El joven Dannett no se iba a rendir con facilidad, estaba demasiado obcecado... Quizás llegase a obligar a Whalen a matarlo. Y Ser Roshar se preguntó qué pasaría en ese extremo. Si sería capaz... si dudaría... y si esa duda podía pasarle factura. 

Comenzó un paseo y alcanzó la posición del heredero Crogall antes de que cabalgara. Casi tropezó con él, en aparente despiste, y aprovechó para susurrarle unas palabras.

- Haz que pague. Por Galdrín. -  

Se alejó de él, sosteniéndole. 

- Perdóneme, mi señor. No le había visto.

Y se alejó antes de que pudiera responderle. El tiempo le apremiaba. 

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03/02/2018, 20:11
Adham Dannett

Adham Dannett, lanza en ristre, picó espuelas y puso a su caballo a caminar por la liza con un trote magníficamente bello, alzaba sus patas con majestuosidad y orgullo y parecía deslizarse por la arena casi sin tocarla. Mientras se paseaba por el campo recibió una sonora ovación de parte de la gran mayoría de los presentes, a quienes correspondió con un breve gesto de saludo con la mano cuando se situó junto a Whalen. A pesar de estar tan cerca de él, Adham pareció ignorar al heredero de los Crogall y únicamente presentó sus respetos ante el palco real. Pese a ello, Whalen pudo sentir el profundo odio y resquemor que emanaba de Adham Dannett hacía su persona. No dudó ni por un segundo, que de encontrarse en otras circunstancias le hubiera atacado de inmediato nada más colocarse a su lado. Pero en esos momentos, con el torneo de por medio, el juicio por combate y la atenta mirada del Rey Robert, tenía que guardar su rabia por unos pocos minutos más. Al menos iba a lograr su ansiada venganza.

-¡Por los quince de Marshbury! - Exclamó hacía el lugar donde se encontraban los suyos una vez el Rey aceptó los respetos de ambos contendientes y les hizo una seña para que comenzara el duelo. Su gritó provocó que muchos volvieran a vitorear su nombre. Adham bajó el visor del yelmo y picó espuelas a su caballo para colocarse en su extremo del campo de justas. Allí esperó a que Whalen se situase en el extremo contrario y a que el Rey diera la señal para que ambos cargaran el uno contra el otro.

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03/02/2018, 23:12
Whalen Crogall

Las palabras de ser Roshar le dejaron más confuso. ¿Acaso no creían que los Dannett no debían estar detrás de Archay? ¿Quizás el espía tenía una información que él desconocía? ¿Quizás lo decía para darle más ánimos?

Se sacudió esos pensamientos de la cabeza y fue a hacer aquello por lo que estaba allí.

Observó los movimientos gráciles de Adham y pudo constatar que no sería un combate sencillo. Parecía un excelente jinete. Pero Whalen también lo era. Se quedó pensativo al ver las reacciones tan violentas de Adham.

¿Y si hay otras cosas que desconocemos? No tiene sentido tanto odio por quince campesinos. Ha de haber algo más. Es demasiado personal. Demasiado personal...

La ventaja de ser tan buen jinete es que podía pensar en otras cosas mientras mostraba sus respetos al público, paseando por el terreno de liza.

¿Dónde estaba su mujer? Le entristecía no verla allí, pero tenía cosas más importantes en mente. Presentó sus respetos al Palco Real y al público. Tras ello se fue a su extremo dl lcampo, observó a su enfurecido contrincante, se bajó la celada, espoleó a Bella y se dispuso a correr hacia lo que parecía ser su muerte.

 

 

- Tiradas (1)
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04/02/2018, 10:02
Lady Varya Crogall

Varya escuchó la contestación a sus palabras que le dio su hijastro y asintió con semblante un poco triste. Le parecía que el heredero debería haberse dado cuenta antes que la familia tenía que estar unida, que ya tenían bastante con los ataques que provenían del exterior, quizás así su esposa hubiese actuado de otra forma y no estarían en la situación en la que estaban. Pero nada de eso dijo. Ya bastante era lo que habían de afrontar como para remover el dedo en la herida.

-A ti por tu valor. -respondió cuando el joven le dio las gracias.

La señora de la casa Crogall no tenía mucho más que hacer que situarse al lado de su esposo y observar todo con mirada analítica. Dejó sus ojos vagar por el campo de liza, miró la actitud del Dannett y soltó un suspiro, tanto odio no era bueno para el espíritu. -Y quizás tampoco lo sea para la justa- pensó, quiso decirle a Whalen que se aprovechase de eso, que lo picase, pero no podía sin detener a Bella que ya se movía hacia el centro de la arena. Un grito no era adecuado en la situación en la que estaban. Al final se decidió por un gesto, esperó hasta que la mirada del jinete se deslizó por la zona en la que se encontraban y se llevó el dedo índice hasta la cabeza.

Era un gesto que podía no ser interpretado como ella quería, en vez de sonar a "desestabiliza a tu rival" podía entender "utiliza tu cerebro", pero en cualquier caso estaba bien. La señora entrelazó su brazo con el del lord -Siempre...-

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04/02/2018, 11:22
Lord Evan Crogall

El corazón de Evan latía con fuerza mientras su mirada recorría el campo de la justa y el palco real. Cumplió con los protocolos del evento, y no se inmutó al escuchar los abucheos hacia su Casa y los vitores hacia el heredero de los Dannett.

El pueblo ha elegido su favorito. Ahora que decidan los dioses.

Pero en su interior, Lord Crogall sabía que los dioses no se dedicaban a decidir la justicia o la verdad de unas acusaciones vertidas. Solo la sangre podía limpiar el nombre de su Casa. Fue entonces cuando vio a Ser Roshar. Un caballero venido a menos, pero que en otros tiempos podía haber defendido la causa de los Crogall en la justa. La lealtad a veces valía más que el honor. Le buscó con la mirada, esperando tal vez un gesto, una afirmación. Algo que podía tranquilar el corazón de Evan. No recibió nada, tan solo le vio moverse torpemente por el campo de la justa y luego desaparecer de nuevo.

Fue entonces cuando más echó en falta la mano serena y el gesto cariñoso de su mujer, y de forma instintiva su mano le buscó. Y se encontró con la de ella, pues Lady Varya nuevamente había intuido lo que más necesitaba Lord Crogall en aquel momento.

-Qué decidan los dioses, dijo pero ambos sabían que Evan Crogall no lo sentía así. En algún lugar escondido en las profundidades de su alma, temía que no iba a tener ocasión de remediar la distancia que se había formado entre el padre e hijo durante largos años. O tal vez temía que incluso en la victoria de Whalen, no iba a poder hacerlo pues el muro era demasiado alto y fuerte como para derribarlo. O lo que era peor, que no quería derribarlo.

En cualquier caso, en ese instante, en los momentos previos a la justa, el corazón de Lord Evan estaba con el joven Whalen.

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06/02/2018, 18:28
Ser Roshar Blackfist

Las cartas estaban echadas y pronto conocerían el resultado. Al menos el caballero esperaba que no hubiera duda en la mente de Whalen, pues podía ser fatal en la situación a la que se enfrentaba. Su rival, un enemigo acérrimo, deseaba poder dar muerte al Crogall y a toda la familia si se le permitiese. Debía creer la falaz versión a pies juntillas. Algo que no tenía que extrañar a nadie tras una vida escuchando el odio de su padre por la casa del lagarto-león. Por desgracia no contaban con pruebas suficiente evidentes como para convencerle de lo contrario. 

Ser Roshar reparó en que la hermana de Adham se habría enterado del juicio por combate y que era posible que se hubiera acercado a presenciarlo. Enseguida comenzó a caminar entre el público en busca de la joven perdida. Desconocía si tendría información, pero sospechaba que encontrarla tendría alguna utilidad. 

En su paseo observó de vez en cuando a los contendientes. El Dannett se movía con demasiada gracilidad, y Whalen se lanzó al ataque lleno de determinación. El Blackfist se detuvo un instante, admirando la técnica del heredero Crogall y deseando la conclusión favorable a la casa. Cuánto más rápido mejor. 

No miró a su señor, no podía darle una respuesta. La orden había sido dada, el resultado aún le era desconocido. Y no quería que pudiera malinterpretar un mensaje inexistente en su rostro. 

- Tiradas (1)
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10/02/2018, 21:13
Adham Dannett

El Rey dio la señal para que comenzase el juicio por combate después de que los heraldos anunciasen los nombres de los contendientes y éstos presentaran sus respetos ante el palco real y se colocasen en sus respectivas posiciones de inicio. Whalen confiaba en que Bella no iba a dejarle caer, y picó espuelas con determinación para enfrentarse a su inevitable destino: defender el honor de su casa. No obstante, todos los pronósticos estaban en su contra, por lo que tomó una posición algo más defensiva, inclinando el cuerpo y resguardándose al máximo tras el escudo. Aquella postura le restaba maniobrabilidad de cara al ataque, pero protegía mejor su cuerpo y le permitía afianzarse mejor a Bella para resistir el golpe de la lanza rival sin perder la estabilidad. Al contrario que él, Adham Dannett picó espuelas furioso y se lanzó con ferocidad a por Whalen, tal era la ira que sentía. El público se volvió loco al ver la agresividad del caballero y se pusieron de pie expectantes mientras ambos caballos corrían al encuentro y sus jinetes bajaban las lanzas para impactar contra el oponente.

Adham deseaba aplastar a Whalen, hacerle morder el polvo cuanto antes. No le importaba llevar el escudo algo bajo, su objetivo era golpear con todas sus fuerzas contra el Lagarto-león, como si pretendiera ensartarlo con su lanza de torneo. La distancia entre ambos se reducía a gran velocidad hasta que un gran chasquido de madera resonó inconfundible por encima incluso del griterío del lugar. Ambos jinetes habían logrado romper sus respectivas lanzas contra el escudo del rival. El estallido de la madera había hecho vibrar al público, pero justo inmediatamente guardaron silencio a la espera de ver cuál era el desenlace del encuentro. Adham Dannet había ido sido demasiado temerario y recibió un duro golpe que le hizo trastabillar debido a su posición poco afianzada en la silla. No obstante, su habilidad como jinete era excepcional y no tuvo grandes problemas en volver a recuperar la horizontalidad sobre su caballo para alegría del público. 

Entre tanto, ser Roshar alzaba la vista entre la multitud con la esperanza de poder encontrar allí el rostro de Iris Danett bajó una larga melena rubia, pero aquel también había sido el deseo de su hermano y el resto de su séquito desde que llegaran a Desembarco del Rey, y no habían obtenido fruto alguno en su esfuerzo. Había demasiada gente congregada, muchos se cubrían el rostro o la cabeza para protegerse del sol plomizo del mediodía. Era una tarea similar a buscar una aguja en un pajar. No pudo evitar detenerse para mirar la liza cuando el combate dio comienzo.

- Tiradas (2)

Notas de juego

-Adham realiza un ataque agresivo. Resultado 16, consigue un grado de éxito. Whalen debe superar una tirada Moderada (9) de trato animal para permanecer en la silla. Whalen recibe 1 punto de daño.

-Whalen realiza un ataque defensivo. Resultado 20, consigue dos grados de éxito. Adham debe superar una tirada Complicada (12) de Trato animal para no caer. Adham recibe 9 puntos de daño (no asume herida)