El doctor tranquilizó a Mitch diciéndole que no había visto nada, cosa real pues ya había llegado la noche. Después de aquel reconocimiento y hacer la primera guardia se echó a dormir.

Cuando se despertó sintió una hambruna colosal y supuso que el resto de sus compañeros también lo sentían. Le dolía hasta la cabeza. Sabía que si seguían así comenzarían a deshidratarse aunque ya uno de ellos se encontraba en esa fase: "la marquesa".

Alistair no se lo pensó mucho ni pidió permiso, fue a buscar la maleta que llegó a encontrar el joven Arthur para saber qué contenía, esperando que hubiese algo de comer que darle a la mujer. Luego escuchó el plan de Mitch y ojeó el dibujo que hizo sobre la arena. Quién diría que aquel traficante con pinta de consumir lo que traficaba,era el que más estaba ayudando.

- Estoy de acuerdo contigo. Tenemos que empezar a movernos para buscar algo de comer y... buscar un buen refugio - le costó decir aquello, quería seguir en la playa hasta que los rescatasen pero cada vez tenía menos esperanzas. - Creo que no hará falta buscar una silla, no es aconsejable asomarse en el interior del avión. Seré yo quien ayude a Melvin a moverse. Le estabilicé bien la herida. - comentó, acercándose a Melvin e inspeccionó de paso la herida por para comprobar si todo iba bien. - ¿Estás listo, amigo? - Rodeó al hombre con un brazo y pasó el suyo tras su cuello. Luego miró a las chicas. - ¿Habéis descansado bien? ¿Creéis estar preparadas para esto? - Preguntó mirando con preocupación a las jóvenes, y solo cuando obtuviera una respuesta positiva, marcharía hacia el sur.

Al despertarse despues de aquella noche, de inmediato el golpe de hambre y de sed llegó a ella, comenzó a mirar primeramente a los lados, sintiéndose mas tranquila al ver que todos estaban allí tal cual había quedado anteriormente. Se puso de pie, mirando a Ava como primera acción del día, no sabía si podía caminar o aun no —¿Como te sientes Ava? ¿Aun no puedes caminar?— Esperaba realmente que si pudiera, pero en caso de no hacerlo, al menos sabía que estaban todos allí con ellas y bueno, si había logrado caminar tanto con Melvin, suponía que su hermana no sería tanto problema. Sin mas escuchó con atención las palabras de Mitch, seguido de Alistair y asintió un par de veces.

—Me parece bien también pero...— Se quedó pensando un momento, antes de caminar un poco al centro y ponerse a ver el mapa que había hecho el hippie, quería ayudar en todo lo posible y desde la noche anterior, tenía ciertas cosas en la cabeza (Que no sabía que tan bien estaban pero al menos las diría antes de explotar) Una vez se pudo ubicar en el pequeño mapa que había hecho el chico, señalo las zonas de agua y la playa, asi como las de la jungla para tratar de darse a explicar bien.

—La... la jungla— Comentó intentando contener el dolor de cabeza que sentía —Si estamos en una región como esta, puede ser una fuente de alimentos y agua... Si logró identificar las frutas que sean comestibles nos pueden ayudar a reponer agua también. Y, y, los arboles, existen ciertos tipos de arboles en ese tipo de zonas que pueden contener agua en su interior— Comenzó a explicar, tener un plan para moverse y hacer un campamento provicional, era bueno sin duda, pero el tener un plan también para saber donde ir buscando comida y demas cosas, era algo que sin duda era prioridad, despues de aquello, señalo el mar, las zonas de playa para ser mas exactos.

—Está la zona también donde encontramos los dátiles— Miró a Alistair, buscando ver que recordara en que parte estaba aquello, haber pasado tanto en aquella jungla la había terminado desorientando —Las zonas de palmeras nos pueden brindar la sombra necesaria, y tendríamos el mar cerca, la pesca puede ayudarnos mas que nunca en estos momentos... Se puede, mmm, afilar algo ¿No?— Preguntó, mirando a Mitch a continuación, tenía tantas cosas en esos momentos en la cabeza, que esperaba poder soltar todo sin problemas —Así podríamos capturar peces, los que usualmente están en las zonas mas superficiales, no creo que adentrarnos mucho sea tan buena idea por el momento— Terminó de decir, esperando que toda esa idea y datos que había logrado recolectar en su cabeza fueran de ayuda, suponía que asegurandose de decir también los puntos e ideas que ayudarían a tener agua y comida en esos momentos podría ayudar a mantener vivos a todos (En especial a su hermana)

—Y por el tema de movilidad, si Ava aun no esta en condiciones, la llevaré yo— Añadió de igual manera, mirando a su hermana y dedicándole una sonrisa, debían de moverse todo o al menos aquellos que sabía, estaban haciendo todo lo posible por ayudar al grupo de sobrevivientes, no quería quedarse atrás y esperaba que sus ideas fueran de ayuda en esos momentos. Y sin mas, terminó caminando a su hermana, para ver como sujetarla de tal forma que pudiera llevarla, aunque no sabía si podría del todo bien, al menos lo intentaría.

-Quizá antes de irnos podríamos dejar un mensaje en la arena, lo suficientemente alejado de la línea de costa para que sea visible -sugirió Mitch, disponiéndose ya a partir junto a sus compañeros-. Yo... No tengo necesidad, iba solo en el avión. -Suspiró aliviado, agradeciendo para sus adentros que Sam no viajase con él. Por un momento imaginó que estuviera muerta en el interior del avión y sintió un escalofrío. Por fortuna, ella estaría en Londres, viva y lejos de aquel infierno tropical-. Pero si tenéis un familiar o amigo, podríais escribir vuestros nombre en mayúscula en la arena indicando que marchamos hacia el sur. Si pasan por aquí más supervivientes o Kalina y Nataly vuelven, tal vez podría ser de ayuda para ellas.

El hippie escuchó la pregunta de Alisson y se encogió de hombros. Él nunca había sido especialmente hábil con las manos, por lo que no estaba seguro de poder fabricar una lanza o arpón que utilizar para pescar.

-Supongo que con las herramientas necesarias, podríamos afilar alguna rama para convertirla en lanza con la que pescar -sugirió, poco convencido de que él pudiera lograrlo por sí mismo-. Lo ideal sería que encontráramos un cuchillo o navaja, pero con una piedra afilada también podríamos intentarlo. Yo... Estudiaba Historia antes de esto. Los primeros hombres se las apañaban con menos, casi sin herramientas -sonrió, intentando inspirar un poco de esperanza a sus compañeros-, quizá no sea tan complejo como pueda parecer. -Dirigió una mirada a Ava, quien, junto con Melvin, tendría problemas para desplazarse por la isla-. Ava, ¿cómo te encuentras? Esto... eh... Alisson, si quieres, yo te ayudo con Ava. Nos costará menos si la cargamos entre los dos. -El joven hippie aún recordaba lo costoso que había sido mover a Ava sin ayuda ante la negativa de Erik de ayudarlos.

A Samantha le costó levantarse una vez que hubo caído redonda en aquella cosa que quizás no se podría considerar cama; pero tal y como se suele decir, el hambre es la mejor de las salsas, como el sueño es la mejor de las almohadas. Pero hablando de hambre, el estómago de Samantha rugía.

-Cariñín -le dijo a su hijo- Ve junto a los Secuestradores y diles que nos sirvan el desayuno.

Al parecer, la mujer se encontraba lo suficientemente mal como para no querer dirigirse al resto de los supuestos secuestradores y mostrar debilidad ante ellos, por lo que de forma lógica, hizo lo que toda madre haría, enviar a su hijo a exigirle a los secuestradores un desayuno de lujo.

Sonrió al escuchar el ofrecimiento de Mitch de ayudarle con su hermana, asintiendo un par de veces —No quisiera ser mucha molestia para ti... Después de todo lo que has hecho por Ava— Comentó honestamente, estaba muy agradecida con aquellos que no habían abandonado a su hermana, en su condición y debido a las circunstancias, era fácil simplemente seguir por tu cuenta, al menos no fue asi con el hippie —Pero creo que si sería buena la ayuda, nos podríamos mover rápido y en estos momentos, cada segundo cuenta ¿No?— Terminó de decir, mientras mas rápido llegaran a su destino, mas rápido podrían ponerse en marcha por alimentos y bebida.

 Melvin se despertó, tranquilo por primera vez. Aquel condenado fierro (que por suerte había desaparecido de su vista) ya no estaba en su pierna, lo que le permitía respirar tranquilo... por ahora. Sin embargo, el apoyo de sus compañeros todavía era algo necesario y él hombre lo sabía. Se sentía impotente ante la situación, viendo como hasta el momento todo el mundo lo tuvo que ayudar a él. Pero tampoco podía negarse por orgullo. Pues era orgulloso, pero no un completo idiota.

 Aceptó el levante de Alistair y se dispuso a caminar al sur con el resto del grupo.

- *I'm ready, let's do this*... Uff, pero tengamos cuidado con las subidas y bajadas, heh heh... por cierto, ¿como haremos con la mamá del chaval ese? No se ve muy bien que digamos...

Despertó con el dolor en la boca del estómago que había comenzado a acompañarla, pero que había logrado ignorar por simple impulso, pero que por momentos como aquellos volvía con fuerza. En efecto, debían buscar como tomar algo o comer, o se iban a morir por mucho que lograran curar sus diversas heridas.

—Mejor, pero — intentó moverse y acomodarse un poco para ponerse de pie. No debió hacerlo porque solo sintió un gran dolor de cabeza y prefirió quedarse tranquila, no fuera a sumársele todo —No creo poder moverme aún o en realidad, no sé si debería comprobarlo aún — dijo mordiéndose el labio un poco preocupada. Desde su lugar observó y escuchó a su hermana y a Mitch hablar sobre un mapa y pudo ver por encima y de lejos de que se trataba, hasta que todos a su alrededor tomaron una decisión. Bueno, por lo menos tenía a su hermana y a Mitch, no la dejarían sola. —Estamos lo suficiente como para movernos — le confirmó al médico, muy agradecida por estar pendiente de ellas, principalmente porque tampoco había dejado a su hermana en todo aquello. Ahora sabía que podía confiar en Alistair y también en Mitch —Gracias Allie, Mitch — les dijo, mientras nuevamente era alzada y llevada por ellos para moverse.

Miércoles, 7 de agosto del 2019.
Amanecer, temperatura 22ºC
Hora Local: 8.00; 
^{_{Acordarse para las tiradas de la existencia del "token"}}

Athur despertó tarde. La mayoría de los supervivientes estaban ya en marcha. No se atrevió a dirigirle la palabra a su madre después del numerito de la noche anterior. Echó un vistazo al rudimentario mapa que el hippie había elaborado.

Su madre aún no habia dicho nada por lo que él decidió poner espacio entre ellos.

Viendo como su hijo la había ignorado completamente, decidió hacer lo que era más lógico, separarse de él y del resto del grupo e irse hacia una zona completamente aislada ella sola. A fin de cuentas, ¿Qué podría salir mal?. No, ella no lo pensó, tenía demasiada hambre como para pensar en semejantes nimiedades.

-Yo le daré unos azotes cuando vuelva... -Dijo mientras se llevaba la mano al estómago- Ay... tengo hambre... y sed.

Miércoles, 7 de agosto del 2019.
Amanecer, temperatura 24ºC
Hora Local: 9.00; 
^{_{Acordarse para las tiradas de la existencia del "token"}}

Samantha ya lo había decidido, por lo que decidió ir al Este, siguiendo la playa, a ver hasta dónde le llevaba. Ojalá hubiera hecho un mapa mental de por dónde había venido; pero sea como fuera, tenía que moverse y rápido, no vaya a ser que pierda peso y le aparezcan más arrugas.

Miércoles, 7 de agosto del 2019.
Mañana, temperatura 26ºC
Hora Local: 11.00; 
^{_{Acordarse para las tiradas de la existencia del "token"}}

Una imagen valía más que mil palabras:

El vehículo se había partido por la mitad y solo podían ver la primera mitad. Lo más probable es que el resto se hubiera perdido en el mar.

Aquel lugar estaba lleno de hierros y restos del avión, en varios puntos había pequeños incendios pero ninguno lo suficientemente grande como para que pudiera poner en peligro la jungla. Por suerte había caído muy cerca de la playa y no de la vegetación que había cercana.

Junto al avión había lo que parecía restos de gente que había estado allí durmiendo durante la noche. En determinado sitio de la arena había un dibujo:

El espectáculo era muy malo, con restos de las personas por muchos sitios. Por suerte la visión de los cadáveres anteriores había endurecido a la muchacha y pudo aguantar su visión.

Haciendo de tripas corazón, buscó algo de utilidad

Miércoles, 7 de agosto del 2019.
Mañana, temperatura 27ºC
Hora Local: 12.00; 
^{_{Acordarse para las tiradas de la existencia del "token"}}

Diana se puso a mirar por fuera del avión sin llegar a entrar en él y sorprendentemente se encontró con una maleta llena de una decena de cocos. Alguien parecía haberla pretendido camuflar con el resto, pero Diana la había encontrado y eso le garantizaba una gran fuente de alimento e incluso bebida para algún tiempo.

También encontró huellas de un numeroso grupo de personas que parecían dirigirse hacia el sur. ¡Sin duda debía de ser un grupo de supervivientes!

André quedó algo rezagado. No perdía la esperanza de que la mujer cesase en sus delirios y volviese a aparecer. Seguía a Diana con la mirada, a lo largo de la interminable playa. Pero dado que tenía que decidir, decidió seguir a Diana finalmente. Al menos parecía en sus cabales.

Arrastró los pies, siguiendo las huellas de la muchacha, trantando de no levantar la vista demasiado. El calor apretaba y empezaba a ser molesto. Ademas, cada paso le acercaba más al avión. Solo aquel recuerdo le hacía respirar más agitado.

Al llegar al lugar del accidente, volvió a recordar. Los cadáveres desperdigados le afectaron, pero trató de no pensar en ello. Cuando les rescatasen alguien se ocuparía de ellos, ¿verdad?

Miró al cielo, buscando señales. Algún avión, helicóptero... cualquier cosa. También oteó el horizonte. Todo menos mirar a su alrededor. Pero cuando se cansó, buscó a Diana.

No parecía haber sufrido un shock. Estaba reclinada junto a una maleta y parecía excitada acerca de su contenido. Se acercó a ella con precaución de no pasar cerca de ningún cuerpo.

- Espero que no hayas encontrado a nadie que buscases aquí.

Cuando vió el contenido de la maleta se le hizo la boca agua, pero no dijo nada, solo sonrió con un lado de la boca.

- No me han hecho caso. Yo les dije que podíamos montar el campamento aquí, ¿si? Creía que aquí vendría todo el mundo. Pero todos se han ido. Tengo la sensación de estar dando vueltas a esta isla, como un tonto, ¿sabes?

Después miró al avión y miró a Diana.

- ¿Vas a entrar? Yo ya he estado dentro y es terrible. Si lo prefieres, yo puedo... -André suspiró agobiado- ... yo ya he estado dentro. Tu puedes decirme que asiento ocupabas tu y tus padres y entraré a ver si hay alguien en ese sitio.

Se encogió de hombros.

- De todas maneras, si no nos rescatan hoy, esta noche me pienso beber la botella de whisky que compré en el aeropuerto.

Diana asintió a André.

- No hace falta que entres. - La verdad es que tenía miedo de descubrir algo desagradable. - No se si quiero saber si mis padres has muerto. - Dudaba - Mi asiento era el 21F... - No se decidía.

Tenía mucha sed y observaba la maleta llena de cocos. Tomó uno y con la navaja suiza hizo un par de agujeros, tras ello bebió el contenido del mismo, la verdad es que desde la noche no había bebido nada y se arrepentía un poco de haber dado la bebida energética a aquella mujer. Que ni siquiera le dio las gracias.

Señaló el montón de cocos a André.

- Sirvete si quieres, tenía mucha sed. - DIjo un poco a modo de disculpa.

Un vez vaciado el coco, lo rompió lanzándolo con fuerza contra un canto metálico del fuselaje. Con la navaja iba separando la carne y comiendo. Cerró la maleta con los cocos y la arrastró.

- Me apunto a ese whisky - Esperaba que André no se diera cuenta que era aún menor de edad.

La chica dudaba de cual sería el próximo paso a dar y dejó en manos de André entrar en el avión o no.

André se sentó en el suelo, cansado. Todo su cuerpo estaba maltratado y magullado. Hacía dos días que había sufrido un accidente y en vez de recibir asistencia médica de inmediato, lo que había hecho era arrastrarse de lado a lado de una isla en busca de algo. ¿De que? De sus perros, claro. Casi se olvidaba de ellos.

Aceptó el coco que le pasó Diana y la imitó. Con su propia navaja lo abrió para hidratarse. Después se comió tanto como pudo de su interior, pero con una permanente mueca de disgusto.

- Sabes, me gustan los bombones de coco. Los dulces hechos con manteca de cerdo y coco. El licor de coco. Creo que no hay nada que no me guste que lleve coco, excepto una cosa. El coco.-rió su propia broma, sintiéndose un poco ridículo-Lo siento, suena más gracioso en francés, ¿sabes?

Comió el coco y mientras no paraba de dar vistazos a la chica. No se le había pasado su disposición a compartir su botella. Abrió su maleta y saco la botella. No parecía nada vistosa, nada del otro mundo. Solo una etiqueta blanca con el nombre LAPHROAIG y el numero 1815 escrito debajo.

- La compré en el aeropuerto. Tengo un amigo... se llama Michael Teniszow. Iba a ser miembro del jurado del concurso al que iban mis perros. Esto -dijo mostrando la botella a Diana- estaba destinado a sobornar a mi amigo. Esta botella sola vale unos 2000 dolares americanos. Un vaso con hielo y dos dedos costaría 70$ en cualquier hotel o restaurante decente. No es que mis perros necesitasen esa ayuda... Atila ya ha ganado una vez. Y estoy seguro de que Alamein hubiese ganado con facilidad. Pero, ya sabes, toda empujoncito es bienvenido.

Volvió a mirar a Diana, escrutandola.

- Creo que si has nacido en Europa, digamos que inglesa o irlandesa, no sería un problema que bebieses. Pero si eres americana, entonces estoy seguro de que no seria adecuado. No puedes tener más de veintiún años, ¿verdad?

Andre se puso en pie. Se sentía mejor. El coco, aun siendo asqueroso, hidrataba mejor que la bebida isotónica. La carne del coco, fibrosa y que se le quedaba entre los dientes, rellenaba el vacío en su estomago que lo demás no había podido llenar.

- Dices que ibas en la fila 21. Al medio mas o menos. Entonces voy adentro. Veré si queda alguien allí. Por experiencia se que lo peor del mundo no es la certeza, sino la duda. Si no quieres entrar, lo entenderé. Hasta creo que es lo mejor. Pero no te vayas. No me gusta estar solo en este lugar.

"¿Porque lo haces? ¿Para tirártela? Hay maneras más fáciles. Aquí casi no hay nadie. Un muerto mas nadie lo va a notar.", la voz malévola le iba poniendo ideas en su mente, ideas que no quería siquiera concebir.

"André. No eres una mala persona. No dejes que una situación limite te venza", aquella era la voz de Alamein en sus sueños. De repente la reconoció y recordó imágenes borrosas de lo soñado la noche anterior. Era una voz conocida. Su padre, tal vez. "André. Haz lo que has dicho. Ve y comprueba por Diana que sus padres no estan adentro. O que si lo están. Luego sal afuera y ayúdala a permanecer entera hasta que os rescaten"

"¿Sera virgen? ¿Te lo imaginas? Esta noche toda borracha con tu carísimo whisky y cuando te la empiezas a trincar se llena todo de sangre", insistió la voz malvada.

Se adentró en la carlinga del avión mientras imágenes de sexo explicito inundaban su mente, por mas que trataba de remediarlo.

Aunque se había negado en un principio a entrar en el avión, Diana siguió a André, aunque un poco por detrás de él y procurando centrar la vista en su espalda. Llevaba los ojos entrecerrados. Tenía que saber pero no quería.

- Tengo 17 años. - confesó - Pero si encuentro algo que no quiero ver espero que te olvides por un rato de mi edad.

Por muy menor de edad que fuera, ya había probado el alcohol y sabía que si encontraba los restos de su padre o su madre necesitaría ese trago para continuar.