Partida Rol por web

Un nuevo día amanece y después de unas duras clases, es momento de decidir que hacer el día de hoy.

Lilie tranquilamente se apunta al Club de "Matar a monstruos usando un fantasma erótico que te aparece por la espalda".

Lilie llega al Club de lo "Paranormal". Normalmente en clubs de escuelas de preparatoria no aceptan niños, pero como en ese club son todos unos raritos, aceptan a la pequeña.

Tan pronto terminaron las clases, Ayame se dirigió con rapidez al pupitre donde Hotaru Matsamura estaba sentada. ¡Pero si eran compañeras de clase! Con quizás demasiada fuerza golpeó la butaca de la chica y exclamó señalándola. "¡Matsumura-chan, eres tú! ¡La chica de ayer, en los juzgados, digo en el parque! ¡No te había reconocido!" Ayame parecía muy contenta por lo que había descubierto, estaba enérgica y entusiasmada. "¡Tenemos que hablar de cosas paranormales! ¡Ni te imaginas la de cosas que...!" de repente pareció de algún modo recuperar la consciencia de sí misma y reculó, apartando la mano del pupitre y dando un pasito atrás, y con una actitud menos enérgica y apabullante añadió. "Quiero decir, si quieres, si quisieras, p-podríamos tomar un café o un refresco y hablar de cosas paranormales... a-algún dia, _{porque hoy los otros han dicho que quieren ir al parque y claro no vamos a poder...} Eeeeh... ¿T-te gusta lo paranormal?"

De camino para el club de teatro, pasé por al lado de otro club y vi a Lilie adentro. Curiosa, asomé la cabeza y la saludé.

- Hola, Lilie, ¿qué tal? ¿Este es tu club?

Iba a  saliendo de su aula, había visto su móvil ya en repetidas ocasiones al punto que lo puso en silencio para no ser más interrumpida en clases y porque en verdad era bien poco lo que comprendía de lo que hablaban y no sabía que aporte podría hacer en verdad, así que cuando salía del salón, guardó su móvil, ahora hablaban de los clubes, ella no participaba en ninguno y solo tenia sus clases privadas de violín, de hecho, cargaba en la espalda el instrumento en su escuche. Dio solo unos pasos más cuando una de las chicas la detuvo y comenzó a hablar muy rápido, que poco podía entenderle Hotaru, conmocionada por la cercanía y el repentino acercamiento de Ayame.

— ¿paranormal?— fue una pregunta más bien capciosa, era difícil no saber de lo paranormal cuando ves fantasmas todo el tiempo, y estos te acosan para que los ayudes. Hotaru se puso roja y miró hacia un costado, notando algo pero luego desviando la mirada — no-no deberían jugar con esas cosas — murmuró, su Ayame creía que ella tenía miedo, quizás no le preguntaría más sobre esos temas— digo... pueden ser peligrosos ¿cierto?— preguntó con aquella linda sonrisa, cargada de inocencia y dulzura.

— Anemashi-san, ¿has podido descubrir algo más de lo que nos pasó el otro día? — en realidad eso era lo más importante y ella estaba intrigada pero no sabía dónde descubrirlo — y... me sorprende que algunos parezcan saber tanto, ¿has hablado con ellos?— Ayame era mucho más extrovertida, quizás habría sacado algo en limpio de todo aquello.

Durante las clases no podía dejar de pensar en lo ocurrido ayer incluso me había pasado casi todo el camino desde casa mirando el mensaje que supuestamente debía ser mi perdición, el mismo mensaje que estaba devastando todo el mundo entero pero ese no fue el caso conmigo y no solo fue así para mi otras nueve personas mas se encontraban en mi misma situación. Fui incapaz de concentrarme en las clases ese día debido a todos los pensamientos confusos que llenaban mi mente. Además podía escuchar la vibración de mi móvil en el bolsillo, por suerte siempre le quitaba el volumen en clases, nada mas terminar por hoy mire todos los mensajes y mande yo mismo uno.

A la salida me encontré un buen montón de chavales en torno al panel de clubes, realmente ahí no podías apuntarte a ninguno pero si que indicaban, pensé en si debería apuntarme a uno hasta que se me ocurrió una idea genial, Sanada me había dejado su katana para pelear así que ¿porque no apuntarme a kendo y aprender a usarla bien? Con ese pensamiento busque donde estaba exactamente y me fui en esa dirección por el camino aproveche para también mirar el tablón de trabajo, de eso no tenía ninguna duda al respecto me apunte los datos para ir otro día y continué mi camino escribiendo otro mensaje por el camino.

Afortunadamente varios profesores se reportaron enfermos por lo que tenía un poco de tiempo libre, así que me dirigí hacia la preparatoria Gakuin para reunirme con el resto de los chicos, subí a la limusina del abuelo y le indique a Tadashi que dirección llevar, esperaba no causar ni polémica ni mucho revuelo o al menos eso esperaba.

-Joven Amo, ¿Por que quiere ir a esa academia?- pregunto Tadashi en tono bastante preocupado - su abuelo no aprobaría eso, demos gracias que ahora se encuentra en un viaje en Tokyo pero en cuanto regrese- el buen hombre no tuvo tiempo de continuar ya que lo interrumpí con tranquilidad.

-Descuida, hablare con el abuelo por el momento, solo espera en el auto no pasará nada- le dije con tranquilidad.

-Pero Joven Amo, piense en todo lo que pueda pasar, un secuestro, un robo, un asalto, tantas posibilidades- Tadashi estaba preocupado.

-No pasará nada, tranquilo se defenderme- dije tomando la espada de Kendo - dudo mucho que pase algo, solo relajate.

Cuando por fin llegamos al edificio la gente parecio quedarse sorprendida, al observar como bajaba y me dirigía a la escuela, esperaba que llevar un poco de comida fuera suficiente, ahora había un problema que no había pensado, ¿dónde los encontraría? bueno no quedaba más que ir preguntando, alguien debía conocerlos.

Con todo lo sucedido dejado atrás, mi mente es incapaz de asimilar nada, absolutamente nada. En repetidas ocasiones, me vi sumida en estos pensamientos, en lo que ha pasado, en lo que podía haber pasado, y esto último es precisamente lo que más me preocupaba. Por fortuna, no me encontraba sola, tenía a mi lado más gente a mi lado, que pese a que nos los conocía de nada, de vista en el mejor de los casos, facilitaba la aceptación de un mundo que dista mucho de ser agradable.

No sabían que hacer, con la sensación de estar perdiendo el tiempo en clase, o mejor dicho, de no aprovechar las horas del instituto, llegué a la conclusión de que un chapuzón refrescaría las ideas que pasan por mi cabeza, o mejor dicho, la taladran incesantemente. Una vez despejada, seguramente podría asimilarlo todo. Con eso en mente, dirijo mis pasos a la piscina del centro, que se encontraba en una especie de semi sótano, y por ese motivo, cubierta.

En los vestuarios dejo mis lentes y mi indumentaria, para vestirme con el traje de baño, de una pieza y a juego con mi cabello azul marino. Sonreí al ver el agua, e instintivamente me viene la imagen de Syrene, y la conexión que tenemos con ese líquido transparente. Y entonces sonrío aún más. - Decidido. Haré unos cuantos largos. - Me dije a mí misma, más animada. Además, necesitaba mejorar mi condición física, la natación no me ayudaría a coger fuerza, pero sí resistencia y velocidad. Y realmente, lo necesitaba.

Lilie suelta el puñal que estaba sosteniendo sobre aquella cabra y mira a la puerta que recién fue abierta entrando aquella molesta luz solar por el pasillo. Rapidamente corre hacia la zona oscura y se envuelve en las mantas moradas que allí se encontraban para despues acercarse a aquella muchacha que había irrumpido y comenzó a gritar a la joven para que se fuera.

Acto seguido cerró la puerta de un portazo mientras volvía junto a aquellos otros jóvenes que se encontraban en aquel sacrificio ritual que ALGUIEN había irrumpido sin ningún tipo de decoro ni respeto.

Quizás había sido demasiado directa y brusca en su acercamiento a Matsumura, Ayame la notó algo agobiada cuando la empezó a responder. Le dijo que no se podía jugar con esas cosas, que podía ser peligroso. "No, no..." contestó Ayame, rascándose la nuca en gesto avergönzado. "Quiero decir, sí, bueno, ya vi en los Juzgados que pueden ser también peligrosos, pero yo creo que hay más espíritus buenos que malos..." Ayame se encontraba dubitativa, no tanto de lo que estaba diciendo como de lo que quería decir. Las palabras se le atragantaban. Por fortuna para ella Hotaru cambió a otro tema, preguntándole si sabía algo de lo que estaba pasando, de lo que les había pasado a todos ayer. La chica de ojos aguamarinas negó con la cabeza. "Aún no, aún no... Había pensado en buscar algún libro sobre la Velvet Room o los Persona... pero los compañeros han dicho por móvil que quieren ir a los Juzgados a explorar, que tal vez así podamos descubrir algo..." Ayame miró con los ojos hacia un lado e y se enredó un mechón de pelo alrededor de un dedo. "Quizá encontremos algo allí sobre los jueces no sé..." luego volvió a mirar a Hotaru para preguntarle si se apuntaba. "Matsumura-chan, ¿vendrás con nosotros?"

-Lo siento gente equivocada- cerré la puerta de golpe, eso era una cabra y pensaban sacrificarla, pero que clase de escuela es esta, eso fue aterrador en mi vida vuelvo a entrar sin tocar, esta escuela es rara y yo que había traído algo de comida para compartir.

Un nuevo mensaje al móvil 

Os espero en la tienda de recreaciones hoy que pasó Tetsuya, el que quiera que vayamos a la corte oscura, que venga 

Bueno al menos eso tenía algo de sentido, me encaminé a la tienda de provisiones de esta rara escuela, realmente era preferible ir a la corte oscura que volver a ver a esa niña y su cabra sacrificada.

-Disculpe- pregunté a un chico - Sabes dónde queda la tienda de provisiones de la escuela, estoy algo perdido- el chico al parecer me miro extraño, no se si por mi uniforme escolar o por  la Shinai que  mantenía cerca.

-Vine a visitar a unos amigos- dije con cortesía, mientras tomaba nota de las indicaciones, finalmente llegue a la Tienda de provisiones, esperaba encontrar a alguien.

Llegaste al club de Kendo y un gran tatami con bastante gente se desplegaba ante ti. - Así que tu eres el chico nuevo ¿eh? - oíste una voz femenina detrás de ti. -Pues que sepas que no voy a dejarte respirar solo por el hecho de que no conozcas a nadie aquí. - te lanzó una katana de madera y ella cogió la suya.

¡En guardia chico! ¡Demuéstrame lo que sabes!

Me quedé blanca al ver a Lilie con un puñal y ¿un cabra? Cual vampiresa de una película de terror, se escabulló hacia las sombras y se tapó con una manta.  Después, se acercó lanzándome un grito digno de la más terrorífica criatura de pesadillas para seguido cerrar la puerta en mis narices. Perpleja como un ratón ante un tigre bailando la conga me quedé mirando la puerta recién cerrada.

- Eh... qué... que disfrutéis de las actividades del club - dije con una leve sonrisa hablando sola con la puerta - yo... yo iré buscar otra cosa que hacer.

Me retiré con un caminar algo tambaleante todavía confundida de lo que acababa de presenciar.

Al llegar a la piscina y tras cambiarte, un chico se acerca a ti. - Hola ¿eres nueva en el club? Aquí todos son bastante amables, aunque muy competitivos. Espero que te sientas integrada en nuestra pequeña familia. - parecía intentar ser amable, aunque su cara no expresaba ninguna emoción, bien parecía que pudiera estar muerto. - Bueno... Soy Ota Shuichi, el líder del equipo de natación ¿qué te parece una carrerita para que evalúe tu nivel?

Hola pequeña y bienvenida al... ¡CLUB DE OCULTISMO!

Tras hacer esa excelente pose, sacó unas papas y unas revistas y empezó a leer. - Tenemos algunos utensilios, falsos obviamente, de ocultismo, para que no nos echen la bronca, pero aquí básicamente procrastinamos... _{Debería llamarse el club de los vagos la verdad jeje...} - con eso dicho, te diste cuenta que tu cuchillo era de plástico y el animal que estabas sacrificando, de peluche.

-Oh... -Dice la niña dejando el cuchillo en el suelo- Eso tiene sentido... generalmente cuando trato de apuñalar cabras, estas se quejan, gritan y tratan de huir...

Lilie busca en su mochila el corazón de pollo, aún sangrante, que cogió del supermercado y se lo muestra a la que parecía ser la líder del grupo de ocultismo, manchando ligeramente el suelo en el proceso.

-¿Entonces no he de comerme esto para tener poder sobre los demonios?.

Revisa el celular y se da cuenta que todos estaban yendo a la corte, por lo menos, la mayor parte, Hotaru suspira y vuelve sus ojos hacia su compañera que mencionaba a los espíritus, ella sonrió de medio lado, en cierta forma tenía razón, el problema es que muchos de esos espíritus buenos estaban en el limbo por sus temas pendientes. 

— pues no sé si encontremos información en los libros, pero es algo que podemos intentar — reflexionó, ladeando un poco su rostro — pero yendo al lugar donde van todos, quizás podamos comprender mejor las cosas, la verdad es que no entiendo ni la mitad de lo que hablan y no sé si seré de ayuda — se encogió de hombros, la habían mencionado algunas veces en la charla, sin embargo, no había respondido. 

— creo que si lo vemos en la práctica, pueda ser más sencillo — le regala una tierna sonrisa y la invita a ir a donde estaban yendo varios, a entrenar o a encontrar más información, así que accede a la invitación de la chica de ir a explorar. — si quieres les escribes de que vamos — ambas chicas caminan juntas rumbo a los juzgados, vuelve a ver la conversación y respinga la nariz — no... no me gusta eso de ser violentos por sólo serlos — se encoge de hombros.

Me sorprendo ligeramente cuando un chico me saluda, pero le sonrío brevemente con dulzura. - Umi Ryuzaki, estoy en tercero. Encantada, Shuichi-san. - Correspondo su presentación con la mía, acompañando mis palabras con un breve geste de respeto, una leve inclinación con la cabeza.

Oh, por supuesto. Hace tiempo que lo dejé para volcarme en mis estudios y quisiera saber si podría entrar. - "Y en otras obligaciones", pero esto ultimo lo reservo para mí, ya que él no tiene porqué saberlo. En realidad, el tiempo desde mi última vez no es tanto, sin embargo la inseguridad habla por mí, una vez más, aunque por suerte sí que soy capaz de mantener la compostura, y aparentar estar tranquila. Sonrío una vez más, esta vez más de forma tímida.

Por un momento, mi mirada se desvía al agua de la piscina, calmada, serena, y la nostalgia me invade una vez más, recordando cuando empecé. Para desahogarme, paradójicamente. Ahora también, pero necesito hacerme más fuerte de alguna manera, y esta es la que conozco.

¿Un largo en modo scroll estaría bien, Suichi-san? - Pregunto al líder para estar segura, siendo consciente de que tendría que recorrer la piscina de punta a punta, y regresar.

Al llegar todo me pareció un poco demasiado tranquilo a pesar de haber tanta gente como si esperaran algo... no tarde en descubrir que ese algo era a mi y que me iban a poner a prueba. Cuando me lanzaron la katana me pillo por sorpresa y por poco se me cae al suelo por suerte la agarre justo en el último momento, la levante hacía mi rival en realidad no tenía la mas remota idea de como usar bien un arma y antes solo me fue bien porque Sanada guiaba mis movimientos.

- Me puedes echar una mano amigo... -susurre para mi mismo pero nada paso, no sentí el poder recorrer mi cuerpo como contras las sombras ni absolutamente nada, esta vez tendría que hacerlo por mi cuenta- Supongo que nada de chulear de movimientos guays en la escuela...

Respire hondo y me lancé a por ella tratando de dar un golpe descendente directamente con la intención de golpearla.