Partida Rol por web

Muy bien, pues te apuntaré a ti. - dijo a Hotaru pidiéndole sus datos, ignorando completamente a Ayame. La verdad es que Ota podía ser un poco frío con aquellos que no hacían de la natación un estilo de vida, como él. - Vale, pues ya estás oficialmente inscrita al club. Ahora y como es tradición ¡toca hacer una carrera! Venga, en sus puestos... Listos... ¡Ya! - y tras marcar la salida, salió disparado por el agua, nadando con todas sus fuerzas, que no eran muchas después del carrerón que se pegó ayer contra la otra novata, Umi Ryuzaki.

No está mal, no está mal. - se la veía interesada en la actuación del chico. - Pero quiero más, seguid. - estaba ligeramente impresionada a pesar de que se mostraba completamente cerrada a mostrarlo públicamente.

Iori escuchó atentamente a la niña, pero cada palabra que salía de la boca de esta hacía sudar más y más a la presidenta del club. "Sin duda mejor no tocarle las narices a esta cría" pensó para si misma.

Bueno si la enfermera sigue en el baño, supongo que podemos aprovechar para llevar de vuelta el cadáver. Digo... El esqueleto. - A Iori le costaba ya hablar sin pensar muy mal de la pequeña niña satánica. - Así que vamos, también tenemos que bajar al niño al que has herido... - Cada día Iori estaba más y más arrepentida de haber aceptado a una niña de primaria.

El centro de la atención de los tres en aquel momento era Hotaru, la incógnita de si iba a o no a apuntarse al club, por eso Ayame ni siquiera pareció darse cuenta de que Shuichi pasó un poco de ella. O quizás si y no le dio mucha importancia... ella tenía muy baja autoestima y pensaba que era normal que la gente pasara de ella, el no merecer ni una respuesta ni la atención de las personas. Pensó que debía ser muy molesto para los clubes tener a alguien como miembro temporal, así que debía de ser algo así como una doble molestia.

Así que se limitó a alegrarse porque a su amiga, bueno, coleguita y tal vez algún día amiga, le fuera bien, intentando no estropearle el momento ya que había sido ella misma la que había querido ir a las piscinas. ¡Y se apuntó y todo! El encargado le propuso una carrera a Matsumura-chan y Ayame se sentó a las gradas a animarla. "¡Vamos, Matsumura-chan! ¡Tú puedes!!

-¡Sacrificio vivo! -Exclamó la Niña mientras corría arrastrando el esqueleto por la cabeza alrededor de la líder del club- ¡Así podrá gritar mientras invocamos a los demonios y espíritus!. ¡Incluso habrá un espíritu más!. ¡Sacrificio Vivo! ¡Sacrificio Vivo!.

La líder del club de ocultismo, harta de las locuras de la pequeña, la agarró en brazos, mientras la niña a su vez agarraba al esqueleto. La cadena de tres fue hasta la enfermería hasta que finalmente llegaron a la enfermería, donde un chico de primero estaba con el tobillo torcido. - ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH ME DUELE! ¿DÓNDE SE HA METIDO LA ENFERMERA? 

Iori con una gota de sudor por la frente miró a la niña. - A ver, ¿cómo nos lo montamos para entrar ahí sin que nos vea las caras?

Lilie levanta el dedo y sugiere una brillante la idea mientras saca la cuchara del postre.

-¡Le arrancamos los ojos! -Acto seguido hace el gesto de apuñalar y/o sacar helado con la cuchara a al ire- ¡Así! ¡Ñaca! ¡Ñaca!.

A juzgar por el rostro de la compañera, esa no parecía ser una opción del todo válida, por lo que guardando la cuchara sugirió la segunda idea mientras extraía de la mochila unas gafas anchas, una mascarilla y una bata blanca de laboratorio.

-¡Podemos entrar disfrazadas de enfermera!.

Sin tiempo que perder, la joven deja en el suelo el esqueleto y comienza a escalar por encima de la espalda de la líder del club.

Cómo parte de una iniciación, Hotaru tendría que competir con Ota, el capitán del equipo y el amor platónico de la joven que ahora no sabía cómo reaccionar ante la idea de tener que mostrar sus habilidades en la piscina. Con angustia se despidió de Ayame para subir al podio y esperar el pitazo inicial de la carrera. Una y otra vez se repetía en qué momento se le ocurrió acceder a eso, pero ahí estaba, siendo el centro de atención de todos. 

Se dio inicio a la carrera y ella saltó al agua, su padre le había enseñado a nadar como otros deportes en donde Hotaru era bastante buena, pero nunca deseaba destacar y ahora, solo nadaba lo más rápido posible, emergiendo y sumergiendo para dar la vuelta al tocar el otro extremo y nadar aún más rápido. No se daría cuenta de su victoria sino hasta cuando llegó al punto de inicio y de saco su antiparras, pasando sus manos por su cara, ahí escuchó los vítores y sonrió  sonrojada, saliendo del agua y quedando sentada mientras  recuperaba el aliento.

Cuando pudo ponerse de pie, fue donde Ayame, aún muy roja.

— gra-Gracias por tus ánimos... Anemashi- san — le agradece antes de girarse hacia Ota e inclinar su cabeza hacia él, con sus manos hacia delante y haciendo una reverencia — espero haber hecho un buen trabajo, Shuichi-senpai — aún estaba muy nerviosa y temblaba completa.

No le importó mucho estar vestida y que la compañera estuviera empapada por el agua de la piscina. Ayame la estrujó bien fuerte en un abrazo de felicitación nada más acercarse. "¡Felicidadeeeees!" La soltó justo a tiempo cuando el instructor se acercó a darle la enhorabuena.

Fu... Fu... - resoplaba el capitán del equipo tras la gran carrera. - Realmente estas novatas tienen mucho potencial. - se acercó a Hotaru, que parecía mirar al suelo vergonzosa y la cogió de las manos. - ¡Bienvenida al club de natación! Espero que vengas a menudo a verme ¡que sepas que me debes una revancha y que la próxima vez no te lo pondré tan fácil! - a Ota solo le interesaba competir nadando, por ello le encantaba la gente que le presentaba un gran desafío a la hora de practicar este deporte, también por este hecho ignoró completamente a Ayame. - Bueno, por hoy suficiente ¡nos vemos el próximo día!

Tras decir eso se marchó a los vestuarios junto con el resto del equipo de natación, dejando a las dos chicas solas en la piscina.

Adoptando yo también una postura encorvada, le di la espalda por un momento a Tetsuya para volverme con una amplia sonrisa.

- Querido - dije imitando la voz cascada de una anciana - no te lo vas a creer. Estaba yo en el río, como siempre, limpiando la ropa sin parar cuando, mira lo que me encontré en el río bajando con la corriente.

Hice como si me inclinara y cogiera un enorme melocotón imaginario. Mi sonrisa se acentuó.

- Mira qué grande melocotón, seguro que podremos comer de él durante al menos una semana - se notaba la felicidad que daba haber encontrado un poco de comida extra.

Tetsuya se asombró al ver aquél "melocotón" - ¡Oh cariño! Es fantástico, podremos alimentarnos durante varios días con ese delicioso fruto ¡le vendrá bien el descanso a mi pobre y vieja espalda! ¡Jo-jo-jo! - el chico estaba completamente metido en el papel, de hecho para él nada más era real excepto aquella obra. - Vamos a abrirlo ¡tengo ganas de probar un poco! - con la buena suerte de poder coger una daga de utilería que había por allí por obras anteriores, se metió aún más en el papel. Hizo el gesto de que cortaba aquél melocotón imaginario para continuar su papel. - ¡Dios mío! - gritó con asombro, poniendo las manos sobre su rostro. - ¡Aquí dentro hay un niño! - y justo al terminar esa frase, algo entró volando por la ventana, algo que golpeó a Tetsuya en toda la cara.

La pequeña líder de aquél pequeño club de artes dramáticas estaba fascinada, a pesar de ser una obra muy conocida, ambos se estaban metiendo muchísimo en el papel. De Momoka no era ninguna sorpresa, pues ya la conocía y sabía de su talento, pero aquél chico estaba dejando una muy buena primera impresión... Hasta que recibió el pelotazo. - ¡PUAJAJAJAJA! - rió como una descosida. - Chico, si logras esquivar lo que te caiga mientras actúas, estás más que dentro. - la chica siguió riendo desde el suelo. - Bueno, bueno, fin de la prueba. Que alguien lleve a este chico a la enfermería. - balbuceaba con mucha complicación, no podía parar de reír.

Eeeeh... Bueno, supongo que es una idea... - contestó una vez te subiste a la chepa de la presidenta. Entrasteis a la enfermería y el chico parece que nada más entrar empezó a sospechar, por lo que Iori hizo lo que había que hacer, le quitó la cabeza al esqueleto y se la lanzó al niño, el cual al ver una cabeza humana sobre su pecho solo pudo contestar. - ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! - para acto seguido desmayarse.

Iori recuperó la cabeza y la recolocó. - Bueno, vía libre supongo, vamos a devolver esto.

La toma de las manos y los colores de Hotaru se encienden casi al punto que parecía que iba a desmayarse de la emoción de ser tocada por Ota, por eso no fue capaz de pronunciar palabra alguna mientras el capitán le hablaba, solo podía asentir hasta que se retiró y ella suspiró agitada, mirándose hacia Ayame, la que la había abrazado con fuerza, gesto que le había agradado mucho a la médium.

— eh... ¿na-nadaremos? — le pregunta, aún desconcertada por lo que había pasado con el chico — o... podemos ir a otro lado — en ese punto ya no le importaba mucho que harían, estaba contenta por haber llamado la atención de Ota.

Lilie descolgó al joven haciendo que este cayera de bruces contra el suelo, colocó la cabeza del esqueleto junto al resto de su cuerpo y finalmente colgó al esqueleto. Tras todo esto, hizo lo más lógico que podía hacerse; bajarse de la chepa de su compañera y comenzar a arrastrar al joven desmayado.

-¡Por eso traje el esqueleto! -Exclamó la joven- ¡Este pesaba mucho!. ¡Ayuda!.

- ¡Tetsuya! - concentrada en el papel no me había dado cuenta de que la pelota se acercaba hasta que fue demasiado tarde. Me acerqué al pobre Tetsuya y lo miré con preocupación - ¿estás bien?

Cuando escuché a la presidenta del club reírse, la miré con desaprobación.

- ¡Saeki-chan! No deberías de reírte así - aunque, a pesar de decir eso, yo misma había tenido que contener una ligera risa al ver la cómica situación - vamos, Tetsuya-kun, vayamos a la enfermería a que te miren.

Tras recibir el bolazo se levantó del suelo, no había sido para tanto aunque le había dejado una buena marca en toda la frente. Se levantó con una sonrisa en la cara ¡le habían aceptado en el club! - ¡Gracias Nui-san! - acompañó con una reverencia bastante visible.

Tras el pequeño y bochornoso espectáculo que había dado, Momoka le acompañó hasta la enfermería, donde el chico que había bateado la bola vino a pedirle disculpas. Después salió para reunirse con la pelirrosa.

Espero que no te hayas preocupado por mi, Momoka-chan, estoy bien. Además... - rebuscó entre sus bolsillos, para sacar algo.

¡El chico me ha firmado la bola!

Quien sabe... A lo mejor de aquí a unos años el chico se vuelve un deportista mundialmente famoso y tengo la suerte de tener algo firmado por alguien tan talentoso... - guardó la bola y miró a su compañera con una sonrisa, aunque sus ojos expresaban algo de pena. - Siento haberlo arruinado Momoka-chan, te estaba saliendo una actuación excelente, pero como ves siempre acabo arruinándolo todo, nada se me da bien por una causa u otra.