Partida Rol por web

En el momento en que destrozo el brazalete y veo aparecer a Valkiria, mi cuerpo entero arde de emoción. Es como aquella vez que fui atrapado por 10 alumnos de la escuela rival y terminé durmiendo 2 semanas en el hospital, ¡TAN INTENSO! Aprieto los puños y tiemblo de ganas por unirme a la batalla. Mi sonrisa es tan ancha que me duele la cara.

— ¡Descuida, Hanna-san! —respondo a la voz de mi cabeza, la mujer con la que soñé ayer (aunque parece que haya pasado más tiempo)

Las criaturas de las chicas empiezan a moverse y, gracias a sus acciones, el "gusano" no llega a hacernos ni gota de daño y, además, tenemos una vía de escape. «¡Bien hecho!» pienso con entusiasmo, a punto de felicitarlas en voz alta cuando Coletas-chan dice que acabemos con esa cosa.

¡Por fin una batalla donde puedo pelear!

Esta vez sé que es así. No es como contra los vómitos, que dependí totalmente de Valkiria para luchar. Ahora puedo ser yo mismo quien actúe. Y así es mejor: mucho más divertido. Probablemente porque todo esto es un sueño (tiene que ser así), sé que puedo hacerlo incluso aunque sea algo fantasioso: imagino que tengo un arma en mis manos y, obedeciendo mis pensamientos y preferencias, aparece una enorme y preciosa espada a dos manos de color negra. «¡QUE CHULA!». Compruebo un poco el peso de la espada, pero como soy tan tonto como para no entender de leyes de la física, a mí me parece suficientemente ligera. «Vamos a comprobar cuánto corta.»

Adelantándome, corro hacia la serpiente-gusano-cosa y salto con los brazos y espada hacia atrás, haciendo un arco con el cuerpo para darle más poder al corte descendente y así abrir al bicho en canal.

Es la segunda vez que la veo, pero me parece igual de impresionante que antes. Ésta vez no está en modo automático, ahora Undine sigue mis órdenes, pero no creo que pueda llamarla continuamente. Vamos digo yo que esto tendrá algo así como MP o algo. ¿Por qué no tendremos una maldita barrita encima de nuestras cabezas para tenernos controlados?

Con la ventolera que ha liberado la serpiente, deberíamos haber recibido daño, pero parece que el persona de uno de nosotros nos ha protegido, mientras que mi Undine ha hecho daño a la serpiente. Bueno, le pedí que la distrajera, mejor que eso...

Veo el portal abrirse y mi primera reacción es ir a él. Arisa cree que tenemos que vencer la serpiente primero, y eso me hace pararme en seco y mirar en la dirección del chico. Pensándolo bien es muy probable que tenga que ser de esa forma, si no, podría seguirnos hasta el otro lado y entonces a saber qué es la que pasaría.

No quiero arriesgarme a fatigarme mentalmente, así que voy a darle yo misma esta vez. A la serpiente por supuesto. ¡No voy a atacar a un niño!... Al menos no directamente. Por muy homicida que sea.

Viendo a Souta, me quedo con los ojos abiertos y la boca como para que entren camiones.

-¡Pero de dónde has sacado eso! es mi reacción, pero si lo pienso bien, ésto es un reino de sueño y se dirige por la imaginación... Una sonrisa se dibuja en mi cara ante la idea. Mis piernas son potentes, pero.. ¿Y si les pusiera cohetes? Cuando lo pienso mis zapatillas se transforman en unas zapatillas que parecen la combinación de las de un cierto erizo negro y un cierto DJ sanador.

Deslizándome por el lugar a toda velocidad, salto y apunto a sacudirle una patada a la serpiente, con toda mi fuerza.

Tomoyo abrió los ojos con sorpresa cuando Senri abrió un portal que les podía sacar de esa pesadilla. Al principio solo podía pensar en salir de allí, pero cuando sus compañeros empezaron a atacar a la serpiente se dio cuenta que debían vencer antes de poder irse.

No sabía que más podía hacer Senri o si el portal desaparecería si la Persona utilizaba algún otro ataque, así que miró a su alrededor para ver que podía hacer para ayudar. Al ver que los otros materializaban armas y atacaban al monstruo se le ocurrió una idea. Ella no era muy fuerte, pero sí que algo le había otorgado los años de danza era destreza, así que imaginó con todas sus fuerzas un arco y un carcaj lleno de flechas y colocándose cerca del portal y un poco a cubierto empezó a disparar a distancia a la serpiente.

Por un momento pensé que no lograríamos aguantar el ataque de la monstruosa serpiente...pero por suerte todos estábamos ilesos gracias a nuestras personas...y hasta había aparecido un portal para salir de allí. No sabía muy bien cómo y cuando exáctamente había surgido, pero podíamos salir de aquí. Aunque lo primero era detener al monstruo delante de nosotros, podría perseguirnos y causar daños en casa.

Todos invocaron armas de la nada y empezaron a atacar a la serpiente. Decidí concentrarme en algo que pudiese usar para la lucha y protegerme y en mis manos apareció una lanza. Respiro hondo y empuño con fuerza el arma que había aparecido antes de embestir a la serpiente con ella. 

Los Personas lucharon contra la serpiente alada y parecía que Anubis había obedecido sus órdenes. Misaki se sintió mucho más fuerte, tal vez por saber que tenía un gran compañero con ella o tal vez por algo más, pero no cambiaron sus deseos de salir allí cuanto antes.
Al aparecer el portal no lo dudó lo más mínimo y corrió tras Yuyuko, pero al pararse ella en seco estuvo apunto de chocarse. - ¿Qué? - Miró al resto de sus compañeros y todos querían enfrentarse a la serpiente, sin dar ningún indicio de querer huir. - ¿Matar a la criatura para ayudar al chico? ¿No lo mataríamos con ella? - Masculló con incredulidad, no le veía la mayor lógica a aquel pensamiento. - Podemos irnos de aquí, ¿Por qué no quieren?

Todos empezaron a moverse menos ella, no sabía como reaccionar. Había asumido que no podía irse sin ellos pero nunca había luchado y estaba totalmente fuera de su medio, además que las razones para seguir allí no le convencían. Todos sus compañeros parecían desenvolverse bien en aquella situación. - ¿Están invocando armas? - Buscó con la mirada a su Persona, que le miraba de reojo esperando la próxima orden. - No puedo ponerme en contra de todos, espero que Arisa tenga razón... - Apretó los puños, quería pedir a su Persona que atacara y acabara con aquella serpiente, pero no podía ordenar algo que podría hacer daño a un niño. - Al menos les protegeré.
- Anubis vuelve a invocar el muro mágico. - Gritó esperando que repitiera la jugada.

Poco a poco todos los integrantes del grupo iban ganando consciencia sobre su rol en la batalla. Todos tenían algo que aportar y sobre todo un objetivo claro: ayudar a quien necesite ayuda y salir de allí.

 Fuu-Ki en cuanto recibió la orden no dudó en usar su arma para atacar de manera física a la criatura, ocasionándole cortes que la hacían chillar de agonía.

 Souta con la espada que acaba de materializar, ha propinado un fuerte tajo en la criatura que la ha dejado desestabilizada.

 Yuyuko en cambio, propinó una patada cargada de tal fuerza que hizo salir a la serpiente disparada varios metros hacia atrás, rebotando incluso contra la pared.

 Tomoyo, sin descuidar que el portal de escape se viese afectado, recreó un hermoso arco cargado de flechas que rápidamente silbaron cortando el viento y clavándose contra el cuerpo de vuestro enemigo común. 

Anubis acató la orden de Misaki, generando de nuevo aquella barrera mágica que proporcionaba no solo seguridad, sino la confianza de que si la serpiente volvía a atacar con aquellas ráfagas de viento el resultado sería nulo.

 Airi en su lugar materializó una lanza, sin pensárselo dos veces se abalanzó contra la criatura, ya moribunda, dispuesta a rematarla pero... ¿y las palabras de Misaki?¿Y si realmente matar a la criatura hacían daño al niño que la convocó? Aquella incertidumbre provocó que de manera inconsciente el pulso de Airi fallase, ¿fue un error o falló a conciencia?

La criatura alada jadeaba, los múltiples ataques recibidos habían sentenciado su vida y el niño que había pasado desapercibido durante el combate ahora era visible arrodillado en un rincón, exhausto, con un semblante de rabia.

En cuestión de segundos la serpiente se volatilizó con la misma espectacularidad con la que apareció, dejándoos a solas con el niño, el cual seguía vivo ¿sería libre al fin?

El niño comenzó a golpear el suelo, desatando su rabia, incluso podríais interpretarlo como ira.

- ¿Porqué habéis hecho que se vaya?¿Por qué? - gritó dando un último golpe.

- Me hacía compañía... era el único ser vivo que no me ha abandonado... que me ha hecho sentirme seguro... ¡detesto ser un niño! -  gritó mientras comenzó a llorar de nuevo.

- Pero cuando crezca será peor... todos seguirán dejándome de lado... al menos la cabaña la conozco... el mundo de fuera me da miedo... - se reincorporó lentamente.

- Por favor... dejadme aquí... prefiero seguir en la conocida soledad, que en la amargura del rechazo que me queda por conocer... - notabais que las palabras de aquel niño no concordaban con su edad, sonaban muchísimo más adultas. ¿Qué deberíais hacer?

«Wah... ¿se ha acabado? ¿Ya...? P-pero... si estábamos en la parte más divertida...»

Me seco el sudor y, de alguna manera, aunque he hecho aparecer la espada no sé cómo hacerla desaparecer. Además, queda molón apoyarla en mi hombro, así que de esa guisa me quedo. A lo personaje de Final Fantasy. ¿A que molo? Estoy casi seguro de que las pandillas de Osaka se me rifarían, en estos momentos. «Claro que sin espada también».

— ¡Najajajaja! Hemos ganado.

Mi sonrisa es tan ancha y sincera como la de un niño que acaba de ganar a un juego divertido. Claro que, después de ganar, siempre viene escuchar los lloriqueos del bando perdedor. Tsk. Hago una mueca al escuchar al niño y estoy a punto de irme hacia el portal, pero me lo pienso y vuelvo sobre mis pasos hasta pararme frente al chico. Le doy un golpe en la cabeza con los nudillos.

— Patético niño llorón. —murmuro, mirándole como quien mira a un gusano asqueroso. — Así que porque la gente no va corriendo a abrazarte y a decirte lo genial que eres, ¿ya renuncias? Maldito niñato malcriado. ¿Cómo pensabas que ibas a conseguir amigos si tu respuesta es huir y esconderte de todos? ...Eso es: tú quédate aquí, lamentándote por tu vida de mierda mientras tus conocidos siguen sus caminos sin siquiera acordarse de ti. ¿Quién va a perder un segundo de su existencia en pensar en un llorón como tú?

Cabreado como una mona, le doy una patada en el estómago lo suficientemente fuerte para tirarle al suelo y hacerle daño, pero no tanto como para romperle algo... creo.

— Alguien me dijo una vez que incluso el carácter desagradable de un delincuente estudiantil puede ser una buena arma o un enemigo. Todo depende de la cara de la moneda que quieras utilizar.

Pfff. Me doy la vuelta y sin decir nada a nadie me dirijo hacia el portal y lo atravieso. Me da igual lo que haga o deje de hacer ese niñato. Aunque admito que me gustaría volver a pelear con su "bicho" 1vs1.

Habían terminado con esa criatura y Arisa sonríe ampliamente mientras agradece con una inclinación de cabeza a su persona. Pero lo que vino después no dejo de sorprenderle, el niño les pidió que le dejaran allí, parecía que estaba realmente afectado por algo que le pasaba, pero la reacción de Souta fue aún peor, cuando le pega rápidamente se acerca y dice:

• Souta, pero que haces? No eres más que un mono violento y un bruto insensible.

Ella rápidamente se acerca al niño y se arrodilla a su lado y le habla con amabilidad y dulzura:

• Estas bien?... ese bruto no tenía que haberte pegado de esa forma…

Le mira y se lo coloca en su regazo mientras le habla con amabilidad:

• Pero en algo tiene razón ese mono violento… no puedes dejar que eso te afecte… no puedes quedarte aquí solo y encerrarte en ti mismo… tienes que enfrentarte a los demás…

Sonríe dulcemente al chico y le dice entonces:

• Sabes… esa criatura representaba tu fuerza interior y mira, hemos tenido que ser seis personas para poder derrotarla… no te dice eso que en el fondo eres mucho más fuerte de lo que crees y que puedes hacer más cosas de la que crees? No le tengas miedo a la gente… y si necesitas ayuda yo estoy aquí.

Decía mientras le volvía a sonreír dulcemente, el niño le daba pena ya que a ella no le gustaba que discriminasen a la gente por algún motivo, ella misma en alguna ocasión se había sentido así pero había descubierto que la mejor forma era seguir adelante.

¡La serpiente había desaparecido y además el niño estaba sano y salvo! Tenía ganas de saltar, de gritar y de celebrar que todos seguían con vida. Pero el niño seguía sufriendo y no podía ignorarlo. Se despidió con una reverencia de su Persona. - Muchas gracias. - y se encaminó hacia él, pero Souta se adelantó e hizo algo que solo se le hubiera ocurrido a un auténtico imbécil.

Misaki se quedó parada boquiabierta sin dar crédito a lo que estaba viendo. - ¿Le acaba de pegar? ¿Le insulta? - reaccionó cuando Souta ya volvía hacia el portal y al cruzarse con ella le lanzo una mirada llena de reproche negando lentamente con la cabeza. - No puedes hacer esas cosas, pero ahora no tengo tiempo para ti. - Le susurró con una voz mucho más ronca que la que suele emplear, y con un deje de desprecio se volvió hacia el niño.

Arisa ya estaba con él, animándolo de manera muy acertada bajo el punto de vista de Misaki, se paró frente a ambos y agachándose ligeramente le tendió la mano al niño. - Estoy segura de que alguien te espera, aunque no lo creas, te lo digo por propia experiencia. - Movió la mano instándole que la tomara. - Algunas personas podrán ser muy duras contigo, como Souta. Tienes que demostrarles que están equivocados, que eres fuerte y que vas a vivir la vida como tú quieras. - Sonrió ampliamente. - Escucha a tu corazón, no a tu miedo, tienes nuestro apoyo.

Tomoyo suspiró de alivio cuando la serpiente desapareció. Aunque las palabras del niño le hicieron fruncir el ceño, ¿Qué le habría pasado para sentir tal rechazo? ¿Por qué no quiere volver al mundo real?

Los ojos de Tomoyo se abrieron de par en par cuando Souta le dio una patada al niño, ¿Pero que…? ¿Por qué había hecho eso? ¡Si solo era un niño! Lo miró decepcionada cuando pasó por su lado para atravesar el portal.

Decidió no alejarse del portal para asegurarse que se mantenía estable mientras las otras chicas hablaban con el niño. Estaba segura que entre todas podrían alejar el rencor y soledad de él y volver con ellas.

¡Wahuu!¡Este sitio mola! Ojalá hubiese podido grabar esa patada. Cuando conseguimos terminar con el asunto, despido a Undine y la noto durmiente en mí, me encuentro contenta de haberlo "solucionado"... pero ese buen humor se me va enseguida con las acciones de Souta. ¿Era necesaria la patada?

Todas empiezan a animar y atender al pobre chico. Con algo de cabreo e indignación digo:

"Vale a ver, ésto probablmente es un mundo en nuestros sueños conectados... pero si mañana alguien recuerda ésto, por favor, recordadme que le de una patada. ¿Vale?

Me quedo cerca de Tomoyo, esperando a que nos vayamos todas.

Me entró la duda y el pánico ante la posibilidad de que estábamos dañando al niño al atacar a la serpiente, lo cual hizo que mi ataque fallara. Por suerte la criatura se desvaneció y el niño estaba ileso. Respiré aliviada y feliz. -Lo logramos chicos ^^-dije contenta mientras me llevaba una mano al pecho. 

Estábamos a salvo y podíamos volver a casa. El niño lloraba todavía y lo miré dolida. Entendía el miedo que el sentía, ese miedo a la soledad que también me había atormentado durante estos últimos años de mi vida...En ese momento Souta le pegó una patada y le dió un rapapolvo...Entendía la inteción de Souta de hacerle seguir adelante...pero de esa manera era absolutamente innecesaria...

-Sé que tienes miedo...miedo a la soledad y el rechazo, yo he sentido ese miedo también, y estoy segura de que los demás aquí presentes han pasado por esos mismos miedos...pero si te quedas aquí sólo y guardando rencor a los demás, lo único que lograrás es dejar que la soledad se apodere de tí.-empecé a decir tras tragar saliva y pensando mis palabras. -Así que sigue adelante, sé abierto y confía en los demás...-le dije con una pequeña sonrisa. 

El niño, con claros signos de dolor por la agresión recibida por Souta, no dejó de encogerse por el miedo que le provocaba dicha reacción. Notabais que se mordía los labios, ya apenas lloraba, ¿era quizás impotencia? realmente ahora os sentíais totalmente angustiadas por como lo estaría pasando de manera interna aquel pobre niño.

Una a una fuisteis demostrándole vuestro calor, vuestro afecto, vuestra comprensión. El niño oía, sentía, recibía de buen agrado vuestros gestos. Notabais que su rostro era cada vez menos siniestro, incluso parecía que era capaz de sonreír.

Llegado un momento, en el que todas estabais junto a él, os abrazó con fuerza mientras repetía una y otra vez:

- Lo intentaré, intentaré ser fuerte, intentaré no esconderme -

Para vuestra sorpresa, mientras decía aquellas palabras el cuerpo el niño cambió, cambió hasta transformarse en el de un adolescente como ustedes...

Nunca lo habíais visto, pero sentíais una conexión extraña con él.

El muchacho se retiró un poco de ustedes, parecía avergonzado.

- Yo... yo... - enmudeció unos segundos.

- No quería haceros daño... simplemente quería huir, huir de mis miedos... Tuve un sueño donde me sentía real, donde sentí que podía encontrar refugio a mis temores pero fue todo una trampa... de repente me vi encerrado aquí, reviviendo la peor de mis pesadillas... - hizo otro silencio mientras os miraba.

- Esta cabaña... esta maldita cabaña... aquí unos chicos que supuestamente eran mis amigos me encerraron, al principio parecía todo un juego pero cuando pasaron las horas y yo me encontré a oscuras, gritando por buscar a alguien que me sacase de aquí sin obtener ni una sola respuesta... - el joven dejó caer una lágrima.

- Sentí que quería ver el mundo arder, quería que toda la humanidad desapareciera... era una ira que he guardado dentro de mi corazón, una ira sacada del miedo a estar solo... pero ustedes me habéis hecho despertar... supongo que debo seguir vuestras palabras e intentar ser fuerte - notáis como el chico intentó reincorporarse.

- Mi nombre es Kano, Hitoshi Kano... y os debo un gran favor - en ese momento hizo una reverencia mientras contemplabais una sincera sonrisa en sus labios.

- Supongo que va siendo hora de despertar ahora que puedo hacerlo -

Arisa se alegra de la reacción del chico, pero cuando crece se queda sorprendida con la mirada bastante sorprendida, pero aun así le escucha con atención. Cuando este termina le ofrece la mano y dice sonriente:

Yo soy Suzuki Arisa y ahora nos conocemos por lo que podemos ser amigos… no puedes volver a sentirte así, tienes que ser fuerte y si no puedes todas estamos aquí para ayudarnos

Entonces se quedó pensando unos momentos en lo que les conto, aquello realmente era extraño, que había soñado con aquello y que había pasado aquello, en cierta forma era un poco como les había pasado a ellos, Arisa mira a las chicas y dice:

Vosotras también os quedasteis dormidas y aparecisteis aquí ¿verdad?... por cierto, ahora que me acuerdo… la chica cuervo está bien?

Tomoyo escuchó la historia del niño convertido en adolescente con tristeza y a la vez enfado hacia esos chicos que lo habían encerrado allí. ¿Quién podía ser tan mezquino para hacer algo así?

- Mi nombre es Tomoyo Himura, encantada de conocerte. – se presentó con una sonrisa. – Pienso igual que Arisa-san, ¡podemos ser amigos! Y así entre todos nos ayudaremos para que nadie vuelva a sentirse solo y abandonado, eso es lo que hacen los amigos.

Luego asintió hacia Arisa-san, - Fue muy extraño, estaba en mi habitación, me quedé dormida y luego aparecí aquí, como si esto fuera una pesadilla. – su sonrisa desapareció de su rostro. – Cierto, ¿y la chica-cuervo? – Preguntó mientras miraba a su alrededor buscándola. Esperaba que estuviera bien y así todos podriamos cruzar el portal de vuelta al mundo real.

Con todo terminado y la gente preocupada por la chica cuervo, la cual me extrañaría bastante que no se hubiese despertado o algo. Con todo el barullo que hemos montado... Y ahora que lo miro detenidamente, el chavalin éste... wow. Acabo de olvidar que era lo que me cabreaba antes...

"Genkidashi Yuyuko, ¡A tu servicio!" hago impersonación de saludo militar cuando saludo.

Misaki sonrió ampliamente al ver que el niño reaccionó a sus ánimos y recibió de buen agrado su abrazo. Sin embargo no pudo evitar dar un respingo sorprendida cuando él se transformó, por un instante creyó que volvería esa serpiente

Se encontró con un chico de su edad al que sus miedos le habían derrotado. - Te entiendo. - quiso repetirle, pero se quedó en silencio escuchando su historia. Asintió levemente cuando él ya había terminado. - Yo soy Kurama Misaki. - imitó la reverencia del chico. - Es un placer.

Giró sobre los talones y se encaminó de buen ánimo hacia el portal dando pequeños saltitos, al fin saldrían de aquel misterioso lugar, pero la pregunta de Arisa le hizo detenerse y buscar con la mirada a la chica cuervo apresuradamente. - Cierto... - No podía creer que se hubiera olvidado de ella.