Partida Rol por web

Lorik fue de los primeros en actuar. Ya había asaltado y combatido en barcos otras veces y sabía lo que era moverse por una cubierta. Miró a Ethelnir, pues con él estuvo involucrado en una de estas aventuras y, después, marchó hacia el primero de los marineros.

El guerrero había sesgado muchas vidas. Y si bien era cierto que ellos habían sido los que habían atacado a Clarissa primero, no sobraba decir que era ella la que había atosigado primero a aquellas personas. Agradeciendo, por otro lado, un poco de acción; y movido por el pensamiento de que eran esclavistas. No dudó en atacar al que tenía más cerca. Sujetaba un arma y sabía que si pestañeaba, el otro no dudaría en matarle.

- ¡Maldita sea, Clarissa! ¡Espero por tu bien, que estes en lo cierto!

El dolor sacudió a Clarissa de arriba abajo cuando el ballestazo se clavó en su espalda.

-Ahhhgggg.-chilló dolorida, pero aún así completó el conjuro, para comprobar que el marinero lo resistía.

-¿Marineros tan bien armados y que se comportan así? ¡Son esclavistas!

O traficantes o contrabandistas, más te vale que sean algo, Clari... Debes confiar en Abadar.

Retrocedió unos pasos y canalizó el poder de su dios, aunque era la única herida.

El espadazo de Lorik acaba con uno de los marineros desangrándose en cubierta. Mientras tanto Clarissa se retira, sorprendentemente su oleada curativa no afecta al marinero.

Si hubieramos entrado a sangre y fuego te habias ahorrado ese virote Clarissa

Avanzo hacia el enemigo mas cercano y le fallo al enredarme con un rollo de cuerda en el suelo

Has oído hablar de criaturas con afinidad por la energía negativa. Suelen comportarse como muertos vivientes con la energía positiva, así que tus canalizaciones podrían dañarlos...

El paladín empezó a buscar a un oponente cercano.

- ¡Maldita sea!

Harold se movió con soltura entre sus compañeros, sacando su arco por el camino, y apuntando una flecha al que había osado atacar a Clarissa, clavándosela con fuerza en respuesta al suyo.

El aparente capitán del barco se queja al recibir el disparo pero no se amilana, vuelve a recargar su ballesta y dispara contra Hothar que recibe el virote en pleno abdomen...

El paladín coloca una mano sobre Hothar invocando sus poderes curativos y avanza hasta quedar frente al marinero más cercano a Hothar.

Viendo el potencial curativo de Ethelnir, los marineros concentran sus ataques en el elfo. Su rapidez le permite esquivar una de las estocadas, mientras que detiene una segunda con el escudo. Sin embargo tener que prestar atención a tantos enemigos hace que uno de ellos le hiera en un brazo.

Lanzo un nuevo ataque, no demasiado apuntado contra el marino que tengo delante

Casi tengo que cerrar los ojos ante el lacerante dolor que me produce el virote que me han clavado en la tripa, pero lo agarro y con la cabeza del hacha lo parto por la mitad. Justo en ese momento recibo el don curativo de mi compañero, lo cual hace que el dolor se disipe en parte, y la herida deje de sangrar tanto. Pero duele, ¡vaya si duele!

Con un gruñido, aprieto los dientes y me enfrento al marinero que había acabado a mi lado.

¡Malnacidos, perras de orco, veréis con quien os estáis metiendo! ¡Primero tú!

De nuevo esgrimiendo mi movimiento favorito, lanzo un tajo de mi hacha de abajo arriba, cortando abdomen y pecho. Con el urgrosh bien alto, detengo el movimiento e invierto la fuerza, haciendo que la lanza caiga sobre el costado del marinero, clavándose bien en la carne. El marinero cae desangrándose.

¡Y ahora tú! - digo señalando al cobarde que está subido en las jarcias.

-¡El poder divino de Abadar está con nosotros, malditos esclavistas... !-Clarissa no sabe que nombre poner a las criaturas, pero al menos comprende que su poder curativo no las ayudará.

Lorik se giró con un rápido movimiento, y se fijó en la situación de la batalla. Ethelnir y Clarissa curaban mientras el enano, el nuevo integrante del grupo, acababa rapidamente con uno de sus enemigos.

Sin demorarse demasiado, Lorik avanzó un paso mientras esgrimía de nuevo su enorme espadón. El tajo cercenó la carne de su nuevo rival, haciendo que sangre saliese disparada en todas direcciones. En la cara del guerrero se veía la determinación y la adrenalina de la batalla, mientras apretaba fuertemente los dientes por el esfuerzo que estaban haciendo sus brazos.

Llevaba tiempo sin ejercitarse y para él, esto era un pequeño entrenamiento.

Harold, viéndose liberado del marinero que tenía pegado gracias al potente espadazo de Lorik, comenzó a moverse buscando una tiro limpio contra el que había atacado a Clarissa pero la flecha salió disparada estrepitosamente hacia el suelo al soltarsele la cuerda de los dedos antes de tiempo.