Partida Rol por web

Alzo una ceja sorprendido al ver salir disparado a tan interesante personajillo de la taberna que he elegido.
Y tras escucharlo, veo como vuelve directo hacia dentro otra vez.
Interesante lugar sin duda. Veamos si cumple con lo que promete.
Y no dudo en atravesar el umbral del local.

Entras a la taberna y puedes ver al bichejo extraño dirigiéndose hacia la barra. En una de las mesas, la Capitana está sentada tomando un ron y al parecer, una chica se está acercando a ella con intenciones de preguntarle algo.

¡Me cago en su puta madre! - grita al cielo al escuchar todas esas palabras de sus compañeros. - sólo con agua salta el otro.. joder. - suspira con una pequeña mueca de dolor. - María cielo, ¿quieres porfavor traerme unos trapos limpios? si nadie me lo cura, lo haré yo. - le pide con amabilidad a la chica que estaba a su lado aplicándole el agua.

¡Y vosotros esperadme coño! mierda.. - vuelve a gritar a los demás que se dirigían a la taberna.

-Eso, en vez de hacerle caso al Doctor ponte unos trapos, a ver si se te gangrena la pierna.- dice Stan, impaciente, con los brazos cruzados.- ¿Nos vamos ya Doctor?

Termino de aclarar la pierna de vargo y me voy a buscar unos paños limpios, con tanta cura me costo encontrarlos pues a mayoría estaban secándose debido ala cura de elisabeth.

Me agacho junto a vargo
- toma - digo con dulzura dándoselos suavemente
- ¿te ayudo? - le digo subiéndole el pantalón hasta la rodilla para que no le moleste

Al entrar en la taberna, me dirijo de inmediato hacia la barra siguiendo al extraño individuo con forma tortugoide.
Y mientras avanzo, observo a mi derecha, en una de las mesas del fondo, a nuestra capitana.
También me percato de que otra moza parece que quiere dirigirle la palabra y, entretanto llego hasta la barra.
Hago mi pedido y no tardan en servirme un jarra de buen ron y un par de pescaos ahumados.
Y tras devorar rápidamente ambos arenques y pagar mi consumicion. Me aproximo a la mesa de la capitana y digo tras mirar de reojo a la desconocida.
Espero no interrumpir ni parecer descortés. Pero creo que no es este el lugar adecuado para sentarse a beber a solas.
Dicho esto, callo esperando la respuesta de la capitana.

En el rostro de Mery se podía ver claramente que no estaba de humor. Ni siquiera el ron le hacía sonreír.
Miró a la muchacha, esta vez claramente. Si no hubiese sido por la curiosidad de recordad quien era, la hubiera auyentado de un latigazo. Aun así simplemente asintió cuando ésta pidió permiso pasa sentarse.

Justo entonces llegó Peter. Le miró unos instantes.
¿Porqué? Su voz sonó igual de pétrea como su rostro. Luego bebió otro trago de ron, refrescando su interior, y se acomodó en la silla, esperando a que o la chica o Peter volvieran a hablar.

- Vámonos, Westen. Señoritas, si quieren algún vestido, les recomiendo que se vengan con nosotros a la casa de Cheng-Ghun'ai. Creo que es el único que las podrá vestir sin que parezcan furcias...

Spade baja al muelle y camina tranquilamente hacia el pueblo, con la bolsa al hombro.

Tortuga es una ciudad bastante grande. No tiene nada que ver con Kingston, la cual se queda pequeña al lado de esta. Caminas por el puerto, donde ves atracados una infinidad de barcos piratas y algunos barcos pesqueros. La pesca es la principal actividad de la isla, y pelea codo a codo con la venta de articulos legales e ilegales en el mercado negro.

Alguno de los barcos pesqueros os llaman la atención. No parecen ser los típicos barcos pesqueros... mas bien... parecen ser barcos piratas camuflados. Interesante. Tomais nota mental de sus nombres, por si alguna vez te los cruzas en alta mar y tras unos minutos de larga caminata llegais al centro de la Isla, que bulle en actividad, aún siendo temprano por la manaña.

La gente corretea borracha por la ciudad, algunos persiguiendo mujeres, otros simplemente corriendo por que sí.

Lo primero que veis al salir del puerto es el edificio de la aduana, el cual también hace de ayuntamiento. Mas allá, a unos metros, pueden ver un gran edificio de madera de donde sale mucho ruido y ves mucha gente entrando y saliendo de el. Es la taberna, el lugar indicado para ahogar tus penas.

Siguiendo por la calle principal con la mirada, hacia abajo, se pueden ver los miles de puestos comerciales. Algunos con local propio, otros un simple puesto callejero y otros más, son solo una manta tirada en el suelo con su dueño intentando vender a la gente que pasa.

En este lugar no hay policia. Las cosas se arreglan a tiros o mediante duelos de espada. Si algo no se puede resolver, existe una especie de "consejo de piratas" que regula todo lo que no se pueda arreglar de esa manera.

Os acercáis a la taberna pensando en todo eso...

Esta vez, esperáis que no hayan tantos problemas...

Al entrar a la misma, veis a la Capitana en una mesa, sentada junto a Peter y a una bonita joven desconocida.

Y al escuchar la respuesta de la capitana, asiento con la cabeza y digo.
Pues por que no es un lugar adecuado para combatir solo. Hay mucha rata suelta por aqui y tienen la mala costumbre de ir en grupo.
En ese momento, observo que la chavala continua acercandose y yo me hago a un lado.
Vaya, parece que hay alguien interesado en hablar contigo, capitana.
Y vuelvo a meterle otro trago a la jarra de ron.

Los que están sentados intentando mantener una conversación, véis entrar por la puerta a todo el grupo que estaba en el barco.

Al parecer, Vargo cogea un poco y Markus, que va detrás, no puede contener una sonrisa de ver a su compañero intentando caminar derecho...

Y yo en ese momento, me giro y veo entrar a toda la tripulación del Berenice. Sonrío levemente y añado.
¡Vaya!. Menudo desfile. Todo el equipo al completo.
También me fijo en que nuestra naufraga acompaña al grupo y miro de reojo el rostro de nuestra capitana tratando de prever su reacción.

Carmen continúa mirando a Mery mientras se retira la capucha de la cara - ¿Capitana? - parece que he tenido suerte... - ¿teneis un navio?

Cuando vargo termina de ponerse la venda ...
- venga campeón que nos vamos de fiesta - sonrío pasando mi mano por su espalda para ayudarle a que se levante

Spade alza una ceja.

- Por Dios, ¿vamos a ir recogiendo a todas las rameras del Caribe? Stanley, me largo de aquí lo antes posible...

El doctor se gira y sale de la posada, poniendo rumbo al bien conocido (pero no por ello menos temido) barrio de los chinos, sin esperar siquiera a escuchar las respuestas, seguramente indignadas, de sus compañeros de travesía.

Quizás ninguno llegó a darse cuenta de que su mirada no se apartaba, en realidad, de la rosa que la capitana llevaba siempre prendida en el pelo.

Gracias chica, no sé que haría yo sin ti.. - suspira y le sonríe mientras se levanta poco a poco.

Al salir del Berenice y dirijirse hacia la taberna, de reojo, observa a Markus cachondeándose de él. - ¡¿Y tu de qué te ríes, cabrón?!... ¡JaJaJa! - le grita serio pasra luego reirse él mismo por su situación.

Stanley siguió al doctor como un perrito faldero.

Dios, sí que estaba enganchado a esa cosa... y el doctor era el único que sabía donde conseguirla en cada rincón del Caribe.

El doctor ( menuda vista tiene el doctor, que cala a las furcias a la primera ) junto con Stanley, se dan media vuelta y se retiran hacia el barrio chino de la isla, donde seguramente encontrarán lo que desean.

Está claro que el doctor conoce muchos de los rincones del caribe, y Westen lo sabe. Spade sabe donde conseguir lo que necesita, y enfila directamente a una especie de tienda extraña, oculta en un callejón...