Partida Rol por web

Morti tomó su propia decisión y sacó a su Jumpluff al campo de batalla, un pokémon sumamente débil contra los movimientos de tipo hielo, pero con la capacidad de hacer dormir a su rival que le daría algo de ventaja táctica en el combate. Y tal y como Ryu había pensado, su pokémon echó a volar por encima del fantasma de Morti y éste quedó completamente dormido por culpa del polvo que había espolvoreado sobre él. 

¡Vamos, Frosslass, despiértate! ¡Tenemos que acabar con éste combate cuanto antes!

Pero Frosslas no hizo caso y siguió descansando quedando a merced de su oponente.

Bien hecho Jumpluff, ¡ahora lanza un sustituto! Que no se de cuenta de quien eres. 

Jumpluff obedeció la orden de su entrenador, y Ryu quedó algo extrañado, estaba claro quien era quien, uno volaba, seguramente por que era la primera vez que usaba ese ataque. 

Aún así quedó a la espera de ver que pasaba con Gengar. Parte fundamental del combate. 

Ryu aprovechó que el pokémon de Morti estaba dormido para decirle a su Jumpluff que creara un sustituto sacrificando parte de su energía. Y aquella estrategia salió bien, pues Frosslas justo despertó en ese momento y lanzó un potente vaho por su boca. El vapor recorrió el cuerpo del muñeco y tras rodearlo, lo congeló y lo hizo pedazos reduciéndolo a cenizas. Estaba claro, que de no haber sido por aquel muñeco, Jumpluff habría caído en ese mismo instante.

La estrategia defensiva no está mal. Dijo Morti a su oponente. Pero si no atacas nunca podrás ganarme.

Si! Lo se dijo Ryu con una media sonrisa, aunque atacar sin control no tiene por qué dar la victoria. 

Jumpluff, duermelé otra vez! ¡Somnífero! Dijo Ryu mientras su pequeño pokemon sobrevolaba el campo intentando dormir a aquel pokemon que tantos quebraderos Le estaba dando. 

Morti se lo había advertido a Ryu y le había recomendado que sacara otro pokemon que no fuera Jumpluff, pero éste no le había hecho caso. Morti no había previsto que eligiera un pokémon tan vulnerable al hielo y Ryu había confiado mucho en que su pokémon lograse dormirle. 

Pero Frosslass logró evitar las esporas que su rival le mandó y volvió a echar su aliento sobre el pokémon volador. Esta vez, su cuerpo ligero y casi etéreo se convirtió en un pedazo de bloque de hielo que se precipitó contra el suelo dejándolo gravemente herido.

La estrategia de Ryu no estaba surtiendo efecto, había perdido ya a dos de sus pokémon y Morti aún tenía a su primer pokémon, en pie, y sin un solo rasguño.

Te dije que ya sabía cómo iba a terminar este combate. ¿Por qué no te rindes?  Le dijo al ver que la situación iba a ser complicada ya de dar la vuelta.

Ryu bajó la cabeza arrepentido. Metió a su pokemon en la pokeball y se acercó a Morty. Tenías razón esta vez, aunque han sido mis errores los que han llevado a esta derrota. 

Me rindo. 

Salí cabizbajo del gimnasio, Hydreigon está debilitado, toca andar. Pensé mirando como mis dos pokemon más fieles habían caído por mí.

Lo siento chicos, cuando os vea la enfermera Joy iremos al siguiente y estaré a la altura. 

El gimnasio de Morti tomaba el nombre de la ciudad en la que se encontraba, Ciudad Iris. En aquella ciudad parecía que convivían el pasado y el futuro, pues las casas y locales hechos de madera y de pequeño tamaño tenían en su fachada una pantalla gigante donde se indicaba en qué consistía el lugar que se pensaba visitar, además de publicidad y gente anunciando los productos.

El gimnasio Iris se encontraba en una pequeña colina alejado unos pocos kilómetros de la ciudad, para llegar hasta allí había que ascender a través de una torre de aspecto quemado. En lo más alto de la planta se suponía que se hallaba el gimnasio, pero cuando el aspirante llegó a la puerta, tras abrirla vio que no había suelo, aún así Morti parecía estar flotando al otro lado de la sala. ¿Cómo era posible que estuviera volando?

Adelante, no temas. Dijo Morti invitándole a entrar. El suelo es de cristal, no te preocupes. Aquello parecía más una táctica de alejar a intrusos no deseados que a aspirantes a la medalla niebla. 

Por eso el aspirante avanzó por el suelo de cristal hasta alcanzar al que sería su rival. Bienvenido Tarako. Dijo conociendo ya el nombre del aspirante antes de que éste se hubiera presentado. Veo que has hecho un gran equipo, muy versátil, Garchomp, Lucario, Aerodactyl, Weavile y Gengar. Morty era capaz de saber lo que estaba a punto de pasar, no en vano era mundialmente conocido como el "místico adivino del futuro"

Morty continuó guiando por unas escaleras que bajaban al aspirante para que pudiera acompañarle hasta el lugar donde se desarrollaría el combate. Ante él había un campo de batalla de dimensiones descomunales, una sala oscura, pero en la que se podía ver con claridad. Tampoco parecía haber nada en el campo de batalla ni ningún clima que beneficiase al líder.

Ya sé cuál va a ser el resultado del combate, pero para ello es necesario que luchemos. Ya que este es tu sexto gimnasio, realizaremos un combate individual, y el que derrote a tres de los pokémon del oponente ganará. Además, solo está permitido un cambio, ¿entendido?

Tarako alucinó tanto con el suelo de cristal como con el propio líder de gimnasio. ¿Cómo podía saber cuales eran todos sus pokémon? El joven estaba desconcertado y ahora empezaba a entender un poco las palabras de Jessie.

El joven se plantó en su lugar con menos confianza de la habitual y con un mar de dudas sobre qué compañero pokémon sacar primero. Era la primera vez en toda la competición que no iba a tener esa ventaja y parecía ser que de Morti se podía esperar cualquier cosa. Definitivamente tomó la pokeball de Weavile, aunque había existían pokemon fantasma con subtipos efectivos al hielo, era su pokémon más efectivo contra los tipo fantasma en general.

¡Adelante Bled! ¡Usa Tajo Umbrío!

¡Adelante, Gengar! Gritó Morti al saber que Weavile iba a sacar a uno de sus pokémon más poderosos contra el tipo fantasma. 

Weavile va a ser un hueso duro de roer. En ese momento vio como su rival salía directamente contra su pokémon para asestarle un fuerte golpe oscuro, pero Gengar, se movió a gran velocidad y de sus ojos salió un potente brillo mágico que dañó gravemente a su rival.

Morti sabía que ese golpe no iba a ser suficiente, pero sí que sabía que al menos dañaría lo suficiente para dejarle muy herido. Así que, Weaville se giró sobre sí  mismo y encajó el tajo que su entrenador le había lanzado dejándolo gravemente herido y eliminando al primer pokémon de Morti.

Quizá, si Tarako hubiera seguido esa misma estrategia contra Jessie, a lo mejor le hubiera derrotado antes.

Perfecto. Dijo Morti al ver que su primer pokémon había caído en un instante. ¡Ha llegado el momento de salir a escena, Dusknoir! 

Aunque le seguía desconcertando el líder de gimnasio, la eterna sonrisa de Tarako brilló más todavía al ver que Weavile pudo contra Gengar. ¡Bien hecho Bled! Aguanta un poco más. El joven pelirrojo animó a su pokémon, sabía que no le quedaban muchas fuerzas, pero aún podía hacer mucho daño con un gran último ataque.

Al ver a Dusknoir, Tarako meditó la jugada. Morti había elegido bien, pues era un pokémon defensivo que probablemente pudiera aguantar el golpe y terminar con su Weavile. El chico no se esperaba menos contando con sus habilidades místicas. A pesar de todo, ordenó atacar a su pokémon. ¡Repite Tajo Umbrío colega!

Morti sabía que Weavylle era más rápido que su pokémon, pero decidió jugar la baza del pokémon defensivo para tener alguna oportunidad sobre él. Fue en ese momento, cuando el pokémon de Tarako le golpeó con un poderosísimo ataque casi devastador.

Al pokémon le faltó muy poco para caer gravemente herido, pero por suerte para él no fue así y logró sobreponerse al golpe. ¡Acaba con Weavyle! ¡Usa puño incremento! Aquel movimiento de tipo lucha era lo que más temía el pokémon de hielo, y con un simple impacto cayó al suelo terriblemente herido.

A pesar de la victoria, el combate seguía claramente a favor de Tarako y muy mal se le tenía que dar para que no lograra ganarlo.

El joven Tarako rápidamente devolvió a su Weavile a la pokeball. Lo has hecho muy bien, descansa. Le dijo antes felicitándolo. 

Cogió la pokeball de Gengar y le dio un par de vueltas en las manos. Tu efectividad nos pone en tan buen lugar como en mal lugar nos pone tu debilidad, pero confió en tu rapidez colega. El joven murmuró sus palabras a la pokeball y acto seguido la lanzó. ¡Adelante Chubby! ¡Asómbralos con tu bola sombra!

Morti sabía perfectamente que Tarako iba a sacar a Gengar y por eso lo había preparado para el combate. Por eso aprovechó la oportunidad que vio cuando fue a lanzar la bola sombra. ¡Dusclops, ataca por la espalda y golpéale! ¡Que vea la fuerza que poseemos! Le gritó a su pokémon para cargarle de energía y garantizar así un golpe más certero.

Era consciente que Tarako sacaría un pokémon muy rápido, pero Morti había lanzado su puño incremento para que ahora su golpe de prioridad hiciera más daño y lograse así derrotarle de un solo golpe.

Lo siento, Tarako pero acabo de darle a vuelta al combate. No sé si te advirtieron de mis capacidades especiales y del duro adversario que soy. Le dijo con una sonrisa.

Aún te queda un pokémon y un cambio. Así que juega bien las bazas que te quedan.

Las habilidades de Morti estaban haciendo que el combate fuera muy complicado, de hecho, el combate se había torcido por completo. Tarako se encontraba en una duda constante sobre qué pokémon usar y por más vueltas que le diera no hallaba una opción favorable. 

El muchacho pelirrojo dejó en el suelo las tres pokeball que le quedaban y las revolvió, eligió una dejándose llevar por el instinto. !Adelante pokeball! Dijo lanzándola al campo de batalla. De la pokeball salió su veloz Aerodactyl. 

¡A por el Ptero! Animó Tarako a su compañero. Usa golpe aéreo y acaba con Dusknoir.

Morti se quedó impresionado, eso sí que no se lo esperaba. Sacar su pokéball al azar fue algo que reventó su capacidad de predicción pues no era capaz de ver aquello que estaba sujeto a las leyes de la probabilidad. 

Extrañado vio salir a ese Aerodactyl y respiró tranquilo. Ese pokémon no debía suponer ninguna amenaza para el combate y volvía a estar seguro de cómo iba a acabar aquel combate. 

¡Dusknoir, Aerodactyl es uno de los pokémon más rápidos que existen pero no es capaz de adelantarse a los movimientos de alta prioridad! ¡Repite la jugada y lanza tu sombra vil!

No se sintió capaz de esquivar el rápido golpe que recibió, pero no fue suficiente para acabar con él, tal y como le había sucedido a Gengar.  Por eso, el pokémon cogió algo de velocidad en el aire y dejó caer su cuerpo en picado para lanzarse contra el de Morti y fue debilitado en un momento debido al estado de salud en el que se encontraba.

Bien, ahora toca sacar a mi Froslass. Veremos como acaba éste combate.

Tarako sabía que la Sombra Vil no tendría el mismo efecto en Ptero que en Chubby y no se equivocaba. Ptero aguantó el golpe de sobra y pudo terminar con el Dusknoir de Morti. 

El último pokémon del místico líder de gimnasio no les daba ni les quitaba la ventaja, así que Tarako sonrió como de costumbre. El muchacho pelirrojo confiaba en que la velocidad de su Aerodactyl fuera suficiente para acabar con Froslass y ni se le pasó por la cabeza que un movimiento de alta prioridad pudiera estropearle la victoria como hace un segundo. ¿Demasiado confiado?

El aspirante ordenó su ataque a su compañero sin perder tiempo, quería que el combate acabara de una vez por todas. ¡Tú puedes con él Ptero! ¡Roca afilada!

Esta vez Aerodactyl fue más rápido que el pokémon de Morti y su roca afilada le golpeó con gran rudeza dejándolo inconsciente con tan solo un golpe. Morti sonrió. Mi poder permite saber lo que vas a hacer incluso antes de que tú lo sepas, pero esa jugada de sacar tu último pokémon de forma aleatoria me tergiversó todos mis planes. Dijo mientras sacaba la medalla Niebla. ¡Enhorabuena! ¡Sabía que ganarías el combate y eso es para ti!

¡Has hecho un trabajo excelente!

Cuando Tarako vio como Aerodactyl terminó definitivamente con el pokémon de Morti respiró aliviado. Las dudas sobre un posible ataque que hiciera que Froslass golpeara antes a su pokémon le atenazaban, por suerte no fue así y el combate terminó.

Muchas gracias. Respondió el joven pelirrojo con su enorme y brillante sonrisa. Este combate ha sido una prueba espectacular. Me ha enseñado mucho, luciré la medalla orgulloso. Dijo mientras se la ponía en el pecho, junto a las demás.

Tarako se despidió de Morti y se marchó con una gran satisfacción. Tenía mucho que mejorar aún, pues como contra Jessie, había cometido errores, pero sentía que iba por el buen camino. 

El muchacho sabía que tenía que atrapar otro pokémon para el siguiente duelo, meditó mucho sobre qué necesitaba para su equipo y al final tomó una decisión. Hacía mucho que no pescaba, así que iba a tener que desempolvar sus dotes con la caña para conseguir un pokémon de tipo agua como había decidido.

El gimnasio de Morti tomaba el nombre de la ciudad en la que se encontraba, Ciudad Iris. En aquella ciudad parecía que convivían el pasado y el futuro, pues las casas y locales hechos de madera y de pequeño tamaño tenían en su fachada una pantalla gigante donde se indicaba en qué consistía el lugar que se pensaba visitar, además de publicidad y gente anunciando los productos.

El gimnasio Iris se encontraba en una pequeña colina alejado unos pocos kilómetros de la ciudad, para llegar hasta allí había que ascender a través de una torre de aspecto quemado. En lo más alto de la planta se suponía que se hallaba el gimnasio, pero cuando el aspirante llegó a la puerta, tras abrirla vio que no había suelo, aún así Morti parecía estar flotando al otro lado de la sala. ¿Cómo era posible que estuviera volando?

Adelante, no temas. Dijo Morti invitándole a entrar. El suelo es de cristal, no te preocupes. Aquello parecía más una táctica de alejar a intrusos no deseados que a aspirantes a la medalla niebla. 

Por eso el aspirante avanzó por el suelo de cristal hasta alcanzar al que sería su rival. Bienvenida Chartreuse. Dijo conociendo ya el nombre del aspirante antes de que éste se hubiera presentado. Veo que sacarás un pokémon de tipo agua y planta, ¿Pancho, verdad? Y también puedo ver en ti que no te fue muy bien tu anterior combate. Misty posee un Gyarados muy poderoso. Morty era capaz de saber lo que estaba a punto de pasar o lo que ya había pasado, no en vano era mundialmente conocido como el "místico adivino del futuro"

Morty continuó guiando por unas escaleras que bajaban al aspirante para que pudiera acompañarle hasta el lugar donde se desarrollaría el combate. Ante él había un campo de batalla de dimensiones descomunales, una sala oscura, pero en la que se podía ver con claridad. Tampoco parecía haber nada en el campo de batalla ni ningún clima que beneficiase al líder.

Ya sé cuál va a ser el resultado del combate, pero para ello es necesario que luchemos. Ya que solo posees a Pancho, yo enviaré a mi pokémon favorito:

¡Adelante Gengar! Ten cuidado con él, es aún más potente que Gyarados, y si tu Ludicolo no es más rápido, es muy probable que te venzamos de un golpe. Lo siento. Dijo disculpándose como si supiera de antemano cuál iba a ser el resultado.

Conocer la Ciudad Iris fue algo novedoso para la entrenadora. Aunque el subir por la colina y encima ir por una torre quemada parecían querer desalentarla, sin embargo, para Chartreuse, este tipo de retos le hacían querer continuar con aún más ganas.
El hecho de que cuando entrara hubiera ese suelo invisible, le parecía cómo un mal augurio. Agregando al factor tétrico del gimnasio que concordaba bastante bien con la imagen de un pasado tradicional y místico como lo sugería la apariencia de la propia ciudad.

Todos los datos que arrojaba sobre ella, la impresionaron en sobremanera, al grado un escalofrío recorrió su espalda. Aunque pensándolo bien, la opción más lógica era que la líder Misty se hubiera comunicado con él. De ahí que supiera su nombre y el de su pokemon. El pensar sobre esa posibilidad la relajó un poco. Fue una lástima que ese estado de calma, fue interrumpido por la siguiente proclamación del líder y su pokemon.

¿Un pokemon más rápido y fuerte que podía acabar con todo antes de comenzar? Eso ya lo había visto. Claro que lo había visto.
-Esto ya lo viví. Así que creo que los dos vimos el mismo futuro -Chartreuse dijo pensativa-. No tiene caso empezar un combate que ya está perdido, así que me retiro -Así fue como la entrenadora salió del gimnasio sin hacer ningún escándalo, presunciones ni ninguna otra expresión. Se fue con la pokebola en mano pensando en su siguiente combate-. Perdóname, Pancho. Yo sé que tenías ganas de pelear, pero no te voy a poner al filo del cañón por nada. La próxima pelea te prometo que será una en la que tengamos una oportunidad -Susurró a su pokemon.