Partida Rol por web

Goodra queda debilitado ene l siguiente asalto. Roserade es más rápida que Goodra, por lo que no le da tiempo a usar Descanso ya que no tiene prioridad. Por eso decidí que el combate terminase ya y no alargarlo con un post innecesario.

Lo siento.

El gimnasio Princesa no era un local cualquiera, aquel edificio se encontraba en lo alto de una colina y era un castillo. Un impresionante castillo exactamente.

Sus paredes estaban decoradas con colores muy modernos para el lugar, con tonalidades verdosas y rosadas y con un cartel colocado en la parte superior de la puerta donde se anunciaba el nombre del gimnasio. En la puerta había dos Cacturne montando guardia para recibir a cualquier aspirante que decidiera acudir allí.

Al entrar, el lugar estaba decorado con múltiples cuadros y tapices donde podía verse a la entrenadora rodeada de decenas de pokémon de tipo planta, y como estos la daban todo su afecto y cariño. Cuando cruzaron el hall de entrada, los Cacturne acompañaron al aspirante hasta un patio interior que sería el terreno de batalla.

Aquel lugar necesitaba que alguien cortara el césped porque tenía la hierba demasiado alta, lo cuál sin duda era una estrategia de su líder, pues allí sus pokémon podrían camuflarse mejor y ya de paso aprovechar el terreno para potenciar sus ataques.

Al otro lado del jardín se hallaba Mimi, la líder del gimnasio Princesa, situada en un enorme trono vegetal decorado por enredaderas y flores rojas.

Bienvenido a mi gimnasio. Dijo la líder sin moverse de su trono. Yo soy Mimi, la líder del gimnasio Princesa y veo que has venido a retarme.

Veo que ya tienes tres medallas en tu poder, así que el combate será por parejas. Si derrotas a mis cuatro pokémon, te entregaré la medalla inocencia. Elige bien, porque no podrá hacerse ningún cambio. ¿Entendido?

Tras aquellas palabras, Mimi no se molestó en sacar su pokéball, simplemente dio un par de palmadas, y una impresionante Roserade salió de detrás del trono situandose en el campo de batalla y ocultándose entre la hierba.

Un segundo después fue uno de los Cacturne de la entrada quien hizo su aparición: 

Yoh llego al Gimnasio/Castillo de la líder Mimi sin evitar poder asombrarse por la  belleza que se abría ante sus ojos, un decorado verdoso lucía a través de todo el recorrido resaltando la propiedad planta del mismo, llegó ante la presencia de la líder quien estaba sentada en un trono digno de una reina. 

Apenas se termino de presentar dio unos aplausos llamando al combate a un Cacturne y una Roserade, unos pokemon planta bastante pintorescos y ciertamente poco imaginados por Yoh para el combate, sin embargo, Yoh sabía exactamente a quienes usar para combatir a los mismos.

Bueno es hora de empezar el combate, Tijeras, Llama manifiestense!!!

De esa manera un Scizor y un Volcarona salieron de las pokebolas y sin dar espera se dio la orden de ataque.

Volcarona Danza Llama en Roserade,

Tijeras utiliza Picadura en Cacturne!

Mimi miró sorprendida a Yoh, la verdad que no estaba acostumbrada a que ningún entrenador quisiese convertirse en maestro del tipo bicho, pero cuando vio a sus dos enemigos comprendió que iba a ser un combate muy duro para ella y para sus pokémon. ¡Este chico va a ser un hueso duro de roer! Dijo a sus compañeros sin mencionar su nombre porque no había tenido la decencia de presentarse. Pero tendréis que hacer todo lo que podáis. ¡Nada de rendirse hasta el final! Les dijó Mimi tratando de insuflarles ánimo.

¡Roserade, bomba lodo sobre volcarona, Cacturne, cúbrete, barrera espinosa! Los pokémon actuaron tal y como su entrenadora les dijo. Los pinchos del cuerpo de Cacturne crecieron soberamente y se colocó en aptitud defensiva al tiempo que Roserade movía sus brazo-hojas para generar una esfera de lodo que lanzó sobre Volcarona.

Tras el impacto recibido, Volcarona empezó a ejecutar una hermosa danza que cubrió su cuerpo de llamas y estas, moviéndose al son de su creadora, golpearon a Roserade dejándola totalmente debilitada. Después fue Scizor que con gran velocidad se precipitó contra la barrera de pinchos que Cacturne había creado recibiendo un duro impacto y sin éxito alguno.

Mimi tuvo que recoger a Roserade del campo de batalla pero ya tenía preparada su tercera pokéball: 

¡Adelante, Tsareena!

Yoh escucho atentamente a las palabras de la líder a lo cual sonrió un poco, Ojala y duremos hasta el final pero un buen entrenador sabe cuando retirarse, pensó para sí, luego de ello vio los movimientos de los oponentes, detallando sus habilidades, le sorprendió un poco que Roserade fuera más rápida que Volcarona y le dolió el ataque de esta a Llama, afortunadamente el daño no fue tan significativo.

Por otro lado la barrera espinosa de Cacturne fue otra molestia inesperada bloqueando lo que sería una muerte de un solo ataque, sin embargo la caída de Roserade sumaba puntos, el problema era el relevo, Tsareena! veamos como ocurren las cosas, solo resta seguir adelante, pensó

Este entrenador tiene su nombre, es Yoh dijo para que la líder escuchara, percatandose de que no se presentó, luego, mirando a sus compañeros dijo, Tijeras, volvamos a intentarlo, Picadura en ese Cacturne, Llama calienta este combate, Danza llama sobre esa Tsareena!

Mimi sabía que la efectividad de barrera espinosa se reducía cuanto más se repetía el movimiento, pero lo cierto es que si quería dar una oportunidad a su nuevo pokémon tendría que dejar que Cacturne hiciera todo lo posible por aguantar el golpe. Confiado en que Scizor volvería a atacar contra él, Mimi le ordenó que se protegiese.

¡Es muy arriesgado pero si no lo hacemos está claro que caerás! Le dijo a su Cacturne. ¡Usa de nuevo barrera espinosa! Pero tal y como había imaginado la barrera no surtió efecto y Scizor le golpeó con su aguijón debilitándolo de un solo impacto. Volcarona hizo lo mismo contra Tsareena y le lanzó un montón de llamas que danzaron sobre ella sin que pudiera hacer nada por esquivarlas.

En un solo asalto, Yoh había acabado con otros dos pokémon de Mimi. La mujer se bajó de su trono y devolvió a sus pokémon a sus pokéball. Está claro que eres un claro vencedor. No estoy acostumbrada a luchar contra maestros del tipo bicho pues casi nadie se especializa en ellos. Pero está claro que has sabido demostrar que son pokémon tan válidos como cualquiera. Por eso te hago entrega de la medalla Inocencia. ¡Enhorabuena!

El gimnasio Princesa no era un local cualquiera, aquel edificio se encontraba en lo alto de una colina y era un castillo. Un impresionante castillo exactamente.

Sus paredes estaban decoradas con colores muy modernos para el lugar, con tonalidades verdosas y rosadas y con un cartel colocado en la parte superior de la puerta donde se anunciaba el nombre del gimnasio. En la puerta había dos Cacturne montando guardia para recibir a cualquier aspirante que decidiera acudir allí.

Al entrar, el lugar estaba decorado con múltiples cuadros y tapices donde podía verse a la entrenadora rodeada de decenas de pokémon de tipo planta, y como estos la daban todo su afecto y cariño. Cuando cruzaron el hall de entrada, los Cacturne acompañaron al aspirante hasta un patio interior que sería el terreno de batalla.

Aquel lugar necesitaba que alguien cortara el césped porque tenía la hierba demasiado alta, lo cuál sin duda era una estrategia de su líder, pues allí sus pokémon podrían camuflarse mejor y ya de paso aprovechar el terreno para potenciar sus ataques.

Al otro lado del jardín se hallaba Mimi, la líder del gimnasio Princesa, situada en un enorme trono vegetal decorado por enredaderas y flores rojas.

Bienvenido a mi gimnasio. Dijo la líder sin moverse de su trono. Yo soy Mimi, la líder del gimnasio Princesa y veo que has venido a retarme.

Veo que ya tienes tres medallas en tu poder, así que el combate será por parejas. Si derrotas a mis cuatro pokémon, te entregaré la medalla inocencia. Elige bien, porque no podrá hacerse ningún cambio. ¿Entendido?

Tras aquellas palabras, Mimi no se molestó en sacar su pokéball, simplemente dio un par de palmadas, y una impresionante Roserade salió de detrás del trono situandose en el campo de batalla y ocultándose entre la hierba.

Un segundo después fue uno de los Cacturne de la entrada quien hizo su aparición: 

Todos estos viajes estaban haciendo que la entrenadora consiguiera ganar más resistencia. Sino mental, por lo menos física, porque llegar hasta el sitio y subir la colina de su próximo destino resultó ser menos pesado que antes.

Chartreuse chasqueó la lengua de buenas a primeras. No era el primer castillo que veía, pero al menos tenía que admitir que el interior ambientado con tantas imágenes llamaba la atención. Si ella pudiera, probablemente tendría un gimnasio lleno de retratos y fotos de ella misma, como toda buena entrenadora estrella.

Saludó a los cacturne guardias al entrar y se dirigió hacia el trono verde donde se encontraba su siguiente contrincante por la medalla. 

-Todo verde y claro, líder Mimi -Se sorprendió en ver que los pokemon con los que pelearía ni siquiera estaban en pokebolas. Esa era otra cualidad admirable, tal vez había prejuzgado mal a la líder, aunque eso lo decidiría después del combate.

Chartreuse sacó a los dos pokemon de las esferas, y dio sus primeras indicaciones. -Laura, sabes como va esto, ¡Sorpresa! -Señaló al roserade-. Pancho, vamos a alegrar plantas, ¡Danza Lluvia!