Partida Rol por web

Ludicolo volvió a lanzar una potente ola sobre sus oponentes que aprocechando su velocidad y el clima, logró impactar en ambos. Tauros quedó fuera de combate pues no logró aguantar, pero Kangaskhan era un pokémon muy resistente y aunque apunto estuvo de quedar fuera de combate, logró ponerse en pie para impactar por última vez a su rival. 

¡Adelante, Kangaskhan, pon el broche final a este combate! Ludicolo vio como aquel pokémon parecía aumentar de tamaño y al verlo abalanzarse sobre él no pudo evitar lanzar un chillido de preocupación. Segundos después, Kangaskhan se quitó de encima para mostrar a un Ludicolo gravemente herido y fuera de combate.

Esta vez Chartreuse había estado muy cerca de ganar el combate...

La apuesta estaba hecha. Después de todo lo que había sucedido hasta el momento, como los tres pokemon en su equipo habían hecho su mejor esfuerzo para llegar a este punto, la joven entrenadora había puesto toda su fe en el ludicolo de su lado del campo. Y aunque vio con euforia como el tauros del oponente caía, el kangaskhan, con dificultad, pero logró ponerse mantenerse en pie, en un despliegue justo como el que Kenryuu había dicho era digno de tal pokemon. Y no solo eso, sino que demostró su fuerza extrema en forma de un nuevo Gigaimpacto.

-¡Pancho! -gritó Chartreuse al ver al ludicolo desaparecer ante la corpulencia del kangaskhan, la cual en cuestión de segundos reveló la derrota del pokemon afectado, llevando a que la entrenadora de inmediato devolviera al ludicolo caído a la pokebola en su mano.
Las piernas de Chartreuse temblaron como si sus fuerzas flaquearan. La victoria la veía tan cerca, en su mente la batalla estaba decidida, pero la realidad fue muy diferente.
En su mano sostuvo la esfera y la vio detenidamente mientras sus ojos se humedecían. -Lo siento -dijo en voz baja al orbe que sostenía, pero antes de que pasara nada más, corrió fuera del gimnasio pequeñas gotas mojando el suelo a su paso.

Oak se acercó hasta Chartreuse y le tendió la Medalla Sabio. He ganado por muy poco, y ha estado tan ajustada la victoria que esta medalla es totalmente merecida para ti. Dijo alegremente Oak. Acéptala y ve a capturar tu siquiente pokémon.

En cuanto vio al profesor acercarse, Chartreuse se detuvo su paso y volteó a ver al líder, los ojos de la entrenadora bastante vidriosos, como si tratara de contenerse, pero cuando recibió la Medalla Sabio, ya no pudo contenerse más y las lágrimas salieron solas. 
De forma casi inmediata, Chartreuse se limpió la cara y volteó a ver al profesor frente a ella con seria expresión. -Yo sé que no ganamos, líder Oak, pero le prometo que yo, no, que nosotros nos esforzaremos cada pelea para demostrar que merecemos esta medalla -Miró a la prenda en su mano con detenimiento para después cerrar la mano y asentir al anciano líder-. Se lo juro -dijo la entrenadora con determinación y dirigirse a la salida.