Partida Rol por web

Bueno, al menos la jugada había salido bien. Por ahora. Akira entonces ordenó a su pokemon realizar el ataque de Espada Santa.

-Vamos Excalibur! Espada Santa ahora!-Gritó el joven entrenador, con la esperanza de que el ataque del Porygon Z fuese más rápido y aprovecharse del escudo antes de deshacer la guardia para intentar un One Shot.

Al ver como PorygonZ había fallado su primer ataque, Oak lo volvió a intentar con todas sus fuerzas. ¡Vamos, Porygon! ¡Hay que tratar de acabar con ese pokémon cuanto antes. Sabía que los ataques de tipo normal no servirían de nada, así que tendría que tratar con todas sus fuerzas y así lo hizo.

El pokémon se vio incapaz de cambiar de forma debido al impacto que le había causado su rival que lo había amedrentado y lo había hecho retroceder temiendo usar el ataque que Akira le había ordenado.

Akira tragó saliva. Maldita sea. Tengo que intentarlo de nuevo, espero que no nos funda.

-Vamos compañero, Espada santa de nuevo!!!-Gritó el chico cruzando los dedos.

Oak sabía que no tenía nada que hacer contra Aegislash. Era un pokémon sumamente resistente a los movimientos de tipo normal y a los de tipo acero, así que lo único que podía seguir haciendo era seguir asustando a su rival y tratando de que no atacase. Pero en cuanto no lo lograse, Porygon caería al momento. Y así sucedió.

El pokémon de Akira cambió su forma escudo a su forma espada y con todo su cuerpo golpeó con gran potencia al pokémon de Oak dejándolo inconsciente de un solo golpe.

Oak se acercó hasta Akira ligeramente avergonzado por como su pokémon había caído en un solo golpe y le tendió la medalla Sabio. Enhorabuena. Has conseguido tu primera medalla. ¡Has elegido sabiamente y tu pokémon es muy poderoso! ¡Te la mereces!

Akira hizo una reverencia al Profesor.

-Ha sido un honor el que me permitiese combatir contra su pokemon, profesor. Y mayor honor obtener aquí mi primera medalla. Gracias por la deportividad.

Entonces Akira, tras devolver a Excalibur a su pokeball tras agradecerle su esfuerzo, se agachó ante el porygon-z.-Bien luchado, espero que te recuperes pronto.-Entonces se giró al profesor y se despidió de él agitand la mano mientras se dirigía al centro pokémon:-¡Gracias por todo profesor! ¡Hasta otra!

El gimnasio Paleta estaba situado en una pequeña y humilde localidad y aparentemente el edificio no parecía contener un lugar así. Era una pequeña casa de madera donde parecía vivir un anciano. Pero la inscripción de la puerta no dejaba lugar a dudas, y estaba claro que ese era el lugar donde se disputaría el combate.

El archiconocido pero ya anciano profesor Oak era el líder del gimnasio y en su poder tenía la Medalla Sabio. Enfrentarse a él no sería una tarea sencilla pues él era profesor de profesores y había investigado mucho sobre pokémon. En cualquier caso era entrenador de uno de los tipos más comunes, pero también más versátiles y de menor número de debilidades. Por el contrario tampoco poseían grandes fortalezas así que el combate podría ser, ante todo, entretenido.

El anciano le estaba esperando en la puerta y cuando llegó le pidió que le acompañara al jardín trasero de su cabaña. Ante él se abrió una pequeña granja donde múltiple cantidad de pokémon de tipo normal habitaban allí, Tauros, Miltanks, Bouffalants... También había otros de tipo planta como Gogoat o Ludicolo y alguno que otro de tipo agua como un par de Squirtles.

Bienvenido, mi nombre es Oak, pero todos me siguen llamando Profesor aunque llevo ya tiempo retirado de mis investigaciones. Seré el líder de gimnasio que se enfrentará a ti para entregarte, o no, la medalla Sabio. Me ha costado muchísimo convertirme en líder de gimnasio y no estoy dispuesto a darte ninguna concesión. Me da igual que este sea aún tu cuarta medalla, así que no estoy dispuesto a ponértelo nada fácil. Y ahora...

Oak sacó una pokéball que llevaba todo el tiempo consigo, daba la impresión que iba a sacar a combatir a alguno de los pokémon de tipo normal que había por allí pastando u observando el combate, pero en lugar de eso sacó un impresionante y extraño PorygonZ.

Después miró a su espalda e hizo un gesto con la mano para que uno de sus pokémon llegara hasta allí. Un impresionante Tauros hizo gala de su majestuosa presencia y mugió al tiempo que pronunciaba su nombre.

Será un combate doble, con cuatro pokémon. Si derrotas a tres de mis pokémon, no me quedará más remedio que darte la medalla Sabio. ¿Adelante?

El gimnasio Paleta estaba situado en una pequeña y humilde localidad y aparentemente el edificio no parecía contener un lugar así. Era una pequeña casa de madera donde parecía vivir un anciano. Pero la inscripción de la puerta no dejaba lugar a dudas, y estaba claro que ese era el lugar donde se disputaría el combate.

El archiconocido pero ya anciano profesor Oak era el líder del gimnasio y en su poder tenía la Medalla Sabio. Enfrentarse a él no sería una tarea sencilla pues él era profesor de profesores y había investigado mucho sobre pokémon. En cualquier caso era entrenador de uno de los tipos más comunes, pero también más versátiles y de menor número de debilidades. Por el contrario tampoco poseían grandes fortalezas así que el combate podría ser, ante todo, entretenido.

El anciano le estaba esperando en la puerta y cuando llegó le pidió que le acompañara al jardín trasero de su cabaña. Ante él se abrió una pequeña granja donde múltiple cantidad de pokémon de tipo normal habitaban allí, Tauros, Miltanks, Bouffalants... También había otros de tipo planta como Gogoat o Ludicolo y alguno que otro de tipo agua como un par de Squirtles.

Bienvenido, mi nombre es Oak, pero todos me siguen llamando Profesor aunque llevo ya tiempo retirado de mis investigaciones. Seré el líder de gimnasio que se enfrentará a ti para entregarte, o no, la medalla Sabio. Me ha costado muchísimo convertirme en líder de gimnasio y no estoy dispuesto a darte ninguna concesión. Me da igual que este sea tu primer gimnasio, así que no estoy dispuesto a ponértelo nada fácil. Y ahora...

Oak sacó una pokéball que llevaba todo el tiempo consigo, daba la impresión que iba a sacar a combatir a alguno de los pokémon de tipo normal que había por allí pastando u observando el combate, pero en lugar de eso sacó un impresionante y extraño PorygonZ.

Tras él le siguió un inmenso Tauros que mugió al ver al aspirante y por último un Kangaskhan.

Llegando al gimnasio, parecía un lugar demasiado común, pero después de enfrentarse con TK en su gimnasio nada le parecía raro, o al menos, nada de lo que veía ahí frente a el.

En la puerta ya lo esperaba el ya retirado Profesor Oak, quien lo guio al la parte trasera de su casa para el combate, allí tenia una bella granja compuesta por varias especies, principalmente del tipo Normal, un lugar mucho mas conveniente que una pequeña casa, y mucho mas seguro que un sótano desconocido, cosa que aun no había vivido el chico.

Estoy en busca de mi tercer, quedo interrumpida su respuesta, pues Kenryu se quedo confundido al ver al Pokémon tan antinatural que el Líder Oak había sacado, sin embargo el mugir de aquel Tauros lo saco de su trance, Claro, ¡vamos chicos! el peli verde llamo a sus tres Pokémon al combate.

Meitsuki ¡Concéntrate! ¡Puño drenaje Shoko! ¡Konami! ¡mójalos! al terminar de dar sus instrucciones sus compañeros de batalla procedieron rápidamente a realizar sus asignaciones, la Gardevoir cerro sus ojos, la Vaporeon empeso a invocar agua y el Lucario se avalanzo contra el Tauros.

El combate triple comenzaba con Tauros mugiendo intensamente y descargando un golpe contra Vaporeon. El pokémon de tipo agua dio un salto y esquivó el ataque haciendo que se pasara de frenada y derrapase. Después Lucario aprovechó la caída de su rival para atacarle por la espalda y acabar con él de un solo impacto. Oak se llevó las manos a la cabeza preocupado por la fuerza de Lucario y su poder, pues el pokémon de tipo lucha iba a ser un hueso duro de roer. 

¡Kangaskhan! ¡Gigaimpacto contra Gardevoir! El pokémon dio un gran salto y alzó uno de sus puños para golpear con gran fuerza a Gardevoir. El pokémon colocó sus manos para intentar protegerse del golpe sin nada de éxito y quedó fuera de combate al instante. ¡El golpe había sido brutal! Pero ahora el pokémon canguro tendría que descansar...

Después PorygonZ se lanzó con su cabeza contra Lucario, pero el férreo cuerpo del pokémon fue capaz de aguantar el impacto y apenas sufrir un rasguño. 

Quien puso el broche final a ese asalto fue Vaporeon, que lanzó un buen chorro de agua cubierta de barro sobre el pequeño Porygon que aunque no fue suficiente para derrotarlo, sí que lo dejó bastante herido.

El combate estaba bastante igualado, ambos entrenadores tenían a uno de sus pokémon derrotados y a otro de ellos heridos, así que aún estaba lejos de saber cómo podía terminar todo aquello.

A Kenryu le preocupo ver a su querida Gardevoir derrotada, ¡Meitsuki! al mismo tiempo, ese Kangaskhan seria un oponente muy difícil, por suerte ese ataque lo había hecho extralimitarse era el momento de actuar, ¿pero el Lucario lograría golpear a su rival desde donde estaba? tal vez no era el momento de intentar acabarlo quizá era mejor ir sobre seguro, Shoko ¡Acaba a...! al que no es Kangaskhan, Konami ¡Agua lodosa! Rápido como una bala el Lucario lanzo su puño contra el Porigon-Z mientras la Vaporeon preparo su ataque de agua contra ambos Pokémon restantes.

Kenryu aprovechó la velocidad de Lucario para atacar a Porygon antes de que fuera demasiado tarde. El pokémon le pegó un puñetazo devastador que no solo le dejó fuera de combate, sino que además le arrancó parte de su vitalidad, recuperando así parte de sus heridas.

Kangaskhan aún se estaba recuperando del gigaimpacto cuando Vaporeon aprovechó a lanzar un nuevo chorro de agua llena de barro. Su oponente no pudo esquivarlo y quedó gravemente herido, aunque no había sido suficiente para que lo dejara fuera de combate.

El Profesor Oak tenía el combate en su contra, pero para Lucario iba a ser complicado alcanzar a Kangaskhan y éste ya era capaz de atacar antes que Vaporeon. El combate aún no estaba ganado para Kenryu y tendría que seguir esforznándose al máximo si quería la medalla Sabio.

Kenryu sabia que su Lucario no podía hacer mucho y cambiar de posición era demasiado arriesgado, solo podía esperar que su Vaporeon lograra resistir la fuerza de aquel Kangaskhan, Shoko diviértete, Konami una vez mas.

El Pokémon peleador dio una maroma hacia atrás para luego dar una graciosa danza y quedándose dando pequeños saltos sobre un pie, mientras hacia eso el Pokémon acuático inflo sus mejillas con agua para atacar a su ultimo adversario.

Al no mover a Lucario de su posición, Kenryu le estaba dando una nueva oportunidad a Oak que ordenó a su Kangaskhan que le encajara un nuevo gigaimpacto sobre Vaporeon. El pokémon salió corriendo contra el de agua para lanzarse sobre él. El aspirante dudó mucho en que su pokémon fuera capaz de soportar ese duro golpe, pero a duras penas, Vaporeon salió de debajo del cuerpo de su adversario.

Estaba gravemente herido y muy debilitado, pero aún le quedaban fuerzas para hacer un último ataque. Aprovechando su cercanía, Vaporeon lanzó un nuevo ataque de agua que esta vez sí que lo dejó fuera de combate. Vaporeon había aguantado gracias a su formidable estado de salud y eso le había hecho a Kenryu ganar la medalla Sabio.

¡Enhorabuena! Gritó Oak mientras aplaudía y felicitaba al aspirante. Se acercó hasta él, al tiempo que sacaba el premio del bolsillo. ¡La medalla Sabio es para ti, ha sido más que merecida! 

El aspirante sintió un nudo en la garganta al ver el devastador ataque de aquel Kangaskhan contra su amiga Vaporeon, su sorpresa al ver que ella se levanto y contraataco fue tal que el chico de pelo verde quedo paralizado, tardo un instante en poder asimilarlo todo incluyendo el hecho de que había terminado el combate con su ataque, Ko-na-mi, un leve silencio mientras lograba controlar sus emociones un poco, lo, ¡lo lograste! ¡lo hiciste! ¡estuviste increíble! el entrenador corrió hacia su Pokémon para abrazarla con tal entusiasmo que casi termina el trabajo del Kangaskhan de Oak, ¡ahhhh! lo siento Konami, vamos al centro Pokémon ahora mismo, Shoko ¡estuviste increíble! le dijo a su otro compañero con una gran sonrisa para luego guardar a sus Pokémon restantes en las Pokéballs respectivas, gracias señor Oak no olvidare esta batalla, ahora debo ir al centro Pokémon.

El gimnasio Paleta estaba situado en una pequeña y humilde localidad y aparentemente el edificio no parecía contener un lugar así. Era una pequeña casa de madera donde parecía vivir un anciano. Pero la inscripción de la puerta no dejaba lugar a dudas, y estaba claro que ese era el lugar donde se disputaría el combate.

El archiconocido pero ya anciano profesor Oak era el líder del gimnasio y en su poder tenía la Medalla Sabio. Enfrentarse a él no sería una tarea sencilla pues él era profesor de profesores y había investigado mucho sobre pokémon. En cualquier caso era entrenador de uno de los tipos más comunes, pero también más versátiles y de menor número de debilidades. Por el contrario tampoco poseían grandes fortalezas así que el combate podría ser, ante todo, entretenido.

El anciano le estaba esperando en la puerta y cuando llegó le pidió que le acompañara al jardín trasero de su cabaña. Ante él se abrió una pequeña granja donde múltiple cantidad de pokémon de tipo normal habitaban allí, Tauros, Miltanks, Bouffalants... También había otros de tipo planta como Gogoat o Ludicolo y alguno que otro de tipo agua como un par de Squirtles.

Bienvenido, mi nombre es Oak, pero todos me siguen llamando Profesor aunque llevo ya tiempo retirado de mis investigaciones. Seré el líder de gimnasio que se enfrentará a ti para entregarte, o no, la medalla Sabio. Me ha costado muchísimo convertirme en líder de gimnasio y no estoy dispuesto a darte ninguna concesión. Me da igual que este sea tu primer gimnasio, así que no estoy dispuesto a ponértelo nada fácil. Y ahora...

Oak sacó una pokéball que llevaba todo el tiempo consigo, daba la impresión que iba a sacar a combatir a alguno de los pokémon de tipo normal que había por allí pastando u observando el combate, pero en lugar de eso sacó un impresionante y extraño PorygonZ.

Tras él le siguió un inmenso Tauros que mugió al ver al aspirante y por último un Kangaskhan.

Llegando a pequeño pueblo, Chartreuse se sorprendió que siquiera hubiera un gimnasio. Un sitio tan pequeño y humilde. Costaba creer que este era el lugar de residencia del que era tal vez la autoridad más renombrada en el estudio de los pokemon. Pero fue algo que pudo comprobar al final, con una inscripción en una puerta. 

Fue así como se internó en el recinto y siguió al profesor hasta el jardín, provocando que la joven entrenadora abriera los ojos como platos. -¡Pero cuantos pokemon! -Exclamó asombrada con tanta variedad de criaturas.

Las palabras del líder hicieron que Chartreuse esbozara una sonrisa. Su oponente se veía confiado, pero seguro, si él lo iba a dar todo, la entrenadora tampoco se iba a contener. -Hagámoslo -Las tres pokebolas se abrieron mostrando al ludicolo, croagunk y kingdra.

Justo como le dijo Kenryu, el imponente Kangaskhan hacía acto de presencia. Además de un tauros y... algo que la entrenadora entendía como una especie de porygon, pero más extraño.

-Su tauros, se nota que es el más fuerte, Laura, vamos a felicitarlo con una Sorpresa -Señaló al pokemon de en medio e ignorando a la amenaza del kangaskhan, con la esperanza de engañar a su oponente sobre lo que en realidad sabía de su equipo-. Alonso, no dejes que ese porygon sin saludar, ¡vamos con Cascada! Y tú, Pancho, hay muchos pokemon planta y agua por aquí, tal vez gustaría algo de Lluvia -Hizo énfasis en esa última palabra como indicación del ataque para comenzar su usual estrategia.

El combate daba comienzo y Chartreuse sacaba la pokéball de Croagunk justo a la espalda de Tauros para que le golpease sin que le viese. El cuadrúpedo se asustó y fue incapaz de hacer nada aquel asalto. Kangaskhan también se asustó y lejos de retroceder decidió aprovechar que lo tenía tan cerca para lanzarse sobre él con un gigantesco golpe, cuando el pokémon se separó, el pokémon de Chartreuse estaba fuera de combate.

Después Porygon lanzó tres esperas de energía sobre Kingdra, que aunque no acabaron con él, sí que lo dejaron gravemente herido. Pero el dragón devolvió el golpe con una potente cascada que amedrentó al pokémon evitando que pudiera hacer nada en el próximo asalto.

Finalmente, y como era habitual en él, Ludicolo empezó a repetir su danza habitual para hacer que en el gimnasio empezase a llover.

Chartreuse consideró que sus tácticas de intimidación y engaño habían funcionado bien... pero tal vez demasiado bien, porque el kagaskhan fue directo a la ofensiva contra justo el pokemon que más podía hacerle frente. Así que la entrenadora devolvió al croagunk a la pokebola mientras pensaba en su siguiente movida. -Gracias, Laura.

Con el pokemon claramente más peligroso descansando por el esfuerzo de su última ofensiva, la joven entrenadora tenía una oportunidad dorada equilibrar el campo de batalla. -Pancho, hay que derrotar a porygon antes que haga más daño, ¡Gigadrenado! Y tú, Alonso, ese kangaskhan descansa, vamos a refrescarlo con un chapuzón, ¡Cascada! -dijo con ánimo ante la oportunidad de sacar alguna ventaja de la situación.

El combate entre Chartreuse y Oak seguía su curso. Ludicolo, que ahora que estaba lloviendo se había hecho más rápido que de costumbre, logró drenar las pocas energías que le quedaban a PorygonZ y le dejó fuera de juego. Después, Tauros, que se recuperó del susto anterior logró clavar sus férreos cuernos en Kingdra dejándolo fuera de combate.

Mientras tanto, Kangaskhan se recuperaba del esfuerzo que había hecho antes y volvía a estar en plena forma para derrotar a Ludicolo.

La estrategia de la chica no había funcionado como había esperado, pues Kingra había caído antes de poder golpear al fuerte pokémon de Oak.

-Tsk. Nos vemos en las mismas -dijo Charteuse en voz baja mientras su mirada analizaba el campo.
Haciendo uso de la respectiva pokebola, recogió al kingdra del terreno, para después mirar detenidamente el esférico objeto. -Te volví a fallar -Habló casi en murmuro antes de devolver la vista a lo pokemon todavía en la pelea-. No vale la pena fijarse en lo que que no se puede cambiar -Dio un pasó hacia adelante y apuntó al frente-. Pancho, estamos juntos en esto, haz tu mejor esfuerzo con Surf -dio la indicación con lo poco de confianza que le quedaba.