Partida Rol por web

El gimnasio Orden no se encontraba muy lejos de allí, Mara era su entrenadora y muchos sabían que ella antes había ejercido como jefa de policía de la ciudad, pero ahora había colgado la placa y había decidido convertirse en entrenadora pokémon y líder de aquel gimnasio.

La mujer, lejos de olvidar su pasado había decorado su gimnasio como si se tratase de un centro de policía. Las paredes tenían decenas de fotografías de Mara resolviendo casos, salvando pokémons o deteniendo villanos. Cuando el aspirante estaba observando una de las fotos, la ex agente le dio un golpecito en el hombro para llamar a atención.

¡Hola! Dijo dándole dos besos. Imagino que habrás venido a luchar, ¿verdad? No creo que hayas venido a ver esas fotos. ¡Ni que esto fuese un museo! Dijo entre risas para relajar el ambiente. ¿Quieres acompañarme? Te diré donde nos enfrentaremos.

Near salió del Centro Pokemon caminando rumbo al Gimnasio que le parecía que podía brindar una ventaja inicial por tipo contra Cerebro, su primer pokemon elegido, un Alakazam, de entre todos los pokemon psíquicos quizás el más fuerte, pues sin duda era un oponente digno de temer.

Una vez en el gimnasio le llamaron la atención algunos cuadros de la anterior vida de Mara, antes de ser una líder de gimnasio, antiguamente se desempeñaba como policia haciendo el bien para persona y pokemon por igual, al momento esta llegó, y sin perder tiempo le invito hacía la arena de combate, el típico escenario de batalla común, una vez que esta se ubicó en su sitio, señalo el lugar de Near y este fue hasta el punto asignado.

Mara lanzó al campo de batalla un Scrafty, lo cual sorprendió un poco a Near pues se suponía era un Gimnasio de tipo lucha no de tipo Siniestro, En serio ese es tu pokemon inicial? pensé que estaba en un Gimnasio de tipo lucha no de tipo siniestro, si eso es lo que tienes no hay caso siquiera de mostrar mi pokemon dijo a Mara, un poco incómodo, ante la evidente derrota, fue un placer conocerte, no tengo nada que hacer aquí, con tu permiso me retiro, si me permites volver después cuando este mejor preparado te lo agradeceré y sino de igual manera gracias. 

Todos los ataques de Cerebro eran psíquicos, tipo al cual Scrafty no era siquiera resistente sino más bien inmune por lo que no tenía caso luchar una batalla que estaba seguro no tendría oportunidad alguna de ganar.

Mara no pudo evitar asentir ante las palabras de Near. Me temo que sí. Scrafty no solo es de tipo siniestro, también lo es de tipo lucha. Estoy acostumbrada a que vengan a mi gimnasio entrenadores que llevan consigo a pokémon de tipo psíquicos y por eso mi primera opción siempre es Scrafty, es la mejor forma de evitar que te derroten con un pokémon de ese tipo. Siempre hay que pensar en las debilidades de tu pokémon y hacerles fuerte contra ellas. Puedes llevar a un pokémon de tipo psíquico, pero te recomiendo hacerlo lo más versátil posible para que no te vuelva a pasar lo mismo. Dijo Mara lastimándose por no haber podido ni luchar. De todas maneras, no puedo dejarte volver a intentarlo, son las leyes de la Liga Pokémon y no puedo hacer excepciones con nadie. Lo lamento.

El gimnasio Orden no se encontraba muy lejos de allí, Mara era su entrenadora y muchos sabían que ella antes había ejercido como jefa de policía de la ciudad, pero ahora había colgado la placa y había decidido convertirse en entrenadora pokémon y líder de aquel gimnasio.

La mujer, lejos de olvidar su pasado había decorado su gimnasio como si se tratase de un centro de policía. Las paredes tenían decenas de fotografías de Mara resolviendo casos, salvando pokémons o deteniendo villanos. Cuando el aspirante estaba observando una de las fotos, la ex agente le dio un golpecito en el hombro para llamar a atención.

¡Hola! Dijo dándole dos besos. Imagino que habrás venido a luchar, ¿verdad? No creo que hayas venido a ver esas fotos. ¡Ni que esto fuese un museo! Dijo entre risas para relajar el ambiente. ¿Quieres acompañarme? Te diré donde nos enfrentaremos.

No es que le sorprendiese demasiado con el nombre que tenía, pero... ¿podía haber algo con menos glamour que un gimnasio más parecido una comisaría de policía que a un lugar donde combatir? Mientras observaba todas las fotos que claramente daban a entender que la antigua agente de policía no se había desapegado de su pasado. 

Con desagrado, tuvo que aguantar estoicamente que la agente invadiese su espacio personal y le plantase dos besos con esos labios embadurnados de pintalabios barato, y con un pañuelo limpiarse las mejillas en cuanto la ex-agente se dio la vuelta con una sonrisilla bobalicona bastante bien estudiada para este tipo de ocasiones.
— La verdad es que no he venido a ver fotos, no... — susurró, tratando de disimular. Probablemente le había salido un tono bastante cínico, pero no le molestaba. Este paso era puro trámite.

Cuando entraron a la sala se sorprendió al ver que era algo bastante normalito, que no había ningún terreno especial que diese ventaja al líder. Bueno, mejor para él y probablemente peor para ella.

— Bien, Duchesse... ¡Hora de brillar! — con un elegante gesto hizo volar una Pokéball decorada con motivos selváticos para dejar salir de ella una hembra de Serperior con unos ademanes muy similares a los de su entrenador, solo que muchísimo más elegante —. Ya sabes lo que tienes que hacer... ¡Provoca una tormenta vegetal! ¡Usa Lluevehojas! — con un gesto entre brusco y amanerado, el entrenador señaló hacia el Scrafty de la líder... ¿Un Scrafty? Una elección un poco extraña para una defensora de la ley... Pero bueno, no está aquí para juzgar, sino para ganar.

¡Serperior sale al campo!

Serperior es un pokémon muchísimo más rápido que tú, Scrafty, así que hay que intentar acabar con este combate de un solo golpe o de lo contrario no lo contaremos. ¿Entendido? ¡Golpéale con tu patada! Y en ese momento ambos pokémon saltaron a la vez, pero Serperior fue muchísimo más rápido que Scrafty y lo rodeó con un potente huracán de hojas que le llenó de cortes y heridas. A su vez, Scrafty le golpeó fuertemente y ambos cayeron al suelo gravemente heridos.

Cuando la tormentas de hojas amainó, ambos pokémon continuaban en pie, Serperior en un estado muchísimo peor que Scrafty, el combate aún no estaba decidido y aún podrían pasar muchísimas cosas. 

Tal como esperaba, ese golpe ha sido devastador para Duchesse, que apenas se tiene en pie cuando el asalto se soluciona. Tiene una buena noticia, es que pese a todo, la Serperior parece -y de hecho, está- enardecida y con espíritu combativo: esto se va a acabar en el próximo golpe, sea quien sea quien lo de.
— ¡Bien, Duchesse, finaliza tu danza con una nueva lluvia de hojas sobre ese Scrafty! — le ordena, en un gesto que pretende llevar donaire, pero que ha sido más un aspaviento exagerado que un gesto elegante. Definitivamente, Taro debe ensayar más su gesticulación, porque le falta gracia natural.
 

Efectivamente, tal y como Taro había sospechado en el siguiente asalto se iba a decidir todo. Si Scrafty hubiera tenido un movimiento de prioridad, había sido suficiente con eso para derrotar a Serperior, pero no había sido el caso. Así que, a pesar de lo gravemente herido que estaba el pokémon de Taro, se envalentonó y decidió atacar con todas sus fuerzas. Scrafty hizo todo lo posible por esquivar el huracán de hojas que le lanzó, se movió de un lugar a otro a gran velocidad, pero su potencia había aumentado tanto que terminó cansándose y dejando que alguna de las hojas le hiriera.

Instantes después Scrafty había sido debilitado, Mara lo había devuelto a su pokéball y tras abrirse la chaqueta sacó lo que parecía una diminuta placa de policía, era la medalla Orden. La primera medalla que había obtenido Taro en su aventura pokémon.

El gimnasio Orden no se encontraba muy lejos de allí, Mara era su entrenadora y muchos sabían que ella antes había ejercido como jefa de policía de la ciudad, pero ahora había colgado la placa y había decidido convertirse en entrenadora pokémon y líder de aquel gimnasio.

La mujer, lejos de olvidar su pasado había decorado su gimnasio como si se tratase de un centro de policía. Las paredes tenían decenas de fotografías de Mara resolviendo casos, salvando pokémons o deteniendo villanos. Cuando el aspirante estaba observando una de las fotos, la ex agente le dio un golpecito en el hombro para llamar a atención.

¡Hola! Dijo dándole dos besos. Imagino que habrás venido a luchar, ¿verdad? No creo que hayas venido a ver esas fotos. ¡Ni que esto fuese un museo! Dijo entre risas para relajar el ambiente. ¿Quieres acompañarme? Te diré donde nos enfrentaremos.

Toshio llegó con energías al gimnasio de la agente Mara. Verla vestida con su atuendo de policía imponía respeto, y más aún cuando sacó a su trío de pokémon de tipo Lucha.

Toshio había estudiado a los pokémon de tipo lucha en una ocasión. Sabía lo peligrosos que podían llegar a ser. Y si había una gran amenaza para su equipo entre los compañeros de la agente Mara, era sin duda Gallade, por poseer el tipo Psíquico. Pero Conkeldurr era bien conocido por poseer una fuerza tal que podía manejar vigas de hormigón como si fueran palos de madera. Mientras que a Scrafty tampoco se lo podía tomar a la ligera...

- Esto va a ser complicado, chicos, pero todo combate es un desafío y lo vamos a afrontar juntos. Salid todos! - soltó sus tres pokéball de golpe y sus pokémon hicieron aparición. Feraligatr, Venusaur e Infernape ocuparon sus posiciones en el campo de batalla.

- Esto va a ser complicado, chicos, pero confío en vosotros. - Le dijo Toshio a sus compañeros que ya habían ocupado sus posiciones en el terreno de batalla.

- Mordisquitos, utiliza hidroariete contra Gallade! Cheeta, tu ataca con todo a ese Scrafty, utiliza A Bocajarro! - Infernape era el más rápido de su equipo y Feraligatr también solía atacar de los primeros. Pero Toshio sabía que Venusaur era demasiado lento, así que solo podía esperar que Mordisquitos neutralizase a ese Gallade, y en caso de que Venusaur recibiese algún golpe antes de actuar... - Palmero, utiliza Gigadrenado contra Conkeldurr! 

Mara sonrió al ver el trío de pokémon inicales que llevaba Toshio en su equipo. Me gusta los pokémon que has conseguido. Me recuerda a mi época de agente y a los entrenadores que veía cuando acababan de empezar sus viajes. Pero mi especialidad es el tipo lucha y no tengo muy claro que ninguno de ellos sea suficientemente fuerte contra los míos.

En cualquier caso, lo mejor  será que lo demostremos combatiendo de forma justa y limpia. ¿Entendido? 

Bien, dijo mientras empezaba a lanzar las órdenes sobre sus pokémon. Gallade, tú eres el más fuerte de todos, empieza golpeando a Venusaur quitándolo de en medio de un fuerte cabezazo. Y tal y como ordenó Mara, su pokémon golpeó tan fuerte al pokémon de tipo veneno que lo dejó gravemente herido y fuera del combate al instante. Gallade parecía un pokémon sumamente poderoso.

Mientras Gallade acababa con Venusaur, Infernape también lo hacía con Scrafty, pues lo golpeó con múltiples puñetazos y tal velocidad que el pokémon siniestro de Mara no fue capaz de esquivarlos y mucho menos aún de resistirlos por lo que el pokémon también cayó antes de ser capaz de reaccionar.

Feraligatr también apovechaba la confusión del combate para atacar a Gallade, pero al contrario que el resto, su golpe no fue lo suficientemente fuerte como para dejarlo inconsciente. Sí que lo dejó gravemente herido, pero aún se sentía con fuerza como para continuar el combate.

Y entonces fue Conkeldurr el que puso fin a ese primer asalto, a él no le había atacado nadie y aprovechó eso para empezar a lanzar pedruscos contra todos y cada uno de sus oponentes. Infernape se movió con gran velocidad y agilidad y logró esquivar todas y cada una de las rocas, Feraligart empezó a lanzar chorros de agua con su boca para ir quebrando cada una de las que le lanzaba y aunque logró evitar gran parte del daño, al final sufrió alguna pequeña herida.

Toshio retiró a Venusaur cuando éste calló fulminado por un cabezazo de Gallade. Pero su contrincante también había perdido a Scrafty, así que más o menos estaban en tablas. - Mordisquitos, repite Hidroariete contra Gallade, que caiga ya. Cheeta, utiliza A Bocajarro contra Conkeldurr, dale con todo una vez más. - Al ver cómo se movían sus contrincantes, Toshio sabía que Gallade atacaría antes que nadie. Solo esperaba que su Feraligatr aguantase lo suficiente para rematarlo. Una vez quitada esa potente amenaza "tan solo" quedaría tumbar a Conkeldurr... - Aguantad chicos.

Mara aprovechó la posición de ventaja que tenía con su Gallade que parecía estar muy alejado del Infernape de Toshio para poder hacer un golpe que podría ponerle sumamente en peligro. Aprovechó su velocidad para golpear con múltiples puñetazos que terminaron por dejarlo fuera del combate.

Entonces Infernape se lanzó contra Conkeldur para golpear con todos sus puñetazos de nuevo. Pero el pokémon de Mara tenía una férrea defensa y logró sobreponerse al golpe. Por desgracia el pokémon había gastado todas sus fuerzas en los dos últimos ataques y sus defensas habían menguado en exceso. Aquello fue lo único que necesitó Conkeldurr para poner fin a aquel combate y así evitar que Toshio se hiciera con la medalla Ley. El pokémon agarró una de las vigas que tenía en su mano y golpeó con tanta fuerza que dejó a Infernape gravemente herido.

Mara no pudo evitar llevarse las manos a la cara preocupada por el impacto que acababa de propinar su pokémon al del aspirante. Sacó rápidamente una poción de "Revivir" para que se lo diera y no estuviese tan grave.

Vaya... siento haber hecho un impacto tan devastador, pero es que Conkeldurr es muy poderoso y las defensas de Infernape habían menguado muchísimo. Te he derrotado, así que me temo que la medalla ley no será entregada. Ha sido un placer compartir este combate contigo y espero que tengas más suerte la próxima vez. Concluyó mientras le estrechaba la mano para ayudarle.

El gimnasio Orden no se encontraba muy lejos de allí, Mara era su entrenadora y muchos sabían que ella antes había ejercido como jefa de policía de la ciudad, pero ahora había colgado la placa y había decidido convertirse en entrenadora pokémon y líder de aquel gimnasio.

La mujer, lejos de olvidar su pasado había decorado su gimnasio como si se tratase de un centro de policía. Las paredes tenían decenas de fotografías de Mara resolviendo casos, salvando pokémons o deteniendo villanos. Cuando el aspirante estaba observando una de las fotos, la ex agente le dio un golpecito en el hombro para llamar a atención.

¡Hola! Dijo dándole dos besos. Imagino que habrás venido a luchar, ¿verdad? No creo que hayas venido a ver esas fotos. ¡Ni que esto fuese un museo! Dijo entre risas para relajar el ambiente. ¿Quieres acompañarme? Te diré donde nos enfrentaremos.

Era el segundo combate de Ryu, apenas había tenido tiempo de entrenar con un pokemon, por lo que dos..., le impresionaba un poco.

-Como será-

Estaré a la altura?-

Cuando apareció la Exagente Mara, que no aparentaba ser exagente, más bien alguien que añora su antiguo trabajo y subsiste creyendo lo que un día fue o, al menos esa fue la sensación que Ryu tubo cuando vió todos aquellos cuadros. Ryu solo pudo ver sus pokemon y pensar una estrategia rápida.

El gimnasio de planta fue más directo, con muchas menos palabras, aunque también tenía su gracia, -Adelante Metagross, Hydreigon- Dijo mientras sacaba las pokeball, enseñando a sus imponentes pokemon, La ventaja contra Gallade era clara, aunque no tenía suficientes datos para decir lo mismo de Scrafy-

Hydreigon, Usa pulso umbrío en Gallade, ¡enseñale lo que es capaz de hacer un dragón!

Metagross, tu también ataca, Usa Cabezazo Zen en Scrafy, Aún no sabemos que es capáz de hacer, mejor destruirlo cuanto antes

 El rayo oscuro se dirigía hacia el pokemon psíquico mientras metagross se abalanzaba contra Scrafy                                        

¡Adelante chicos!
 

Mara se quedó impresionada al ver a un aspirante a entrenador con aquellos dos pokémon. Era una pareja muy poderosa y dificil de derrotar, lo cuál le hacía plantearse que se hallaba ante un entrenador muy poderoso. 

¡Gallade, actúa más rápido que ellos y demuestra de todo lo que eres capaz! ¡Golpea a bocajarro contra Hydreigon! Demuestra que su oscuridad no puede hacer nada contra dos agentes de la ley. Y efectivamente, tal y como Mara había anunciado, el dragón no fue capaz de esquivar la ristra de puñetazos que Hydreigon le encajó y quedó inconsciente al momento.

Después fue Metagross quien se lanzó sobre Scrafty para golpearle con su enorme cabeza, pero Scrafty a pesar de ser pequeño logró resistir el golpe y aprovechar para morderle fuertemente en sus partes más débiles. Aún así, Metagross también era un pokémon muy resistente y fue capaz de sobreponerse al duro impacto de sus dentelladas.

En cualquier caso, Ryu solo poseía un pokémon y éste estaba muy debilitado, así que fue cuestión de tiempo que Gallade le terminase por debilitar sin que su entrenador pudiera oponer resistencia.

Mara se acercó a Ryu le tendió la mano y le sonrió. Ha sido un placer, pero traer pokémon siniestros y de acero a un gimnasio de tipo lucha no ha sido la mejor idea. Dijo queriendo ayudar al aspirante. Será mejor que lo intentes con otros pokémon en el gimnasio de mi compañero Tilo. Pero por el momento, la medalla Ley no va a poder ser tuya. Mucha suerte en tus próximos combates. Se despidió con una sonrisa.

El gimnasio Orden no se encontraba muy lejos de allí, Mara era su entrenadora y muchos sabían que ella antes había ejercido como jefa de policía de la ciudad, pero ahora había colgado la placa y había decidido convertirse en entrenadora pokémon y líder de aquel gimnasio.

La mujer, lejos de olvidar su pasado había decorado su gimnasio como si se tratase de un centro de policía. Las paredes tenían decenas de fotografías de Mara resolviendo casos, salvando pokémons o deteniendo villanos. Cuando el aspirante estaba observando una de las fotos, la ex agente le dio un golpecito en el hombro para llamar a atención.

¡Hola! Dijo dándole dos besos. Imagino que habrás venido a luchar, ¿verdad? No creo que hayas venido a ver esas fotos. ¡Ni que esto fuese un museo! Dijo entre risas para relajar el ambiente. ¿Quieres acompañarme? Te diré donde nos enfrentaremos.

La sala tenía una puerta trasera y tras ella se encontraba un campo de batalla de tierra y arena. Algo muy común y habitual. Además, la líder Mara había tomado la decisión de continuar llevando su antiguo uniforme de trabajo, lo cuál daba a entender que no quería olvidar su pasado.

Tú colócate por ahí, dijo señalando el otro extremo, nosotros lucharemos aquí. ¿Es tu tercera medalla, verdad? Dijo con una sonrisa. Pues si derrotas a mis pokémon, la medalla ley sería tuya.

Adelante, Scar!!

Y un Scrafty salió de la pokéball de su Mara.

¡Vosotros también salid! Y tras las dos pokéball salieron dos pokémon más: 

Un Gallade y un enorme Conkeldurr