Partida Rol por web

La Taberna "El Snorlax Dormido" era una taberna de pueblo típica, puede que quizás una más ruinosa de la cuenta, pues ultimamente el pueblo se encontraba de capa caída y esto era algo que se notaba en los interiores del mismo, por mucho que en el exterior se tratara de mantener una estética más alegre y dichacharachera.

La única camarera estaba detrás de la barra, limpiando una jarra con un trapo mientras observaba si alguno de los locales precisaba algo de comer o de beber que poder hacer engordar, aunque sea un poco, las arcas de aquel negocio.

A aquellas horas del mediodía la taberna estaba a rebosar de gente, principalmente leñadores del pueblo que habían vuelto luego de hacer su ardua labor de deforestación del bosque cercano. A fin de cuentas los agricultores comían en sus casas propias y los mineros no iban a salir de la mina y andar hasta el pueblo solo para comer.

Al parecer iba a tenerlo algo difícil para engatusar a borrachos a esas horas, pues en su gran mayoría eran simples trabajadores en horario laboral, e incluso por ahí también se encontraba el capataz para asegurarse de que nadie bebiera demasiado antes de coger un hacha.

Tras recuperar el aliento, Levan Audex se adentró en aquella taberna en donde el olor a alcohol, a sudor y a suciedad casi lo tumban de la impresión; pero por suerte para este joven, sus ojos estaban puestos en la misión, por lo que no solo logró recuperarse, sino envalentonarse a resolverla.

Entre el grupo casi homogéneo de leñadores y sus Pokemon, resaltaba la figura azulada de una mujer que había bebido más que comido y que al parecer estaba montando un pequeño espectáculo al hablar en voz alta.

-¡Pero qué buena está!. -Gritó a viva voz- ¡Otra ronda más para aquí!. ¡Y otra más para el Psyduck!. -Aquel Pokemon también había terminado de beber su jarra y soltó un leve quejido. -¡Y otra más para el nuevo integrante de mi banda!. ¡Magikarp!. -Por desgracia Magikarp aún no había bebido su jarra, sino que simplemente la había volcado de un coletazo.

Aquella muchacha estaba causando bastante jaleo con sus dos Pokemon de tipo agua bebiendo con ella, o al menos eso era lo que hacía el Psyduck, pues el Magikarp parecía estar pasándolo realmente mal tratando de respirar aire.

Pero todo aquello llamó la atención de una muchacha de cabellos morados que se acercó a la mesa y con una jarra en la mano y una baraja en la otra, parecía querer proponerle algo. 

-Veo que tienes dinero más que de sobra... ¿Qué me dices si jugamos un juego y si me ganas te doy el doble de lo que has apostado?. -Aquella muchacha no parecía ser de ese lugar, pues su aspecto era realmente exótico y sus ropas eran demasiado limpias y coloridas como para el estándar normal de aquel pueblo perdido de la pata de Arceus. -También puedes apostar Pokemon, objetos o favores... previo acuerdo de lo que me valdrían a mi, claro...

El interior del local me confirmo lo que ya sabía, el pueblo estaba en una temporada de decadencia viendo como sus movimiento económicos decaían, pero la idea de nuestra guild era cambiar eso aunque para ello necesitaríamos una cierta cantidad de dinero como método de activación, y dejar de perder combate tras combate también ayudaría. La mayor parte de las personas que se encontraban en la taberna eran trabajadores en su descanso laboral, debía haberlo imaginado siendo aún temprano.

Pero entonces dos figuras llamaron mi atención, la primera una de claros tonos azules y con la cantidad de alcohol en torno y dentro de ella como para captar mi interés y la segunda porque en realidad era alguien con intenciones muy parecidas a las mías. Solo que con peores intenciones probablemente, y por supuesto no dude en acercarme a estas dos mujeres- ¿Un juego de cartas has dicho? -me hice notar con esas palabras- No os importara si tomo asiento para observar esa partida ¿verdad?

Aquella muchacha terminó de beber su cerveza y alzó la vista hacia aquellos dos que se le habían acercado a su mesa, una con intenciones de jugar una partida de cartas y el otro, simplemente para verlos jugar por curiosidad.

-¡Trato hecho!. -Dijo mientras sacaba su bolsa de monedas y las volcaba encima de la mesa- ¡Apuesto todo mi dinero!. Iba a usarlo para pagar la cuenta, pero así cuando gane podré beber como el doble...

Al parecer esto no era un buen movimiento económico, pero bueno, estaba borracha, por lo que no pensar con claridad era algo que era propio de su condición embriagada.

Aquella muchacha se sorprendió levemente de la presencia de Levan Audex, pese a ello este no parecía ser una amenaza para su plan, mucho menos la moralidad de tratar de ganar dinero de una mujer embriagada por medio de un juego de cartas. -Me parece bien, -dijo mientras ofrecía asiento al joven- este juego es sencillo. Conmigo tengo una baraja de 100 cartas, la mitad de ellas son Azul y la otra mitad Rojo. Aunque boca abajo todas ellas son idénticas. El juego consiste en que cada una de nosotras diga una combinación de colores, y cuando aparezca esa combinación, la que la haya dicho gana.

La explicación de aquel juego en particular parecía ser extremadamente sencilla, tanto que parecía ser un juego de azar más que uno de habilidad, estrategia o incluso de lógica; por lo que aquella muchacha volvió a sentirse más segura que nunca a la hora de apostar todo su dinero que, sin lugar a dudas, iba a necesitar para pagar todas las rondas de bebida que esta había pedido.

¡Azul! ¡Azul! y... ¡Azul!

Dijo aquella muchacha de azul, al parecer este era su color favorito y había apostado porque las tres cartas que salieran en esa misma combinación fuera de ese mismo color, quizás fuera un poco optimista, pero a fin de cuentas, cualquier cosa podía pasar en aquel juego de azar...

Aquella muchacha esbozó una leve sonrisa, como si esta no fuera más que una araña (pokemon) y hubiera sentido que en su tela acababa de caer una mosca (pokemon).

-De acuerdo pues... has escogido "Azul, Azul y Azul", una interesante elección. Pues yo creo que iré por "Rojo, Azul y Azul".

Sin más que decir, la muchacha barajó las cartas delante de todos los presentes para mostrar como no había ningún tipo de trampas en todo aquel juego...

ROJO ROJO ROJO AZUL AZUL

Mientras aquella muchacha iba dejando sobre la mesa carta tras carta, la situación cada vez se volvió más y más tensa cuando finalmente apareció aquella combinación de colores que daban como ganadora a aquella muchacha.

-Rojo, Azul y Azul. -Repitió una vez que la quinta carta fue colocada- Creo que he ganado este juego. Una lástima por ti. Más suerte en la próxima...

Y con esto, la muchacha alargó su mano para agarrar aquella bolsa de monedas y vaciarla en el interior de su bolsa particular de dinero para, de forma elegante, devolver a la muchacha aquella bolsita vacía.

Perder todo su dinero no había sido suficiente para aquella muchacha, la cual tras pasar unos cuantos segundos más para que esta se percatara de lo que estaba sucediendo decidió volver a luchar.

-¡No!. ¡Mi dinero!. ¿¡Ahora como voy a poder pagar la cuenta?!. -Exclamó con lágrimas en los ojos- ¡Tengo una idea!. ¡Volvamos a jugar!. ¡Apuesto a mi Psyduck!. ¡Es un buen Pokemon!. ¡Vale tanto o más de lo que ya has conseguido!. -La muchacha estaba desesperada.- ¡Apuesto Azul, Azul y Azul de nuevo!.

Aquella muchacha esbozó una leve sonrisa nuevamente. Al parecer se sentía confiada en que la suerte estuviera de su lado.

-De acuerdo pues... has vuelto a escoger "Azul, Azul y Azul", por lo que me parece justo que vuelva a escoger lo mismo: "Rojo, Azul y Azul".

Sin más que decir, la muchacha recogió las cartas que estaban boca arriba y volvió a barajar las cartas delante de todos los presentes para mostrar como no había ningún tipo de trampas en todo aquel juego...

Rojo Azul Rojo Rojo Rojo Rojo Rojo Azul Rojo Rojo Azul Rojo Azul Rojo Rojo Azul Azul

Mientras aquella muchacha iba dejando sobre la mesa carta tras carta, la situación cada vez se volvió más y más tensa cuando finalmente apareció aquella combinación de colores que daban como ganadora a aquella muchacha.

-Rojo, Azul y Azul. -Repitió una vez que la carta número diecisiete fue colocada- Creo que he ganado este juego de nuevo. Me llevaré a tu Psyduck.

Y con esto, la muchacha alargó su mano para agarrar la ala de aquel Pokemon que se encontraba en un preocupante estado de ebriedad. Al parecer, aquella pequeña partida de cartas de azar había resultado en tragedia.

Aquella muchacha entró en pánico al ver que había vuelto a perder por escoger exactamente la misma apuesta que en la anterior ocasión que tampoco había ganado, tanto que esta se abalanzó sobre Levan Audex y empezó a zarandear a este desconocido que se quedó mirando el juego de cartas. -¡Tienes que ayudarme!. -Gritó lloriqueando- ¡No puedo perder a mi Psyduck!. ¡Si lo pierdo no podré conseguir las algas que necesito para hacer mis curas!. ¡Y sin mis curas mi grupo me echará!. ¡Y terminaré por dormir en el bosque y ser comida para Pokemon salvajes!. ¡No quiero ser popó de Pokemon!.