Partida Rol por web

Con la impresión del teletransporte, Fiódor está a punto de echar hasta la primera papilla, pero consigue reprimirlo a tiempo y que solo se le pongan los ojos llorosos.

Yuki lo mira con expresión de disgusto.

-Claro que no, mendrugo. Tenemos un trato, ¿no? -Sin mirarlo y con tono molesto añade: -Además, no te voy a dejar aquí tirado. -En cuanto la cola avanza lo empuja -literalmente- hacia el mostrador de Urgencias. -Vamos.

Antes de que al chico o a la enfermera le dé tiempo a articular palabra, Yuki le espeta, golpeando el mostrador con la palma de la mano y casi tirando a Fiódor sobre él, como si fuera algún objeto defectuoso que quiere cambiar:

-Este papanatas se ha tragado un gastly. Dele algo antes de que se muera.

La enfermera se queda mirando a Fiódor de hito en hito.

Fiódor sonríe como puede ante la contestación de Yuki, como siempre ni en situaciones como aquella podía evitar soltar esos curiosos insultos, pero en cierta forma Fiódor notaba que la chica estaba preocupada por él.. algo que le reconforto. Aún así aquel empujón hacia el mostrador le hizo dudar momentáneamente de esto último mientras la miraba de mala forma..

-No seas bruta.. Yuki.. - Le reprocha mientras suspira algo molesto.. - Además.. no me tragué el Gastly tal como dices.. solamente me tropecé.. y.. esto.. caí encima suya, pero sin querer.. - Mintió tratando de salvar su orgullo mientras miraba de reojo a la estupefacta enfermera - De verdad..

En cualquier caso, le creyese o no, Fiódor deseaba descansar y recuperarse lo antes posible. Su rostro estaba pálido, y cada vez le costaba más hablar.. era una situación completamente angustiosa para él.

La enfermera mira de uno a otro alternativamente con cara rara y finalmente decide dejarlo correr, le pide su tarjeta sanitaria, garabatea un papel, se lo entrega a Fiódor y le indica que pase a la sala de curas que hay a la izquierda. 

En el papel simplemente escribe con terrible letra de médico su nombre, número de tarjeta e "Intoxicación por Gastly".

Fiódor empieza a acusar los efectos del veneno. En el fondo sabe que aún le queda bastante para que los daños sean graves, pero el mal cuerpo no se lo quita nadie [-4 PV].

En cuanto la enfermera le da el papel, Yuki empieza a empujarlo hacia la puerta de la sala indicada.

Fiódor, quizás debido al mal cuerpo, permite que Yuki le vaya empujando hasta el lugar al que debía ir sin decir nada. Al fin y al cabo hablar le iba a servir de poco salvo para aumentar su sensación de malestar. ¿Tardaría mucho su recuperación? En su interior, Fiódor cruzaba los dedos para que solo fueran unas horas como mucho.

Dentro de la sala hay una doctora de unos cuarenta años y aspecto de persona práctica que, tras echar un rápido vistazo al papel que trae Fiódor y a la pálida cara del muchacho, saca una jeringuilla, la carga con un líquido amarillento y le pide al chico que le tienda el brazo.

La sensación de que su cuerpo está ardiendo de dentro afuera no ha menguado en absoluto (-1 PV).

Fiódor se pone más blanco aún cuando ve como la doctora empieza a preparar la inyección.. En ese momento mira a Yuki como pidiéndole ayuda mientras tiembla momentáneamente.. Nunca le habían gustado las agujas, desde chico le había tenido un pánico horrible.. Sin embargo, consciente de que lo que obtendrá de Yuki será una de sus típicas mofas acompañado de un empujón, respiró hondo tratando de relajarse y le tendió el brazo a la doctora tratando de evitar mirar a la inyección y centrando toda su atención en uno de los póster del cuerpo humano colgado en la pared de la sala..

Yuki mira al chico alzando una ceja.

-¿No me irás a decir ahora que te dan miedo las agujas?

Con amabilidad pero con firmeza, la doctora procede a inyectarle el antídoto al muchacho, haciendo caso omiso a su expresión de aprehensión.

-No.. claro qu.. "¡ayy!" - No llegó a terminar la frase cuando la doctora aprovechó la situación para pincharle -Ains.. ains.. mi brazo..

En realidad solo había sido cuestión de segundos, y casi ni lo había notado.. pero Fiódor era un quejica nato y en su cara se podía ver que realmente sí temía a las agujas.. Tras la inyección caminó lentamente hasta Yuki con el rostro totalmente pálido y sin decir una sola palabra..

Yuki lo mira con expresión de incredulidad.

-Menudo blandengue estás hecho. Por un momento he pensado que te ibas a morir de la impresión, en vez de por el veneno. Venga, piltrafilla, vamos a seguir buscando a ese imbécil -dice agarrando al chico por el brazo de la inyección sin miramientos con toda la intención de llevárselo fuera arrastrando.

La doctora no puede reprimir una risita al oír hablar a Yuki, aunque cuando termina de hablar contesta:

-Aunque el antídoto neutraliza el veneno instantáneamente, quizá te convendría sentarte aunque sea un rato a esperar a sentirte un poco mejor, estás muy pálido. ¿O tenéis mucha prisa? Esto... ¿a quién estáis buscando, si se puede saber?

Efectivamente, Fiódor puede notar cómo su cuerpo deja de parecer querer arder desde dentro, aunque la sensación de debilidad y el dolor de garganta persisten*.

¿Hmm, piltrafilla? Eso ha sido nuevo.. Aunque no suena tanto a.. Yuki como papanatas.

Fiódor, aún pálido más del pinchazo que del efecto del veneno del Gastly, mira a Yuki y luego a la enfermera. Era cierto que no se encontraba del todo bien, pero antes que seguir escuchando las creativas, aunque no tan divertidas para él, borderías de su compañera prefería ir ya en búsqueda de Morti.. además, él mismo por orgullo propio no quería demorar más la misión.. suficiente tiempo habían perdido por su descuido.

-Estoy bien - Dijo aún con voz  débil mientras esbozaba una sonrisa - Por mi parte podemos ir ya a buscar a ese.. "imbécil" - Al pronunciar esa palabra imitó la voz de Yuki y soltó una carcajada seguida de toses.

Aún así prefirió hacer caso omiso a la segunda pregunta de la doctora y no decirle a quién buscaban. Si alguien lo decía que fuese Yuki.. Vaya a ser cosa que por irse de la lengua con la enfermera, aunque fuese algo a simple vista trivial, empezara a meterse de nuevo con él..

Yuki no parece molestarse, aunque tampoco sonríe. El chico cae en la cuenta de que todavía no ha sonreído en ningún momento. Haciendo caso omiso de la -acertada- imitación del muchacho y a la par que le propina unas enérgicas palmadas en la espalda totalmente contraproducentes para que se le pase la tos, contesta a la doctora.

-Estamos buscando a ese botarate que tiene nuestro gimnasio por líder.

La doctora* parece sorprendida, aunque se nota que Yuki la divierte.

-¿Morti? Lo vi pasar con la bici por delante del hospital cuando entré a mi turno. Iba hacia el oeste. -Contesta con sencillez.

Las toses, en vez de remitir, aumentan conforme Yuki le propina aquellas palmadas. 

Pero qué bruta que es..

Sin embargo, éstas cesan en el momento en el que la doctora le confirma la dirección que había tomado Morti. Fiódor no esperaba que la doctora tuviera idea del paradero del chico, por lo que aquello lo sorprendió totalmente. Sin perder tiempo miró a Yuki y esbozó una sonrisa.

-No perdamos más tiempo aquí - Comentó - Teletransportémonos antes de que se escabulla ese granuja.

Interiormente, Fiódor sonrió al darse cuenta de que la presencia de aquella chica estaba comenzando a pasarle factura en su forma de hablar.

Al oír a Fiódor, Yuki asiente. Se aprecia cierta satisfacción en su expresión al ver que el chico parece haberse recompuesto y estar dispuesto a darlo todo por la persecución que tienen entre manos. Sin perder tiempo, toma la mano de Katsurou, que se la tiende también a Fiódor y espera a que Farf se pose sobre él.

La doctora, sin embargo, no sabe si echarse a reír o sorprenderse aún más.

-¿"Ese granuja"? ¿Morti? ¿Pero qué os ha hecho? -De repente mira a Yuki y se le ocurre algo. -Un momento, ¿no serás tú la chica que...?

-¡TELETRANSPORTE!

Antes de que a la doctora le dé tiempo a acabar la frase, aparecen en el exterior del hospital.

-Bueno, yendo hacia el oeste, lo más probable es que se dirigiera a Ciudad Olivo o a la granja Mu-mu. Maldición, no conozco Ciudad Olivo, ¿cómo narices voy a saber adónde le ha dado por ir al tarugo ese?

-Eh.. ¡espera! ¡¿Ciudad Olivo?! - En ese momento Fiódor cayó en la cuenta de que al Oeste de Ciudad Iris estaba el camino que llevaba a su ciudad.. - Hmm.. no, vayamos a la granja mu-mu. Seguro que en Ciudad Olivo no está..

Tragó saliva algo nervioso mientras interiormente cruzaba dedos para lograr convencer a Yuki. Volver a su ciudad no era algo que él precisamente quisiera.. Si sus padres le veían no tardarían en volver a llevarlo a casa y arrestarlo domiciliariamente*. Era algo seguro.

Maldición.. soy estúpido, ¿cómo no me he dado cuenta cuando lo dijo la doctora..?

Yuki observa a Fiódor frunciendo ligeramente el entrecejo con desconcierto.

-Mm... ¿Estás seguro? ¿Por qué piensas que ha ido a la granja?

No parece dudar del chico, simplemente trata de comprender los movimientos de su "presa".

El miedo a que la chica se negara a no ir a Ciudad Olivo se incrementó en cuanto le preguntó aquello..

-Pues.. solo se trata de una intuición - Respondió mientras desviaba la mirada del rostro de la chica y la centraba en el suelo - Pero.. hagamos una cosa, id vosotros a Ciudad Olivo y nosotros iremos a la granja mu-mu.. Así no perderemos mucho tiempo y visitaremos ambos lugares. Te veré en la intersección entre la granja y la ciudad dentro de un par de horas, ¿vale?

Dicho aquello volvió a mirarla algo más seguro. Aquello había sido totalmente improvisado, pero dentro de lo que cabía no era un mal plan y Yuki no tendría por qué negarse a aceptarlo.

-Esto.. Si veo a Morti, ¿qué le digo a parte de evitar que se vaya antes de que tú vuelvas?

Una expresión de sincera sorpresa se dibuja en la cara de Yuki al escuchar la propuesta de Fiódor. Antes de que le dé tiempo a aprobar o rechazar el plan, el chico ya le está preguntando que qué debe hacer si encuentra a su objetivo...

-Eh, pues... Desde luego no le vayas a decir que he robado la Campana Clara para él. Seguro que al muy botarate solo se le ocurre alguna tontería como ir a contárselo a los monjes o a la policía. Mm, de hecho, lo mejor es que no me menci... -Parece que su cerebro iba por otro lado mientras hablaba, porque se interrumpe a media frase. -Un momento, con la habilidad de Katsurou no necesitamos separarnos. Es más sencillo que vayamos los dos juntos, así no tenemos que volvernos a encontrar. Teletransportándonos no se pierde nada de tiempo y, de todas formas, yo no conozco Ciudad Olivo, no sabría por dónde empezar a buscar... -Entrecierra los ojos, escrutando al chico con una mirada suspicaz. -No estarás tratando de darme esquinazo para chivarte de lo de la campana, ¿verdad? ¡Te digo que es por el bien de Ciudad Iris! No es que suela ir por ahí robando cosas. ¡Además, solo la he cogido prestada! Y, en cualquier caso, la campana pertenece a la familia de Morti, no a esos monjes... -Se queda en silencio un momento con el ceño fruncido y parece, por fin, empezar a atar cabos. -¿O es que no quieres ir a Ciudad Olivo por alguna razón?

-Claro que no me voy a chivar - Contestó mientras suspiraba de forma molesta - Solo que no quiero ir a Ciudad Olivo..

Quizás lo más sencillo fuese contarle la verdad: que era de Ciudad Olivo y no quería que su familia le viera.. ya que aquello significaría que probablemente le obligarían a permanecer en aquella ciudad.. Sin embargo contar aquello resultaba demasiado embarazoso y sabía que lo más probable es que la chica se mofara de él si se enteraba.

-Buscaré por la granja.. te veré en unas horas. Y si le veo no te preocupes que solo lo retendré hasta que vuelvas.

Y dicho aquello, y sin esperar respuesta de la chica, echó a andar de forma ligera hacia la granja sin siquiera mirar hacia atrás por si acaso la chica conseguía retenerlo y obligarle a ir a la ciudad con ella. Farf le seguía volando a escasos metros de su cabeza mientras graznaba de forma divertida.

Fiódor avanza a paso ligero por la Ruta 38, dejando atrás a su acompañante... de tal forma que casi tropieza con esta misma persona cuando esta reaparece delante de sus narices gracias a su fiel amigo pokémon.

-¡Ajá! ¡Entonces no quieres ir a Ciudad Olivo! ¿Por qué no? -Vuelve a torcer la cabeza como un noctowl. Uno particularmente inquisitivo. -¿Has matado a alguien? Mm, no, no lo creo, no pareces ser capaz ni de hacerle daño a un metapod...

Ante ellos se extiende un ancho y verdeante camino arbolado que desemboca al norte en la granja Mu-mu y al sur en la ciudad natal de Fiódor. El sol pega con fuerza y a lo lejos se ven uno o dos entrenadores que han salido a disfrutar de la veraniega tarde con sus pokémon.

El chico suspiró aliviado al dar la espalda a Yuki y continuar el camino hacia la granja mu-mu sin ella.. algo que, por supuesto, provocó que se sobresaltarse cuando en un abrir y cerrar de ojos se topó con la chica justo enfrente suya.

-¡Yuki! No hagas eso.. - Exclamó aún recuperándose del susto - Algún día me dará un paro cardíaco.. - Hizo una pequeña pausa y miró a Yuki al rostro. Quedaba claro que no le dejaría en paz hasta que no le contase todo.. o al menos algo que sirviese - ¿De verdad quieres que te lo cuente? - Añadió mientras sonreía como quien tuviese realmente algo importante que contar - Bien, te lo diré.. hace años hubo un secuestro de jóvenes de tu edad, generalmente acompañados de Abras.. chicos malhumorados que vagaban por la vida en solitario. Dicen que desaparecieron sin más, que jugueteaban a escondidas con sus Pokémon y.. "¡pum!".. desaparecieron.. - Sonrió maliciosamente - ¿De verdad sigues queriendo ir a la ciudad?

La miró aún manteniendo la sonrisa y dejando unos segundos de suspense antes de proseguir. ¿Realmente se tragaría la chica esa historia? Fiódor si lo creía al menos..

-Se dice que es cosa de fantasmas.. yo que tú no me arriesgaría. Vayamos juntos a la granja mu-mu - Se acercó a ella y le susurró al oído - Ciudad Olivo está maldita..

Fantasmas.. ¡una historia ideal para contarle a una chica que viajaba con un Pokémon Psíquico! En su interior, el joven creía que su historia había sido perfecta*..