Partida Rol por web

-pues... estoy seguro al 75 u 80% en la conversación estábamos hablando de los rokets, la fiabilidad de la fuente es otro tema... pero parecía lo bastante convencido como para venir a ver de que iba la cosa- la verdad es que Tharion había ido porque cabía la posibilidad de que Charlotte estuviese en apuros, viendo que estaba bien se contagió un poco la incredulidad de Charlotte -de todas formas, sea lo que sea, ocurrirá de aquí a un par de horas, se me ocurre o bien ir a tu castillo de greyskull particular, quedarnos aquí, disfrazarnos de rocket y ver que curre, total en el peor de los casos solo habría que salir corriendo en dirección la superficie boscosa más cercana y desaparecer-

-¿Mi castillo de Grayskull particular? Este es mi castillo de Grayskull particular -Intenta esbozar una dulce sonrisa al responder a Tharion, pero lo mejor que consigue es una sonrisa melancólica y con un deje de cinismo-. En cuanto a lo de disfrazarnos de Rockets... No... los que están de mi lado me reconocerán lleve o no lleve uniforme y el Team Rocket tiene demasiados enemigos como para que eso resulte una ventaja. En cuanto a ti... no quiero mezclarte en esto ni ponerte en peligro. Ya has tenido bastante con lo de tus padres. -Se queda callada, con el entrecejo fruncido y mirando a un lado, pensado. Pensando...

-Lo que necesito ahora es saber si realmente me enfrento a otro grupo o a mi propio bando y si es esto último, quién está detrás de todo esto. Seguro que es Atlas. Va de sensato pero en realidad no puede ver más allá de sus narices y de su propio complejo de grandeza. Aunque Atenea me la tiene jurada... -Lo último lo añade para sí, murmurando. Luego parece salir de su ensimismamiento y sale de la habitación a grandes zancadas. Desde luego no es mujer de quedarse parada en introspección mucho tiempo.

Tharion la oye entrar en una habitación abriendo y cerrando la puerta con fuerza y menos de un par de minutos después reaparece en el cuarto como un huracán.

-Como me esperaba, todos los sistemas de comunicación están caídos. No sé qué cojones voy a hacer...

En presencia de Charlotte, para Tharion todoslos problemas se van ubicando solos en un segundo plano y no puede evitar al ver su expresión melancólica abrazarla tiernamente y darle un fugaz beso en la mejilla antes de soltarla, cuando vuelve a la habitación responde -siempre he apreciado que mantengamos al margen de... eso, pero con todo lo que está pasando y...- hace una pausa -y... puede que tenga amigos que puede que se vean arrastrados por esto...- Tharion al decir esto ultimo evita mirar a Charlotte a los ojos -y otra cosa, tengo amigos que si ni puedo contactar con ellos ni localizarlos y no invierten tanto esfuerzo como tu en evitar ser localizados- al decir eso ultimo el semblante de Tharion parece... distante

En presencia de Charlotte, para Tharion todos los problemas se van ubicando solos en un segundo plano y no puede evitar al ver su expresión melancólica abrazarla tiernamente y darle un fugaz beso en la mejilla antes de soltarla, cuando vuelve a la habitación responde -siempre he apreciado que mantengamos al margen de lo nuestro tus... asuntos, pero con todo lo que está pasando y...- hace una pausa -y... puede que tenga amigos que puede que se vean arrastrados por esto...- Tharion al decir esto ultimo evita mirar a Charlotte a los ojos -y otra cosa, tengo amigos que si ni puedo contactar con ellos ni localizarlos y no invierten tanto esfuerzo como tu en evitar ser localizados... por lo que me preocupa que nos separemos- al decir eso ultimo el semblante de Tharion parece... distante 

La joven frunce el entrecejo:

-Cielo, si estuviera en mi mano te prometería garantizar la seguridad de todos tus amigos, pero en las circunstancias actuales no estoy segura de poder garantizar mi propia seguridad. Al menos os tengo a Kira y a ti. -Abraza a Tharion, mientras la enorme luxray pega su cabezota contra ella, sintiendo que necesita que la apoye. Charlotte abraza a Tharion con fuerza, como si por un momento temiese que él también se desvaneciera en la nada como los sistemas de comunicación o el control sobre la situación y sintiendo a la vez su presencia y su aroma reconfortante. Y diciéndole sin palabras que tiene puesto su corazón -y por ende su vida- en sus manos. Cuando se separa lo mira a los ojos, seria.

-¿Qué sugieres? Antes que nada, necesito saber qué cojones está pasando; ya no sé en quién puedo confiar ni qué puede pasar. Por favor, necesito tu ayuda. Temo no ya por mi vida -que llegado el caso, como tú siempre dices, siempre nos quedará el bosque-, sino por la que se pueda montar en la ciudad y... dentro del Team Rocket. Sé que no somos precisamente las Hermanitas de la Caridad, pero de alguna forma me siento responsable tanto por mis hombres como por... Yo entiendo que nuestras actividades pueden perjudicar a algunas personas, a... a la sociedad, pero no es un perjuicio mayor del que... del que la sociedad puede absorber. Que es muy distinto de algo como la Siega o de lo que me estoy temiendo que pueda suceder ahora. No es... no sé cómo decirlo... sostenible a largo plazo. Además de ser sencillamente una putada muy gorda.

Primero habla con tono aun un poco embriagado por el momento tierno que poco a poco se desvanece con Charlotte con la intención de reconfortarla -mmm, lo primero, tranquila, no te juzgo por los rocket, para mi son un síntoma o más bien una consecuencia lógica de la sociedad "civilizada"- de hecho la palabra civilizada la dice con una mezcla de burla y desprecio (claramente por su rechazo a lo que representa para él) -... sobre lo otro... solo es cuestión de tiempo que veamos de que va la cosa, solo me preocupa que si te la han jugado, el ir a preguntar que ocurre podría ser como ponerte un bonito lazo y servirte en bandeja de plata... a no ser...- hace una pausa tras la cual por su cara se adivina que se le a ocurrido algo (y para los que le conozcan algo absurdo y/o peligroso) -tienes uno de vuestros natus?-

Charlotte asiente, dándole la razón. Cuando pregunta lo del natu, vuelve a asentir, esta vez más brevemente y saca una pokéball.

-Sí, siempre tengo este conmigo. -Alza una ceja. -¿Qué se te ha ocurrido?

Se nota por el tono de Tharion que aun está perfilando el plan -mmm bien, podríamos quedarnos aquí y ver que ocurre sin que nos pillen dado que en el caso de que te la hallan jugado los que vengan no estén de tu parte... no se si me explico, si es cierto y son rockets vamos a la fortaleza de la soledad... donde habría más posibilidades de encontrar rockets afines a ti que al menos te pusieran al corriente, si además tienes a natu, si la cosa se pone violenta solo tendías que teletransportarte a cualquier lugar, yo simplente fingiré ser algún cabeza hueca rezagado del subterraneo o algo así-

-Mm, vale, me parece correcto. -Se quita la camiseta de dormir con un ágil movimiento, busca un sujetador, se lo pone, coge el resto de prendas sin muchos miramientos y termina de vestirse -completamente de negro, como es su costumbre- mientras sigue hablando-. De todas formas, aquí parados es como no hacemos nada. Aunque no entiendo a qué te refieres con "la fortaleza de la soledad": la base que teníamos aquí en Ciudad Trigal está impracticable, te lo digo porque me he pegado toda la noche desalojándola y si ya me ha costado bastante hacer que saliesen todos dudo que nadie pueda volver a entrar con facilidad. Y la Mansión está abandonada desde... bueno, desde lo de hace tres años. Ya no es segura.

Tharion se deleita con poco disimulo con la figura de Charlotte y prosigue -un edificio así abandonado y yo sin saberlo?, en fin, me refería a eso con la fortaleza de la soledad... bueno, la idea era ir a una base grande y activa-

-Ah, eso... Nuestras instalaciones principales en Johto, como he dicho, son inutilizables... La mejor base es la Ciudad Azulona, en Kanto, pero ya es demasiado tarde para eso: si efectivamente me la han jugado y efectivamente ha sido Atlas, ya habrán salido de allí para dirigirse aquí precisamente, o aunque haya sido Atenea, si es que Atlas sabía algo habrá movilizado a las unidades de allí... y lo mismo habrán hecho aunque al final no haya sido el Team Rocket sino otro equipo. Está claro que este va a ser el ojo del huracán. Entre eso y que las comunicaciones están totalmente caídas, lo mejor es no alejarnos mucho de la ciudad.

-pues nos quedamos entonces, total, si las cosas se ponen chungas solo habrá que salir corriendo-

-Solo nos queda agenciarnos un asiento en primera fila...

Tharion está lo suficientemente familiarizado con Ciudad Trigal como para saber cuáles son los lugares principales, a saber: el Gimnasio de Ciudad Trigal (Blanca, tipo Normal), el mercado, la Torre de Radio (ahora mismo reducida prácticamente a un amasijo de hierros inservible, aunque probablemente se pueda entrar sin demasiados problemas), el Subterráneo (derrumbado), la estación del Magnetotrén (desde donde ya no se va a ninguna parte) y la Torre de Batalla, a las afueras. También hay otros lugares de interés: el Casino, la tienda de bicis, la casa del inspector de motes... y un sinfín de rascacielos y casas grandes y pequeñas, ricas y pobres.

-bien, en ese caso, lo primero quem e gustaría hacer es que nos acercaramos a la tienda de bicis- dice Tharion con su tono de que se le está pasando por la cabeza una idea de las suyas

-¿La tienda de bicis? -Alza una ceja, en un gesto de curiosidad que Tharion le ha visto hacer otras veces.

Sin cuestionarle, saca al natu de su pokéball, que enseguida revolotea hasta posarse grácilmente en su mano.

-Pío.

Charlotte coge de la mano suavemente a Tharion mientras Kira se acerca a ella y le pega la cabeza contra el cuerpo, a la par que el charmeleon de Tharion se agarra a la pierna de su entrenador con la garra.

-¡A la Gran Vía de Ciudad Trigal!

En un abrir y cerrar de ojos los cinco -dos humanos y tres pokémon- aparecen en mitad de un camino bordeado de frondosa vegetación que tras al menos un minuto reconocen como la avenida principal de Ciudad Trigal... o lo que queda de ella.

El asfalto y las amplias aceras están quebrados y entre las grietas crece una hierba fresca y verde. Los cristales de los enormes escaparates de los locales de las firmas de lujo aparecen ahora reventados, vencidos por la presión de las ramas y raíces de los monstruosos árboles que han impuesto implacablemente la supremacía de la vida por encima de los inertes maniquíes en una sola noche.

-Pipipipipí, pii, píi. -Entre las ramas de una florecida farola se escucha el alegre trino de un pidgey, un pionero al que le ha faltado tiempo para colonizar este nuevo hábitat.

Aquí y allá se vislumbran trozos reconocibles de edificios entre el follaje. La zona, que es de las más afectadas, está casi desierta -aquí y allá una familia, un hombre trepando por unas ramas bajas con ayuda de su mankey, una pareja haciendo pasar con dificultad una voluminosa mochila entre dos troncos-, al menos por lo que puede verse. Es probable que dentro de las casas queden habitantes, ya que en realidad los edificios siguen en pie y relativamente intactos: los árboles han crecido alrededor, en algunos casos destrozando las fachadas, pero no han derrumbado ningún edificio, como si respetaran o incluso protegieran, de alguna paradójica manera, la vida que albergan en su interior.

Gracias a los pequeños detalles reconocibles -un cartel roto aquí, un tejado llamativo allá-, la joven pareja se ubica enseguida: la tienda de bicis está a unos diez minutos al norte.

Charlotte echa a andar con paso seguro en esa dirección, seguida por Kira y el natu, que disfruta retozando al sol del verano.

-¡Pío, pío, pío! :)

A Tharion le sigue pareciendo raro el teletransportarse, pero al menos no es estar encerrado en una de esas latas con ruedas a las que llaman coche, tras orientarse emprende junto a Charlotte el camino a la tienda de bicis mientras le explica -lo de la tienda de bicis era para, en caso de tener que salir de aquí poder hacerlo más rápido que a pie...- hace una pausa pensativo, Charlotte está en una indudable buena forma, pero viendo el terreno le preocupa (posiblemente por primera vez en su vida) haber actuado de manera impulsiva y le pregunta a su chica -mmm...  supongo que podrás manejarte por este terreno- contesta un poco avergonzado por no haber reparado en ello antes