Partida Rol por web

De la pokéball de Shiert sale un abra que solo tarda un segundo en hacerse a la idea de la situación. Tiende una manita a su entrenador y otra a Astrid delicadamente, con timidez.

-Miii...

En cuanto la chica toma la mano del pokémon, siente como un vahído, una sensación de tener el estómago cabeza abajo, y el bosque y Tharion desaparecen.

Su novio? pensé con una ceja enarcada mientras desaparecían, en fin tengo cosas mucho más urgentes en las que pensar, por orden, llegar al primer asentamiento humano para ver su estado, hacer barias llamadas urgentes y... llegar a trigal antes que los rocket y recuperar el uniforme de su talla que desde hacía 3 años llevaba en el rincón mas oscuro y remoto de los armarios de Charlotte, así pues siguió el camino hacia pueblo Azalea

Tharion se pone en marcha hacia Pueblo Azalea seguido por su energético y fiel charmeleon y con su nuevo amigo el chinchou al hombro. Este, sin embargo, no parece nada cómodo. Apenas a tenido tiempo de conocer a su nuevo entrenador, no sabe dónde está ni entiende demasiado bien por qué una persona desconocida que ni siquiera está aquí lo ha separado del mar ni de dónde ha salido esta otra persona. Además, hace mucho calor y su piel se está secando, lo que aunque no es un problema en sí, no parece gustarle demasiado. Se revuelve en el hombro de Tharion y mira alrededor como buscando algo, inseguro.

Pueblo Azalea está a solo unos minutos de camino de allí.

Miré a chinchow tras lo cual pensé que seguramente Astrid sabría que le pasa, viéndolo incomodo decidí guardarlo en la ball hasta encontrar una zona con agua...., tras avanzar un poco vi por fin Pueblo Azalea, tenia prisa, así que apreté el paso para llegar lo antes posible y comprobar su estado

En cuanto los árboles empiezan a aclararse puede verse Pueblo Azalea. El camino que sale del bosque y se extiende ante él es un simple camino de tierra sin asfaltar, aunque las numerosas huellas que se entremezclan en él atestiguan que a menudo pasan personas, pokémon y vehículos por él.

Los rayos del sol doran los tejados de las casitas del pueblo, donde se respira un ambiente de tranquilidad casi bucólico. Los árboles muestran su mejor verdor y, conforme Tharion se acerca, pueden verse algunas personas yendo de acá para allá. Nada parece fuera de lo normal a simple vista.

Me adentré en el pueblo para cercionarme de que todo estaba bien... o todo lo bien posible después de como había amanecido el día, solo tenía intención de echar un vistazo a la calle principal, dado que no me sobraba el tiempo y luego dar media vuelta y volver al encinar 

Parece que en el pueblo la gente hace vida normal... aunque a Tharion no se le pasa por alto que todas las conversaciones que puede oír van sobre el mismo tema y que los ánimos están inquietos.

En las tiendas se ven demasiados pocos alimentos a la venta para ser aún por la mañana: parece que algunos ya han empezado a aprovisionarse por si las moscas.

una vez comprobado el estado del pueblo vuelve a salir e inicia las llamada, primero a Tábata

Tharion marca. Por el auricular se escucha la voz metálica de una grabación que se disculpa efusivamente porque en este momento no hay ninguna línea disponible.

Tal y como sospechaba, el soporte tecnológico o bien fallaba o bien se había colapsado, para estar seguro se apresuró a llamar a Jan y a John mientras volvía a Trigal a paso ligero

Mismo resultado. ¿Habrá alguna otra forma de dar con alguno de ellos?

Lo que faltaba... no podía dar con sus amigos y el tiempo corría, no tenía tiempo para buscarlos, por lo que se centró en el camino, acelerando el paso pero no demasiado para no llegar a Trigal cansado, cada poco controla el tiempo para asegurarse de llegar antes que los rocket

Apretando el paso, Tharion cruza el bosque en dirección contraria en no demasiado tiempo. En cuanto llega a la carretera puede ver una caravana de vehículos que fluye hacia afuera de la ciudad, flanqueada por otras tantas personas que hacen lo propio a pie o a lomos de los más variopintos pokémon.

Lo que es la ciudad en sí no tiene ni el más remoto parecido con la que viera la misma noche anterior. En cuanto entra en ella puede ver que el ambiente es absolutamente caótico. La mayor parte de las calles, sobre todo las principales, están colapsadas de coches parados, por lo que las calzadas son virtualmente impracticables, sobre todo para los coches. El pavimento de algunas de las avenidas más grandes están quebrado y de él salen gigantescos y frondosos árboles grandes como edificios, cuyo ramaje en algunos casos entra por las ventanas de los pisos superiores. La ciudad parece un bosque primaveral. La vegetación surge de los lugares más insólitos, se extiende por las fachadas de las casas, por el cableado eléctrico, sale de las alcantarillas, de entre los huecos de las losetas y cubre el asfalto. Lo peor es la zona del Subterráneo: el suelo, que a su vez es el techo del Subterráneo, está rajado y parcialmente hundido, aunque los bloques han quedado sujetos por las raíces de los gigantescos árboles causantes del destrozo, que paradójicamente han evitado que el terreno termine de desplomarse. Entre las raíces se ven grandes huecos por donde Tharion supone que la gente que había en el interior habrá podido evacuarse.

Y luego está la gente. El ambiente es un caos: los trigaleños corren de un lado para otro, histéricos, mientras las fuerzas del orden tratan de dirigirlos sin demasiado éxito. Los megáfonos se oyen desde todas direcciones. Se han repartido mantas y tiendas de campaña para las familias cuyas casas han quedado inutilizables y más o menos han conseguido arreglárselas para acampar en las plazas. Constantemente se observan pokémon voladores surcar los cielos en una u otra dirección y, de cuando en cuando, también pueden verse pokémon teletransportarse junto con sus entrenadores. Por ahora parece que las labores de búsqueda y rescate han finalizado y la mayor parte de la gente ha podido reencontrarse con sus seres queridos, así que muchos se han quedado sin saber muy bien qué hacer, arracimados en grupitos, como esperando algo, con aire desvalido... Otros tratan de animar a sus vecinos en una u otra dirección y por todas partes se pueden escuchar las teorías más variopintas...

Su prioridad era buscar el piso de Charlotte y acceder a él, su preocupación crecía por momentos, se esperaba que la ciudad estuviese desierta, si era cierto y los rocket iban a tomar la ciudad en esa situación no terminaría nada bien

El piso de Charlotte sigue donde estaba, por supuesto, pero el lugar está irreconocible. Lo que antes era una de las zonas más pijas y modernas de la ciudad ahora parece como una de esas antiguas ciudades abandonadas invadidas por la vegetación. No obstante, el edificio sigue en pie y de hecho parece encontrarse en bastante buen estado, aunque evidentemente el sistema eléctrico no funciona. En cualquier caso, Tharion tiene llave de la casa y, a estas alturas, subir los diez pisos de escaleras hasta el ático donde ella vive no es algo que le vaya a hacer ni despeinarse.

El tiempo apremiaba, pero mientras se acercaba, se le pasó por la cabeza la idea de que hubiese alguien en el piso, una zona pija en ese estado... seguro que más de uno intentaría hacer fortuna a costa del desastre, por lo que atento a cualquier ruido subió las escaleras con el sigilo de un depredador que acecha a su presa