Partida Rol por web

Los dos hombres y el abra se materializan en un salón. 

Es amplio y el sol entra a raudales por unas puertas de cristal que dan a un jardín. Hay muestras de que es un lugar habitado, aunque en un primer momento no se ve a nadie. Esa impresión la rompe un chillido agudo: 

-¡¡Papá!!

Una chiquilla de unos ocho años vuela casi desde la puerta de la habitación y se lanza a abrazar al doctor, seguida por un saltarín que se lanza también tras ella (aunque no parece tener mucha idea de por qué saltan sobre ese señor recién llegado).

Se oyen pasos en el piso de arriba.

Se trata de un dunsparce, un pokémon que, si bien gusta de enterrarse, no es de tipo tierra y, pese a su aspecto, tampoco es de tipo bicho; aunque es pequeño, no puede evolucionar; si bien tiene alas, es incapaz de volar e incluso aunque tiene ojos, los mantiene siempre cerrados porque es incapaz de ver. En general, no se le conoce por ser capaz de hacer ataques poderosos ni, de hecho, ninguna otra cosa demasiado útil excepto cavar agujeros y enterrarse.

-Bueno, todo pokemon tiene sus ventajas. Apuesto que podría tender muy buenas trampas de agujeros si eso.

Se inclinó levemente a verlo, dejando la mochila en el suelo, y comenzando a buscar algo en ella.

-Se ve contento y dentro de todo esta bien cuidado. Es...inusual, creo que hasta ahora no había llegado a ver uno en persona.

Sacó un tazón y un paquete con tranquilidad, dejando a Iri en el suelo previamente.

-Con todo lo que ha pasado no he podido darles de comer propiamente, y probablemente no podamos parar una vez que salgamos. Aprovechemos ahora.

Dejó salir a Suichi y Fearrow, colocando un par de recipientes para ellos ya conociendo sus gustos. Fearrow tuvo que esperar un poco mas, mientras buscaba específicamente trozos de carne cortados en un tupper y le daba de comer de forma específica.

-Si su Dunsprance tiene hambre también tengo algo para él. De lo que mas tiendo a cargar aqui adentro de la mochila es comida y dulces para pokemon.

La bióloga la observa perpleja.

-Contento, sí... La felicidad de los idiotas, se podría decir -Comenta, echándose el pokémon amarillo al hombro y dándole unas palmaditas en la cabeza distraídamente, mientras observa a la chica sacar al resto de sus pokémon y disponer la comida.

Al cabo resopla una risa entre los labios curvados en una media sonrisa irónica y, sin embargo, más amable que sus otras sonrisas irónicas.

-Jeh. Vaya, nunca había conocido a nadie como tú.

Deja a su dunsparce en el suelo y se acerca al fearow, cuyo pico partido observa con ojo clínico, sin importarle que el ave la mire con mala cara, ni aunque parezca dispuesto a sacarle un ojo si se sigue acercando.

-Vaya, ¿y a este qué le ha pasado? Ha cicatrizado bien, pero... Es una lástima, pero no parece que el proyecto de prótesis para pokémon que teníamos el doctor Greenhilt y yo vaya a seguir adelante, al menos de momento. Este hubiera sido un buen voluntario.

Mientras tanto, Suichi ha visto a Iri y, ignorando por un momento la comida que le ofrecen, se lanza sobre la vulpix y la rodea con sus patitas.

-¡Shuuu! ^o^ <3 -Parece profundamente aliviado. Iri se queda algo anonadada ante el abrazo, aunque tampoco parece que le moleste.

-Desde luego, menuda colección tienes- Ríe la doctora. -A Ci... Sí, le doy de comer de mi propia comida. La comida para pokémon prefabricada me parece un timo: con un buen análisis nutricional y sabiendo las necesidades alimentarias específicas de cada pokémon puedes alimentar a un pokémon perfectamente con sobras. Y creo que les gusta más: comer pienso todos los días tiene que ser un coñazo. Pero, no sé, no hace falta que gastes tu comida -dice algo incómoda-, si total, Ci se pasa casi todo el día durmiendo (cabrón con suerte)... ¡Es a mí a la que le hace falta un tentempié, que llevo varios días currando diez horas! -se queja, aunque no lo dice en serio. Lo del tentempié. No lo de las diez horas. 

El bicho, por su parte, no se da por aludido, sino que intenta infructuosamente cavar en el suelo del piso de Shiert, ante la curiosa mirada del resto de pokémon y la de su entrenadora, que tampoco se molesta en sacarlo de su error.

-Oye, ahora en serio. ¿Cómo has acabado con el elemento ese? -Pregunta, refiriéndose a Shiert. -No hago más que darle vueltas a la cabeza, pero no terminan de encajarme las piezas. Sabéis algo de este... sarpullido verde que le ha dado a la Tierra o algo, ¿verdad? -Pregunta en tono conversacional.

-Calma Fearow, no te tocará -atajó, por si las dudas- La comida prefabricada es algo aburrida, especialmente porque cada uno tiene sus propios gustos. En cuanto a Shiert, fue al pueblo donde vivo y raptó a Iri, culpa de mi buena voluntad o estupidez al confiar en extraños, de primeras trató de convencerme de que quería "tomarla prestada" para quemar algo y luego devolvermela y que la culparan a ella y tuviera que lidiar con la policía cuando viniera. Es bastante...reconocible. Usó somníferos conmigo y se la llevó, hecho esto tomé a Fearow del Centro de Voluntarios de Lavanda en Kanto, que es donde trabajo y vivo respectivamente, y lo perseguí. Fearow estaba siendo atendido allí porque le encontramos con el pico quebrado. Shu estaba moribundo la noche anterior a que Shiert llegara, pero se ha recuperado milagrosamente por intervención divina, literalmente. E Iri fue abandonada porque era débil para su entrenador, pero luego la queria de vuelta porque su pelaje es muy valioso y se la negué. El Centro de Voluntarios es como un Centro Pokemon, pero mas grande y especializado, y para pokemon que no tienen entrenadores que se preocupen por ellos. La verdad tuve mucha suerte con mi intuición y le encontré en una casona abandonada cerca de Ciudad Trigal, no tenía muchas pistas quitando que se había subido al tren...la ciudad es muy grande.

Suspiró, nada orgullosa.

-Encarándolo, dijo que iba a hacer estallar una bomba donde estaba Iri, no le creí, lo hizo...y bueno, la asesino. Por eso la pokebola estaba como estaba cuando la vio. Entonces, lo noquee con mis pokemon, creo que de mas. Y probablemente si cierto pokemon no se hubiese mostrado en ese entonces... -se detuvo un momento a pensar que hubiese sucedido- ...muchas cosas habrían cambiado y tendría su sangre en mis manos.

Le dio de comer con cuidado a Fearow, trozo por trozo.

-Pasado esto tuve en la mano la opción de salvar a Iri y a él...no tengo remedio. Le he perdonado la vida. Tras esto parece que se ha obsesionado conmigo, cree que soy la llave para algo. Me sigue cayendo mal y sigo sin confiar demasiado. Le he perdonado pero...bueno, no del todo. No es tan sencillo olvidar lo que hizo. Pero parece que no puedo despegarme de él porque quiere ser parte de lo que sucederá a continuación. Y eso me preocupa. Quiero un mundo mejor...pero nunca será así si está construido sobre amenazas como el intenta hacer presente en todo momento. Y creo que cualquiera que entienda que pokemon y humanos no somos tan diferentes podría estar mas a gusto. Después de todo, respiramos el mismo aire, y miramos al mismo cielo. Pero usualmente los humanos tendemos a ver lo que es diferente primero. Supongo que es nuestra naturaleza.

Dejó las raciones en su sitio para cuando Shuichi quisiera interesarse por ellas, observando contenta como se alegraba.

-Como es entendible, también detesto a los Team "inserte aquí nombre". De una u otra forma, persiguen intereses egoístas utilizando los pokemon como herramientas. Lo que me lleva a preguntar como ha terminado usted ahí, no parece que Dunsprance..Ci, tenga alguna finalidad utilitaria en su trabajo.

Observo la escena con atención el niño alegre que salta corriendo a abrazar a su padre, me gusta eso ver como el niño es feliz al reencontrarse con su padre, como ambos puede volver a estar juntos sin miedo a que el Team Rocket tome represalias o pueda hacerles daño, no se cuanto tiempo les durara esa alegria, pero al menos el poco tiempo que esten juntos valdra la pena.

- Tengo que irme Doctor, pero espero que tenga mucha suerte y sea feliz aqui por fin -

La doctora escucha atentamente. Tiene las manos metidas en los bolsillos de la bata, con aire casual, pero resulta patente que está tomando nota mental de ciertos detalles. Su expresión, marcada por una ligera sonrisa, es indescifrable.

-Vaya, vaya... Menuda pieza eres tú también... No me voy a aburrir contigo, desde luego. Mi vida es mucho menos pintoresca, desde luego: me uní al Team Rocket prácticamente después de licenciarme. Jornada extenuante, carta blanca para la investigación científica y un sueldo que los pringados que trabajan para el gobierno nunca... qué digo, si los que pringan para el gobierno tienen que estar llorándole para que no les retiren las subvenciones para poder siquiera comer. Si se compensa o no, es otra historia, pero sí, trabajo para uno de esos "Teams" que tanto detestas por voluntad propia. -Su sonrisa se hace más pronunciada, aunque en absoluto amenazadora. Más bien parece divertida. De algún modo cínico. -Pero supongo que soy egoísta y utilizo a los pokémon como herramientas... o lo haría si mi pokémon fuera una herramienta más útil que un pisapapeles. Por eso me lo dieron, creo. ¿Conoces la historia de Sócrates y la cicuta? Bueno, no es que tenga mucha relación, pero pedí un pokémon al departamento de intendencia "para protegerme" y me dieron esto. Por el mismo precio me podían haber dado un vaso lleno de cicuta, ¿no? "Indirecta captada", me dije. "¿Esas tenemos? Pues pienso bebérmela enterita, cabrones". Y bueno, ahí lo tengo. Por orgullo, paradójicamente. Así es como el Gran Hermano nos demuestra lo que nos quiere. ¡Ah, no! Que está muerto. Dirán lo que quieran, pero Giovanni está tieso desde hace bastante. Y el otro, Paolo, igual, y si no, como si lo estuviera. Y el Team Rocket... -Se encoge de hombros. -Se llama "evolución", querida. Si el barco se hunde, no pienso hundirme con él. Ese mundo que describes... "Los pokémon y los humanos respiramos el mismo aire y miramos el mismo cielo"... Caray, qué bonito. Un cherrim en flor palidecería a tu lado. Irónicamente, le veo más futuro a lo tuyo que a Atlas lanzando cañonazos a unas ruinas tratando de conquistar unos cuantos ladrillos rotos. Para eso prefiero vivir con vosotros en el bosque haciendo collares de flores y bailando desnudos a la luz de la luna, o lo que sea que queráis hacer.

Avanza un par de pasos hacia Astrid, sin dejar de clavar su mirada en la de ella.

Shuichi dejó de agobiar a Iri hace un rato y ahora comparte alegremente su comida con Ci, tratando de socializar con él. Ninguno de los pokémon parece demasiado interesado en la conversación humana.

-Pero no creas que elijo mi bando a la ligera. Aparte de ser los únicos que parecéis un poco sensatos (sólo comparativamente, porque en términos absolutos, no creo ni que estéis cuerdos)... En fin, aparte de eso, sé que tenéis el rapidash ganador. Venga, dame la última pieza del puzzle, he adivinado la trama de casi toda la película, pero me falta el final: ¿intervención divina? ¿"Literalmente"? -Parece muy excitada. -¿Cuál es? ¿Qué pokémon ha hecho esto y cómo... cómo has conseguido controlarlo?

Por un momento, el hombre está sin palabras. Abraza a su hija con manos temblorosas y sus ojos brillan anegados de lágrimas.

Luego parece reparar en Shiert de nuevo.

-Shiert. Gracias. De todo corazón. Nunca podré pagarte lo que has hecho por mí. Da igual lo que pasé, siempre tendrás un amigo aquí. Para lo que haga falta. -Una ancha sonrisa divide su espesa barba. Su hija mira al chico de negro con ojos muy abiertos.

Se oyen unos pasos bajando la escalera.

-¡¡Mamá, mamá!! ¡¡Es papá, ha vuelto papá!! :D

-... ¿Mark? -Contesta una voz de mujer, bajando las escaleras.

-Mii- El abra tiende la manita delicadamente a su entrenador, lista para llevarlo de vuelta.

Le doy la mano a Abra pero antes de ordenarle que me teletransporte de vuelta a mi propia casa junto a Astrid miro al doctor.

- Tan solo hazme un favor, protege a tu familia pase lo que pase - tras decir esto simplemente creo una imagen mental del lugar donde quiero ir y dejo que Abra haga el resto.

-Bueno, los Dunsprance no son los mas fuertes pero...tienen una rareza excepcional. Sin embargo, no voy a juzgarla aunque no me guste del todo su forma de pensar. Son cosas que cambiarán, eventualmente...

Pareció divertirse con las hipótesis de la mujer, dentro de todo.

-Tratar de unir todas las piezas de un rompecabezas antes de tenerlas no es buena idea, o al menos genera mucho estrés, creo yo. Creo que será mejor que espere como mucho un par de horas mas para ver sus dudas aclararse. Parece que todo va a precipitarse, estoy esperando que de un momento a otro las cosas lleguen a su punto crítico. No tengo muy claro que haré en ese entonces, por supuesto. -observó a los pokemon interactuar entre ellos- Pero sé que tendré amigos en los que apoyarme, y eso me basta.

Se sintió confortable con el peso del odre de agua atravesado que traía.

-Ahh, malditos cliffhangers... -Contesta la doctora con voz resignada. Tampoco es que parezca molesta.

En ese momento, Shiert y el abra se materializan de vuelta en la habitación.

Iri, Shuichi, el fearow y el durnspance de la doctora parecen estar de picnic en mitad del salón.

- No sabia que tuviera comida en casa - Digo al ver el picnic que se han montado en medio de mi salon, la verdad es que nunca habia visto tanta gente en mi casa y mucho menos tan animada, era extraño.

- ¿puedo unirme? -

-Claro, invita la señorita Rayo de Sol -contesta la doctora alegremente. 

Todo son bayas y comida para pokémon que han salido de la mochila de Astrid.

-Pude llamarme Astrid, ¿sabe? -comentó con tranquilidad- Solo aprovechaba a que comieran algo, no sabemos cuando volveremos a detenernos.

-"Astrid". -La doctora alza una ceja. -Joder, hasta tu nombre es precioso y refinado. Te calza muy bien. Está bien. A mí puedes llamarme "Blake" -contesta, a imitación suya-. Es mi apellido, pero mi nombre es ridículo y no me calza nada bien. Y deja de hablarme de usted, que me siento una anciana -rezonga. -Por lo demás, tienes toda la razón: no sabemos cuándo volveremos a detenernos y, ahora que lo mencionas, creo que deberíamos irnos poniendo en marcha. 

Bien comidos y relajados, los pokémon parecen haber recuperado fuerzas y estar listos para la acción. Se los ve animados, se nota que les hace bien salir fuera, despejarse y relacionarse unos con otros. Incluso la temerosa Iri y el hosco fearow parecen estar cogiendo confianza con los demás. Hasta parecen haber aceptado al plácido y -aparentemente- bobalicón Cicuta, "Ci", en su improvisado grupillo.

- Te doy la razón Blake, hasta su nombre es precioso pero ella es asi, le gusta deslumbrar con su luz - guiñe un ojo a Astrid mientras decia aquello.

Me acerque junto a ellas y me sente dejando a Abra libre para que hiciera lo que quisiera y sacando el resto de mis Pokeballs para liberar a todos mis Pokemon, estariamos algo apretados dentro de la casa, pero mereceria la pena dejar a todos libres.

- Piddgeotto, Bulbasaur, Sandrew salid todos -

Se me olvida algun Pokemon pero no recuerdo cual xDDD no lo tengo apuntado en mi ficha, quien fue el Pokemon que libere de la Pokeball destrozada?

-Están exagerandolo...

Astrid miró hacia otro lado cuando Shiert le hizo el gesto, algo ceñuda, y revisó sus existencias. Su mochila estaba bastante mas ligera, y suponía que le quedaban pocas provisiones para pokemon, pero no protestó en también alimentar a los recién aparecidos, aunque podían no tener gusto por su receta personal.

Reparó en que ella misma tenía hambre. Se escuchó un ligero sonido de que algo se partía, y quitó el palillo vacío del dulce de sus labios, masticando lo que quedaba del caramelo. Tomó entonces un poco de carne seca envuelta en papel de aluminio, aunque entre el dulce y el salado comenzaba a sentir una sed abrasadora.