Partida Rol por web

Si bien era de mañana en Pueblo Boceto, un Fletchling entra volando a tu habitación con una carta, la misma esta firmada por una tal Serena, en la misma dice que debes encontrarte con tus compañeros de la escuela pokémon e ir a Pueblo Acuarela, si quieren volverse entrenadores esa es la primer parada en su camino.

"¿Qué es lo que oigo? ¿Qué es ese dulce cantar?" Poco a poco voy abriendo mis ojos con la intención de descubrir que hay en mi habitación. Mi pereza no me permite ir más rápido, siempre he sido algo perezoso para levantarme pero una vez lo hago soy puro nervio.

Cuando consigo entreabrir los ojos, vislumbro encima de mi tripa algo... "¡Es un fletchling!" Pego un salto de la cama, el pokemon salta asustado a la cómoda que tengo al lado. Veo que lleva una notita en su pata así que decico cogerla suavemente para que no se asuste, parece que no se asusta seguramente sea de alguien que me mande un mensaje... "Quizá hoy sea el día..." pienso...

Acto seguido, se oye un grito en el piso de arriba...

-¡MAMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!- sin vestirme ni nada bajo corriendo a la cocina- ¡Mama! ¡Mama! Hoy empieza mi aventura, ¡hoy empiezo a ser entrenador pokemon!- digo con un semblante valeroso a la par que ilusionado.

Tras zamparme el desayuno de una manera excesivamente ansiosa y vestirme rápidamente con mi traje de Ranger. Cojo mi mochila, en la cual mi madre me había metido todo lo necesario para el viaje.

Realmente no me hacía falta ni mirar que había, mi madre se había encargado anteriormente de hacer la mochila a mis dos hermanos mellizos los cuales al ser mayores que yo ya emprendieron su aventura pokemon hace un tiempo, vamos que mi madre es toda una experta. Además preparaba las mochilas de los poke rangers de la zona.

Tras darme una charla sobre proteger a los pokemon, su habitat y demás... (charla que por otra parte me daba todos los días), me despido de mi madre con un fuerte beso en la frente y me dispongo a salir de casa.

"Espero encontrarme con mis compis de viaje en la entrada del pueblo... Me gustaría ir acompañado hasta Pueblo Acuarela" pienso un poco temeroso.

Nunca me había gustado demasiado los Fletchling, pero ver a este me hizo esbozar una sonrisa. Guardé el libro que estaba leyendo y abrí la carta. En realidad podía intuir de que se trataba, no acostumbraba a recibir cartas, pero siempre me había gustado saber las cosas a ciencia cierta. Comencé a guardar todas las cosas que me iban a resultar necesarias siguiendo la lista que había preparado los días anteriores.

Cuando terminé baje al salón donde mi madre estaba viendo la tele, un programa estúpido sobre la vida privada de una famosa actriz.

Madre.-Dije llamando su atención.-Voy a ir a ver a Serena a pueblo acuarela. Por fin me convertiré en un entrenador Pokemon.-Dije con orgullo.

Pues ve rápido, a ver si por una vez eres capaz de hacer algo bien en tu vida.-Respondió ella, para volver prestar atención al programa de telebasura.

Al salir a la calle vi a Bicho, no me gustaba llamarlo así porque sabía que no era su nombre, pero nunca lo había sabido y nunca se había molestado en hablar mucho con él. No era su estilo de persona, bueno, la gente en general no era su estilo de persona. Pero si iban a salir a la vez de aventuras le convenía llevarse bien con el.

Buenos días.-Dije evitando mencionar su nombre de forma intencionada.- Supongo que te diriges a pueblo Acuarela, ¿me equivoco?

-¡Hola!- saludo a Lucian.

Realmente no sé mucho de el. Es algo mayor que yo por lo que nunca hemos cruzado palabra... Siempre me ha parecido demasiado serio y enfrascado en sus libros, o quizá es que al verle con gafas ya me pienso eso... ¡No sé! Aún así, siempre es bueno conocer a gente y más si son amantes de los pokemon.

-Si, voy a empezar mi aventura pokemon. ¿Tu también vas para allá?

Las sábanas se me pegaron totalmente, envuelta en ésa genial sensación de comodidad que te viene cuando estás en la cama por la mañana... Algo parecido a un imán. Por desgracia, la paz no dura, ¡un condenado Fletchling se ha vuelto a colar por la ventana! Toda la comodidad que tenía hace unos segundos se desvanece, y se convierte en ira, ira que concentro en un certero lanzamiento de almohada al pokémon.

Me levanto de la cama con intención de echarlo de mi cuarto, cuando veo que éste trae una carta. La abro y la leo, abriendo los ojos cómo platos. - ¡Claro! ¡La aventura! - Me agacho a la altura del pequeño Fletchling con una sonrisa de vergüenza. - O-oye... Lo siento, ¿sí? 

Bajo al salón, dónde me encuentro con mi padre. - ¡Papá! ¡Que me voy de aventura! (...) - Podemos resumir la siguiente conversación cómo "gritos de emoción por parte de ambos" y "ánimos de patear culos a cascoporro". No me distraigo más y salgo de casa camino a Pueblo Acuarela. Mis dos compañeros ya están allí... ¡Y mira por dónde, uno de ellos es el bicho! Sonrío con malicia mientras me acerco con las manos en los bolsillos. - ¡Pero mira quién se viene de aventuras! El pequeño Bicho. - (Bastante irónico que Shirma lo llame "pequeño" cuando ella es poco más baja que él) Entonces me doy cuenta de la presencia del otro chico, uno alto y de aspecto serio. - Hola... Disculpa, no recuerdo tu nombre.

Mientras charlo con Lucian veo como viene a toda prisa Shirma y nada más llegar ya está incordiando...

-¡Oye! De pequeñajo nada ehhh ¡te recuerdo que soy dos centímetros más alto que tú!- digo algo enfurruñado mientras me pongo a su lado haciendo un gesto con mi mano comparando nuestras alturas.

-¿Tú también vienes? ¡Pues vaya!- giro mi cabecita como señal de desaprobación, esta chica solo me va a dar dolores de cabeza...

El chico de gafas no me responde... Es igual, ya que estoy más concentrada en el intento de "devolvérmela" de Bicho. Me limito a poner los brazos en jarras con expresión orgullosa, pues soy consciente de mi baja altura, pero...

- ¡Pero yo soy una chica! - Le respondo, ahora cruzándome de brazos y mirándole por encima del hombro. - En mi caso la baja estatura es "normal"... Pero no en un chico de tu edad. - En ése momento, señalo al gafitas. - Mírale a él, ¡es enooorme!

¡Ya estamos! Que si el niño es bajito para su edad...

-¡Ah! ¡Que eres una chica!... Perdona pero con tus malos modales y tu cara machona se me pasó ese detalle- digo mientras saco la lengua burlándome de ella.

-A ver si conseguís seguirme- y antes de que Shirma me conteste salgo corriendo hacia Pueblo Acuarela.

Conozco muy bien el terreno, como buen ranger estoy acostumbrado a correr por el campo así que espero llegar pronto.

Estaba claro que esos dos no iban a ser fáciles de soportar, con tanta discusión y tanta tontería. Cuando Bicho salió corriendo me giré hacia Shirma.

Mi nombre es Lucian.-Dije en el tono mas amable posible, que tratándose de mi no era mucho.- Y ahora, ¿vas a echar a correr como una loca detrás de él o prefieres ir andando?-Tras decir esto se echó a andar tranquilamente hacia pueblo acuarela.

Tal vez la chica tuviera algo mas de cordura que Bicho, pero solo tal vez. 

- ¡Serás...! - No le iba a permitir hablarme así, pero justo cuando iba a salir detrás suya, el chico de gafas comienza a hablarme. Parece estar forzando un poco su amabilidad, lo cual no me importa demasiado. Se identifica cómo Lucian y me pregunta si pienso salir detrás de Bicho. Observo con algo de rabia cómo el enano se aleja, pero inmediatamente sonrío y miro a Lucian. - Descuida, no voy a seguirle... 

En ése momento, me agacho y agarro una piedra, la cual lanzo con toda la precisión de mi ira concentrada al canijo fugitivo, tal y cómo hice esta mañana con el pobre Fletchling. Vuelvo a mirar a Lucian, con una inquietante sonrisa dulce no muy propia en mí. - ¿Vamos?

Cuando ya estoy lo necesariamente alejado decido seguir andando con intención de que me terminen alcanzando. Es entonces cuando me giro y a la que miro atrás... ¡PUM! Un pedrusco me cae en la cabeza.

-¡Au! ¿Esto de donde viene? Menos mal que tengo la cabeza dura- pataleo lo justo y necesario, tampoco es que me hiciera mucho daño.

Mientras ando lentamente disfruto de lo que me rodea, es algo que me encanta hacer, miro el cielo, los árboles, las piedras, el camino, todo todito todo lo que engloba el paisaje del que soy parte en estos momentos. Creo que toda persona debería al menos disfrutar de los parajes durante unos minutos.

Supongo que no me alcanzarán de camino así que una vez llegue a la entrada del pueblo tengo pensado esperarles... A no ser que algo me interrumpa de camino, claro.

Luego de correr unos minutos por la ruta uno, los tres llegan a un arco que rompe el paisaje, si bien venían acostumbrados a los árboles frondosos y a la exuberante naturaleza de la ruta, el paisaje que tienen enfrente es muy diferente. Grandes edificios, y calles con bastante más gente.

Pueblo Acuarela dista mucho de ser una de las grandes ciudades de Kalos, pero es un apacible pueblo donde la gente vive su vida tranquila. Al poco de caminar por sus calles encuentran a mano izquierda un café y en él ven a una chica rubia sentada que los espera.

La joven los mira con alegría.

Bienvenidos a Pueblo Acuarela ¿los trató bien la ruta 1?

La joven entrenadora hace un gesto para que se sienten en la mesa que ya tenía preparada con bizcochos y un café.

Supongo que ya sabrán para que los invité hoy aquí ¿no?

Pueblo Acuarela era un poco diferente a nuestra casa. Había más gente y las casas eran más altas. A mí me gustaba mi hogar, se podía disfrutar mucho más del paisaje y podías tirarte horas tirado en cualquier lado mirando las nubes. Supongo que esto solo es el principio y tendré que visitar grandes ciudades, mucho más grandes que esto.

Allí en un café estaba una chica rubia, la cual nos hace una señal. parece que nos conoce así que será Serena.

-¡Hola! Yo soy Bicho. Encantado- rápidamente me siento y me meto un par de bizcochos en la boca. Esa mañana a penas había desayunado y ya hacia algo de hambre. -¡Si! ¡Si! Sabemos para que estamos aquí. ¿Dónde está mi pokemon?- Digo totalmente ansioso de conocer a mi nuevo amigo.

-Estos bizcochos están de muerte, ÑAM ÑAM ÑAM- no paro de comer mientras hablamos

Por fin llegamos a Pueblo Acuarela, en mi opinión, un lugar mucho más bonito que mi pueblucho natal. ¡Ésto si que es arte! Edificios altos, cafeterías con encanto y más gente. Sin duda, éste debería ser mi lugar... Pero no ahora, que empieza la aventura.

No tardamos en divisar a la tal Serena, que nos esperaba en una cafetería con un buen desayuno servido. Un buen desayuno que el burro de Bicho no tarda en atacar. Me llevo la mano a la cara de manera poco disimulada, estaba claro que el canijo le ya le había dado una mala impresión a ésa chica. - Bichooo... - Mi yo justiciera decidió actuar, dándole una sonora colleja a Bicho, que no paraba de comer bollos.

- ¿¡Quieres centrarte, retaco!? - Le grito con una expresión iracunda, la cual desaparece al girar mi cabeza a Serena. - Continúa. - Sonrío amablemente.

Lucian llegó el ultimo a pueblo Acuarela, nunca había sido de malgastar energías. Cuando llegó tomo asiento y cogió una taza de café que había en la mesa.

Aunque normalmente no solía llevarse bien con la gente, siempre había deseado el convertirse en entrenador y comenzar su aventura, así que Lucian estaba especialmente animado. Se permitió dejar escapar una leve sonrisa con las actuaciones de Bicho y Shirma y asintió como respuesta a la pregunta de Serena. 

-¡Ay! ¡QUÉ NO ME GOLPEEEEEEEEEEEEEES!- grito enfadado a la Shirma. Es entonces cuando me doy cuenta de mi comportamiento y que no puedo ser así delante de una señorita como Serena. -Perdón, es esta chica que me saca de mis casillas- digo algo avergonzado.

-¿Qué estabas diciendo?- escucho con atención las palabras que nos tenga que decir.

Serena los mira con los ojos bien abiertos y una gran sorpresa a sus reacciones, pero luego emite una risita timida y saca su bolso.

Bueno, Bicho tenía razón, los llamé para contarles que aquí tengo tres pokémon, uno para cada uno.

Mientras habla, la rubia empieza a sacar las tres pokebolas del bolso, apreta el botón del medio para agrandarlas y las deja en la mesa.

Bueno, este es Chespin, el pokémon de hierba, este otro es Froakie y por último Fennekin, ahora depende de ustedes tres elegir el que les guste más.

Ignoro por completo la reacción de Bicho, concentrada en las palabras de Serena. Vale que normalmente soy purito nervio, pero cuando se trata de temas serios sé mantener la compostura... Aunque la rectitud no dura mucho. Nada más presentar Serena a los pokemon, me abalanzo sobre la pokéball que supuestamente contiene a Fennekin.

- ¡Mío! Haha. - Exclamo cuando la agarro, elevando mi brazo al cielo. - A demás combina con mi pelo... - Me ruborizo un poco al escuchar la soberana estupidez que he soltado y me vuelvo a sentar, roja cómo... Cómo... ¡Pues cómo mi pelo! - Y es de fuego... Y tal... - Y sin razón alguna, vuelvo a arremeter contra Bicho. - Ca... ¡Cállate!