Partida Rol por web

Los aventureros tomaron el camino del este para averiguar qué había allí y llegaron a lo que parecía ser un campo lleno de piedras con un río de agua verde fosforito. El agua provenía de las montañas donde se encontraba la cueva. Miraron hacia ellas para ver que los picos se encontraban cubiertos de nieve. Y terminaba en un extenso mar repleto de olas y con una docena de Raichus con forma de Alola surfeando por ellas.

Mientrar miraban la luz de las estrellas reflejar en la nieve plateada de allí arriba, pudieron ver como una gigantesca sombra se movía. Un ser gigantesco, quizá del tamaño de Monorme se encontraba en lo más alto de la cordillera. ¿Quizá se trataría de "Ella"?

Además, en un lugar idílico junto al río y con vistas al mar, pudieron ver una mesita con ocho sillas y unas tazas de chocolate y otras de café recién hecho. En aquella zona parecía que la temperatura fuese algo más baja que en el resto, así que aquella bebida caliente invitaba a sentarse y a disfrutar del pintoresco lugar.

Lentamente el chico se fue calmando, gracias a las palabras de aliento de todos sus compañeros y al llegar y ver el maravilloso paisaje, pero comenzó a ver nuevamente la influencia de “Ella” en ese mundo, le parecía algo triste ver como ese mundo iba perdiendo su belleza única, esa belleza única que parecía que “ella” ignoraba.

Entonces vio la sombra y recordó el encuentro con el gran pokemon que les acompañaba, se dirigió al gran mono y le pregunto -¿Es… es "ella"? ¿Esa gran sombra es "ella"?-

Estaba casi seguro de lo que respondería él.

Sin separase, el grupo llegó hasta la zona de la costa. Allí el clima era algo más fresco, por lo que Ashley buscó refugio en su pokémon. Después de la fiesta de los pachirisus, se encontraban una mesa con chocolate y té caliente.

 ¿Es… es "ella"? ¿Esa gran sombra es "ella"?-

-Es posible- respondió al chico mientras seguía mirando hacia el cielo, esperando ver aparecer aquella enorme sombra de nuevo. ¿Se trataría realmente de aquel gran pokémon o sería algún zeppelin o algo por el estilo?

-Estaría bien si contáramos con un pokémon acuático amigable, como un lapras o un mantine, o con algún bote- ojeó la costa para ver si encontraba algo que se ajustara a su búsqueda.

Una vez llegan a la costa, nuevamente, el paisaje a Franek se le hacia familiar, pues ya habían estado en esas playas anteriormente, pero esta vez los Raichu Alola eran diferentes; ya Franek estaba acostumbrado al festival de los Pikachu surfistas en Ciudad Fucsia, pero era primera vez en su vida que veía un Raichu Alola.

De pronto al ver la sombra y escuchar la voz asustada de Rintaro preguntarle a Monorme Franek se desconcertó un poco.

-Con "Ella", se refieren a quien ha estado usando los poderes psíquicos para darnos cosas de nuestro mundo?-

Entonces Franek hizo una pequeña pausa y se puso a observar la mesita con las bebidas calientes mientras se frotaba las manos para calentarlas un poco.

-Tengo una idea que quizás no vayan a compartir conmigo; pero no les parece esto una invitación? Más que ser una grosería el rechazarlo, me parece poco inteligente, si es tan poderosa como para aparecer una mesita con sillitas dispuestas para nosotros... podría... ya saben...- Franek hacía gestos como de colocar algo grande encima de su cabeza pero no quería ni pensar en ninguna cosa grande calléndoles encima, apenas le aparecían en la mente Snorlax, wailmer, Monte Luna, los iba descartando inmediatamente de sus pensamientos para no darle ideas a aquel ente si deseaba ser hostil, pero le era inevitable pensar en aquello al ver con la delicadeza que colocaba las cosas en su sitio para el grupo de humanos.

-Opino que despejemos nuestras mentes, si realmente es hostil, ya nos hubiera hecho algo, además, con Don Monorme para protegernos no creo que se atreva a atacarnos a traición, se que debemos encontrar a los que faltan, pero es como cuando fui a buscar a Max o la otra chica del oddish, capaz se desvanecieron y nunca les encontremos en este mundo-

Franek hablaba muy seriamente, se acercó a la mesita a agarrar un café, que hace bastante rato el café del desayuno había desaparecido de su organismo.

-Deberías aprovechar y probar cosas de nuestro mundo, este es amargo, pero este es dulce- le ofrece Franek a Monorme una taza de bebida caliente sin tomar en consideración que capaz no las pueda agarrar ni con la uña.

El rostro del joven se puso completamente serio.

-Sí, si ella nos trajo a este mundo fue por algo, tal vez no sea una buena idea, pero podemos ir directamente a ella e intentar razonar-

Y una idea llego a su mente, tal vez la mente del gran mono la ve como un ser malvado, pero solo porque no puede comprender su forma de pensar, tal vez sus acciones tienen alguna explicación, si ella los quisiere dañar lo habría podido hacer en muchas ocasiones, tal vez el problema en este mundo fuera un gran malentendido.

-o continuar dando vueltas buscando a vuestro amigo, aun sin saber si desapareció-

El lugar resultó ser increíble, como siempre en este mundo, sin embargo, ver todos aquellos Raichus de Alola haciendo surf hizo a Hoku sentir una sensación de nostalgia. El gigantón se quedo unos minutos admirando como los Raichus creados por "Ella" no tenían nada que envidiar a los reales de Alola.

No quiere dañarnos. Dijo Hoku contundente mirando a la mesa. Si lo quisiera ya lo habría hecho. 

El luchador se acercó y agarró una taza de café y sin dudarlo bebió un sorbo para degustarlo y sentir su amargor y leves aromas. 

Creo que es la mejor idea. Corroboró Hoku las palabras de Rintaro bastante emocionado. La idea de conocer a otro ser del tipo de Monorme le parecía genial. 

El forzudo moreno siguió observando a Monorme, dudaba en si lo habían podido prejuzgar. Quizás "Ella" no quiera hacer nada malo pero al mono le perturbe la idea de que cambie el mundo tal y como lo formó y quiera que las cosas sean como siempre. Debían averiguarlo.

Pietro se quedó algo parado al ver aquella sombra. Escuchó a sus compañeros y valoró internamente sus opciones. Él no era partidario de ir a donde ella. Estaba claro que daño físico no les había hecho, pero si estaban ahí, era por algo. 

- Tenéis razón, solo hay dos opciones. Ir a donde ella o seguir buscando a Pittien - comentó haciendo un pequeño resumen de lo que habían dicho sus compañeros. 

- Si vamos donde ella no sabemos si acabará en combate o si simplemente nos encerrará. Quien sabe. - miró a Monorme - ¿Qué opinas tú? - preguntó esperando encontrar algo de sosiego en las palabras de aquel mono enorme aunque no tenía demasiadas esperanzas. 

- Yo creo que solo deberíamos ir a por ella como última opción. Cuando no nos quede nada por explorar, ni por averiguar - dio su opinión.

Alina quedó embobada observando el espectáculo hermoso que se les presentaba, no se fijó sin embargo de la sombra hasta que Rintaro la señaló. No sabía si aquella sombra sería ella, de lo que estaba segura era de que tenía que ser gigantesca, incluso quizá más que Monorme, lo miró disimuladamente calculando a ojo su tamaño y se acercó a la mesilla. Al ver las tazas de chocolate dio un gritito y se sentó sin esperar a nadie. Al parecer no era la única que se fiaba de aquello, pues Hoku se sirvió un café, así que Alina hizo lo propio y dio un buen sorbo. Estaba a temperatura perfecta.

- ¿Quieres un poquito Daisy? -preguntó acercándole una cucharilla cargada con chocolate a su pokemon, levantó la cabeza para mirar a sus compañeros mientras hablaban, con la cara manchada de chocolate- Podría... ¿Ponernos un sombrero dices Franek? jajaja, ¡qué ocurrencia! Yo tampoco creo que nos quiera hacer daño, nos regaló una tarta, cosas que queríamos y chocolate, tal vez solo esté aburrida, ¿no? De todas formas pienso que Pietro tiene razón, me preocupa Pittien y sería mejor revisar la... isla? antes. ¡¿Eh, Ashley y si piensas súper fuerte en un lapras simpático?!

Monorme asintió a las palabras de Ríntaro. Sí, podría ser ella. Desde luego que habita en lo alto de estas montañas. Comentó confirmando las palabras del benjamín del grupo. Luego se giró hacia Franek y volvió a asentir. 

Cuando Franek le ofreció una taza a Monorme, éste la rechazó con cara de asco e incluso soltó un bufido. Está intentando que bajéis la guardia y confiéis en ella. Dijo en un tono verdaderamente molesto tras las palabras de guardabosques. Y parece que contigo lo está consiguiendo. El gigantesco pokémon pegó un manotazo a la taza de té que le habían ofrecido provocando que se derramase sobre la arena. 

Algo más calmado se giró de nuevo hacia el pequeño. Hacedle caso a él, dijo señalando a Pietro, no vayamos con ella, al menos hasta que no tengamos la última pieza del meteorito. Una vez haya logrado unirlo todo, entonces podremos ir a hacerle una visita. 

Ashley miró hacia el mar en busca de algún pokémon o un bote, pero no vio nada de lo que andaba buscando.

Por un segundo Rintaro miro al mono con sospechas, pero rápidamente intento disimularlo, el comportamiento de este era muy exagerado, aunque dada la desinformación no sabía si era justificado, que había pasado entre ellos dos era todo un misterio y ahora no sabía en cuál de los dos confiar, sería mejor analizar sus comportamientos y ver cualquier incoherencia con respecto a sus palabras.

Miro a Sombra deseando que ella pudiere leer sus pensamientos y vigilase al mono por él.

-¿Franek, alguna idea por donde podemos empezar a buscar?- le pregunto -¿Alguna vez se ha perdido alguien en la zona zafarí? Buscarle será bastante difícil, en especial si él también se está moviendo y también puede ser que haya desaparecido como lo han hecho otros hasta ahora-

Por ahora sería mejor seguirle el juego al mono y observarlo, la falta de información puede jugar en contra de los desconocidos en este mundo.

Aun cuando a cualquiera pudo haberle causado un sobresalto la reacción de Monorme, Franek solo aflojó la mano cuando le zarandearon la taza y enarcó una ceja mirando fijamente a Monorme casi que de forma desafiante, y muy seriamente dijo unas sabias palabras que recuerda de uno de sus antiguos tutores cuando apenas era un aprendiz de Ranger.

-Parte de mi trabajo es no confiar en nadie, ni siquiera en mi mismo, pues todos cometemos errores. Como Ranger debo desconfiar pues cualquiera puede traicionar, y como Guardabosques debo desconfiar pues cualquiera puede meter la pata hasta el fondo y afectar al grupo entero-

El tono de su voz sonaba casi como si demostrase no tener ningún amigo cercano, o más bien como si no le importase hacer amistad con nadie, pues así como puede llegar a ser muy amable, ha demostrado ahora que también puede ser alguien frívolo. Su intención no era romper el grupo ni enemistarse de Monorme, su intención era demostrar que hay un objetivo en común y que no lo había perdido de vista.

Entonces prestó atención a las palabras de Rintaro y casi se sintió culpable por haber sido tan frívolo con sus comentarios.

-Como no estuve en el grupo cuando desapareció su amigo no tengo forma de saber ni donde comenzar a buscar. Con Max fue fácil tener una idea, sabía donde nos habíamos separados y al terminar el rastro no había más hacia donde seguir, preferí volver con ustedes antes que tener que ser alguien más a quien debieran buscar luego-

Entonces volteo ante todo el grupo y continuó.

-Buscar a ciegas es perdernos todos como grupo, estaremos juntos, cierto, pero estaríamos perdidos. Del apuro queda el cansancio, y de ponernos agresivos entre nosotros...- observó a Monorme -... solo causa rupturas. Si digo que sentarnos es mi opinión de lo mejor que podemos hacer, es porque no sabemos nada, o al menos, yo no se nada-

Entonces se sentó a tomar su café junto a Hoku y le hizo gestos a Helen para que se le acurrucara al lado y poderle hacer caricias para relajarla un poco, no era normal que Franek se alterase tanto, y no quería poner nerviosa a su Flygon. Y la verdad es que para este punto, con lo poco que conocía a todos los del otro grupo, sentía más confiable al niño pequeño y al grandulón efusivo que al resto del grupo, y la verdad, Monorme parecía tan inestable socialmente que solo podía comprobar que realmente era un ermitaño.

Hoku llevaba observando la actitud del gran mono desde que en la cueva empujara al Chansey de la dulce Alina. Y de nuevo se volvió a mostrar nervioso derramando una taza de té.

El luchador se movió rápidamente y se plantó delante de Monorme con cara de pocos amigos, en plan defensor. ¡Basta ya! Le increpó al gran mono. No somos tus enemigos, no tienes que tratarnos así. Hoku se cuadró erguido, marcando todos sus músculos, como si eso fuera a intimidar a un pokémon legendario. ¿Puedes explicarnos qué te ha pasado con "ella" para que entendamos el porque tanto recelo? La pose de Hoku daba a entender que no iba a dejar el tema sin obtener una explicación a la actitud de nerviosismo que estaba demostrando el mono últimamente.

El gigantón no iba a permitir que sólo por ser más grande que ellos, Monorme les tratara de cualquier manera, odiaba a los abusones.

Miki miró preocupada a Hoku. No parecía buena idea enfadar a un mono tan descomunal y fuerte, aunque pensándolo bien, él era el único de ellos que podría hacerle frente mínimamente.

No obstante, la idea de acercarse a ella le parecía una locura, al menos en un primer momento. Empezó a darle vuelta y comenzó a pensar que quizás en realidad Ella era la buena y Monorme les conducía a una trampa, pero de momento era imposible asegurarse.

-Estoy con Pietro, no deberíamos acercarnos a ella salvo como último recurso, pero... También estoy con Hoku. Deberíamos saber más cosas de todo esto. 

Mientras Alina seguía dándole algo de chocolate a su chansey, la violencia de Monorme escaló y ella, se asustó, apartando a Daisy detrás de ella por si de nuevo volvía a recibir un trastazo sin querer. Porque Alina pesaba que aquello había sido sin querer, pero el señor mono no se disculpó y ahora había derramado a posta por toda la hierba el té de Franek. Le dio un poco de miedo que Hoku enfrentara de aquella manera al ser, porque aunque racional no dejaba de ser un pokemon, o algo así, ¿no? Y aunque el hombre era grande, los monos tenían uñas largas y colmillos.

- Esto... -dijo primero con un hilillo de voz antes de subir el tono, intentando relajar el ambiente- Señor Monorme sería de gran ayuda saber más cosas como dice Hoku, así podremos evitar problemas cuando vayamos a buscar a Pittien como ha sugerido Pietro. Pero no hace falta enfadarse, ¿vale? -sonrió de forma amable esperando que el tono conciliador calase en todos, si no, tendría que decirle a Daisy que cantase una canción para dejarlos fritos. 

Franek sabía que desafiar al Monorne no era la mejor idea, pero el desafío por parte de Hoku recibió tanto apoyo y Monorne empezó a intimidar tanto que se dio cuenta que de quererlo, los podría aplastar a todos, así que agresivo por mera agresividad u odio no parecía ser algo en la naturaleza del gran simio, quizás por eso logró mantener la calma ante el arrebato casi malcriado que había presentado anteriormente.

Pero ahora después de escuchar al resto y darle unos sorbos al té cayó en cuenta que era mejor no hacerlo enfurecer. Así pues, tan calmado como cuando se sentó desafiante e indiferente ante Monorne, se giró en la silla y le habló nuevamente al simio, esperando antes que la sangre fuese a hervirle y los Lance con todo y playa mar adentro de una patada.

-Todos estamos atrapados aquí, es claro que tu quieres tu lugar como era antes, sin tanto alboroto ni cosas alienígena para ti, y nosotros queremos regresar a nuestro mundo con nuestras familias. Esta claro que no confiamos entre nosotros mismos, ya lo dije. Pero tal como dicen la humana del Chansey como Hoku, no nos queda de otra que confiar entre todos y ver que es lo que pasa. Por que sabes?-

Le preguntó seriamente a Monorne mientras se llevaba la mano al mentón. 

-Si hay otros humanos viéndonos, bien podrían pensar que tu eres el más malo aquí, y solo terminaría en un círculo vicioso de desconfianza-

Franek por dentro estaba rogando que Monorme lo tomará de la mejor forma, trato de explicarle como lo haría con un niño, pero usando el lenguaje respetuoso para que no sienta que es una burla a su razonamiento, pero era claro que el enfado y la soledad habían mermado la inteligencia social del rey del lugar. 

Las palabras de Franek no gustaron al gigantesco mono que le miró de reojo y con mala cara, aunque no se atrevió a pronunciarse, sí que se le pudo apreciar en su peludo rostro. Pero aún menos le gustó que el supuesto conocedor del terreno se sentara a tomar un café como si no tuvieran prisa en encontrar al tipo que faltaba.

No creo que esperar sea la mejor opción. Les miró algo molesto. Creo que es importante que encontremos al humano del que habláis. Es necesario encontrar su fragmento de meteorito para averiguar lo que Ella está tramando. Esperar no creo que sea buena idea. Se quedó mirando al resto, con la esperanza de que todos le comprendieran y no hicieran caso a Franek. 

Luego Hoku se encaró con él, el gigantesco hombre apenas le llegaba a la cintura y se encaró con él. Las orejas del pokémon se pusieron hacia atrás y sus bigotes y ojos cambiaron a una aptitud hostil. No le había hecho gracia ese encaramiento y aún menos sus palabras.

¿Te parece poco? Ella está destrozando este mundo, lo está convirtiendo en algo que no es y se está aprovechando de vosotros y de vuestras mentes para crearlo. Imagino que quiere convertir este mundo en uno similar al vuestro y eso es algo sumamente egoísta. ¡Este mundo estaba perfecto como estaba y no necesita ningún cambio! ¿O a caso podéis decirme que vuestro planeta es perfecto y que la presencia de humanos no lo ha destrozado? Después de aquellas palabras, el pokémon mostró sus dientes y colmillos al que hasta ahora había parecido ser un incondicional aliado, pero que dada su aptitud parecían empezar a estar en su contra y eso no le gustó.

Miró al resto para ver si se sentía apoyado, algo parecía estar haciendo mal, pues la aptitud de aquel grupo empezaba a parecer hostil hacia él y eso no le gustaba. Creo que Ella os está volviendo a manipular, os está poniendo en mi contra. ¿No lo véis? Buscó la mirada de alguno, buscó a alguien que le mirase con ojos de entenderle y que le indicara que verdaderamente le creía y que estaba de su parte.

Rintaro miro con pesar al gran mono, era casi obvio para el que los dos grandes personajes de este mundo tenían personalidades contrarias y tal vez ninguno de los dos deseaba escuchar las razones de cualquier otro que pensare diferente, es probable que ella los trajera a este mundo para que sus deseos egoístas se hicieren realidad, pero según lo que veía este mundo realmente necesitaba que ellos dos llegaran a un acuerdo y estaba en sus manos intentarlo.

Deseaba poder hacer algo o decir algo útil, pero se sentía sobre pasado por la situación, no era alguien bueno al tratar con otros, solo con su compañera y pedirle ayuda a ella sería inútil, su carácter travieso preferiría empeorar las cosas a mejorarlas, porque seguramente eso la divertiría más.

Dirigió una mirada que imploraba ayuda a las dos personas que le habían ayudado desde que estaba en ese mundo (Franek y Hoku) seguramente entre sus dos personalidades tan diferentes podrían encontrar una forma de solucionar todo este gran malentendido.

Pietro miró a Monorme. 

- ¿Hay alguna forma de encontrarle que no sea estar dando vueltas? ¿Alguna especie de mapa? ¿Tal vez algún pokemon volador que pueda ayudarnos? - preguntó. Él estaba de acuerdo con que tenían que ir a buscar a Pittien pero no tenía claro que si ellos se movían y él se movía fueran a coincidir algún día. 

Pietro alzó las manos. 

- Haya calma por favor - pidió. Si aquello iba por malos derroteros iban a acabar perdiendo todos.- Tenemos que encontrar a Pittien, creo que es lo único que está fuera de toda duda - añadió con contundencia. Él sólo quería encontrar a su nuevo amigo, lo demás vendría luego. 

Alina seguía asustada, con más motivo al ver al gran mono encararse con Hoku, pero había que hacer algo por solucionar aquel ambiente caldeado, tal como estaba intentando su compañero Pietro, tenía que ser valiente así que se agachó al lado de su compañera y le dijo algo bajito.

- Quédate aquí atrás bonita y si pasa algo malo, canta.

Se levantó y se acercó intentando relajarse al gran señor Monorme. Tenía miedo de que le aventara un sopapo, así que se movía con cautela, cuando ya estaba suficientemente cerca posó delicadamente una mano sobre el brazo peludo del mono y dijo con suavidad mirando hacia arriba.

- Señor Monorme... tiene razón, pero no conseguiremos nada si nos enfadamos ¿No cree? Tal como dice Pietro queremos encontrar a Pittien y nos vendría bien algo de ayuda. Yo le entiendo ¿sabe? -Alina a veces hablaba estúpidamente y a la carrera, pero en esa ocasión no, era verdad entendía aquello que temía el gran simio- En nuestro planeta hay cosas muy bonitas y también otras terribles, algunos cambios son buenos para unas cosas y sin embargo destrozan ecosistemas enteros -al fin y al cabo, ella procedía de una región donde se habían producido muchos cambios por el progreso, un progreso funcional que había provocado muchas masacres ambientales, si todavía era posible preservar aquel planeta, ¿acaso no debían intentarlo?-. Trataremos de ayudar, encontraremos a nuestro compañero y veremos qué pasa después. ¿De acuerdo?

Sonrió, tal vez con un poquito menos de miedo y más simpatía.

Tan pronto como Monorme adoptó una postura más amenazante, el lado protector de Franek salió a flote y se puso delante del joven Rintaro, parecía más abrumado que ninguno, y más que miedo que el gran simio rompiera la compostura y realmente los fuese a atacar físicamente, Franek sentía que lo que hacía Monorme era sentirse acorralado, no le parecía que fuese una actitud más que de miedo y desesperación ante una raza nueva en su mundo, el miedo a lo desconocido, y la falta de sociabilizar reforzaba la idea en la cabeza de Franek, que Monorme lo que más temía era la traición.

-Lo siento, vale, quizás he tirado muy duro de las cuerdas, pero es parte de la costumbre cuando coincido con individuos sospechosos en mi área de trabajo. Pero, tal y como dice Pietro, nada ganamos moviéndonos a ciegas buscando a alguien con un trozo de meteorito sin siquiera saber en que dirección buscar, ¿O acaso alguien aquí si lo sabe?-

Volteó a ver a todos mientras hacía una breve pausa a ver si alguien le daba señales de tener alguna idea real de donde comenzar a buscar.

-En las labores de búsqueda y rescate, el primer paso es reunir la información para no salir a ciegas y gastar energías en vano, y hay que establecer previamente un punto de control o punto de destino, yo les seguí en un principio porque supuse que ya sabían donde comenzar a buscar y no quise volver a separarme de Rintaro y Hoku-

Le coloca una mano en el hombre al joven entrenador para tratar de consolarlo un poco, primera aventura en el mundo y le tocó venir a otro mundo, al menos quería servir de apoyo para no hacerlo sentir solo.

-Y por último, si nosotros nos movemos desordenadamente, ¿qué nos garantiza que ese tal Pittien no se está moviendo tratando de reunirse nuevamente con nosotros? O quizás, hasta volvió a la cueva esperando volverse a juntar con el grupo.
Repito nuevamente, la mejor opción, es sentarnos un momento y analizar la situación, que se supone que fue a hacer Pittien cuando se separaron del grupo?-

Franek intentaba inyectar algo de sentido común al grupo e imponer algo de autoridad, quizás se le daba natural puesto que estaba acostumbrado a estar como encargado en muchas labores en un sitio tan grande como la zona safari, y por último volvió a dirigir unas últimas palabras a Monorme.

-Nosotros queremos irnos de este lugar con las mismas ganas que tu quieres que nos vayamos de aquí, no puedo confiar en una actitud tan amenazante, pero quiero creer que eres el bueno aquí, porque si lo quisieras, apuesto lo que sea que ya nos hubieras buscado aplastar. No te pido que confíes en nosotros, porque yo no confío en ti, pero al menos trata de no desconfiar-