Partida Rol por web

Una vez abajo, los dos pequeños monstruos (la una por ser una mafiosa empedernida, y el otro por no tener más sentimientos que por sí mismo), se mira cara a cara.
Ahora no hay sitios de dónde tirar a uno o hacerle la zancadilla a la otra...

Está claro que se odian, esas miradas, sólo pueden significar eso... O igual es que tienen hambre... Ahora que lo pienso, la última vez que la máster les hizo parar para comer fue... ¿Hace meses? Pocbrecicos...

Esto... ¡Que nos desviamos del tema!

Volvamos a lo que nos concierne: "miradas de odio que sólo pueden significar una rabia profunda enraizada a sus tiernos corazones"...
Aún así, Dorothy se ha "fiado" de Peter, y le ha tendido la llave*... Y ahora Peter, en teoría, está a punto de abrir la puerta...

Qué emoción...

Pero, justo cuando va acercarse, unos ojos inyectados en sangre, se acercan a ellos...

No es nadie más y nadie menos que...

...la pobre Galleta, que, olvidada en un rincón, (durante meses, también), no había salido a escena hasta entonces...

Alza uno de sus brazos hacia los chicos, como si ellos fueran su última esperanza:

-Comaaaarrrcaaaa... Bolssssssssoooón!!!-Extrañada de oírse, la Galleta, pensativa, carraspea académicamente, y señala-Ustedes perdonen... Es que con tanta cosa mezclada en la cabeza de mi creadora, a veces digo cosas raras... Cosas como que... Suenan a... Ehm... De "otra historia", sí...-Luego vuelve al estado "normal" de antes de tal escena, acortando la distancia entre ellos con saltitos-...La habéiiiiiis EncontrAAaaAadOOOooo!!! Ahora, debemos apresurarnos a salir de aquí... O Ella vendrá...-Mirando con ojitos de preocupación a todos lados...-Ella... Sí... Ella...-paranoica total-..Así que.. Chaval! Date caña!-Como quien no quiere la cosa...

La Galleta Bipolar, haciéndose a un lado, pero terriblemente atenta a TODO lo que sucede a su alrededor, espera a que Peter introduzca la llave en su sitio y...

...suceda lo que tenga que suceder...

Mientras hago girar la llave en su correspondiente cerradura, escucho a la galleta y no puedo ni quiero evitar que se me 'escape' una carcajada estentórea y maligna. Una vez desbloqueada la puerta, y sin molestarme en quitar la llave de la cerradura (total, ese trabajo es para gente no tan prodigiosa como el menda), me giro y le digo a la galleta

Si, me doy prisa en abrir esta puerta y todo eso, pero... ¿de donde has sacado la estúpida idea de que alguien como yo necesite la ayuda de un alimento de segundo como tú? Quizás esta chica si necesite de tus conocimientos, pero nadie más

"¿Porqué demonios no abre la maldita puerta de una vez?
No recuerdo la ultima vez que desee dispararle tantas veces en el rostro a una persona en tan poco tiempo... ... O mejor dicho, No recuerdo la ultima vez que me contuve tanto tiempo antes de dispararle en el rostro a una persona tan molesta."
Introduzco la mano entre mis ropas, tomando el magnum dispuesta utilizarlo nuevamente.
"Tranquila. Tranquila. Cuenta hasta diez. Recuerda lo aprendido en el curso de control de la ira."
"1,2,3,4,5,... .... ...27, 28... 64, 65, 66..."
Finalmente suelta el arma.

Observa al chico...
Per favore. Le dice con suma tranquilidad y paz en la voz. Mostrando un aspecto de ella misma ya olvidado.

Con tono superior y empalagosamente condescendiente le digo a la chica

¿Ves? Si las cosas se piden de buenas maneras, ya es otra forma de actuar...

Con petulacia agarro el picaporte de la puerta y tiro de ella, abriéndola, mientras deseo fuertemente el marcharme de una vez de ese raro y aburrido lugar

"Ahora veremos si esto ha servido de algo. Mi lugar no está aquí, con este galleta insignificante y con la aprendiz de Don de la Mafia, sino allí donde pueda sacar en claro información que me desvele el críptico telegrama... o en un juzgado ganándome mis buenos cuartos al librar a una multinacional de alguna absurda querella sobre inquirir en la salud pública."

Y la puerta se abrió...

Y entonces... Un resplandor intenso cegó a la mafiosa, el niño raro, y la galleta...
Y... Bueno... Digamos que un revoloteo de mariposas pasó por delante de ellos, y les cegó algo más, aparte del resplandor...

Entonces, al cabo de algunos segundos de "adaptación visual", la niña y el niño, lograron ver una especie de jardín enooooooooormeeeeee... Muy, muy, graaaandeeee....
Tan grande, que les parecía que las setas que allí había les triplicaban en tamaño... No...
Espera un momento... Las setas ERAN el triple más grande que ellos...

Claro... Teniendo en cuenta de que habían bebido de la botella parlante, y habían empequeñecido... Estaba claro que no iban a aparecer, por arte de magia, en su tamaño natural...
Pero... Si la Botella les había hecho crecer... La Galleta.... ¿Haría algo?

De pronto, unas voces nerviosas, interrumpen el hilo de sus pensamientos...

¿Qué será, qué será, que tras el arbusto parece que está?

Sea lo que sea, seguro que les triplicará por quince de tamaño...
Aunque, claro, para espiar a hurtadillas, el tamaño les va que ni anillo al dedo...

A todo esto, la Galleta se encuentra inusualmente silenciosa...

Es un misterio...

"Auch! mis ojos.
Debí haberme puesto las gafas verdes."

El jardín muestra toda su magnificencia, pero no se compara a los sembrados de cansas, ni a los campos de amapolas de Munchkinland.

La muchacha se acerca a la puerta observando la parte que daba al jardín. Justo ahí debían estar las marcas de "la bestia", y así podría saber algo mas sobre ella. Pero el sonido entre los arbustos la interrumpió en su labor de investigación.
Miró al muchacho, pero no dijo nada. Dirigió su vista hacia Totó, y con la cabeza le hizo un ademán para que avance él adelante. A la vez que metió una mano en su vestido, buscando el revólver.
Sentía algo raro, la situación le inspiraba desconfianza, pero todas las situaciones lo hacían. No era miedo, ni curiosidad, lo que la intranquilizaba era otra cosa, era que comenzaba a tener hambre.

La situación ha cambiado de contexto brutalmente. Aunque la chica 'spaghetti' y su canino secuaz siguen sin dejarme tranquilo, el cambio de escenario hace que discurra mentalmente hacia otra forma de encarar la situación.

Agarrando secamente a la galleta con fuerza, que está por las cercanías, la hago caminar delante mía, susurrándole de forma tétrica al oído (si una galleta lo tuviera)

Vamos, tu delante... tienes que sacarnos de este lugar y hacernos volver al mundo del que venimos... y antes de todo, volvernos a nuestro tamaño normal.

Camino lentamente, con cautela, mirando con desconfianza hacia todos lados, y sobre todo hacia donde Doro se ha quedado quieta. Mi devenir tiende a rodear el arbusto con sigilo supremo ^^