Partida Rol por web

¡Porque el mundo es al revés, el que lo dice lo es!

Lo que pasó cuando Dorothy y Haigha no miraban...

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27/09/2010, 22:01
Director

 Era como cuando se dice "¡Está arriba!", pero en realidad está abajo...

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Como cuando no hay semáforos, pero miles de coches rugen a la vez... Y oh, sí, la calle apesta, y no hay sitios por dónde cruzarla... Pobres peatones... ¿Qué culpa tendrán ellos del problema que se ha formado?

También podría asociarse a la fiebre... Esa sensación de tener el cuerpo caliente, y a la vez, tiritar de frío... 

Era todo, y era nada.

Vivía, y moría, suspiraba de cariño y de rabia... 

Era el caos. 

Ese mismo que surge cuando, curiosamente, dos personas, de repente, como si fuese lo más normal del mundo, se cruzan, y no sólo de "hey, hola, qué tal?", si no que hasta el punto de... ¡Compartir cuerpo y dividir mentes!

Oh sí... ¡Caos, Glorioso Caos!

¡Habas y espaguetis por doquier! 

Y risas... 

Risas de mentes maquiavélicas que disfrutaban viendo cómo los acontecimientos se desarrollarían en un mundo que ya no sabía qué era real y qué no... 

Sobre todo si tenían palomitas a mano, si no, solían reírse menos, pero como no es el caso... ¡Se reían y punto!

Y ahora Haigha, el pobre Haigha, el de las habas, los helicópteros y los higos, tendría que enfrentarse al cruel destino que habían preparado para él: compartir piso con una maldita mafiosa que no sólo tenía payasos, sino también globos, perros, pelos de perros y... Una muy, muy, muuuuy, mala forma de decir las cosas... 

Oh, pobre Haigha... 

¿Qué sería de él a partir de ahora? ¿Y de Dorothy? ¿Intentaría ser un poco más buena con él ahora que estaban obligados a vivir juntos, aunque no se conociesen de nada, y a ella le diesen igual los demás, en especial las liebres blancas, de las cual creía que tenían un sabor increíble acompañadas de una buena salsa y una buena ración de espaguetis? 

En el próximo post sabremos más...

Pero, desde luego, seguirá siendo un misterio por el momento... 

 

Y por cierto... La foto muestra unos estupendos pappardelle al... Jugo de Liebre... 

Oh sí... 

"Jugo de Liebre..."

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27/09/2010, 22:25
Director

Un día como cualquier otro era.

Bueno, como cualquier otro, pero sin haber pasado ya... 

Es decir... Era parecido a los demás, y ala vez, era diferente... Como si hablásemos de gemelos, uno es "los demás días", y el otro era "hoy". Se parecen físicamente, pero es casi seguro que ambos se quejarían al respecto, si alguien les señalase como "iguales". Uno diría: "Hey, a mí me gusta el blanco", y el otro "Pues yo prefiero el negro", y entonces se enzarzarían en una especie de discusión en la que...

En la que...

En fin, es mejor no entrar en detalles...

La cuestión en sí, era la de que, si bien era un día que se consideraba "rutinoso", con mensajes, habas, y cosas de ésas que siempre le mandaban hacer, y que no siempre hacía (ya se sabe, que cuando uno posee ciertos síntomas de "uohhojojojo estoy locoo y tengo excuuusaa", pues se aprovecha de ellos, aún más si suele pasar de todo), más que nada porque se entretenía por el camino buscando piezas para su grandiosa colección "habil".

Y así estaban las cosas...

Un haba por allí, otra por allá, y palabras con hache que venían y fluían en su preciado cerebroh... (Y digo cerebroh, porque, si un cerebro funciona con haches, ¿qué menos que al menos agregarle una letra de esas mudas al nombre?) 

Haches, habas, hierbas...

Todo hubiese sido perfecto, de no ser porque... De repente, sin previo aviso, ni notificación alguna vía Sombrerero Express, o cosas de esas que se usaban en el País de las Maravillas, un Tornado Azul, (seguramente enviado por alguna genialísima mente de "los de arriba"), apareció tras el camino que la liebre ya había andado... 

Y que apareciese justamente detrás, y no delante, no era para nada algo que indujese al buen augurio... 

Sobre todo, porque quería decir que podría perseguir a Haigha, y si le perseguía... O le pillaba o...  Corría mucho, mucho... Pero mucho... 

Aunque, para eso era una liebre, ¿no? 

Siempre se ha dicho de las liebres que son rápidas... Aunque si se tiene en cuenta la ocasión que una tortuga ganó a una liebre....

Bueno, mejor es centrarse en esta escena:

Un Tornado Azul. Una Liebre. Un camino. Muchas Habas.

¿Quedarse con las habas, tooodas las habas, abrazarlas, revolcarse en ellas, guardarlas, y atesorarlas, o salir corriendo por patas, sabiendo que se deja atrás a un gran amor (y a un Tornado Azul, que según dicen, es de los más peligrosos, todo ha de decirse)?

Era un misterio que solamente Haigha, por sí mismo, podría resolver...

Y mejor que lo hiciera en breve...

Porque el Tornado, no parecía querer quedarse tomando un té, mientras él pensaba su decisión... 

 

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02/10/2010, 00:23
Haigha

 

¡Por mis habichuelas, qué hermoso huracán! – dijo Haigha mientras se manoseaba las manos. Últimamente todo le traía de cabeza. Sentía que el mundo se estaba volviendo loco, y eso era mucho tratándose del País de las Maravillas.

Por unos instantes se dio cuenta de que el Tornado Azul se acercaba con rapidez, pero… ¿Quién habría de perseguirle? ¿A él? Sólo se trataba de un mensajero del rey blanco, no tenía intenciones de ningún tipo…

¡Corre, maldito bambino! – le dijo su airado subconsciente. - ¿Bambino? ¿Qué es eso?... Y es que las cosas no habían sido lo mismo desde los últimos tiempos. Es como si todos se hubieran vuelto locos… y vuelta a empezar.

- ¿Por qué ésta hostil huida? ¿Acaso me hallo cerca de mi hora? – No podía explicarse qué sucedía, ni tampoco por qué era él la víctima, pero en ese momento no se le ocurrió una idea mejor. Se apoyó sobre sus cuatro patas, y corrió en dirección contraria al tornado

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03/10/2010, 19:38
Director

Y de repente, sucedió todo. 

Todo lo que no estaba previsto, y que podría haberlo sido, siempre y cuando, nos guiásemos por una realidad continua que coexiste con un mundo no del todo estático.

Exacto. Varias palabras habían cautivado este espacio en blanco, mientras la narradora se deleitaba en observar cómo saldría Haigha de este embrollo... Pero entonces la rabia sucumbió al destino, y el destino decidió castigar a las palabras... 

¡La historia había sido borrada, y la narradora tuvo que empezar de cero otra vez!

Tal fue así, que intentó recordar lo que los ancianos habían contado aquélla vez, cuando les preguntó qué pasaría si Haigha se metía dentro de un tornado... Los sabios ancianos se miraron unos a otros, y... 

Se encogieron de hombros. 

El mal había triunfado, y el olvido comenzaba a acechar. 

¡Pero no había que precipitarse! ¡Aún vendían palabras en la tienda 24hs de la esquina, y mientras la gata tricolor tumbada en la cama se responsabilizaba de la llamada telefónica, la narradora sonrió y comenzó a escribir con delirios de venganza...!


Volviendo al hilo principal, podría decirse que, cuanto más corría Haigha, más el tornado se acercaba. Se acercaba y le pisaba las blancas paticas que el animal utilizaba para movilizarse. Pero, (y aunque Haiga hubiese deseado con todas sus fuerzas todo lo contrario), el Tornado siempre parecía más, rápido, más listo, y más astuto... 

Y lo que es más... 

Exhalaba cierto olor a... ¿Espaguetis pre-cocidos? Posiblemente... 

Lo cierto es que pese a los intentos de la liebre, el tornado no quería desviar su trayectoria, que, misteriosamente, parecía la misma que la de Haigha: si él se movía a la izquierda, el tornado también, si se agachaba, el tornado lo mismo hacía (¿?¿?¿?), si corría, él aceleraba, y si se detenía, y miraba hacia atrás, para ver si le seguía de muy de cerca, el tornado se escondía tras un árbol y se reía bajito, para no ser descubierto. 

A Haigha sólo le quedaba una escapatoria, y ésa era saber utilizar las Arenas del Tiempo... Ehm... No, para eso tenía que ser príncipe de Persia, y mejor era no meterse en líos de linaje real... Así que, pensó en la "otra" alternativa posible, que era... ¡Distorsionar el momento actual en un espacio temporal reducido y manipulado con la teoría de que el tiempo podía ser comparado con un chicle!

Pero también hubo de descartarla, puesto que ese tipo de cosas, eran cosas de chiflados o de Hombres del Tiempo, y por mucho que intentase ser un semidios, no le salía... Así que... Tenía que apechugar con lo que tenía, y eso era: huir. 

El Destino esta vez se la jugó a Haigha, e hizo que todas las habas que en la bolsa tenía, fuesen desperdigadas... Bueno, en realidad no, pero así, parecía que tenía un motivo para pararse cuando... 

El tornado finalmente... ¡Le engulló!



Y, tras cinco minutos, finalmente, le soltó. 



Oh, sí, tras unos cuantos "Noooooooo", y "Ahhhhhh", y "Acabáaaraamos", seguidos de unos cuantos "Maleeedeeetooooo", acompañados de "¡Soy un juguete del destino!", luego de un "¡Pooorfipliiiis, mi casa noooo!", tras un "¡Hasta el infinito y más allá!", y un último "¡Esto es un ultraje!", el tornado echó a un lado a la pobre liebre, con la sensación de haber perdido unas cuantas de sus habas, y la de haberse empachado de demasiados espaguetis, con una salsa de tomate muy... ¿Especial?... 

Eso sin contar la última palabra que escuchó en su mente:

"¡Vendetta!"

Aturullado y desorientado, el pobre Haigha no supo qué hacer primero: si salir a recoger las habas que había perdido, o reagrupar a cierto grupo de "payasos", que podrían hacerle llegar un perro llamado "Totó", (aunque no sabía muy bien para qué lo quería), o, finalmente, salir a recoger tomates frescos...

¡Tomates! ¡Tan luego tomates!

¡Una palabra que no llevaba en ella ni una maldita hache!

Pero sí... 

En eso mismo pensaba... 


Cuál no sería la sorpresa del Destino, del Tornado, y de Haigha mismo, al descubrir que ahora, dentro del cuerpo de la liebre no había uno... Si no... Dos cerebros trabajando... O mejor dicho, "mentes", que cerebro queda demasiado... ¡Uooooh, soy una mutación! No... ¡Nada de mutaciones! ¡Desafío de lo paranormal y pronto! 

Aquéllo era un problema, puesto que, desfasado como estaba, no sabía muy bien qué dirección seguir, de las que ofrecía el cartel que, casualmente, acababa de encontrar:

 



¿Roma, Jerusalén, o Santiago de Compostela? 

También podía elegir la dirección "Hacia los Jardines de la Reina Roja", que, pese no aparecer en la imagen, sí estaba colgado del palo, unos cuantos centímetros más abajo de donde se cortaba la misma, y, por supuesto, con unas indicaciones que, pese a ser algo raras, seguro que eran fiables del todo... (¿Quién no entendería un cartel que cuando indicaba al Sur, indicaba al Norte, y viceversa?).

De todas formas, si se equivocaba, siempre podía acusar a los fotógrafos por no haber utilizado una resolución de 300ppp a la hora de modificar vía ps la información... A ellos, y al tomate... Ese tomate el cual, estaba seguro, le había causado empacho en el Tornado...

¡La culpa era del maldito tomate!

¡Muerte al tomate!

Eso sí, después de asesinar al tomate, y convertirlo en ketchup, lo mejor era decidir hacia qué lado ir... 

Porque nunca se sabe cuándo un tornado puede volver "a por más"... 

Notas de juego

He tenido que reescribir todo por... Por tu culpa! ><

¡Ahora me enfado y no respiro! ¡Por tu culpaaaaa! ¬¬

HMPF!!!! 

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07/10/2010, 18:45
Haigha

Al soltarle el tornado, Haigha rodó un par de veces por el suelo hasta pararse sobre su cabeza. Cólocandose el sombrero en el lugar donde estaría su trasero,... oh no, ¡se había olvidado el sombrero en casa!

Se incorporó un poco, la cabeza le daba muchas vueltas. - Heces, Helices,... Hurón,... ¡HURACAN! - como si de un golpe de alcohol sus recuerdos inmediatos se hubieran borrado, otro golpe le devolvió a la realidad. Salió corriendo solo los segundos suficientes para darse cuenta de que el tornado ya no estaba.

Miró su bolsa de habas, estaba intacta, perfecta. Se agarró la cabeza, también estaba en su sitio... se agarró... Eh, esto se está volviendo monótono y lo que no es monótono... ejem... sigamos...

Tenía un extraño regusto a salsa de tomate en los labios. ¿Tomate?

Miró hacia adelante para encontrarse con un poste. De pronto le entraron ganas de hacer una peregrinación... Roma,... Santiago,... Jerusalén,... no, no... ¡¡¡LA MECA!!!

Aunque Roma... Roma tenía algo especial, como si le resultara familiar. Finalmente, sus cordones (aunque no llevara botas) le jugaron una mala pasada. Cayó de bruces contra el suelo, a los pies, pues tenía dos, del mástil de las indicaciones. Allí, en pequeñito, había un tercer-quinto-u-octavo cartel donde ponía claramente: "Hacia los jardines de la Reina Roja"... Había tantas cosas que quería preguntarle... ¿Si? ¿Si no la conocía? ¿O si...?

 - ¡Totó! ¿Por qué haces tus heces dentro de la habitación de nuestra hacienda? ¿Acaso no hay un huerto? - las palabras brotaron de su boca sin que él pudiera controlarlo... ¿Totó?, pensó Haigha,... ¿quien o qué es Totó?

Notas de juego

Shhhh!!

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26/10/2010, 20:12
Director

Las cosas parecían volver a su curso... 

O eso creía Haigha. Después del huracán, siempre solía venir una calma... ¿No?

Whatever, ahora tenía un destino, y aquél era el de los Jardines de la Reina Roja, la conociera o no, fuese buena, mala, paranoica, o estuviese de remate. 

Al comenzar a andar, empezó a pensar en Totó... 

Oh Totó, fiel desconocido que entraba en la mente de Haigha... ¡Fuese quien o qué fuese!

Y de pronto... 

Sin que se lo esperase tan siquiera un segundo... 

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26/10/2010, 20:21
Totó

...¡La imagen mental se hizo real!

Y un Totó apareció, en medio del camino, mirándole fijamente a los ojos... Como si Haiga le debiese dinero, o huesos, o huracanes, o... 

Habas...

A saber, era un misterio... 

La cuestión era que ahora ahí, había un perro. Que era marrón, y que miraba a Haigha como si fuese a decirle algo. Es más, lo hizo:

-¡Tú! ¿Piensas moverte más rápido o tendré que moverme yo hasta ti? Si es que... No sé por qué me envían Liebres... Prefiero tortugas... Macho, serán más lentas, pero al menos son un poco más listas... Y cuando te ven, no se quedan ahí paradas, cual pánfilas... Te saludan como es debido... Hombre ya...-Refunfuña, malhumorado, y se rasca una oreja, con la pata trasera.

-¡Vaaaa! ¡Que es para hoyyy! ¡Venga, chico, que tú puedes, corre, ven! ¿Tengo que tirarte un haba para que me hagas caso o qué...? Oh no, por favor... No me digas que no sabes quién soy...-Añade con cierto tono irónico, aguardando a que la liebre se decida a pasar de él, o hacerle caso...

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26/10/2010, 22:41
Haigha

Maldita sea,... pensaba Haigha constantemente mientras echó a andar por el camino. Maldita sea...

No podía dejar de pensar en Totó. ¿Qué era eso? ¿Acaso era un vestido de bailarina rusa? ¡Pero los vestidos no caga... defecaban! Quizás se trataba de alguna nueva raza alienígena de conquistadores de diferentes mundos y querían coger a Haigha con su torbellino azul espacial para convertirle en algún tipo de icono para revistas de adultos... Pero no, eso tampoco tenía sentido, porque la hacienda era de ambos. ¿Vivían juntos?

¿que podría...?

- ¡Un Chihuahua! - girtó Haigha como si hubiera resuelto el problema. Levantó el dedo hacia el aire.-  ¡Heureka! (Asi lo cantan los obsesos de la "h") Soy un hacha, ¡qué habilidad!. - La clave del misterio era sencilla, solo quedaba esa posibilidad. Pero en realidad no lo había descubierto él, sino que el tal Totó, estaba delante de él y le miraba con expresión interrogativa, o sorpresiva o... algo parecido. Haigha tardó unos segundos en darse cuenta de que había sido la aparición de éste y no su... digamos corto para no ofender a nadie,... corto intelecto, lo que había resuleto sus divagaciones, pero eso no es lo peor, lo peor es que, ... ¡Totó hablaba!

- ¡Qué herejía! -  ¿Que será lo siguiente? ¿Qué las liebres hablen? Un segundo... Haigha era una liebre,... Maldita sea

- Vaya un hallazgo ¿Hablas? - dijo inclinándose hacia él y dándole golpecitos en la nariz con el dedo - Tienes el hocico húmedo. ¿Eres un perro? Pero los perros no hablan.

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17/11/2010, 12:32
Totó

El perro alzaría una ceja si las tuviese.

Pero no las tenía. 

Así que simplemente levantó una... ¿Cómo decirlo? Una parte del morro, realizando una mueca extraña:

-Esto... Sí... Hablo. Los perros a veces hablan. Como yo. ¡En los mundos del revés, siempre hablamos! Pero... Bueno.. Ésa es otra historia... Además... ¿Qué dejas para ti? Eres una liebre. Las liebres no hablan. Y menos que menos se sienten obsesionadas con las haches como... Tú...

Comienza a andar por el camino, con un trotecillo alegre. 

-¿O es que no habías pensado en ello? ¿Por qué hablas? ¿Por qué existes? ¿Qué es la hache? Oh sí... Demasiadas preguntas para un minuto...-se gira y le mira, moviendo la cola:-¿Has decidido ya a dónde vamos? Me han dicho que en Roma hay fiesta... Pero que no es muy conveniente si tienes pelo blanco y... No es por desmerecerte ni nada... Pero tú... Tienes el pelo blanco...-Añade la última frase en un tono de misterio. 

-Así pues... Roma queda descartada... ¿Has pensado en la Reina? Me suena de que teníamos que ir allí por alguna razón... No sé... Llámame loco, pero me parece que... Mi antigua "dueña", si es que así se le puede llamaaaar... Buscaba llegar a los jardines... Y... oh, sí, algo de unos Botones de Caramelos y... Un Gremio... Eso era... el "Gremio Metomentodil", te suena de algo...? 

El perro avanza mientras hablar, y cuanto más habla, más avanza. Parecía una especie de relación directamente proporcional. Lo bueno (o malo), era que parecían estar llegando a una especie de jardín... 

¿Sería posible que todo esto formase ya parte de los Jardines de la Reina Roja?