Partida Rol por web

Precariedad

Jueves 25 Abril 1996

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16/12/2010, 17:46
Director

Con un notable esfuerzo, Senka se levantó de su asiento tras
recibir un pequeño llavero que constaba de dos llaves, una pequeña y otra de
tamaño normal, dispuesta a cumplir la petición que el policía le había dicho.

Tasic se dejó la puerta abierta, y el frío entraba
impunemente en la comisaria, pero al adentrarse un poco más en ella se encontró
mejor, pues el aire no penetraba hasta la pared donde se encontraba la puerta
que debía abrir. La llave grande parecía y era la más apropiada. La cerradura
se quejó un poco, pero con tacto se abrió sin demasiados inconvenientes, dando
paso a un oscuro pasillo.

Pulsó un desgastado interruptor de color blanco justo en la
entrada del mismo y una luz blanca en el techo iluminó el camino, aunque no con
demasiada alegría.

 


 

No había ventanas, y la única decoración era una celda a la
derecha del mismo.

 


 

Más adelante había otra puerta cerrada.

 

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20/12/2010, 17:46
Director

Dubitativa, Senka apenas llegó a adentrarse en el lóbrego
pasillo, la idea no le agradaba en exceso, así que el sonido de pasos entrando
en la comisaria le bastó como excusa para darse media vuelta a ver qué era lo
que estaba sucediendo, aunque también había cierto resquemor sobre quien
pudiera ser debido a los últimos acontecimientos.

Pero se trataba de nuevo de Tasic. Caminaba de espaldas a
ella y con el arma apuntando al exterior, respiración acompasada y mirada fija
en un punto que ella no lograba identificar.

El policía había perdido de vista al tipo del anorak cuando
cruzó el umbral de la puerta, pero el recién conocido doctor lo había seguido
dócilmente, y es que el arma era un buen elemento de dominación si el que estaba
al otro lado del mismo apreciaba su vida.

… era Dejovic, trabaja en la gasolinera de la entrada del pueblo

Jakoba no había podido obviar la mirada que Aleksandar había
dedicado a Branko, y por eso le brindó una información que no había pedido,
para decirle que no había que preocuparse por él, que seguramente sólo iría a
hacer su trabajo, aunque se tratara de un día en el cual ningún coche pasaría
por la carretera.

Cuando Tasic ya estaba a mitad de camino de la puerta en la
que se encontraba Senka, la figura de un hombre mayor, embutido en un abrigo de
color gris oscuro que a la chica le pareció del siglo pasado por lo menos,
penetró en la habitación caminando con alguna dificultad. Parecía mayor, aunque
era difícil adivinar con claridad su rostro debajo del sombrero que le cubría
la cabeza desde la posición de la serbia.

Se detuvo, y miró con curiosidad a la mujer a la que veía
por primera vez.

 

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27/12/2010, 16:05
Aleksandar Tasic

Echo de menos la comodidad de obedecer órdenes.

Añoro - quién me lo iba a decir - la seguridad de mi escritorio, con esa pila de atestados sin clasificar y ese cubilete-cementerio de bolígrafos que no pintan y lapiceros sin punta. Extraño los gruñidos de Petrovic cuando el climatizador revienta el día libre del gerente de mantenimiento, y me falta mi querida máquina expendedora de un café: la mía, la de la oficina. La que me habla con ese soniquete sordo de sus achaques y mea ese fluido negro - de calcetín por filtro - que no hace noche en el estómago porque se caga antes.

Pero si tuviese que elegir algo de todo eso para traerme hasta Dacijaj, sin duda echaría mano de Primos Sjoban.

- Lo que usted diga.- digo mientras alargo el brazo para cerrar. No me tranquilza, en absoluto, porque a estas alturas ya veo gigantes donde hay molinos,... y francotiradores de élite donde parece haber operarios de gasolinera. Es lo que hay. Le empujo en un hombro para que me dé la espalda.- Vuélvase, ¿quiere?.

Lo dicho. Primos Sjoban sabría qué hacer en este tipo de situaciones. El típico fulano con facilidad pasmosa para improvisar y adaptarse cuando el mando está demasiado lejos o se muestra inútil. Sí, a Sjoban nos agarrábamos porque ese cabrón es rápido de cabeza y de manos..., y poco sibarita bajo presión: en casos como éste, Primos aplicaba su famoso "Método Kinder", es decir, hacía lo que le salía de los huevos. Eso le procuraba un pellejo intacto y lo que más importante, un escudo para el resto de nosotros. Por todo eso echo de menos a ese gilipollas.

- ¿Sabe una cosa, señorita Njerko?. El tipo se presenta en mitad de la calle. Hace frío ahí fuera y hay una tormenta de las que cierran carreteras, pero bueno...eso parece que le dá un poco igual. El caso es que...- carraspeo y miro de reojo a la muchacha. La Desert Eagle encañona la espalda del cabellero, y mi mano izquierda ha empezado a cachearlo.- El caso es que me dice algo así como..."quien mató a ese tipo puede seguir por aquí cerca". Fué eso, ¿verdad?. ¿Quién le dice a usted que no fuí yo?. ¿Eh?.

Corro un riesgo importante de parecer idiota. Probablemente lo sea y todo esto me viene grande. O quizá aquí mi amigo el Padre Merrin haya visto quien se cepilló al poli.

- A partir de ahora nos vamos a dejar aquí de tonterías. Seguro que tienen mucho que contar. Los dos.

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02/01/2011, 21:19
Senka Njego

 

Tuvo la tentación de arrepentirse, incluso cuando había comenzado a dirigirse en dirección contraria, quizá por eso fue lenta en sus movimientos, reticente aunque estuviese segura de haber tomado la decisión correcta…. En varios aspectos además. 

El pulso volvió a desacompasarse cuando cambió su angulo de visión, cuando aquel siniestro pasillo se abrió ante sus ojos, era desconcertante estar esperando cualquier cosa cuando apenas tres horas antes nunca se había planteado ese tipo de experiencias. 

No tuvo tiempo de regodearse en aquel miedo, sino que perdió el hilo de sus propios pensamientos cuando entró Tasic de nuevo, escondiéndose ligeramente mientras lo hacía, pues venñia acompañado… sólo hubiese faltado que se tratara de Jurgen, por su propio pie. Hubiera sido curioso. 

La situación no le hacía ninguna racia, SU situación para ser exactos. Estaba enferma, tenía que ir a un médico y no tenía la más remota idea de lo que le iba a decir, porque extres postraumatico, que era lo único que más o menos le sonaba, parecía tremendamente pobre para lo que le estaba ocurriendo. De lo otro, tampoco quería soltar prenda, pero algo tenía que hacer para que las visiones acabaran. 

Aquel hombre le caía bien, con la salvedad de lo de su profesión, pero no lo estaba mirando él, pues estaba tranquilo y siendo irónico, lo que parecía ser su estado natural, sino escrutando con alarmada curiosidad y seriedad pasmosa al nuevo elemento desconocido de la comisaria. 

Lo que usted diga. Como quiera.

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10/01/2011, 16:28
Doctor Florin Jakova

Palpó con cuidado la chaqueta que había bajo el pesado
abrigo y enseguida dio con el bulto que se ocultaba en el bolsillo interior de
la misma. El supuesto doctor se removió ligeramente, nervioso por la pistola y
por el contacto, no estaba acostumbrado a semejante trato.

He estado con
Valeria, ella me dijo que estaba usted en el bar cuando lo del tiroteo

Florin Jakova, natural de Belgrado, nacido en el
veinticinco, con residencia en Pec. Una foto carnet de una mujer mayor, de pelo
cano, y otra de una niña de unos diez años, morena de ojos oscuros, sonriente.
También había unos cuantos billetes, unos cien dinares, calculó Tasic a ojo, la
tarjeta de un restaurante llamado el Amanecer y un calendario del año actual.

En otro bolsillo, el inspector encontró un par de tubos de
medicamentos, un paracetamol bastante común y unas pastillas que suavizaban la
garganta.

Y les estaba
buscando, por si podía ayudar en algo

La gente solía tender a excusarse de manera habitual, pero  cuando un desconocido apuntaba a tu espalda era
algo que se convertía en una obligación.

 

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11/01/2011, 09:53
Aleksandar Tasic

Mis ojos van de la cartera al tipo, y del tipo a la cartera. Dejo las pastillas y el paracetamol (calderilla para mi muela) donde estaban y doy un par de pasos hacia atrás, hasta que mi frío culo se recuesta en la mesa: allí apoyo la pistola sin soltarla aún.

- Por partes, ¿de acuerdo?.- digo cerrando la cartera. El lapso que empleé en examinarla me ha servido para reconstruir un poco la cadena de acontecimientos que me tienen bien sujeto a estas, como dijo Petrovic, "vacaciones en la montaña". Pues bien; como todo esto es una mierda, los eslabones -hechos de frágil diarrea congelada- amenazan con romperse.

- Ha mencionado usted el tiroteo. ¿Escuchó usted algo?. ¿Dónde estaba cuando se produjo?.

Y con el recuerdo del parroquiano que entró al bar de Valeria mientras yo degustaba mi bocadillo de queso y mi Cocacola del tiempo, yo - Aleksandar "estresado" Tasic - espero su respuesta.

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12/01/2011, 11:58
Doctor Florin Jakova

No, no he escuchado
ningún tiroteo
el doctor se volvió lentamente, aunque no del todo, para
poder ver a la persona que hace unos instantes le encañonaba con el arma estaba en casa de la señora Brazalievic, y
allí me encontró Davor, que me informó de que había un herido en el hotel
respiró
pesadamente, aunque la puerta estaba cerrada, la habitación aún se resentía del
tiempo que había permanecido abierta.

Subí hasta allí con
él y no encontramos a nadie, estaba totalmente desierto, pero sí que vimos un
gran charco de sangre en el suelo, así que nos asustamos y salimos de allí tras
llamar inútilmente a Durdica
detuvo un momento su verborrea, asegurándose
de que el hombre le dejaba continuar Davor
mencionó que había ido al bar y que le había dicho a Valeria que me buscará,
así que hacia allí nos encaminamos, y fue cuando Valeria nos contó todo lo que
había sucedido en el hotel
conforme hablaba parecía tranquilizarse.

Lo siguiente fue
mandar a Davor al hotel a buscar a fondo a Durdica y yo venir a buscarles a la
comisaría.

Senka no se había movido del lugar en el que estaba desde
que los dos hombres habían entrado a la comisaria, pero parecía vivamente
interesada en el relato que contaba el doctor.

 

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12/01/2011, 13:23
Aleksandar Tasic

Afloja, Alek. Es el médico del pueblo. No le des más vueltas. Aunque, ya sabes, si algo os gusta a los licenciados es que todo el mundo sepa que lo sois: hasta tú llevas tu identificación en la cartera, por lo que pueda pasar...

- Así que vió usted también lo del hotel, ¿eh?.- suelto aire por la nariz arrugada y miro a la muchacha.- Tenía esperanzas de que algún inutil hubiese derramado una olla con salsa de tomate.

Pero no. Era sangre. Mucha. Quizá producto del mismo susto no pudieron ni distinguir los cristales...

- Muy bien, Doctor.- vuelvo la cabeza hacia el tipo ahora. Le coloco el seguro a la pistola y la dejo descansando sobre la mesa, justo al ladito de donde reposa mi culo. Cierro la cartera y se la lanzo: no es que quiera comprobar sus reflejos, sólo me apetece -de momento- dejar claro que se mantienen las distancias. Me froto las manos.- Comprenderá entonces que toda precaución es poca.

Llegados a este punto, mis opciones son dos. Primera: me meto cinco días en la taberna con Valeria y su madre y dejo pasar el temporal. Segunda: cojo una gabardina y me pongo en plan Colombo. Las dos tienen sus pros y sus contras..., y sabe Dios que ahora mismo no me decanto por ninguna. Lo que tengo claro es que no voy a abrasar al Doc. Que se suelte y luego ya veremos.

- Dijo que estaba buscándonos, ¿no?. Pues nos ha encontrado. Usted dirá.

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13/01/2011, 09:51
Doctor Florin Jakova

Florin se encogió de hombros ante el comentario sin gracia
del policía sobre la sangre, pero la mirada de Tasic se había dirigido a Senka,
la cual no pareció percatarse de la misma, pues miraba fijamente al doctor, con
el ceño fruncido.

Lo comprendo, no se
preocupe por eso
alzó la mano para quitarse el sombrero, pareció dudar
echando un vistazo a su alrededor, pero el no encontrar ningún lugar apropiado
para soltar la prenda, optó por quedársela en el mano. Se le veía mucho más
tranquilo ahora que el cañón del arma le había abandonado.

Valeria me dijo que
era un policía de la capital, y la vista de lo sucedido, creo que es el único
policía que queda cuerdo en el pueblo
lo cual no era algo que agradara
especialmente a Jakova, pero las opciones eran bastantes escasas es más que probable que Milos sea el que
haya disparado a Lazovic y al tipo de ahí fuera, del que lo único que puedo
decirle es que no sé quien es
sacudió el sombrero que aún tenía rastros de
nieve.

 

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13/01/2011, 21:34
Aleksandar Tasic

Es muy sencillo saber en qué momento exacto han sodomizado a un recluso. Obviamente, si el tipo tiene repentinos problemas para mantener un paso natural y separa las piernas como si en lugar de ano tuviese un clavel, tenemos evidencia incontestable. Pero...¿y si la cosa no es tan manifiesta?. Muy simple: basta con fijarse en los hombros. Actúan como orgullómetro y, hablo en serio, se caen de la noche a la mañana.

- ¿Qué le hace pensar eso?...- pregunto con cara avinagrada y, si, de súbito con los hombros a la altura del bajo vientre. En efecto, acababa de ser enculado por el Doctor Jakova: si el buen hombre llevaba razón, inhibirme en todo este asunto me iba a poner de patitas en la calle. Transgresión grave del deber policial por omisión, así le llaman. Con Jerbko en escena y un poco de suerte, aún podría haberme escaqueado.- ¿Eh?. Dígame. ¿Por qué es "más que probable"?. Sepa que el comisario fué un ejemplo de colaboración a mi llegada y no me dió la impresión de que fuese tonto, la verdad. ¿Cree que es buen momento para liquidar a alguien el mismo día que se presenta un agente forastero?...

Carraspeo. No saben estos dos hasta qué punto estoy jodido de tener Jerbko algo que ver con esta castaña. Y ahora que caigo, fué el mismo Jerbko quién me habló de Jakova. Es lo que tiene ser un desastre para los nombres.

- Le digo más. Me dió acceso total a la comisaría y sólo se ausentó para atender una urgencia en una granja de por aquí. No he vuelto a verlo desde entonces...

Y tal como voy hablando, más se me caen los hombros.

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18/01/2011, 11:07
Doctor Florin Jakova

Misimovic pronunció
el doctor el apellido que había llevado a Tasic y luego señaló en la dirección
de Senka, y ella

El dedo acusador causo estupefacción en la mirada de la
joven serbia, que no supo como responder en primera instancia, lo que aprovechó
Jakova para seguir exponiendo su teoría.

Lazovic era un buena
amigo, pero no todo lo discreto que aparentaba ser cuando la melancolía
mezclada con vodka se apoderaba de él, y entonces hablaba de amores perdidos y
tragedias antiguas
un deje de tristeza pero
a veces también se le escapaban detalles que se suponían confidenciales, como
el descubrimiento de la nieta de Misimovic que Jerbko intentó alejar de su
maldita familia

Sus ojos buscaron los de Tasic, desconocía las razones
del policía del pueblo para comportarse así, pero desde luego que se las
imaginaba 

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18/01/2011, 11:08
Senka Njego

Aquello era el colmo, ahora resulta que ella era la culpable
de todo lo que estaba pasando. Se había prometido que no se alteraría, que
templaría los nervios, si, pero todo eso había sido desde su pequeño despacho
en Pec, ni siquiera podía haber imaginado las cosas que le estaban sucediendo
desde que llegó al jodido pueblo.

Incluso se le olvidaron por instante las recientes visiones
gracias a la mala leche que empezaba a recorrerle el cuerpo al verse acusada de
esa manera tan vil.

¿Qué diablos está
diciendo?
Sus mejillas se colorearon y una ligera nausea ascendió hasta su
garganta desde el estómago ¿Qué al señor
Lazovic y a Jurgen los mataron por mi culpa?
Bufó exasperada mientras
caminaba con renovada energía hasta situarse junto a Tasic.

Váyase a la mierda desvió
sus verdes ojos hacia Aleksandar, y
usted puede acompañarlo
lo de jodido policía serbio se lo guardó para ella.
No pensaba seguir escuchando sandeces ¿acaso podía empeorar el maldito día?

 

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19/01/2011, 18:54
Aleksandar Tasic

Ya está, tenía que salir.

Misimovic...

..., o la puntilla a mis pretensiones -¿un golpe de suerte?. Qué iluso...- de escurrirme de una forma más o menos aseada. Ahora esos dos fiambres se mezclaban con MI fiambre, lo que me provoca un dolor intenso de cabeza focalizado en el entrecejo: ahí llevo los dedos y masajeo. Ojos cerrados. Cabeza humillando como la de un judío en Auswitz. De mis narices sale aire caliente.

- ¡Aquí nadie va a ninguna parte!.- digo subiendo el tono. Mi dedo índice ha abandonado el masaje de entrecejo para señalar alternativamente los dos contertulios. Primero a la chica, luego al doctor y, finalmente, de nuevo a Senka. Un instante me quedo mirándola, acusándola con el dedo que oscila nervioso y sin saber bien qué decir.- ¿De acuerdo?. Ya...ya está bien de historias, señorita. Desde que la conozco no la he visto más que discutir. Y usted...-vuelvo la cabeza al doctor. El dedo lo guardo en puño cerrado.-..., sea más concreto, ¿quiere?. No he visto suficiente televisión.

Dejo de apoyarme el la mesa y, suspiro mediante, trato de ordenar mis ideas. Se acabó el rollo de "poli bueno".

- Se lo vuelvo a preguntar, Doctor. ¿Por qué Jerbko?. Y cuando digo "por qué" quiero saber POR QUÉ él y no otro..., y POR QUÉ habría de hacerlo. ¿Qué tiene que ver el comisario con Misimovic?. Y ya que mencionó a la nieta del finado...

Meto la mano en el bolsillo y saco la cartera. De ella extraigo unas monedas que ofrezco a la muchacha.

-...vaya usted a por tres cafés, señorita, que esto vá para largo. Y entrégueme su documentación.

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27/01/2011, 12:12
Senka Njego

El doctor iba a hablar, sus labios comenzaron a formar la
primera silaba, que seguramente iba a ser un “por”, pero casi a más velocidad,
los ojos de Senka se abrieron de par en par, refulgiendo en un llamativo color
verde, y aumentando el rubor que ya se había insinuado en su rostro hace unos
instantes.

¿Pero quien se cree
que es usted?
Dio dos pasos rápidos y golpeó la mano que tendía las
monedas, esparciéndolas por el suelo no
soy su esclava, ¿o acaso está tan acostumbrado a las secretarias de su
comisaría que ni siquiera sabe sacarse un maldito café?
La belicosidad
parecía algo bastante natural para la aparentemente afable joven, pero aún así
metió la mano en el bolsillo trasero de su pantalón, y extrajo una cartera
delgada que arrojó con desprecio a los pies del inspector.

Si discuto será
porque no ha parado de provocarme desde que llegué a este puto lugar

Y estaba segura de que
era esto lo que iba a suceder desde que el pobre Lazovic me entró aquella
carta.

Intentó tranquilizarse, pero odiaba a aquellos tipos que se
creían mejores que los demás. Además, ¿Por qué no se limitaba a encerrarse en
la comisaria hasta que pase la tormenta y luego regresar a casa? Seguro que
pensaba que podría hacerse el héroe a costa de Misimovic. 

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31/01/2011, 19:19
Aleksandar Tasic

Mi abuelo, al que de vez en cuando se le iba el jornal por el gaznate, tenía callos en las manos de arrimarle sus buenas hostias a mi abuela. A su vez, su hijo - mi padre - fué durante toda su vida lo bastante hombre como para que ninguna mujer - ni mi madre ni las de la taberna - se le subieran a las barbas.
Tradición.
Son...las señas de identidad de la buena mujer balcánica: apañada en los fogones y en el dormitorio. Sumisa y obediente.

Cómo cambia el cuento.

- Pero, ¿qué diablos...

Entre los ojos verdes y las monedas esparcidas por el suelo, me quedo con estas últimas. No aguanto esa mirada...., y, a pesar de toda esa tradición, me siento en una incómoda y opresiva inferioridad. Por eso mi voz es más hilo que chorro, y toda semejanza con una sentencia autoritaria es mera coincidencia.

- Una cosa le voy a decir, señorita. La próxima vez que me ponga una mano encima...No. La próxima vez que...- carraspeo consciente de que mi tonillo siseante y nervioso me está poniendo en evidencia. Trato de agravar.-...que se muestre usted reacia a cooperar, la mando directa a la celda de comisaria.- estoy tan turbado que no sé si agacharme a por las monedas o inspeccionar la documentación. - ¿Queda claro?.

Cuanto daño ha hecho Hollywood. Ahora todas quieren ser Sharon Stone. ¡Unos cafés, por el amor de Dios!. Yo mismo le había ofrecido uno antes, demonios. ¿Dónde está la abnegada - y, vamos a decirlo, practicamente analfabeta- ama de casa tradicional serbia?.

- Hablo en serio, señorita. No le aguanto una más. La próxima, confinada. Y le advierto que ahí...- señalo la puerta que dá al pasillo - ...hace frío y está oscuro.

Ahora sí, me agacho para recoger la cartera y echar un ojo a su documentación. Qué vergüenza, las monedas aún en el suelo.
- Perdone la interrupción, Doctor.

Desde luego, soy una mierda de policía.

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01/02/2011, 17:06
Doctor Florin Jakova

Senka Njego Aisalovic, dos del dos del setenta en
Djurakovac, y residencia actual en la avenida central número cuarenta, en Pec.
Esos eran los datos del documento de identidad, lo único que lo acompañaba era
una tarjeta de acceso al parking de la universidad y un mal plastificado carnet
de conducir de serbia.

No vuelva a
amenazarme maldito gilipo…
no terminó la frase, su mano izquierda tapó
bruscamente su boca, los largos dedos se tornaron blanquecinos al apretarse
contras sus labios y la joven serbia y una expresión de dolor se reflejó en su
mirada. Corrió hacia el lavabo y cerró la puerta con tanta fuerza que del
desvencijado marco saltaron algunas astillas.

El doctor miraba la escena con curiosidad, preguntándose si
los lugareños lo habrían mirado de la misma forma cuando él llego hace más de
cuarenta años. No sabía lo que le pasaba a la chica, pero dudaba mucho que, de
momento, dejara que la examinara.

Jerbko se enamoró de la madre de la joven bajó el tono de voz la
hija de Misimovic en cuanto la vio por primera vez, es una larga historia, pero
se la resumiré,
miró brevemente a la puerta por la que Senka había
desaparecido, se oían ruidos de agua y arcadas Nadie sabía que Misimovic tenía una hija, pero un día se presentó en el
pueblo, embarazada, Jerbko la recogió y sólo él sabe que le contó, pero desde
entonces intentaban pasar juntos el máximo tiempo posible
seguía atento al
baño algo
que a Misimovic no le gustó
se encogió de hombros no se mucho más, sólo que un día
la joven desapareció, su padre dijo que se había marchado a estudiar a
Inglaterra, Jerbko corroboró la versión, pero Lazovic me contó una vez que el policía
le había confesado, con unas copas de más, que él estaba cuidando y manteniendo
a salvo a la hija de Ariadna, que así se llamaba la hija de Misimovic, y que se
encargaría de que nunca pisara este maldito lugar.

Podían parecer conjeturas, pero él conocía bien los
entresijos de este pueblo, los patrones de comportamiento, de ahí su seguridad.

Y justo cuando muere Misimovic aparece su nieta, y casi al instante asesinan
a Lazovic, el encargado de traerla al pueblo.
 

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03/02/2011, 16:09
Aleksandar Tasic

Cojones.

Lo que a la muchacha le faltaba en sentido físico, le sobraba en figurado. A mí me pasa justo lo contrario,...aunque con este frío - aquí no se acaba de entrar en calor - ni me los siento. Lo que sí percibo es el sutil aroma del azufre que, cortesía de la pejiguera universitaria, viene de la papelera. Segundo round para...para...- recordatorio: inventar regla mnemotécnica -...sí, Senka Njego en pocos minutos.

-¿Se encuentra bien?.

He ido hasta la puerta por donde desaparecieron ella y su tormenta gástrica. Allí inclino la cabeza casi pegando el oído, mientras planto la mirada en el Doctor y le invito a continuar asintiendo: si digo la verdad, al principio me pareció un pastiche novelero, pero según va hablando Jakova..., menos atenciones le dedico a la vomitera. Al tiempo, mi cara dá muestras de que se empiezan a anudar cabos sueltos: una expresión parecida al que huele mierda de ñu asoma por mi rostro. Puntillazo definitivo. En este pueblo hay un tipo al que...

-...parece que le incomodan los testigos.- digo casi para mí, recordando al ex-propietario de la Desert Eagle en la sección de ultracongelados. Ese razonamiento apunta desgraciada y directamente a mi culo. Negro panorama. Negro. Tanto como...

- Señorita Njego. ¡Senka!.- le digo con vehemencia a la puerta, recordando algo de pronto.- Haga el favor de no beber agua del grifo. Es por...por precaución, ¿me ha oído?. No beba.

Y es que, a falta de una línea de investigación, tengo dos: la primera me lleva a un tipo -¿dije uno?. ¿Por qué no varios?- que quiere sanear la villa de elementos indeseables. La segunda habla de unos residuos gelatinosos, negros como mi humor. Debo aprovechar que tengo un médico de verdad a mano.

- Escuche, Doctor. ¿Ha visto usted antes...- voy hasta mi mochila, excitado. Qué extraño. No recuerdo la última vez que me encontraba tan agitado. Tan...encendido.-...algo parecido a esto?.

Y de la mochila extraigo un frasquito de plástico con cubitos negros suspendidos en formol.

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04/02/2011, 17:53
Doctor Florin Jakova

Tasic no obtuvo ninguna respuesta por parte de la mujer que
había desaparecido en el baño, solo algunos sonidos que le parecieron arcadas
desde el otro lado de la puerta.

El doctor había expuesto su teoría, y se alegraba de haber
despertado por fin el interés del policía extranjero, que había lanzado a la
joven un típico, aunque extraño porque el agua del pueblo tenía fama de ser
bastante buena, mensaje de advertencia sobre la conveniencia de no saciar el
estómago con un líquido al que no está acostumbrado. A él siempre le había
gustado como sabía el agua de Dacijaj.

Miró con atención el frasco que sostenía Aleksandar,
acercándose para examinarlo mejor. Frunció el ceño mientras lo hacía. El
inspector se percató de que los cubitos había disminuido de tamaño,
aproximadamente un veinte o un veinticinco por ciento del mismo.

Uhm dudó unos
instantes parece una especie de resina,
pero no sabría decirle que es
era difícil adivinar el grado de interés de
aquel hombre por los objetos flotantes ¿de
dónde lo ha sacado?

 

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07/02/2011, 15:16
Aleksandar Tasic

- Le practiqué la autopsia al cuerpo de Zvjezdan Misimovic. Estaban en su estómago.

Obviamente, estoy decepcionado. Respondo a Jakova sosteniendo el botecito a la altura de mis ojos y lo giro comprobando cómo se me está arruinando la muestra: el formol se comporta como CocaCola con los cubitos gelatinosos,...y no será por una mala disolución con agua destilada porque la mezcla me viene de laboratorio al 10% clavado. Que nadie me la meta con esto. Esta vez yo no la cagué.

- Agente Tasic, médico forense.- digo tras cambiarme el frasco de mano, ofrenciéndole al doctor mi derecha. Mi apretón es frío y suave. De los que dan asco. Lo sé y lo siento.- También las tienen en las cañerías, doctor. Encontré muestras idénticas a ésta al abrir el grifo del lavabo. - inclino la cabeza señalando el lugar en cuestión - ¿No ha atendido a nadie en el pueblo con síntomas de intoxicación?. Ultimamente, quiero decir,...dos, tres días.

Que un tipo confundiese Dacijaj con un coto privado de caza era un problema. Que a ese fulano le importase una mierda liquidar polis era un problema mayor, dada mi profesión. Y que la autopsia de Misimovic no me dejase más que cardiomegalia y cubitos negros...convertía mi estancia en el pueblo en una jodienda extrema.
Por partes, Alek. No sé cómo, pero voy a salir de esta.

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08/02/2011, 18:39
Doctor Florin Jakova

Jakova tampoco eran de los de apretón firme, algo más que
Tasic, pero con las manos mucho más frías que el inspector. Al presentarse como
médico desapareció de su frente esa línea que la surcaba de lado a lado desde
que se vieron por primera vez, incluso pudo adivinarse cierta afabilidad en su
gesto.

No había visto algo
así en mi vida
volvió a examinar los cubitos con más detenimiento, intentando
sacar algo en claro y no, no he atendido
a nadie con síntomas de intoxicación
se quedó unos segundos con la mirada
perdida, como si intentara recordar algo.

¿Está insinuando que
Zvjezdan pudo haber sido envenenado?
Sus ojos se abrieron más de lo
habitual, y se prendaron del serbio con firmeza conozco a un hombre que es un experto en todo tipo de plantas
medicinales de la zona, quizás pueda ayudarnos, o quizás se convierta en uno de
los sospechosos de asesinato, ya que se trata del mayordomo del difunto
mencionado
sonrió como si todo aquello le pareciera una broma.

En el grifo de mi
casa sale agua normal, nada de esa sustancia
señaló el bote una vez más así que no se a que se refiere con lo de
las cañerías.