Partida Rol por web

"No te preocupes por los kobolds, son el menor de los problemas y además no hay tantos."

"Los preocupantes son los dracónicos salvajes, ni los matadragones quieren encargarse de esos monstruos. En las profundas cuevas donde se encuentran hay minerales raros que atesoran, como los auténticos dragones. Ahí seguramente encontremos la piedra que buscáis, pero es el último recurso."

"El equipo que os daré sirve para bajar a sus cuevas, allí os lo podré explicar tranquilamente, nadie se acerca a esos lugares."

Al hablar sobre esos dracónicos salvajes se te viene a la cabeza otro clan de los tuyos, los Avak.

Eran más grandes y agresivos, más avariciosos, territoriales y solian tener roces con tu gente, pero no erais enemigos. En si eran lo más cercano que había a un dragón.

Los llamábais dracónicos de guerra.

No sabes si del que está hablando Nundro es un Avak o un reptil grande, pero es una posibilidad.

Me quedo en silencio durante unos segundos - "¿...es verdad...aún existen...? ¡Creía que eso era un mito...!" - digo intentando no hablar en voz muy alta a pesar de mi sorpresa.

Me quedo enfrascado en mis pensamientos, ¿cómo puede ser que un ser que se creía extinto esté en un sitio como ese...? - "¿Acaso se les ha avistado...? Recuerdo haber pasado cerca de esta zona hace años...¡y nadie dijo nada de esto...! ¿Y cómo puede ser que no se quieran encargar de ellos...tienes idea de lo podrían hacer si las leyendas son ciertas...?"

Mi voz tartamudea ligeramente...¿cómo podía ser eso cierto...?

Mi sorpresa, indignación y tartamudeo son genuinos.

¿Qué hace el clan Avak aquí...? 

¿Cómo han permitido que se les aviste?

¿Qué pretenden...?

Pretendo que mi reacción es la lógica ante el descubrimiento de unos seres como esos...ya que es la reacción que siempre han tenido ante mí.

"Evitamos decirlo para no atraer a estudiosos y estúpidos aventureros, solamente provocaría que las criaturas fueran más agresivas, a parte de que extraerían los minerales y eso es malo para el negocio."

Entráis en unas cuantas cuevas, pero no parece haber nada que busquéis. Nundro va recolectando minerales por el camino.

Seguís un buen tiempo yendo de cueva en cueva. En unas de las cuevas Babroth parece encontrar un mineral que le llama la atención, por lo que empieza a extraerlo. Mientras lo hace, empezais a escuchar ruidos fuera, parece que algo esá en la entrada.

Después de asomarse, Nundro os hace un gesto de silencio y se acerca a vosotros lentamente.

Os susurra.

"Kobolds, nos han debido de seguir, no he visto cuantos son, pero me parece que hay mas de seis."

- "Estaremos preparados" dice Merebor mientras toma una flecha y prepara su arco.

Dejo por un momento de extraer el mineral. Miro cuánto me falta para extraerlo mientras guardo mi mini pico.

Mi atención, tras examinar esto, está en los kobolds.

"Acuérdate de las órdenes de Melzir, Merebor; necesitamos a Nundro vivo, es la prioridad...si entramos en combate yo me pondré en primera linea y tu prioridad será que no se os acerquen...¿queda claro?" - susurro para que me escuche claramente - "Sin embargo" - levanto mi escudo - "tenemos la ventaja de estar en una cueva...no podrán rodearme tan fácilmente".

"Si no he conseguido deshacerme de los suficientes, no podré retroceder a ayudaros pues eso sólo haría que los demás también se acercaran y eso os pondría en más peligro todavía..."

Cojo algo de debajo de mi túnica y saco un cuchillo, se lo tiendo a Merebor - "No sé cuan hábil eres con los cuchillos, pero si se te acercan demasiado puedes usar éste...su filo es bastante bueno; recién salido de la forja" - explico - "Si no sabes usarlo cuerpo a cuerpo al menos úsalo para lanzárselo a la cabeza de algún enemigo...pero no lo pierdas".

Me quedo un rato en silencio y cojo suavemente el saquito que tengo bajo la túnica, meto un dedo dentro mientras digo - "Melzir...espero que esto funcione...pero espero no tener que usarlo" - extraigo el dedo, cerrado en el puño y no añado nada más, cierro el saquito y lo coloco nuevamente en su sitio. Seguidamente me preparo para el posible combate.

Tengo una mentira de perro del infierno de la que no me es necesario mentir demasiado ya preparada, por si no se ha notado lo suficiente.

¿Cómo de grande, alta y ancha es la cueva...es el mítico túnel?

Sí, mítico tunel, pero con una curva al principio. Hay pequeños lugares (del grosor de 3 dedos) donde hay lava estancada y sirve como iluminacion natural. La cueva es solo un poco mas alta y ancha que tu. Si quisieras podrías taponar la entrada, pero podrian subir por encima de tu escudo.

Tardarás 20 minutos si quieres extraerlo bien, si quieres hacerlo rápido conseguirás menos material.

Los ruidos afuera se intensifican... parece que están haciendo algo afuera, hablando en su idioma.

Intentas escuchar lo que dicen. Gracias a tus conocimientos, consigues oir que hay uno, con una voz mas grave, repitiendo "Aquí." Escuchas esta palabra siete veces.

No consigues escuchar qué es lo que dice después, ya que son murmullos, pero disciernes las palabras "Mochilas." y "Cofre."

fallas

"Sus voces suenan ansiosas...sin duda nos han visto y quieren matarnos y saquearnos...y uno parece ser algo más grande que los demás..." - me giro hacia Nundro - "¿viste que clase de armas llevaban...?"

Mientras le pregunto señalo hacia la zona más profunda del túnel, donde empieza a descender el nivel del suelo.

"No lo sé, pero siempre suelen llevar armas poco pesadas y a distancia."

"Entiendo..." - digo pensativo - "Son muchos como para poder enfrentarse a ellos en principio... habrá que usar la distancia..."

Miro a la bajada que hay y la señalo.

"Merebor, intenta apostarte aquí, cuerpo a tierra, y atácales con esas flechas con punta mejorada...yo estaré delante, apostado y levantaré el escudo cuando estén por disparar..." 

"Nundro, busca una zona donde poder cubrirte bien ahí abajo..." -Suspiro - "Cuando se acerquen lo suficiente cargaré contra ellos y bloquearé el túnel... intentarán escalar y a esos debes de disparar..."

Hay un silencio sepulcral. Han dejado de hablar.

"¡Rápido...!" - siseo en un susurro - "¡Creo que ahí vienen...!"