Partida Rol por web

Intentando disimular en lo posible una mueca de hastío intento esbozar una sonrisa al hablar con el curandero. "No os preocupéis por mi cara, buen hombre, esta belleza es natural y no quisiera perderla" Hablo en tono jocoso "Pero sin duda sí que podréis ayudarme con el virote que tengo en la espalda" Digo mientras giro el torso con ánimo de enseñarle la herida.

"Unos bandidos nos asaltaron de camino a la ciudad, atravesando el bosque real. No pudimos verlos entre las sombras, pero por los dioses que con este virote parece que aun los veo. Por fortuna pudimos escapar a tiempo y un amable viajero y Merebor pudieron atenderme la heridas de menor consideración... Pero como podéis ver, esta herida necesita de unas manos más expertas..." Hago una pausa como si estuviese analizando al curandero. "Como intuyo son las vuestras" Termino finalmente.

"¿Seríais tan amable de atendernos?"

"Os trataré gustoso, pero debeis saber que no puedo ayudar a todas las personas que vengan heridas aquí, hay gastos en materiales, medicinas, este mismo establecimiento..."

"Entendereis que necesito un pago por adelantado."

"Por supuesto, por supuesto. Entiendo que vuestra ciencia tiene unos gastos y no querría ser ingrato aprovechandome sin más. ¿Qué pago sería suficiente por vuestros servicios, señor?"

"Seis monedas de plata deberían cubrir todos los gastos, tu herida tiene pinta de estar a punto de infectarse, debemos actuar rápido. El proceso será complicado y largo."

- "Pagamos por supuesto. Si lo creéis conveniente he sido entrenado en algunos usos de la medicina, podría asistiros".

Egelvild se adentra por una habitación del lugar, donde al cabo de unas horas sale. El virote ha desaparecido y se encuentra en mucho mejor estado, un poco más y se le habría infectado.

Dais las gracias al curandero y salis de allí.

Una vez en la calle, avanzais hasta que un guardia os llama la atención, extrañados, os acercais.

"Melzir os reclama, quiere saber la razón de vuestra ausencia..."

"¡Caramba!, también tiene amigos aquí. Hemos tenido problemas con el acceso a su casa." De repente Merebor se acuerda: "¡El símbolo! Nuestro compañero lo llevaba pero cayo en Castamir, si ese cuero no se ha quemado podría tenerlo el enemigo. ¡Debes decirselo a Melzir!"

"Vuestro compañero Babroth sigue vivo. Acompañadme, os llevare a Melzir."

Le seguís hasta una zona apartada de la ciudad, en un callejón empieza a dibujar el simbolo. Las escaleras aparecen y bajais los tres.

Escuchas mucho ruido fuera, varias personas hablando.

A la vez que entrais los tres, Melzir aparece.

El soldado se adelanta hacia el anciano y recibe una bolsa de él.

El soldado revisa el contenido de la bolsa y desaparece por una de las puertas con una gran sonrisa.

Melzir se sienta en una silla y da un trago a su copa.

"Contadme, ¿Que os ha sucedido?"

"Todo ha sido un desbarajuste Melzir, ¿cómo narices eliges aventureros? El grandullón encapuchado no entendió lo de 'misión de reconocimiento' y actuó erráticamente..." Me quejo un poco más de Babroth.

"Encontramos a Grisn, la ciudad estaba ya muy demolida, vimos un gran portal conjurado por un chamán orco, también... lo vimos a él, o a ella o ello, ¡qué se yo! Raptan a la gente, capturaron la población entera, y se los llevan por el portal. A través se veia una fortaleza semiderruida, con blasones de un león dorado o amarillo o algo así." describo también las fuerzas de goblins hombres bestia, el drow...

"Fuimos a encender una almenara que alertase a toda la región. Allí fue donde Babroth se volvió tarumba, la chica también fue herida y no lo consiguió, finalmente hubo que improvisar la salida porque había algun conjuro por toda la ciudad que impedía la magia, (ya ves como de vendado viene Egelvild) recibimos muchos daños, luego olvidamos el símbolo y nos encontramos con un destacamento militar que acudió a la señal de la almenara,... quizás fuera un error hubo una explosión en el lugar del portal mientras esas buenas personas luchaban. En fin creo que no fuimos del todo sigilosos. El soldado nos dijo que Babroth vivió.

¿Me dejo algo Egelvild?"

Escuchais como en la planta de arriba alguien arrastra cosas.

Babroth sale de una de las habitaciones y se queda mirando a Egelvild, Merebor y Melzir desde la barandilla.

Melzir actua muy tranquilo.

"Como recordarás, yo no os recluté al azar, solo me encargué de reunir a aquellos que tuvieron las visiones y apoyarles en todo lo posible. Ya no hay vuelta atrás, solo se puede continuar."

Resoplo, irritado, con la visión que tengo ante mi.

Me acerco lentamente con mis cosas.

Uso para todo mi mano derecha, mostrando orgulloso mi nueva adquisición.

"Me alegra verte, Merebor, tu actuación con el arco largo fue agradecida. Por ello, en cuanto tuve la ocasión pude pedir a Okri que hiciera esto para ti...por favor, acéptalo" 

Le tiendo las 20 flechas mejoradas en el carcaj que me dio Okri a Merebor.

"Pueden sustituir perfectamente a las que tienes" - comento mostrándole la punta de las mismas - "Las probamos y deberían aumentar el daño que hagas con tu arco."

Cierto, ¡los sueños! El sindrome de estrés post-traumatico me había hecho olvidar. Alguna fuerza superior quiere que el tipo este luche contra el mesías encapuchado.

"Ca, caramba Babroth, ¿Qué ocurrió en las puertas?, encontramos gente en el camino y después regresamos a por tí. Grité tu nombre por las calles atestadas de goblins" Viendo el carcaj. "Vaya, gracias". Codazo disimulado y susurro rápidamente.

"Espero que le hayas preparado algo a Egelvild, porque tienes ganas de ensartarte con la espada de fuego esa que invoca, le debes el virotazo y el empentón con el hombre bestia"

Le enseño el guantelete cerrado a Merebor mientras me río suavemente.