Partida Rol por web

Lleváis los últimos días matando el tiempo en Albridge, una villa que reside a medio camino de la carretera del rey (King's Road) justo donde se cruza con el Río Blanco de la baronía de Harkenwold.

El anciano de la villa, un viejo mediano de pelo blanco y rasgos afables llamado Gerrad, ha puesto un llamamiento para aventureros y auto proclamados héroes. Cualquier persona interesada en la misión puede dirigirse a su casa para hablar del tema.

Gerrad vive en una casa cercana al río (nº3) y vosotros os habéis alojado en la posada de Mallard (nº6) propiedad de un viejo semielfo llamado Onneth algo incompetente que no sabe mantener la boca cerrada.

Abandonáis la posada dispuestos a hablar con Gerrad para preguntar sobre que es lo que necesita.

Cuando entráis en su tienda de ropa que regenta junto a su esposa Nioma podéis ver por su mirada que deduce a lo que habéis venido. Sonríe y os lleva a una habitación en la trastienda.

-¿Aventureros? Venís por la misión ¿no?- Os pregunta con voz quebrada.

A medida que os sentáis empieza a hablar.

-Hay un caserío cerca del río Blanco a 2 millas de camino llamado Riverslye que nos han pedido ayuda ... parece ser que llevan una semana con problemas con la fauna local.-

-Un oso creo.- Tose mientras se sienta el cómodamente.

-Desconozco cuanto dinero habrán reunido las familias de Riverslye, pero os puedo ofrecer establecimiento y comida gratuita durante un mes aquí en Albridge.-

Había estado tirando los trastos a casi todas las faldas que se cruzaron por su vista la noche anterior. Como premio, solo consiguió llevarse un buen bofetón de una pelirroja que lo dejo bien tieso. Para calmar el dolor, y visto que aquella noche tendría poco éxito, decidió beber en un poco más de la cuenta.

Y ahora tenía un terrible dolor de cabeza.

A pesar de ello, al levantarse, después de que todo dejase de dar vueltas, se había adecentado y presentaba un aspecto pulcro, con su largo cabello suelto, que por momentos le tapaba sus ojos marrones. Llevaba sus amadas dagas a ambos lados del cinto. Un cinto que llamaba la atención, pues la correa estaba recorrida por una docena de shuriken, listo para ser usados. Su oscura armadura se había ajustado hace mucho tiempo a su cuerpo y le quedaba como un guante, llena de pequeños bolsillos por doquier. Completaba su vestimenta unos amplios pantalones marrones y unas botas altas.

Escuchó callado, raro en él, lo que el mediano tenía que contarles. - ¿un oso? Pff, me había hecho ilusiones. Seguro que Axl lo mata rápido de dos flechazos. - miró de reojo a su compañero.

Esperemos que los de Riverslye tengan unas cuantas monedas preparadas. La comida y establecimiento gratuito, está bien. Pero sabe, los aventureros tenemos otras necesidades. ¿No podrían encontrar alguna chica que nos diese mimitos y nos curase los arañazos del oso? - Al final como siempre, no pudo tener la boca cerrada.

---Menudo chollo- exclamo entusiasmado- si  todos los trabajos fueran como este  no tendriamos que preocuparnos nunca por la comida.

Me siento en una silla y mis ropajes negro crujen.

---Cuentenos algo mas sobre el "oso"-  digo al hombre mientras observo la tienda con curiosidad.

Siempre es agradable visitar lugares acogedores como la baronía de Harkenwold, intento averiguar todo sobre los lugares que frecuento y en este caso no hice una excepción, los medianos son personas agradables (en su mayoría).
Mientras paseaba por las tierras de Albridge me llamo la atención un cartel que demandaba aventureros para una misión, y enseguida pensé que mis compañeros y un servidor seríamos los adecuados para ese cometido.
Tras haber informado a mis amigos del hallazgo, nos dirigimos a la tienda que figuraba en el cartel, Allí nos recibió un viejo mediano y como no era extraño, su amabilidad se dejo entrever enseguida.

La historia que nos contó me resulto extraña y mientras pensé: ¿qué hará un oso por estas tierras?. La mirada de Naim y las palabras de Astaroth parecían quitarle dificultad al asunto, pero no estaba muy seguro de ello. Los medianos no son guerreros pero si creo suficientemente inteligentes para que un oso no sea motivo de tanto revuelo.

Mientras tensaba el arco esperé a que contestará el mediano sobre que más información tenía.

Neyezh había aceptado seguir junto a sus compañeros, a pesar de haber recalcado en mas de una ocasión que necesitaban a algún tipo de sanador, aunque la verdad sin ninguno de ellos el grupo había permanecido bien y solucionando las dificultades.

Ahora habían encontrado un nuevo trabajo, al empezar a oír hablar del asunto y oír lo de un Oso causando problemas, el Gith se pregunto si el mediano no estaría bebido mas de la cuenta, pero al notar la seriedad de sus palabras estaba claro que no.

- Así que el trabajo consistiría en ocuparnos de ese Oso, saben algo mas del Oso. ¿Sujeto a maldiciones? ¿Mestizó con algún Daemon o mascota de estos? – pregunta mientras observa al resto de compañeros.

Gerrad hacia los posibles para no mostrar su incomodidad ante el tiflin y el ... individuo de tono amarillo que había en el grupo. Ni tan solo sabia que era, ni tenia intención de saberlo.

-Poco conozco del asunto.- Reconoce con cierto pesar. -Solo que dos medianos han desaparecido ya y las demás familias están nerviosas.-

-Riverslye son vecinos nuestros y saben bien que por la carretera del Rey pasan muchos viajantes ... nos pidieron ayuda. Si os interesa deberéis viajar hacia allí. 2 millas, no está muy lejos.-

La mujer de Gerrad entra en la habitación y os lleva unos bollos y algo de hidromel. Sonríe y sale de nuevo hacia la tienda.

Evitando al tiflin.

Viendo que el viejo mediano no podía aportar más información, propuse a mis amigos que era hora de comenzar con la investigación, el tiempo apremiaba, un animal como ese podía atacar en cualquier momento y allí en la tienda ya habíamos conseguido toda la información que necesitábamos.

Es preciso que partamos, no me gustaría que estas buenas gentes sufran más asesinatos.

Hago un gesto de agradecimiento por los alimentos que nos ofrece, aunque no tomo nada.  

Axl siempre tan buenazo, siempre queriendo ayudar. - Andó hacia los bollos y cogió uno. Al ver la hidromiel, su estomago recordó la noche anterior, provocandole algo de angustia. Volvió a dejar el bollo donde estaba. Se prometió no beber más, una promesa que sabía que no iba a cumplir.

Creo que me vendrá bien ese paseo hasta Riverslye.

Se aparto de la comida, acercándose a la puerta, buscando aire fresco. Estaba aguantando estoicamente no echar la pota.

--¡BOLLOS!- grito a la vez que me lanzo sobre uno de ellos y lo cojo presto- ¿Por casualidad no podreis traerme una jarra de leche? Soy demasiado pequeño para beber todavia- comento a la vez que doy un mordisco al bollo

La mujer de Gerrad se lleva un susto de muerte con el salto del tiflin y luego ríe de forma tonta como quien se ha asustado de su propia sombra.

Parece que va a buscar leche pero los demás dan la reunión por terminada, con lo que Astaroth se queda sin su surtido de nutrientes blanco.

Abandonáis la villa de Albridge y os ponéis a caminar dirección al caserío que os ha comentado el viejo mediano. Apenas ha pasado una hora que empezáis a ver casas sueltas y llegáis a vuestro destino, donde una gran casa cerca del río debe servir como punto de reunión y única posada en unas cuantas millas.

Vuestra presencia no pasa desapercibida y pronto tenéis a varios medianos que corretean a vuestro alrededor preguntando si habéis venido a ayudarlos.

El paisaje está formado principalmente por colinas verdosas y floridas, muchas de estas colinas han sido agujereadas para formar pequeñas casitas en su interior. La casa donde os acercáis, que también tiene un establo, tiene un muro de rocas apiladas a su alrededor.

En el río hay varias barcazas y balsas amarradas con algún que otro mediano cuidándose de ellas y preparando cuerdas y amarres.

-¿Habéis venido a salvarnos del oso Risitas?-

Naim agradeció el paseo, pues el aire fresco hizo que las nauseas remitiesen y su estomago se calmase. La cabeza también había mejorado, ya casi no le dolía.

No tardaron en llegar a Riverslye y se pararon en lo que parecía la única posada en unas cuantas millas. Afortunadamente la posada tenía unas dimensiones aceptables, pues visto las casitas que se gastaban los medianos, no creía que pudiese entrar en ellas. Y tampoco es que tuviese mucha ilusión por entrar en casas hechas en colinas agujereadas. - Solo hay que subirse a la colina y empezar a dar saltos para derruirles las casas. - bromeó por lo bajo con sus compañeros.

Varios medianos se acercaron y empezaron a corretear por su alrededor. Naim enseguida hecho mano a su bolsa de oro, para tenerla segura. La fama de esos picaruelos era bien conocida.

Eso depende de la recompensa que tengáis preparada. - Respondió a la pregunta. - ¿quien está al mando aquí?

Salgo algo decepcionado por no haber tomado lo que habia pedido, aunque no me quejo ni digo nada, asi que continuamos con nuestro viaje hasta llegar al pueblo.

---No te creas- le comento a Naim al escuchar su comentario- Son casas bastante resistentes y dificilmente podrias derruirlas, son capaces de aguantar hasta un terremoto.

Me callo cuando la gente se va acercando y nos habla.

---¿ El oso...Risitas?- digo a la vez que me tapo la boca para evitar que me vean riendome. 

Al salir de la tienda observó el malestar de Astaroth por no haber degustado todo lo que le había proporcionado la amabilidad de los medianos, dandole un palamada en el hombro le digo: Ya tendrás tiempo para comer amigo.

Me paso el camino dandole vueltas a la cabeza sobre el asunto del oso -¿Será un oso hechizado? ¿Se habrá perdido? ¿Será un osos realmente?- Las palabras de Naim, le sacaron de sus pensamienos, y tras el comentario de Astaroth señalo, no entiendo que ven en dormir bajo el suelo (como los enanos) teniendo el manto brillante de las estrellas sobre ellos.

Estaba encantado de ver corretear feliz a esta gente, ajena a los problemas que sucedian en el resto de la tierra. Pero de nuevo apareció "el oso" y esta vez con nombre "Risitas". ¿Perdona porqué Risitas?.

-No hay nadie al mando, somos una comunidad que decide las cosas por consenso.- Replica la pequeña mujer.

Luego se pone a responder sobre el curioso nombre del oso.

-Hace 5 años un héroe mediano llamado Reed Tinderfoot se enfrentó al oso que amenazaba a nuestra comunidad. Le causó una fea herida en la cara que va de la boca al lado izquierdo de su mejilla, como si se tratara de una fantasmagórica sonrisa.-

-Desde ese encuentro el oso no se había vuelto a acercar a nuestra comunidad.-

Todo eso de la comunidad y tomar las decisiones en consenso está muy bien. Pero, ¿que hay de la paga?. ¿Cuanto habéis conseguido reunir? - hizo el típico gesto al hablar de dinero, frotando el pulgar y dedo medio frente a su cara.

Antes de hablar del asunto del oso, Naim estaba interesado en otras cuestiones más mundanas.

Neyezh tras el repentino viaje hasta la aldea, y después de haber oído las palabras de uno de los aldeanos, no entiendo por que el sobrenombre de Risitas del Oso, a pesar de la herida que había causado a uno de sus héroes y congeneres, no tendría que tener nada de gracia. Había veces que a pesar de todo no entendía muy bien a algunos de los seres con los que se encontraban.

A pesar de todo cuando uno de sus compañeros empezó preguntando por el pago y aun así el decidió tomar la palabra.

- Perdone Señorita, pero si acaba de decirnos que tras ese encuentro, el Oso “Risitas” no había vuelto a aparecer por la zona. ¿Saben el motivo de su regreso? ¿A que debemos el motivo de que busquen aventureros?

Mientras mis compañeros preguntaban a los aldeanos, observo los alrededores en busca de alguna pista que pueda ayudarnos a saber algo más sobre la aparición del oso. -Debería haber huellas o alguna marca que haya dejado a su paso.-

-No, no sabemos por que ha vuelto.- Dice con cierta humildad la mujer.

-Solo que ahora vive en el viejo molino de la colina.-

Mira a Naim, sus palabras le quitan heroísmo a vuestro grupo y no puede evitar sentirse un poco decepcionada. Y preocupada.

-Hemos ... conseguido reunir 100 piezas de oro entre todos- La mujer no parece muy segura de sus palabras. Con ese dinero pueden vivir varias familias de campesinos durante muchos días y todos han realizado un gran esfuerzo para conseguirlo. Pero puede quedarse muy corto para una compañía de mercenarios.

Naim dio un respingo, como si le hubiesen atravesado con un arma.

¿Que clase de broma es está? 25 monedas por cabeza. Eso no me da ni para una noche de juerga.

Se giro hacia sus compañeros, cruzando los brazos, con pose chulesta. - ¿En serio vamos a jugarnos el cuello por 25 miseras monedas? ¡Venga, no me jodáis!

Aunque ya sabía la respuesta, sus amigos eran de esos que siempre dispuestos a ayudar a los necesitados.

Aún no podía creerse que los tuviese amistad con ellos, pero a decir verdad, le habían sacado de apuros más de una vez, poniéndose de su lado cuando montaba gresca. Cosa habitual por su manía de meter la nariz donde no le llaman.