Partida Rol por web

El Githyanki lanza su pequeño frasco por el aire que parece moverse a lentamente entre la mirada de los goblins que lo observan caer en una larga eternidad y romperse.

El fuego sale con vida propia y envuelve a ambos entre gritos de dolor y agonía suplicando por su vida.

De los dos goblins que quedan, uno de ellos se pone a correr como alma que lo sigue el diablo, soltando el arco y sin pararse a mirar atrás.

En un abrir y cerrar de ojos sus compañeros habían terminado con cuatro goblins y habían hecho huir a uno. Menuda panda de abusones.

Terminemos con esto. - dijo con algo de desgana mientras llegaba a la altura de Neyezh. Con un movimiento casi imperceptible un shuriken de los que llevaba en su cinto apareció en su mano libre.

Y entonces, rodó por el suelo, haciendo una voltereta hacia un costado que lo acercó todavía más al goblin. Al terminar el movimiento el shuriken ya volaba en el aire, clavándose en medio de la frente de la sorprendida criatura.

Como siempre, Naim hacia una innecesaria filigrana de las suyas en combate, para terminar con su típica pose chulesca.

Finalmente quedáis solos en la colina.

---Jo, menudo royo, no he tenido tiempo de ejecutar mis artes- digo chasqueando la lengua y saliendo del lugar para reunirme con los otros.

Otra vez se más rápido, que te tienes menos reflejos que una piedra. - ironizó tras las palabras de Astaroth.

Se agachó junto al goblin que había abatido para extraer de un tirón seco su querido shuriken. Lo limpió contra las ropas de su victima y le hizo una nueva muesca en un lado con la punta de su daga. Finalmente lo volvió a colocar en su cinto, y la daga también volvió a su lugar, en el lado derecho.

Y como siempre, como un acto inconsciente, se puso a registrar los cadáveres en busca de algo de valor.

¡Puaj! Nada, basura. - dijo con cara de disgusto dejando atrás los cuerpos de los goblins.

Bueno, veamos que esconde el molino. Por lo menos ya hemos practicado un poco de puntería. - se encaminó hacia la puerta del molino, con las manos en los bolsillos.

El primer escollo de la aventura se había pasado con relativa facilidad, mientras cierro el grupo, le doy unas palmaditas a Astaroth en la espalda en señal de que ya tendrá tiempo para matar otro tipos de bestias que se nos pongan en el camino.

Al llegar a los goblins recojo mis flechas y a la vez me dirijo a Naim: Bonito lanzamiento, aunque la voltereta estuvo mucho mejor. Je Je Je. 

Y entonces me volvió a la mente el motivo por el cual estábamos allí, "Risitas", vuelvo a concentrarme y observo a mi amigo el pícaro como se acerca al molino con aires confiados como si desafiara al peligro. 

Neyezh observa la culminación del ataque contra los Goblins, había sido un éxito pero no esperaba lo mismo cuando se tuvieran que enfrentar a “Risitas”, además el único superviviente podía volver con más de los suyos, así que debían ser rápidos y precisos.

- Veamos ese molino y que podemos averiguar. – comenta el Gith mientras avanza con cuidado hacia el lugar.

Cuando queráis podéis abrir yo os cubro. Y con mi arco preparado observo la puerta como se abre y no dudo en insertarle una flecha a cualquier enemigo que este dentro del molino.

Entráis en el molino tomando vuestras posiciones antes incluso que vuestros ojos se acostumbren a la carencia de luz del interior.

Neyezh no puede avanzar mucho al toparse con algo grande y peludo.

El molino está bastante polvoriento y sucio, con huesos de animales esparcidos por el suelo. La rueda del molino parece haberse usado cual mesa de comedor, con platos de madera y desperdicios de comida.

Unas sucias escaleras llevan al piso superior y a sus pies un enorme oso con una terrible cicatriz descansa plácidamente en un sueño.

De las sombras un grupo de andrajosos goblins salen dispuestos a luchar y despertar al oso.

¡Oh! ¡Mierda! .- Habían entrado sin tomar precauciones, envalentonados por el anterior combate y ahora se habían topado con aquel enorme oso.

Menos mal que está durmiendo... .- susurra Naim, sin poder acabar la frase pues 3 goblins aparecen de las sombras.

Una sonrisa se dibujo en su cara, era una situación complicada, pero era de las que más disfrutaba. Sus manos ya agarraban las empuñaduras de sus dagas, listar para actuar.

Como suponía dentro del molino encontraríamos realmente el peligro, y Neyezh fue el primero en toparse con él.

No hagaín ruido compañeros. De momento no era un buena idea despertar a la bestia. Cuando de alguna parte del molino salieron otras tres criaturas de las que ya habíamos tomado cuenta anteriormente. Con mi arma preparada intento que su avanze se frene y no despierten a "Risitas".