Partida Rol por web

-De hecho...no voy a volver a llamarte, Carolina.- No sé si me escucha o no, pues suena el portazo. Pero no me importa.

Tras haber aprovechado un rato, que pensaba iba a tener ocupado en cosas más agradables, estudiando llega la hora del gimnasio. Debería seguir estudiando ese tema pero...mejor no.

Marcho al gimnasio y mientras caliento, busco con la mirada a Adriana. Por lo general suele bastar buscar a donde miran los babosos.

Adriana está hablando con su padre en el otro lado del gimnasio mientras vosotros entrenáis, pero cuando te ve busca la forma de librarse de su padre. 

La ves que se dirige hacia los vestuarios de manera rápida, tanto que nadie la ve entrar cerrando la puerta.. Es una indirecta, pero hasta donde estás dispuesto arriesgar. La tentación es grande.

No salgo corriendo hacia los vestuarios, cantaría mucho, pero sí que voy casi al momento, cuando termino el ejercicio que hago para que no parezca sospechoso.

Entro con cuidado, por si hay alguien más.

Lo cierto es que el riesgo le da mucho morbo...como si no fuese ya bastante bueno tener a esa pedazo de mujer dispuesta a hacer ciertas cosas...

Relax Josh...que aún puede que solo quiera hablar o algo.

- ¿Desde cuando tienes tanto miedo por entrar? .-Está apoyada en la pared, con lo mínimo de ropa y jugando con el broche delantero del sujetador. Con una seductora sonrisa te mira, para después hacerte un gesto.- Tenemos un rato antes de que vengan a ducharse...-Te guiña un ojo para después sonreír, mientras se mete en uno de los baños, invitandote a seguirla.

No lo dudo un instante y me quito la ropa, excepto el boxer, y entro detrás de ella cerrando bien la cortina tras dejarla en el banco. Nada más acercarme a ella, que ya no lleva sujetador, la levanto y apoyo contra la pared. Mi boca se dedica a esos pechos que tan bien puestos están. Y que tan bien saben provocar.

-¿Tenías ganas de que apareciera? ¿O simplemente soy el afortunado?

Ahora sí, busco sus labios.

- El otro día... Me dejaste con ganas de más... Eso está mal.-Sus labios rozan los de él, mientras sus  manos baan sin dudarlo a su miembro.-Esta vez... Tampoco tenemos mucho, pero veamos de que eres capaz.-Baja los labios desde los de él, hasta su cuello el cual muerde con algo de fuerza.

Antes de que te des cuenta está deslizándose por tu cuerpo. Sus manos sin ser tímidas te terminan por quitar los boxer, mientras sus labios se entretienen en besar allá donde pueden y tú les dejas.

Cuando baja del todo soy yo el que se apoye ne la pared y se deja hacer. No se anda con tonterías...usa sus muy considerables habilidades para ponerme como una piedra lo más rápido que puede. Es tan buena que no hace ni falta que lleve mi mano a su pelo para dirigirla ni nada.

Podría ganarse la viva solo con su boca. Joder...

-¿El otro día? Me lo pasé muy bien ¿Sabes algo divertido del otro día? Una vecina nos escuchó. Más bien te escuchó a tí. Y creo que está celosa. ¿qué te parece?

La hago parar...como siga me correré demasiado rápido. La levanto y pongo de espaldas a mí, pero sin dejar de besarla mientras mis manos recorrén su cuerpo. Especialmente entre sus piernas. Si no lubrica bien le haré daño. Pero no tardo en hacer que se incline un poco hacia delante y apoye sus manos en la pared. Pero al contrario de lo que haría normalmente, no aros sus piernas, sino que le digo que las mantenga cerradas para aumentar la presión en lugar de aliviarla. No tenemos tiempo y tiene que ser todo muy intenso.

Sin más preámbulos ni contención alguna, excepto meterle sus propias braguitas en la boca para ahogar sus gemidos, comienzo a penetrarla salvajemente. A toda velocidad.

-No llevo condón, Adri. Cuando esté a punto te avisaré y tú decides.

-Dentro no... Ya lo sabes.-Susurra agitada, con la respiración entrecortada. Sus manos se mantienen posadas sobre la pared, y la cabeza inclinada de manera que su largo cabello cubre su rostro. Cuando él entra dentro de ella esta deja escapar un gemido bastante reprimido. Apartando una de las manos de la pared la lleva hacia atrás invitándole a seguir con ese rtmo. Cada vez sus jadeos son más fuertes pese a que oculta los mismos mordiéndose el labio con cierta fuerza. Echa la cabeza hacia atrás unos segundos, cerrando los ojos.- C-como me pones..-Susurra.

-Sabes que tú a mi también.

A ese ritmo no puedo aguantar mucho más, por lo que para ayudarme la cojo del pelo y la hago echar la cabeza hacia atrás. Ataco su cuello con la misma saña que su coño. Tampoco sus pechos se salvan. Me noto casi al límite cuando al fin se tensa, primero, y comienza a temblar, después. Apenas si tengo tiempo para llevar mi mano a su boca y taparla para ahogar, en parte, su orgasmo. Aunque no paro de martillearla para prolongarlo al máximo.

Solo cuando se queda sin fuerzas la saco y eyaculo abundantemente en su espalda.

Jadeando, enciendo la ducha. Nos hace falta.

No me ha dicho nada de lo de la vecina. ¿Le agradará o le parecerá mal?

Después de esa sesión os dais una ducha en la que los juegos no ceden en ningún momento, incluso en esta ocasión ella se "venga" por lo que le hiciste en la otra ocasión. Coqueta usa su boca nuevamente para "animarte" y cuando eso sucede ella sale de las duchas dejándote caliente como una moto. 

Ella se viste y la ves salir de allí contoneándose. Poco después sientes entrar a tus "compañeros" de gym. No tardas demasiado en terminar y te vistes. Todavía te queda un rato para ir a recoger a Miriam, por lo que... 

Río entre dientes al ver lo mala que és. Y la atramo antes de que se marche, solo por un momento.

-Un día de estos tienes que venirte a mi casa toda una tarde y una noche...

Cuando se va y los demás empiezan a entrar no me queda más remedio que aliviarme la calentura con la que me ha dejado. Y con el ejercicio que he hecho me doy por satisfecho por hoy, por lo que me voy a mi casa a arreglarme e ir a por Miriam. Vaqueros, camisa, colonia...y listo.

Voy a recogerla.

Vitani nuevamente ladra desde el otro lado de la puerta. Entre ladridos se escucha mi voz, intentando calmarla.-  ¡Ya va! -Cuando abro la puerta miro a Josh de arriba a abajo y sonrío de medio lado. Para mala suerte, aún no había terminado de arreglarme, hacía unos minutos que había llegado de la academia y solo me había dado una ducha. Iba vestida solo con una camiseta larga y unos patuquitos.- Pasa, no terminé... Hace nada que llegué, lo siento.-Intenté excusarme.- Quieres tomar algo mientras esperas.-Pregunté desde la cocina, solando mi melena para que cayese sobre los hombros.

-Tranquila, estoy bien. Tú arreglate, no te preocupes.

Con Vitani, por supuesto, con sus patas en mi pecho la acaricio bajo ambas orejas.

-¿Qué? ¿Qué pasa chica? Que buena eres. Venga, abajo. Vamos...- termina por bajar y tumbarse panza arriba, reclamando mimos. Y claro, se los doy. -Te gusta que te rasquen y te soben ¿Eh? Me parece muy bien, a todos nos gusta.

-Miriam ¿dónde quieres cenar?

Vitani se entretiene con él, por lo que aprovecho para entrar en la habitación, arrimando la puerta para que no se vea nada. Saqué algunas prendas, pero ninguna me convencía y la verdad era que no sabía ni siquiera donde íbamos a ir. Cuando me preguntó, dudé bastante.- Esperaba que tú me sorprendieses... Ni siquiera lo había pensado.-Respondí. 

Vitani se levantó después de los mimos para darte un lametón, pero después se dirigió hacia la habitación, colándose y dejando la puerta algo abierta, pero no se veía nada.- Puedes decirme... ¿Dónde iremos? Ni siquiera sé como vestirme.. ¡Al final salgo en pijama!-Exclamé riéndome, mientras veía como mi perra se subía a la cama, mirándome curiosa.

-Bueno, tal y como me has recibido...yo no me quejaría.- bromeo. -Aunque podrías provocar accidentes de tráfico.

Me siento en el sofá.

-Iremos a tomar un campero en un sitio que conozco. Y después...ya te lo dije, a sudar con movimientos de cadera. Aunque eso se puede hacer sin ropa también...- a ver que piensa -pero mejor será que te pongas algo sexy, pero cómodo.

Ojeo sus apuntes y libros, sin moverlos ni desorganizarlos.

- ¡Es que eres demasiado puntual! Y solo es un pijama... -Lo miro unos instantes, la verdad que no era la mejor de las formas para recibir, pero a lo hecho, pecho.- Pero me vestiré, ni lo dudes.-Comenté riendo. Finalmente saqué un vestido que me quedaba perfecto. Tardé unos minutos largos, pero finalmente estaba arreglada.- Por tus comentarios... Juraría que intentas algo más que una noche de fiesta.-Comenté riendo mientras salía de la habitación. Llevaba el vestido puesto, y la chaqueta en la otra mano. Pero lo que más impactaba eran mis largas piernas que se dejaban ver en todo su "esplendor".

- ¿Cómo lo ves? Bien o me cambio de nuevo.-Giré sobre mí, dejando que él viese mi cuerpo. La verdad es que mis movimientos, pese a no ser sensuales para provocar, eran bastante naturales.- Lo dicho, estoy vestida ya.

-Perfecta, Miriam.- sonrío. -Yo no voy de etiqueta ni nada, asi que tranquila.

Me despido de la perra con nuevas caricias y nos vamos. Paseamos traqnuilamente hasta un local...con una pinta cutrisima, pero solo es la pinta.

-Aquí sirven los mejores camperos de la ciudad. Ya veras.- miro hacia la barra y alzo una mano como saludo al viejo cocinero. -Ciao, Michelle! Due speciali della casa e due birre, vecchio grasso!

Se escuchan risas, entre ellas las del cocinero. Es un viejo amigo de mi familia.

-Espero que te guste. Aunque me pregunto si podrás con todo.

Dejar a Vitani sola no me gustaba, ella lo pasaba mal en un sitio tan pequeño, pero bueno... Después cuando regresase la sacaría un rato y después las dos iríamos a dormir. Al llegar al lugar alcé la mirada unos instantes, pero después entré con un aire tranquilo y seguro.- Vaya...-Musité cuando escuché como hablaba en italiano, cuando se volvió hacia mi no pude evitar reír divertida.- Con todo... Pues la verdad es que no sé que habrás pedido, pero tu frase sonó tan bien..-Me mordí el labio, pero desvié la mirada hacia otro lado, mostrándome curiosa por el local.- ¿Cómo te fue la tarde? "Tú cállate que al final sueltas alguna tontería..."

Sonrío mirandola.

-*Si guarda bella quando sei nervoso.- le guiño -La mia giornata è stata molto media. ¿Te gusta el italiano? -Doy un trago a la cerveza cuando nos la sirven. -Si no lo entiendes, tranquila. No lo usaré más. Decía que mi día ha sido muy normal, estudiar...gimnasio y eso.

No es mentira. Pero tampoco hay que contarle "todo".

-¿Y la tuya?

Desde luego tiene unas piernas de infarto...mira ese de allí, se va a caer de la silla ocmo se agache más a mirar...

- Espero que lo que dijiste... Sea algo bueno.-Comenté con un deje nervioso, desviando un poco la mirada a la par que sonreía divertida. Cuando tradujo parte de lo que había dicho le miré unos segundos, tomando un pequeño trago de mi cerveza.- Me gusta escucharlo, no te mentiré, pero no lo domino ni entiendo. Aún así, siéntete libre de usarlo cuando quieras.-Acaricio mis piernas con la mano, acomodando las faldas.- Bueno, no fue un día realmente malo, tranquilo por lo que veo.-Cruzo las piernas, dejando las manos apoyadas sobre la que está por arriba.- Pues, repasé algunas cosas de unos trabajos, y pues desde las 16:00 hasta las 21:00 estuve en la academia de baile, por lo que... Podría decir que tuve una tarde como otra cualquiera. Aparte de que Vitani intentó volverme loca al entrar en la pista. Normalmente se tumba para mirar, pero no sé que le pasa estos días, está de un tonto...-Rodé los ojos levemente.